Hace doce años ya que, en una revisión rutinaria me diagnosticaron Cáncer de mama bilateral...decirles que me sentí sobrepasada, es poco. Mi esposo llevaba ya 10 años luchando contra una terrible enfermedad que terminaría por llevárselo en octubre del 2015, pero en ese momento nada nos hacía sospechar que yo también tendría que enfrentarme, a mi manera, a esta nueva batalla...
Los primeros minutos ante esta noticia fueron de desconcierto, estaba sentada con mi bata de examinar, sentada en el cubículo que me habían asignado en la sala previa a las mamografías, que ya me habían realizado hora y media antes, y sobrecogida de frío, pues la sala estaba quizás a unos 16 ºC, vi con temor entrar a cuatro personas, luego sabría que dos eran médicos mastólogos, el radiólogo y un psicólogo. Por mis nervios atiné a decir
- Quién se va a morir aquí...-
Y la tos del psicólogo me daría una pista de lo que a continuación me informarían.
Yo suelo, por costumbre, ir a los médicos sola, nunca se me ocurre pedirle a alguien que me acompañe, quizás porque mi madre era así, no lo sé, pero aún hoy, y a pesar de toda la experiencia acumulada, lo sigo haciendo.
Me explicaron que habían encontrado un problema en amabas mamas y que me iban a someter a un examen más acucioso, prepararían una nueva cita para hacerme la biopsia, por tanto, me solicitaron que fuera acompañada, y así lo hice, mi esposo, con su silla de ruedas y yo, asistimos de nuevo a esta prueba donde me hicieron 56 punciones para extraerme la mayor cantidad de muestras posibles, y eliminar lo mejor que pudieron, parte de lo que aparecía en las mamografías y en el eco mamario. Tendría que esperar casi 10 días hasta saber los resultados, pero en el ínterin encontraría al médico que me brindaría, sin él saberlo entonces, una luz en el camino, pues creo que, si no lo hubiera conocido y no me hubiera dado tanta paz, a lo mejor, yo hoy no estaría aquí. Donde quiera que estés Biaggio Macaronne, siempre te voy a estar agradecida, por tu buen hacer, por ser un alma generosa y mejor profesional si cabe. Dios te bendiga siempre.
El resultado fue que debían operarme y así lo hicieron el 20/05/2007...
Después de todo el tratamiento y de los exámenes que me he realizado a lo largo de estos 12 años, sólo puedo sentirme agradecida a todos, a mi esposo, a mi hija, a mi familia, a mis amigas, fieles confidentes de todos mis miedos y angustias, a mi psicóloga, a la gente de la asociación a la que pertenezco, AMATE, por el apoyo que brindan a cientos de mujeres que como yo, se enfrentan cada día a esta enfermedad, al entusiasmo de los voluntarios, hombres y mujeres que siempre están dispuestos a darnos no sólo apoyo moral, sino también miles de sonrisas, actividades deportivas, lúdicas y musicales, para que entendamos y nos sintamos parte del mundo, porque la Vida continúa, aunque ya no tengamos UN PAR DE PODEROSAS RAZONES, de las cuales sentirnos orgullosas. Porque con el tiempo aprendemos a valorar que somos más que un cuerpo, somos seres humanos con experiencias y conocimientos valiosísimos y con mucho que aportar.
Hoy miro hacia el pasado y a estos doce años que se han ido en un abrir y cerrar de ojos y me sorprendo de lo que he crecido, de lo que he aprendido y sobre todo, estoy inmensamente agradecida a Dios, en primer lugar y a todos los seres humanos que me he encontrado en el camino y a los que seguiré encontrando hasta el momento en que a mí también me toque partir, por todo lo bueno, por todas las experiencias compartidas y por el cariño y la comprensión con el cual siempre me he sentido arropada. Gracias de todo corazón...
Mis compañeras de la vida en este Vía Crucis particular y yo, sabemos que no es fácil, pero que, una sonrisa compartida, un abrazo, una frase que se acompaña de una mirada dulce y afectuosa, son para nosotras, en nuestras horas bajas, pues las tenemos de vez en cuando, la mejor medicina que nos pueden dar y son gratis...
La vida nos da rosas y espinas, pero el aroma o la fragancia de estas son más dulces cuando aceptamos y agradecemos cada experiencia, cada enseñanza, cada vida ganada. Al final, lo realmente importante es la calidad de vida, y no la cantidad, son los pequeños grandes detalles los que conforman nuestra existencia y los que le dan valor y sentido a la misma, sabemos que los bienes materiales son transitorios, imperecederos, se quedan aquí cuando nos vamos, y a veces, son más un lastre que nos amarra y nos impide avanzar, que una ayuda, por ello, aunque agradecemos lo que nos rodea, valoramos hasta el infinito, las emociones y sonrisas, ante lo material que nos pueda acompañar.
Las lágrimas compartidas son más dulces, cuando son enjugadas con amor, con comprensión, con ternura... Los abrazos son más valorados, cuando nacen del amor y de la comprensión. Déjenme decirles que necesitamos muchos abrazos, infinitos... Aunque a veces tengamos miedo de decirlo, porque nos hemos creado una coraza de fortaleza que nos engaña a nosotras mismas, que se los digo yo, jajajaj.
Gracias Señor por esta vida, por estos doce años de aprendizaje, de crecimiento espiritual y emocional, por mi familia, por mis amigas, por la gente que pones en mi camino cada día de mi existencia, gracias, gracias, gracias....
Mireya Pérez
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