A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

lunes, 31 de marzo de 2014

Un amor de novela....




Aunque hoy tenemos muchos instrumentos para estar en contacto con la familia, los amigos, conocer a nuevas personas, etc. hace 60 años, solo teníamos el telégrafo, el correo y poco más. Y la historia que voy a contar hoy es sobre el amor de dos personas muy especiales para mí, mis padres, cuyo noviazgo y vida de pareja, no estuvo llena de grandes logros, ni de riquezas, pero sí de un amor profundo, que ha perdurado a pesar de la distancia que les impuso la vida, al fallecer mi padre hace 43 años.

Su historia de amor, surge como tantas otras, de las casualidades, mi padre un joven pinturero y guapetón, de Linares, Andalucía, y lo mandan a hacer la mili, como le decían antes al servicio militar, a Canarias, de donde es mi madre, y por casualidad el cuartel del ejército donde él tenía que hacer la mili quedaba a escasas cinco calles de la de mis abuelos.

En casa de mis abuelos había seis chicos que alimentar, y las hermanas mayores salían todos los días con los cántaros de leche hacia las lecheras, y por supuesto tenían que pasar frente al cuartel, me imagino que los chicos que estaban haciendo la mili, cuando estaban de guardia en la época de verano, pues se lo pasaban bastante mal, o por lo menos eso creía yo, pues no, los chicos se avisaban unos a otros cuando venían las chicas de las lecheras, mi madre entre ellas, la apodaban la rubia, porque es rubia y de ojos azules, es la del medio, la mayor, era casi pelirroja con ojos verdes y la menor con los ojos verdes más fantásticos del mundo y una cabellera negra azabache. Pues creo que las chicas juntas llamaban la atención, y más si venían riendo despreocupadas, sin pensar que las observaban, tan atentamente.

Un día al pasar mamá, oyó que decían - Mola apúrate que viene la rubia- , y conociendo a mi madre, se debe haber puesto roja hasta la raíz del pelo, así que se dio medio vuelta y caminando lo más aprisa que su dignidad y la premura le daban, regresó a casa sin el preciado líquido, por supuesto fue el punto de atención de las dos  hermanas, las que no paraban de reír, diciendo que mi madre tenía un pretendiente, y ella insistiendo que no, que ni siquiera sabía quien era el chico, y que dejaran de fastidiarla, ella tenía que vestirse para ir al trabajo  y debía ponerse su uniforme de cajera. Era 1944, la II  Guerra Mundial no había terminado, pero España estaba saliendo de la guerra civil, y todavía había mucha pobreza, más en las islas, que vieron cómo sus hombres jóvenes y no tanto habían sido enrolados para la guerra, y luego, los más afortunados, tenían de vuelta a sus hijos, esposos o padres, pero habían pasado por experiencias difíciles de olvidar.

Mi madre siempre ha sido una gran devota, y mi padre también era un creyente y practicante muy fervoroso, todos los domingos, iba a misa con sus compañeros, pero siempre era el que más destacaba por la forma de caminar y la forma de llevar el uniforme, muy bien planchado, los zapatos relucientes, y su altura, pues un hombre de 1,75 en aquella época era un hombre alto, con respecto a los isleños, que tenían menos altura, o por lo menos la mayoría de ellos.

En una de esas misas se encontraron frente a frente, y a mi madre la mirada de papá la dejó clavada en el piso, esos ojos negros profundos, las cejas tan perfectas para ser un hombre, el cabello con la gomina de la época, y el aroma a colonia, todo un Barón Dandi, como lo apodaba mamá, por supuesto, ella casi se atraganta con la hostia consagrada que le acababa de dar el párroco y mi padre viéndola en ese apuro, esbozó una sonrisa que la terminó de completar, pobre mami, le habían dado el flechazo de su vida, y lo peor es que no sabía cómo se llamaba, porque Mola no podía ser un nombre, y de hecho no lo era, era su segundo apellido.

Así que ahora el chico que aguardaba a verla al pasar junto a sus hermanas tenía rostro y unos ojos pícaros, que la dejaron tonta de remate, creo que suspiró porque su hermana mayor le dio con el codo, para que viera que mi abuelo la miraba con el ceño fruncido, y si algo tenía Don Timoteo, era carácter, han escuchado el dicho que dice que ¨en frasco pequeño, viene el perfume pero también el veneno¨, pues mi abuelo era bajito de estatura, pero tenía un carácter que dominaba a toda su familia, incluyendo a su esposa, que también tenía lo suyo, pues así, mi madre ahora al pasar por el cuartel trataba de hacerlo por la acera de enfrente, no fueran a pensar que ella estaba buscando lo que no se le había perdido.

Pero el destino es algo muy singular, mientras más distancia trataba mi madre de poner en sus caminos, el destino se empeñaba en que no, y cual sería la sorpresa de mi madre, que un día el párroco en una reunión con las chicas de la Acción Católica Femenina, se le ocurrió que podrían hacer una gala benéfica para obtener fondos para las acciones benéficas que llevaba la asociación, y puesto que el Comandante del Cuartel era amigo del párroco, le había dicho que había algunos jóvenes, que con gusto colaborarían con ellos en lo que gustaran mandar, y al párroco se le ocurrió hacer una obra de teatro, y como mi madre estaba en el coro, y era una de las más dispuestas, pues el creía que tendría las dotes para hacer algún papel en la obra de teatro que había escogido: El Genio Alegre, de los Hermanos Alvarez Quintero.

Y a que no adivinan quien era uno de los jóvenes solícitos que se había ofrecido a participar en la obra benéfica, pues nada más y nada menos que el  guapetón de mi padre. Que ni pintao, me imagino los nervios de mi madre durante los ensayos, ella pendiente de que él le dijera algo, y él que ni pendiente, la tenía en un hilo de angustia, así estuvieron los primeros ensayos, hasta que uno de los compañeros de papá los presentó formalmente, aún así, mamá siempre estaba angustiada, era tan distinto a todos los que estaban a su alrededor, pero bueno, de vez en cuando él se acercaba al grupo de chicas, las saludaba a todas, le sonreía en especial a ella, o así lo creía, hasta que ya comenzaron los ensayos con más orden, no les tocó hacer de pareja, pero mi madre no se perdía un ensayo, así tuviera que llegar a casa a las diez de la noche, siempre acompañada por sus hermanas o por alguna amiga.

Un buen día mi padre se armó de valor y la invitó a ir al cine y mamá le dijo que sí, pero que tenía que ir con sus hermanas y una amiga, y papá compró las cinco entradas del cine, y cuando cansado de esperar en la puerta del cine a que llegara mi madre, recibió una nota de ella, en donde le explicaba que su padre no les había dado permiso, y Mola tuvo que ir al Cuartel e invitar a los compañeros para no perder el dinero que le habían costado, por supuesto le estuvieron echando bromas hasta el cansancio, pero creo que para él fue la señal de que esta chica era la que el quería para compañera de vida y madre de sus hijos.

Un buen día, papá le mando un mensaje diciéndole que la mili  terminaba y él debía marchar a Madrid a estudiar, que le diera sus señas para escribirle, y mamá desconsolada se las dio pensando, ni siquiera me ha dado la mano una sola vez, y ya se va.

Y se fue, y durante un año, no tuvo noticias suyas, después empezaron a llegar las cartas, hasta que eran semanales, las cartas iban a Madrid y de Madrid regresaban las respuestas, pasaron así cinco años, debieron ser cartas muy hermosas porque los unió de una manera que nada en el mundo, solo la muerte los podría separar. Por carta vino la petición de mano, hecha por mi abuelo Don Fulgencio a Don Timoteo, y un buen día martes 30 de Noviembre de 1950, mi padre llegó a casarse, habían pasado 6 años sin verse, se dieron el primer beso en ese u otro día, y el sábado 4 de Noviembre se dieron el sí quiero en la Iglesia de San Francisco.

Su amor duraría vivo durante 21 años, luego la viudez y el día a día ha sido la dulce espera, han pasado 43 años desde que él se fue, y todavía lo extrañamos, lo amamos y esperamos reunirnos todos de nuevo en el momento que Dios nos tenga destinado a cada quién.

De ellos aprendí a amar, a ser generosa, a no guardar rencores, a pensar primero en el otro antes que en mí, a que los hijos son lo más importante del mundo, a que se puede ser la esposa pero sin dejar de ser la novia, porque siempre debe haber ese halo de misterio y de descubrimiento en el otro, para que la pareja no caiga en la costumbre, que nunca debemos pelear delante de los hijos, y nunca pero nunca acostarnos enfadados.

Gracias papá por ser tan especial y generoso, por haber sido además de padre, amigo, por escucharme cuando tuve mi primera ilusión, y gracias a Dios porque no viste el dolor del desengaño, te hubiera dolido más que a mi. Te perdiste el vernos crecer, no me pudiste llevar al altar, lo hizo mi hermanito con 14 años, tuviste dos nietos preciosos y ahora tienes dos bisnietos que serían la locura de tu vida.

Te amamos, y te amaremos siempre.


Tu hija que te adora.


Mireya Pérez.






domingo, 30 de marzo de 2014

Los personajes cobran vida...




Preparando un Taller que debo dar en estos días, he estado viendo varios vídeos en Youtube sobre talleres creativos, y de temas que me fueron interesando cada vez más, así que fui tomando notas, tomando ideas para hacer la presentación con diapositivas.

Y una de las cosas que me llamó la atención, fue sobre cómo definían algunos autores el momento creativo, ese instante mágico, cuando surge la idea, y comienzan a desarrollarla, para algunos decían, que el desenlace del libro estaba en las primeras páginas, oculto a los ojos del lector que leía medio distraído, pero que seguramente en algún momento volvería sobre sus pasos, y volvería a leer el inicio, sin olvidar que algunos están tan intrigados por la trama, que no pueden con el suspenso, y rompen la regla de oro, de no leer el final hasta que llegues al final.

Recordé a una de mis amigas, que dice que no sabe cómo se me ocurren las historias que escribo, y creo, después de haber visto varios vídeos, que a mi me pasa como algunos autores, que son los personajes, los que me cuentan su historia, y me obligan de una forma sutil a veces, y otras hasta en sueños, a escribir sobre ellos, así me pasó con Alma, desde que conocí su historia, su labor, no me dejaba en paz, quería que hablara sobre ella, sobre su misión, y cómo su familia había continuado su gesta, por demás generosa, así, que después de varios meses, escribí sobre ella, usando como siempre hago metáforas, o situaciones, que sin estar literalmente apegadas a la realidad, si tienen mucho de su contexto real, para evitar que alguien pueda descubrir quién era, y perder la esencia de su labor altruista y maravillosa, que hubiera dejado de ser un acto de generosidad, a uno en búsqueda de la notoriedad, y creo que ella no buscaba para nada eso.

Otras veces, la inspiración surge de un tema colgado en la red, y que mueve sentimientos o pensamientos en mí, que me impulsan como un resorte a escribir, a explicarles con palabras de real y medio, los sentimientos y pasiones humanas, las vivencias de un ser humano que ha crecido, evolucionado y que algún día, como todos partirá de este plano que llamamos terrenal, al plano Espiritual del cual partimos hace eones, porque el tiempo es relativo, como lo decía Einstein.

Pensando en todas estas cosas, he reflexionado que la escritura para mí, es un mundo fascinante, que me engulle, que me atrapa, me obliga a indagar, descubrir, pensar, reflexionar, meditar,y luego tratar de poner en palabras, esa serie de ideas aparentemente desordenadas, pero que fluyen a través de mis dedos con vida propia.

Es cierto que si has sido un devorador de libros, como es mi caso, las palabras son viejas amigas, compañeras de muchas noches de insomnio, donde no podías dormir sin terminar el libro que estabas leyendo, porque la intriga te tenía la mente absorbida, eso me pasó más de una vez, con los libros de una de mis autoras preferidas Taylor Caldwell, de la cual tengo más de 20 libros, y algunos los he leído varias veces, entre ellos Melissa, Una tierna y Apacible Victoria, Gloria y Esplendor, Sólo El sabe escuchar, Atlántida,  El Abogado del Diablo, sólo por citarles algunos, pero es que todos, absolutamente todos, son muy buenos. Ella tenía la capacidad de desgranar el alma de sus personajes, a tal punto, que te parecían ciertos y vivos. Su historia personal es fascinante, y si tienen la fortuna de encontrar uno cualquiera de sus libros, les invito a que los ojeen y si les es posible, llévenselo a casa y disfruten, van a aprender muchísimo, y no les va a dejar indiferentes. La Editorial que publicó la mayoría de sus libros es Grijalbo.

Siempre he pensado y es una convicción personal, que los libros son grandes Maestros, y compañeros de viaje, y a veces compañeros de espera en el Dentista, el Médico de Cabecera, cuando cuidas a alguien, cuando vas en el tren y te esperan una o dos horas de viaje, y ahí está el libro, que ahora es tan moderno que puede ir en una tablet, donde tengo entendido que puedes tener almacenados hasta 1500 libros, pero yo soy de las que necesitan acariciar el libro, cerrar las páginas, y hacer como mi abuela paterna, de quien adquirí este maravilloso vicio, que cuando tenía 92 años, y ya no podía leer por su vejez, te pedía que abrieras el arcón donde guardaba sus tesoros, y agarraras uno de sus libros, primorosamente envueltos cada uno en papel blanco y agrupados de cinco en cinco, sostenidos con una cinta de color rosa, y te pedía que le leyeras el título y se lo dieras, y entonces surgía la magia, sus manos largas, acariciaban el libro, lo sostenía contra su mejilla y para mí que en su mente los volvía a leer, a veces una lágrima traicionera bajaba por su mejilla, recordándole quizás alguna trama, o la cruda realidad de no poder disfrutar de ellos como antes. Ella me enseñó a amar la lectura, y mi padre también, me enseñaron a soñar y a contar historias.

Y hoy he reconocido, que en mis manos se encierran muchas historias para compartir, solo necesito el tiempo de vida, porque la inspiración me llega al respirar, con los sonidos, con el aroma de las flores, con la risa de los niños, y a veces a través de una lágrima furtiva que me recuerda que soy humana, y que tengo piel sensible, y aún tengo muchas Nanas que cantar a mis nietos o a los nietos putativos que la vida me quiera dar.

Que Dios los Bendiga y no tengan miedo de soñar.


Mireya Pérez




sábado, 29 de marzo de 2014

Sueños de un niño










¿Alguna vez se han puesto a pensar en las cosas que soñaban cuando eran niños?. Y hoy después de tantos años, han analizado si se han cumplido, o si algo casual, fortuito, o lo que fuera, les hizo cambiar de camino, y les han quedado sueños por cumplir?.

Pues hoy les voy a hablar de un niño, que jugaba con todo lo que encontraba a su paso, y que soñaba con construir puentes, que unieran a la gente, que unieran a los ciudadanos de un sitio y de otro, que quería ser Ingeniero de Caminos, y que gracias a su tesón y a su templanza lo logró, lo llamaremos Ángel Miguel, me parece que es un nombre adecuado para él, porque hoy que es un hombre maduro y centrado, su nombre debería traducirse en este que yo le estoy dando hoy.

Ángel Miguel o Miguelito, era un niño como tantos otros, juguetón, travieso, alegre, amigo de sus amigos, le encantaba jugar al fútbol, y cada vez que podía se escapaba a la cancha del colegio y se ponía dale que te pego a la pelota, si hubiera seguido jugando  quizás hoy sería delantero derecho, que era la posición que más le gustaba, pero había que estudiar, y poco a poco fue dejando el fútbol y el tenis por su gran pasión, Los Puentes...

Siendo el quinto de siete hermanos, pues siempre le tocaba compartir su habitación con los tres más pequeños, pero esas camas literas eran su gran mundo, al ser el mayor de los cuatro, se había apoderado de la litera de arriba, y en el techo de su habitación, con sus dedos como pincel, trazaba puentes imaginarios, estructuras inverosímiles, no había forma de que algo lo hiciera cambiar de opinión. Y cuando su madre hablaba con las vecinas, siempre comentaba los sueños de su hermosa prole: desde médicos,abogados, diseñadoras, maestra y bomberos, resaltaba Miguelito que quería construir puentes. Y decía con orgullo de madre:

-Miguel no se da cuenta, pero cuando cree que ya todos estamos dormidos, me asomo a su cuarto y lo veo dibujando en el techo sus sueños, y rezo a la Virgen para que Dios le de las oportunidades y pueda cumplirlos.

Y los años fueron pasando, y Miguel se hizo mozuelo, y algunas chicas lo miraban, porque apuntaba maneras, parecía que aquel chico larguirucho y flaco, se iba poniendo guapo, y él era tímido, todavía lo de las chicas, lo tenía un poco apartado, no es que no le gustaran, pero es que hablaban mucho y a veces se reían y él no las entendía, lo suyo eran las matemáticas, la física y los puentes...

Un día llegó uno de los más decisivos en su vida, la prueba de selección para las Universidades, él lo tenía muy claro, quería ser ingeniero y sus notas lo acreditaban, se presentaban más de 8000 jóvenes de todo el país, para optar a las diferentes plazas de estudio y carreras y él era uno de ellos, se había preparado con determinación y esfuerzo, todos en casa rezaban y confiaban en él, sus hermanos mayores( dos chicas y dos chicos), ya estaban estudiando en la Universidad, cada uno en su campo, pero él tenía ahora que hacer lo suyo, y si salía bien, tendría que ser el primero en abandonar el nido, pues su carrera no la había en la Universidad de su ciudad natal, y tendría que ir a otra región a estudiar, pero no tenía miedo, tenía apenas 17 años, pero sus padres le habían dado muy buenos ejemplos de vida y sobre todo buenos consejos, y él tenía sus metas muy claras. Así que se presentó y aprobó la selectividad con matrícula de honor, lo que le hacía acreedor a una beca de estudios, fantástico!.

En septiembre de ese año con su pequeña maleta de viaje, algunos libros y un mar de ilusiones, se en rumbó hacia Galicia a estudiar y cumplir su sueño, y durante cinco años, salvo las fiestas familiares, navidades y las vacaciones, Miguel se dedicaría a estudiar con afán, y en los ratos libres, trabajaba de camarero en una fonda rural, con lo que podía así completar sus gastos, y no ser una carga para sus padres.

Pasó el tiempo, y estando ya en el último año de la carrera, se fijó en una chica menuda y de grandes ojos negros, con su cabello oscuro, y de piel muy blanca, que al cruzarse sus miradas, se sonrojaba hasta la raíz de sus cabellos, y azarosa volteaba la mirada, y el sonreía para sus adentros, le gustaba la chica, la cosa era como abordarla y saludarla, pero sus amigos se lo pusieron fácil, y en una noche de tapas en grupete, la coincidencia hizo que Miguel y Rosa Mary se conocieran por fin, y fue un flechazo a primera vista, ella se sonrojó al estrechar su mano, y él sintió como las tibias manos de ella, temblaban, y le gustó mucho más aquella chica tan especial. De ahí en adelante se hicieron amigos, él buscaba cualquier ocasión para salir con ella, estudiar en la biblioteca, pasear, ir a misa, lo que fuera, y poco a poco surgió el amor, y como en todas las historias, terminaron casándose en una ermita con la alegría de todos los amigos y familiares, por supuesto no faltaron las lágrimas, pero sobraron las flores y los granos de arroz que entre los amigos se habían propuesto tirarles al salir de la iglesia.

No hubo novios más felices, ni pareja más enamorada, cuando Miguel consiguió trabajo en una empresa de Ingeniería muy famosa, se fueron hacia Madrid con los sueños y la tristeza del que deja atrás lo más querido, pero seguros en sí mismos y en su amor.

Los años pasarían, vendrían los hijos, dos chicos, muy parecidos a su padre en lo tercos y empecinados y cariñosos y atentos como su madre. Hoy Miguel cumple 65 años y Rosa Mary, le ha preparado una fiesta sorpresa, ha logrado reunir por las redes sociales a todos sus amigos, y en un restaurante de la localidad, le tiene preparado el agasajo de su vida, y sueña con el momento en que él cruce la puerta creyendo que se va a encontrar con los hijos y los nietos y su Rosa de su alma, pero también se va a encontrar con todas esas personas que a lo largo de su vida ha ido tocando con su corazón, el corazón de un hombre bueno, el mejor amigo que alguien puede tener, el mejor jefe para aprender, y el padre amoroso y compañero fiel para toda la vida.

Vivan Miguel y Rosa Mary, que Dios los Bendiga y gracias por dejarnos asomar un ratito a la ventana de sus vidas.


Mireya Pérez.





martes, 25 de marzo de 2014

Juguemos a la rueda....mientras el lobo no está. ¿Lobo estás?



A muchos de los niños y niñas de mi generación, les hará gracia recordar este juego, que nosotras en nuestro colegio de monjas, de solo chicas, hacíamos junto a nuestra maestra de 3º o 4º de primaria, durante el recreo, después de comer la merienda o el bocadillo que las manos amorosas de nuestras madres, preparaban todas las mañanas antes de llevarnos al colegio.

Esta etapa de nuestras vidas, donde compartíamos juegos, travesuras, cambiábamos las barajitas del álbum de cromos de la Cenicienta o de Blanca Nieves, o simplemente nos sentábamos en el pasillo del zaguán que daba al salón de actos a jugar con los yaquis, eran parte de nuestro proceso de enseñanza. Porque sin darnos cuenta aprendíamos lecciones de liderazgo, de trabajo en equipo, de confianza en el otro y en ti mismo, de estrategias, porque cuando jugábamos al Puente se ha caído, y las chicas que estaban en las puntas, eran tus amigas más cercanas, podían utilizar la información que sabían de su grupo para establecer la estrategia y hacer más fuerte su fila, que al final tendría que hacer fuerza, todas a una, agarradas a la cintura de la chica de adelante, tirando con toda nuestra alma hacia atrás para lograr desestabilizar al otro grupo y que cruzara la línea que habíamos hecho en el piso del patio.

Lo recordaba estos días, y me dí cuenta de la importancia de esos juegos infantiles, y los comparaba con los juegos que hoy hacen nuestros nietos. Nosotros tenemos a una nieta de 3 años y medio que es muy lista, e inteligente, que ella sola busca sus película de Poko Jo en el Ipod del padre o en la tablet de la madre, o que se sienta en el ordenador a escribir su nombre en World. Que juega con las abuela al ¨que te pillo¨, que en mis tiempos conocíamos como a la Ere, y a las escondidas. Y viendo lo feliz y sana que es, me siento muy agradecida a la vida, porque mis nietos tienen unos padres que los están educando muy bien, juega con sus muñecas, las pone a dormir, como en el parvulario a la hora de la siesta, que te pide que le inventes un cuento, y si le gustó, puede que te haga repetirlo unas 8 veces más, y ¡claro cada versión es diferente! y ella te corrige...

- ¿Abuelita, porque no has contado la parte en que fulanito..... y luego ocurría..., es que tu crees que yo no me doy cuenta?- Abuelita, mi maestra dice que soy una niña muy lista, ¿sabes?- Y yo le respondo, sí mi cielo lo eres.-

Me encanta esta generación que está creciendo actualmente, son niños muy seguros de sí mismos, saben lo que quieren y te lo dicen como lo más natural del mundo, a mi nieta, que está aprendiendo a sembrar sus propias hortalizas junto a su padre, en una pequeña parcela alquilada, le encanta sembrar sus propios vegetales y cuidar las plantitas, y ayudar a papá a recoger el producto de su trabajo, repartir la cosecha entre los amigos, para que no se pierda, porque es muy abundante, y luego ayudar en las pequeñas cosas, que su edad y seguridad le permite , para cocinar o preparar los alimentos. Y le encantan las sopas y los potajes y a su hermano también.

Le gusta la música y todos hemos tratado de enseñarles, tanto las viejas canciones, como las nuevas, y al igual que mi hija, tiene un oído asombroso para aprenderse las canciones a la primera vez que las oye, a mí me pasaba igual, así que algo aunque sea remoto también tiene de mí, jajajajaj.

Espero con ansias a que tenga más edad, y que yo tenga la agilidad para enseñarle a jugar la rayuela o el avión, los yaquis, si los consigo, porque he preguntado en varias tiendas de chinos y no los conocen, pero ya me las ingeniaré. Sólo necesito que Dios me de tiempo y energías, porque la voluntad me sobra.

Feliz día a todos, y si están en la edad y tienen nietos, no desperdicien la oportunidad, esos loco bajitos, como les dicen a veces, son unos grandes maestros, y llenan mucho el corazón. Dios los Bendiga y a nosotros también.



Mireya Pérez








sábado, 22 de marzo de 2014

Pon una Lupe o un Rafa en tu vida....




Hoy pensarán que se me volaron los tapones... pero no, este título viene a cuenta de unos personajes que he tenido la suerte de conocer en los últimos meses: Lupe es una madre de 78 años, como puede ser la de cualquiera de nosotros y Rafa un joven de 39 años que va a ser papá por primera vez, el punto de coincidencia es un curso que estamos haciendo un grupo de profesionales de diferentes disciplinas, experiencias y años, claro que la mayor de todos, soy yo, jajaja, pero es lo que hay.

Yo trato siempre de aprender, y con los años he descubierto que aprender es algo mágico, que el mundo se abre y te muestra maravillas insospechadas, y como ser finito, en lo efímero, también me hago consciente de que nunca aprenderé todo lo que me gustaría,  sin embargo, soy como una esponja de mar que absorbe todo lo que puede del medio en que se rodea, para después proyectarlo hacia el infinito.

En este aprendizaje han aparecido estos dos seres anónimos, pero maravillosos, y los traigo a colación, porque considero que lo más hermoso es aprender de todos y de todo, nunca lo que aprendas será en vano, y de las personas más insospechadas, puedes obtener sabiduría, y con ellos es así. Por ejemplo, Lupe que es una madre de las de antes, como mi madre, estudió hasta que los padres consideraron que tenía los suficientes conocimientos como para llevar una casa, ser madre de familia y atender su hogar, pero en su sencillez de mujer, tiene una mentalidad tan positiva, que ha hecho de su única hija, nuestra profesora, a la que no voy a identificar para salvaguardar su intimidad, un ser único y especial. 

Nuestra Teacher, siempre nos dice que Lupe ante cualquier adversidad siempre, pero siempre, le dice a su hija:

- ¡No te preocupes, eso está ocurriendo, porque viene algo bueno para ti!.- ¡No te preocupes que ya vas a ver que , seguro, pero seguro, que esto te va a traer algo muy bueno, aunque ahora no lo veas!..

Y a pesar de todo, el tiempo siempre le da la razón. Lo hermoso de todo es que producto de esa forma de ser tan positiva y generosa, todos en en el barrio donde ha vivido por más de cuarenta años, la quieren y buscan siempre su consejo, además de que es una gran anfitriona. Si vas a su casa de visita, siempre tendrá algo para ofrecerte, para merendar, para acompañar una taza de café o de té, y le da gusto sacar sus tesoros, esos mantelitos de lino bordados con primor y esmero, los apoya vasos,etc., todo lo mejor para agasajarte con la sencillez, la humildad y el amor de una persona generosa y sencilla.

Por el otro lado está Rafa, un chico que siempre tiene una risa que compartir, algo jocoso que decir, y que nunca está de mal humor, va a ser papá, quizás a estas horas ya haya nacido su bebé, pero no está nervioso, al contrario, se ha preparado concienzudamente para esta etapa en sus vidas, y todos sus compañeros, que hemos aprendido a quererlo, por lo bueno y sensato que es, estamos seguros de que será un padrazo.

La frase de este trozo de vida que comparto hoy con ustedes, no me pertenece, la ha creado una de mis compañeras, JP, que también es alguien especial, siempre risueña, aún en los momentos en que alguna preocupación vela sus ojos, cuando se refiere a nuestro compañero, dice con alegría:

- ¡Pon a un Rafa en tu vida...!-

Y yo les diría a todos, pongan en su vida, las hermosas cosas y las más fáciles de obtener, porque no cuestan dinero, solo cuestan un poco de amor, amor a lo que hacemos, amor a los que nos rodean, como seres humanos, dentro de nuestra humildad, amor a las cosas simples de la vida y sobre todo agradecimiento a los ángeles que Dios nos pone en el camino, en forma de compañeros de escuela, de trabajo, de Universidad, de la vida, en mi caso, estoy infinitamente agradecida a todos esos seres humanos, que sin saberlo, han hecho un antes y un después en mi vida.


Dios los Bendiga a todos.


Mireya Pérez




jueves, 20 de marzo de 2014

Cicatrices de mujer.....





Cuando escuchamos la palabra cicatrices, me vienen a la memoria, las pequeñas raspaduras que nos hacíamos de niñas, cuando a los 7 u 8 años agarramos por primera vez nuestros patines Winchester, y con un patín en un pié y con el zapato de goma de los fines de semana en el otro, bajábamos por la Calle El Limón del Cafetal, mi amiguita Primavera y yo, con su primo Enrique, aprendiendo a bajar y patinar en zigzag, porque de haberlo hecho en línea recta, esta caraqueña no hubiera llegado a esta hermosa edad que tengo, jajajaj.

Mi madre se asustaba porque creía que luego iba a tener mis rodillas marcadas para toda la vida, pero como todos sabemos hoy en día, salvo cuando nos hacemos cortes profundos, esa raspaduras se van con el tiempo y luego ni nos acordamos de ellas.

Sin embargo, la vida en algunos casos nos va dejando cicatrices de otro tipo, probablemente las más difíciles de borrar, porque afectan a nuestro Yo, a ese que nadie ve, pero que somos nosotros mismos.

No creo que nadie en esta vida haya tenido una vida plana, sin altibajos, todos hemos tenido o tenemos nuestras penas, nuestras alegrías, nuestras ilusiones y también desilusiones, ¿cuán profundas pueden ser?..., va a depender de qué parte de nuestra alma hayan tocado.

En mi caso en particular, podría decir como la canción de Perales...He tenido un sueño en la piel, he cantado alguna Nana ( y gracias a mis nietos, sigo cantando Nanas, he aprendido 7 y sigo buscando nuevas para ellos) y por supuesto me he enamorado, he sido amada, no solo por mis padres, si no también por alguien que un día se atravesó en mi camino y cambió, sin querer mi destino, y llevamos casi 40 años de casados.

También tuve como decían en los tiempos de antes un amor platónico, esa primera ilusión de niña que empieza a hacerse mujer y que gracias a Dios, no se dio cuenta de que yo existía, posiblemente no hubiéramos sido felices o que se yo, todas las chicas hemos tenido un amor así, a veces por un compañero de escuela, otras por un artista de cine, un cantante de moda o por un jugador de fútbol del mejor equipo del mundo, mundial, jajajaj. 

Por supuesto que no les voy a decir cuál es mi equipo, pero en el mundial del 71, me encantaba Beken Vaguer, no se si se escribe así, y en estos días, en una toma de Tv de un partido oficial, lo vi después de tantos años, y es un señor muy guapo a sus 60 y dele.

Las cicatrices del alma, son aquellas que a lo largo de nuestra vida, nos van marcando, al principio reaccionamos con cólera ante los sucesos o personas que las ocasionan, pero con el tiempo, con la sapiencia que da la vida y los años, te das cuenta de que ellas, son grandes maestros de vida, porque en situaciones parecidas, responderemos de forma diferente, se puede decir que aprendemos por ensayo y error, pero que esos errores, nos permiten ver con mayor claridad, después de que pasa el primer impacto, que a lo mejor nos deja con el alma hecha añicos, pero que como todo en la vida, al pasar el tiempo y mirar mentalmente el momento o circunstancia, nos reímos de nosotros mismos y nos damos cuenta de que lo que nos dolió quizás fue el orgullo, pero que de esa experiencia, aprendimos una lección, importante para nuestra evolución como seres humanos.

El Ego también nos juega malas pasadas a veces, porque creemos en nuestra vanidad que merecemos lo mejor del mundo, y no es que no crea que todos merecemos lo mejor del mundo, pero me pregunto si ese mejor del mundo, será bueno para nosotros.

Dirán- ya esta mujer perdió su razón-. No, es que a veces deseamos tener o alcanzar algo, que lejos de ayudarnos a seguir nuestra evolución espiritual, se convierte en una roca muy pesada y dura de llevar. 

Por eso, cuando rezamos y pedimos a Dios que nos ayude en tal o cual situación, y no recibimos la respuesta que esperamos, algunas personas pierden la Fe. Pero yo les digo, que Dios sabe lo que es bueno para nosotros, y si algo no sucede, o si sucede algo terrible, todo, absolutamente todo, tiene una razón de ser, y aunque creamos que de esta no nos vamos a levantar, porque el dolor nos traspasa el alma, les digo, por experiencia, que nos levantamos, aunque tengamos que ayudarnos de algún mueble para hacer palanca y levantarnos, respirar profundo y empezar a caminar. 

El primer paso después de ese derrumbe emocional es muy duro, a veces creemos que no vamos a poder si quiera respirar, el miedo nos agobia, y la respiración se acorta, pareciera que todo queda suspendido en ese primer aliento nuevo, y levantamos la cabeza, nos recomponemos el alma y tomamos la decisión de caminar, primero un paso temeroso, luego otro, y otro, hasta que después de un tiempo ya estamos otra vez en la senda, con cicatrices? Sí, pero con ganas de seguir adelante, de aprender y de enseñar, de sonreír y mirar, de amar y ser amados, de vivir y compartir la vida, esas cicatrices, nos hacen los seres humanos que somos, no tengamos miedo de ellas, al contrario, démosle gracias a ellas, porque han sido las maestras de vida. 

Y si alguien nos quiere de verdad, de corazón a corazón, nos querrá con todo y ellas, y ¿por que no? hasta por ellas.

Adelante y ánimo, la vida sigue y vale la pena vivirla.



Mireya Pérez







martes, 18 de marzo de 2014

Bendecir a alguien... esa costumbre tan venezolana.



Muchas personas que no están acostumbradas a esta frase tan nuestra, sobre todo en otras latitudes, quizás piensen que estamos un poco mal de la cabeza, que nos la damos de Santos o de curas, y no que es algo natural para nosotros, el desear el bien al otro, tanto, que nuestro mayor deseo es que Dios los Bendiga con todos los dones que pueda un ser humano desear.

El primer don que deseo para todos es la Salud, sin ella, no podemos siquiera soñar en algo mejor, porque la enfermedad, que en muchos casos viene de la mente o del alma, bloquea e impide que avancemos en nuestra evolución espiritual particular.  Porque si algo he aprendido a través de la vida, es que todos y cada uno de nosotros, evolucionamos a nuestro ritmo, único y simple, ni igual, ni diferente, solamente nuestro ritmo. Pero todos absolutamente todos, venimos a aprender algo y a enseñar algo, esa es nuestra meta más importante, lo malo es que no venimos con la ¨memoria¨de que esa es nuestra misión, y la vamos descubriendo a nuestro ritmo, a veces a muy temprana edad, otras veces, en el peor de los casos, aunque en forma relativa, en el ocaso de la vida. Debemos recordar siempre ¨Que el tiempo de Dios es perfecto...¨y sólo El sabe porqué, cómo y cuando.

Otro de los dones con los que pido a Dios que los Bendiga es con el Amor, pero en mayúsculas, no solo el amor a una pareja o persona en particular, que es muy lindo y natural, no al amor hacia todos nuestros seres queridos, a nuestros hermanos de sangre o no, Amor a todos los seres humanos, creo sin temor a equivocarme que si el hombre, el Homo sapiens sapiensis , especie a la cual pertenecemos todos, amara más a su prójimo y menos a su ego, tendríamos menos guerras, habría mejor distribución de la riqueza y muy posiblemente habríamos logrado que miles de millones de niños en el mundo comieran tres veces al día, como la cosa más natural del mundo, se que con eso le quitaría trabajo a las ONG, las cuales hacen un servicio humanitario increíble, pero estarán de acuerdo conmigo en que si nos amáramos unos a otros como a nosotros mismos, habría menos egoísmo, más igualdad y no habría calamidades como las que vemos en zonas que a veces están a la vuelta de la esquina, ni siquiera en otro continente.

Otra de las Bendiciones que deseo cuando Bendigo a alguien es que sean Felices, pero la felicidad en mayúsculas, que proviene de disfrutar de todas las pequeñas y grandes cosas de la vida: la sonrisa de un niño, la luz del amanecer, el caminar descalzo por el césped después de amanecer y sentir las gotas de rocío, caminar bajo la lluvia suave que apenas nos moja la cara, pero que nos hace sentir que estamos vivos, feliz al hacer feliz a otros con nuestra música, con nuestra entrega en cada pequeño detalle, como decir buenos días y sonreír, tantas y tantas cosas que no cuestan dinero, y que solo requieren un pequeño gesto de nuestra parte. Si además cuentas con cosas que te hacen feliz, pues bienaventurado seas, porque yo no envidio a nadie ni a nada.

Hay muchas otras cosas que deseo para los demás y también para mí y los míos y es que nunca nos falte la palabra de aliento en las horas bajas, que no nos falte la mano sincera que se extiende para darnos su apoyo incondicional, como nosotros a nuestra vez lo hacemos, que no falte el hombro donde apoyarnos en las horas de dolor, porque esos momentos también llegan, pero que si contamos con alguien que nos aprecia, con un amigo o amiga sinceros, siempre estarán a nuestro lado, como ven, las Bendiciones que pido a Dios para ustedes y para nosotros, son las cosas simples y hermosas de la vida, que no deberían faltarnos nunca y la promesa de que en la Oración, siempre encontraremos el apoyo incondicional de Aquel que está por encima de todos nosotros, en mi caso es Dios, pero si tienes otra fe, no importa el nombre que le des, El te dará el apoyo en esos momentos duros y difíciles.


Que Dios los Bendiga a todos y los colme de bendiciones, Amén.



Mireya Pérez




viernes, 7 de marzo de 2014

El perdón y el rencor... uno gana el otro pierde.




Hace muchos años atrás escuché a un grupo de médicos hablar sobre las piedras en la Vesícula biliar y achacaban  este mal, a personas que solían ser rencorosas o que agarraban tal nivel de ¨sulfurina¨cuando se enfadaban, que eso les hacía producir más bilis y a la larga se formaban los cálculos o piedras en la vesícula.

Y esta reflexión va de Piedras... sí así de claro, porque yo asocio los cántaros, piedras, arenita en los pies, etc., con las piedras en el camino o con un cuento que he escuchado muchas veces...

Había una vez  un hombre que se enfadaba de nada, y cada vez que se ponía colérico, agarraba la primera piedra que encontraba en el camino y se la metía en el bolsillo, al pasar un rato, se volvía a molestar y agarraba otra, y así estuvo todo el día, hasta que en la noche ya cansado de caminar, cuando quiso acostarse, el peso de las piedras en sus bolsillos no le permitía moverse, eran tan pesadas, que sus pies no se movían y su cuerpo no podía hacer nada, el peso de las piedras lo inmovilizaba...

Estaba muy cansado, pero se metió la mano en el bolsillo y sacó la primera piedra que rosó sus dedos, y al instante vio en su mente el momento en que lleno de rabia porque un vehículo se le había atravesado, había agarrado la piedra y la había guardado. La miró y la tiró lo más lejos que pudo, después metió de nuevo la mano, y sacó otra piedra y recordó que la había agarrado cuando el señor que le vendía el periódico todas las mañanas le dijo que ya había vendido el último que le quedaba y ciego de rabia había agarrado esta piedra, la sopesó y pensó- ¡que tontería!- podía haber caminado una calle más y comprar en el otro kiosko donde había montones...la miró por última vez y la lanzó lejos. 

La siguiente piedra era un poco cortante, tanto que le arañó la mano, la miró y a su memoria vino el pobre chico del colegio de enfrente que venía distraído y le había botado sin querer el café encima, claro que estaba caliente, pero el aprovechó para enviarle saludos a toda su parentela... y de nuevo había agarrado la primera piedra que había encontrado y se la guardó en el bolsillo, ahora que ya habían pasado muchas horas, no veía el caso de haberse enfadado tanto, pero es que habían pasado muchas cosas hoy...al final la miró y la lanzó de nuevo y oyó un chasquido, y pensó hay alguna charca cerca... veamos cuantas piedras logro lanzar hasta allí. y asi estuvo un buen rato, atinando a veces, recordando otras, hasta que por fín sus bolsillos estuvieron vacíos y de repente se sintió liviano y ligero como una pluma, nada le impedía caminar, podía incluso correr y así lo hizo para ir hasta la charca que había escuchado, pero que ahora ya no era una poza de agua, el lugar se había quedado sin agua, producto de todos los impactos de las piedras que había lanzado y que había echo saltar el agua y ocasionado que esta corriera camino abajo.

El hombre caviló un rato sobre esta sencilla moraleja, el rencor y la rabia lo hacía incapaz de moverse, pero si dejaba de darle importancia a las cosas que en realidad no la tenían, su paso sería ligero, nada impediría que avanzara y se dio cuenta que las piedras en el camino, debían quedarse ahí, en el camino y solo servir para que tomara decisiones de cómo avanzar a través de ellas, pero no con ellas.

De ahí en adelante el hombre decidió sonreír más, ofrecer un - No hay problema- y seguir hasta el otro kiosko, si ya no había periódicos y si tampoco había, no era un problema, podía leer las noticias en el café de la esquina o en Internet. Se dio cuenta que se había convertido en un hombre resentido y amargado por cosas sin sentido, y empezó a valorar más las pequeñas grandes cosas de la vida, y notó de repente que la mirada de su familia cambiaba, ya no había esa especie de temor receloso, porque ya no saltaba gritando por nada, al contrario, les daba una palmada en la espalda, les sonreía o los abrazaba... Y descubrió que abrazar era mejor que gritar, que hablar era mejor que gruñir y que no había nada más hermoso que el rostro de un niño cuando le acariciabas la cabeza y le decías te quiero.

Nuestro hombre cambió y descubrió que el perdón es la llave que abre las puertas al amor, a la alegría, a la unión de la familia, a los amigos, todo se lo había perdido por su afán de no perdonar lo más mínimo, descubrió que el perdón libera el alma, le da alas al espíritu y te deja caminar como si caminaras entre nubes de algodón...

No guardemos rencor, no vale la pena, la vida es muy corta, y se va cuando menos lo esperamos, al contrario, sonríe, dale gracias a Dios de que estás vivo, que la vida te ofrece cada día nuevas oportunidades, que si una puerta se cierra, se abren mil ventanas, que vale la pena vivir, y que el amor lo cura todo.



Que Dios los Bendiga.


Mireya Pérez.




jueves, 6 de marzo de 2014

Entre el ego y la humildad




Cuando oímos hablar de ego, no se lo que ustedes pensarán, pero yo me imagino a un hombre grande muy pagado de sí mismo, con una actitud ante la vida de...¨Quítate que me estorbas¨....y personalmente, solo de imaginarlo la piel se me pone de gallina, y me he dado cuenta que a medida que pasa el tiempo la reacción se hace cada vez más contundente, creo que en mi vida, mi yo interno ha escogido un camino, donde no hay cabida para ese tipo de situaciones, cosas o personas, y me alegro de irme alejando cada vez más de esos entornos, porque pienso que no eran buenos modelos a seguir para mí.

Quizás se deba a que en una etapa muy grande de mi vida (más de 22 años), tuve que nadar en aguas turbulentas, llenas de caimanes que se comían unos a otros, y que milagrosamente no me engulleron a mí, pero ahora en la distancia, tanto física como en años luz transcurridos, les doy las gracias porque fueron grandes maestros de lo que no se debía hacer. 

Eso no quiere decir que no haya momentos en que algún atisbo de falta de humildad intenta asomarse a mi espejo particular y no tenga que reprimirlo con un ...¨¡Epa  jovencita, es con usted, no va pa´l baile!¨...Porque a veces trata de aflorar algo que yo llamo falso orgullo y ¡zuas! quiere romper con algo que he estado trabajando arduamente, pero me doy cuenta, me hago consciente y lo aparto a un rincón, mientras estudio la posibilidad de irlo apaciguando o desapareciendo en el horizonte.

No es fácil apaciguar al ego, pero hay que hacer un trabajo consciente de dejarse llevar por la paz, la armonía, pensar y rezarle a Dios, para que nos guíe y nos muestre el camino. No es fácil, sería mentira decir que solo hay que pensar, no lo es, sobre todo si en una etapa eras consciente de muchas otras cosas, y que el medio te exigía tener y parecer una determinada persona. Nunca olvidaré al primer jefe que tuve, fuera de mi amado colegio, aunque era muy buena persona, quería que cambiara desde mi forma de ser, mi forma de expresarme, mi forma de vestirme... Tenía una frase que se dice mucho en el medio comercial. ¨Si quieres vencer debes vestirte como un vencedor¨. Y en ese medio la gente usaba y usa prendas con las que comería una familia en un mes o más. se vive mucho de la imagen, dos veces a la semana peluquería, zapatos de todos los colores habidos y por haber, ropa al último grito o alarido de la moda, las uñas perfectas, la sonrisa impecable, los bolsos de marca, todo absolutamente todo, debe gritar al mundo que tienes éxito en la vida. Aunque por dentro tu alma esté hecha jirones.

Cuántas cosas han visto mis ojos, qué de cosas he escuchado... Vanidad tienes nombre de mujer....

Es un mundo difícil, y yo siempre me sentí fuera de sitio, pero logré sobrevivir por más de 22 años, pero me costó la salud, la alegría y la felicidad. Hoy me arrepiento de haber perdido tanto tiempo,sin embargo, tengo amigas que hice en esa época, a las que amo, y que son seres humanos auténticos, sólo que saben manejar su barca mejor que yo la mía, gracias a Dios.

Como siempre le veo la parte positiva a las cosas, no considero que el tiempo haya sido una pérdida, fue un aprendizaje, y forma parte de mi equipaje de ida, pues me dio fortaleza y entereza, madurez y comprensión, ¿qué no ha pasado en la vida, que mis oídos no hayan escuchado o que mis ojos no hayan visto?. Es un mundo al que pocas personas pueden entrar y mantenerse como yo en la tangente. Pero es una visión del mundo, puro y duro.

Ahora, alejada del mundanal ruido de la competencia exasperada, de los dimes y diretes, me siento más tranquila, leyendo a mis autores favoritos, viendo por Internet charlas y cursos on line sobre los temas que siempre quise investigar más fondo, me doy cuenta que nada pasa por azar, que todo tiene una razón de ser, incluso el dolor, porque todo al final se convierte en maestros de la vida, y que los seres humanos somos capaces de aprender hasta el último día de nuestra existencia.

Le doy gracias Dios, porque tengo unas manos para abrazar, acariciar, cocinar, acunar, sembrar, escribir y hacer tantas cosas; porque tengo una mente que piensa, aprende, escucha; por mi voz, que no solo emite sonidos, sino que es capaz de cantar una nana, o una canción cualquiera para acompañar a mis seres queridos, que puede transmitir conocimientos a otros y aprender de ellos, por mis oídos que pueden escuchar sonidos como el aire que circula entre los árboles, el canto de los pájaros, las voces de mis nietos llamándome e invitándome a jugar con ellos, porque puedo sentir la brisa al caminar, sentir los rayos de sol que calientan mis manos, por mis ojos, que pueden ver y maravillarse de todas las cosas, porque puedo ver a mis nietos, en fin ¡ Gracias Dios porque estoy viva !.

No importa cómo sea físicamente, lo importante, es quien soy dentro de mí, lo que pienso y lo que siento, lo que he aprendido y lo que puedo compartir, por eso me gusta escribir, porque puedo contar mil historias y compartirla con otros seres humanos, creo que es una de las cosas más hermosas de la vida, y lo mejor de todo es que no tengo que competir con el ego, él se queda en un rincón muy apartado y cada vez se va haciendo más pequeño, hasta que llegue el día en que sea apenas un grano de arena y se lo lleve el viento. 


Que Dios los Bendiga


Mireya Pérez.





martes, 4 de marzo de 2014

La amistad... un bien muy preciado.












Sobre la amistad se han escrito muchas cosas, se han escrito canciones y hasta algún pintor ha hecho más de un cuadro y hoy yo quiero hacer un alto en mi camino para darle las gracias a esos seres especiales que llenan mi vida de luz, calor y amor.

Cuando miro atrás en el tiempo, veo a la primera amiga que hice de verdad a los nueve años, eramos inseparables y como dice alguien de su familia, yo siempre iba detrás de ella, al no tener hermanas, ella era la hermana que no tenía y la cuidaba hasta de ella misma, aunque ella contaba con una familia numerosa, unida y muy afectuosa, tanto, que yo llegué a creer que era parte de ellos y puedo decir que a pesar de que ha pasado mucho tiempo, todavía los recuerdo y me recuerdan con cariño. Ellos saben quienes son, y desde este rincón de Armonías les mando todo mi afecto a todos y cada uno  porque cada uno tiene un rincón especial en mi corazón.

La segunda amiga de corazón, tiene nombre de ángeles, y es como si fuéramos hermanas, me ha acompañado desde los 11 años hasta aquí, y estoy segura que me acompañará hasta el final del camino, estamos tan unidas y es tan especial nuestra amistad, que la gente al vernos piensa que somos hermanas, y creo que observándonos con detenimiento, hemos ido adquiriendo esos caracteres secundarios como la sonrisa, la forma de gesticular o la forma en que movemos la cabeza al escuchar algo con atención, ella ha estado en los momentos amargos y en los momentos felices, y somos la una para la otra, inseparables, incluso cuando el destino nos ha puesto en lugares distantes del mapa, nuestra comunicación nunca se rompió, cartas, llamadas, vídeos, etc., y los encuentros eran muy especiales, sacábamos tiempo de donde fuera para estar juntas y apoyarnos. Lo más rico, las pijamadas con una copa de vino y hablar y hablar hasta rendirnos.

Otras de mis grandes amigas, son mis dos comadres, cada una especial por si mismas, una más jovial que la otra, pero siempre ahí para lo que hiciera falta, las amo, las extraño, el corazón es tan  grande que cabe mucha gente en él. Han sido compañeras de Universidad, de la vida, de mil y una travesuras, de mil y una epopeyas personales, y siempre ahí dispuestas como los boy scout , a ellas les doy las gracias, no solo por ser madrinas, sino por ser amigas, en toda la extensión de la palabra.

Además tengo a mi amiga de la parte adulta, es una amiga muy, pero muy especial, con ella tengo esa comunión espiritual, que nos hace saber cuando una piensa en la otra, y nuestra ¨bruja interior¨nos hace llamar por teléfono y la otra dice, estaba pensando en ti, le encanta este blog, le gusta lo que escribo, y sabe que lo hago con el corazón abierto, como mi vida, que siempre ha sido un libro abierto, y ella ha llenado y llena muchas páginas de él. 

Se preguntarán si no hay hombres amigos, les diré que tengo muy pocos, pero es que mi mundo siempre estuvo rodeado de mujeres, y aunque me cueste confesarlo, siempre aunque los quiero un montón, me cuido mucho de manifestarlo, pues la mayoría tiene o ha tenido pareja, y aunque yo no me considero un peligro para nadie, siento que a veces me miran con recelo, y por ello, cuando en broma me dicen algo, que saben que me va a sonrojar, yo siempre les salgo con algún vaso de agua fría, literalmente, porque no quiero que mi amistad sea motivo de discordia, los quiero, los respeto y por sobre todas las cosas quiero que sean felices, y cuando me cuentan o comentan algún hecho de sus vidas,me siento un poquito parte de ese momento y me llena de felicidad, su felicidad, así como me entristecen sus penas, creo que al fin y al cabo eso es ser amigo, y yo no tengo género ni sexo en la amistad, solo soy un ser humano, amigo de otro ser humano.

Otro renglón importante en mi vida, son mis ex alumnas, aunque para ellas yo siempre seré en sus recuerdos, su profe de Biología o de Química, para mi siempre serán mis niñas, aún cuando ya todas son unas profesionales de éxito, madres, esposas, compañeras y amigas de sus amigos, y me encanta tener contacto con ellas, aunque sea a través de las redes, que dicho sea de paso, son un avance importantísimo para la humanidad.

Ah, me olvidada un renglón importante de mi vida, mis compis, mis compañeras del colegio y las de la Universidad, ese tiempo compartido entre todas, ha sido y es maravilloso, han pasado muchos años, y sin embargo, todas guardamos hermosos recuerdos de esos años vividos, las travesuras del colegio, las complicidades de la Universidad, esos ratos de irnos al Cubanito a comprar los perros calientes para la cena después de clases, o el día en que sobre el capó de mi coche iba una ranita blanca, que la pobre saltaba del capó al para choques, durante todo el trayecto desde la Universidad hasta la casa, y los que me veían haciendo gestos en el coche, me miraban, hasta que seguían lo que yo señalaba y se reían al ver a la pobre rana pasando apuros y yo preocupada porque no fuera a saltar y ser atropellada por un coche, esa noche nos reímos mucho todos los que compartimos la autopista a las 10 y media de la noche. Recuerdos y más recuerdos, por eso la frase ...¨Recordar es Vivir¨...

Gracias a todos/as por estar ahí, los quiero y las quiero, no digo nombres, nunca lo hago, para preservar el anonimato de ustedes, para cada una/o, saben que es sobre ellas/os que hablo. Dios los/as Bendiga a todos/as  y cada uno/a , son especiales y los/as amo de corazón.


Mireya Pérez




lunes, 3 de marzo de 2014

He soñado contigo...



Cuando alguien muy amado se nos va, nos queda en el alma ese vacío infinito, y la certidumbre de no volver a ver aquel rostro amado, ni siquiera la posibilidad de volver a escuchar su voz, la inflexión con que decía tu nombre o cómo te decía Mamá...

Es cierto que a medida que nuestro propio calendario vital va sumando años, meses y días, lo lógico es que los mayores nos antecedan en ese viaje último que todos vamos a realizar algún día, pero cuando es gente joven la que se marcha, tenemos ese sentimiento de culpa y de dolor profundo, nos preguntamos ¿qué más podíamos hacer?, y surgen los mil si hubiera..., que en la mayoría de los casos quedan sin respuesta.

Como seres humanos creemos que nuestro amor será suficiente para acunarlos, criarlos, defenderlos, pero lamentablemente no es así. Y surge poco a poco ese sentimiento de impotencia, porque no pudimos hacer más. Todo el amor del mundo y no pude hacer nada...

Hoy no se más que ayer, no puedo buscar más, pues no hay rincón en donde no te haya buscado, solo mis oraciones me acompañan en este duro camino sin ti, tengo pocos retratos tuyos, no te gustaba hacerte fotografías, pero en mi alma estás grabado a fuego carmesí. Tus hermosos ojos verde aceituna, tus cejas pobladas y tu sonrisa siempre cantarina, siempre echando bromas, riéndote de todo, y esa caballerosidad que no dejaba que su madre cargara ninguna bolsa y que cuidaba que la puerta del ascensor no se cerrara sin entrar su madre antes. Decías que las madres debían ser  gorditas para que los amigos no dijeran que eran guapas, y yo me reía y tu te enfadabas... Tantos recuerdos mi cielo, y yo con mis brazos vacíos y mis ojos secos con mi mirada perdida en el horizonte... ¿Por qué no estas? ¿A dónde has ido?.

Ayer soñé contigo y me decías que no me angustiara que estabas bien, y yo solo quería grabarme en la mente cada uno de tus rasgos como si no lo estuvieran ya, pero el sueño fue muy corto y no pude retenerte, solo puedo escribir esto, y compartir con muchas mujeres que como yo han perdido un tesoro, un amor tan grande que no hay palabras para expresarlo, Dios te Bendiga mi cielo, donde quiera que estés, mi amor siempre estará contigo hasta el día en que podamos reunirnos de nuevo, y ese día cumpliré la promesa de estar juntos para siempre. Mi hijo amado. Te quiero y te extraño, ¡que soledad tan grande ha dejado tu ausencia!. Pero siempre estarás en mi corazón, en mis oraciones y en mi pensamiento.,,

Solo soy una mujer, una madre, simplemente yo.


Mireya Pérez