A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 24 de enero de 2020

Una gota en un estanque....

























Desde que estudiamos en el colegio o escuela, aprendimos que el agua, ese elemento indispensable para la vida está compuesta por dos moléculas de Hidrógeno y una de Oxígeno, H20. Hasta aquí vamos bien... jajajajaja...

Aquellos que luego estudiamos Ciencias, descubrimos que además, cada molécula de agua se unía a su vecina o no, a través de puentes de Hidrógeno... Si estaba en estado gaseoso o de vapor, los puentes no existían, si estaba en estado liquido, se establecían a cierta distancia unos de otros y si pasaba a sólido o hielo, estos puentes se acortaban y formaban esas imágenes espectaculares de los cristales o copos de nieve.

Cada día de nuestra vida, ese elemento esencial para la vida en este planeta azul que llamamos Tierra, está presente en todas las formas y situaciones inimaginables y sabemos, conscientemente o no que, sin ella, ningún ser vivo es capaz de subsistir. Desde la tierra como elemento o sustrato de crecimiento de bacterias, seres unicelulares, animales y plantas y por supuesto, los seres humanos, necesitamos de ese preciado liquido.

El agua, esa molécula sencilla, sin aparatajes ni planes de marketing alguno, nos demuestra cada día su vital importancia, tanto para cada ser vivo, como para el conjunto de los seres que formamos este planeta azul. De hecho, el color en el universo de nuestro planeta, es predominantemente azul, por lo grande y extenso de sus océanos y mares, que cubren más del 75 por ciento de su superficie.

Lo mismo sucede con cada uno de nosotros, quizás pensemos que el valor de un ser humano esté en su nivel Socio económico, Socio cultural o su nivel adquisitivo, o muy posiblemente a cualesquiera otra característica externa que se les pueda ocurrir. Pero estamos equivocados...

Cada ser humano, en su singularizad, es importante, porque todos, sin excepción, tienen algo que aportar al conjunto de la Comunidad, Población, países o continentes.

Poseemos una experiencia de vida, buena, mala, regular... En realidad no importa, lo trascendente y relevante es qué hicimos con ese aprendizaje, aunque nos haya costado un dolor profundo e incluso una pérdida irreparable... Todos, absolutamente todos, sobre vivimos a las circunstancias adversas , a las dolorosas,  a las gratificantes también y lo más importante de esos momentos tan distintos, es el aprendizaje que nos dejó.

Ahora, en esta etapa del camino individual, la tarea es Transmitir ese aprendizaje... Por eso el título de este Post de Hoy es ´UNA GOTA EN UN ESTANQUE´....

Imaginen por un momento que ustedes vienen caminando por un sendero y de repente sienten una brisa fresca, que los hace inspirar agradecidos, con los ojos cerrados, para disfrutar por un instante de ese frescor que alivia vuestro rostro,
agradecidos, porque venían cansados y ese instante de frescura en el aire, les levantó el ánimo. Al pararse, también se hicieron conscientes del murmullo de la naturaleza, de ese canto magistral de las aves e insectos que pululan cerca de ustedes.

Quizás por curiosidad den unos pasos más y de repente, ante ustedes, un espejo de agua, en el medio de la nada, limpia y cristalina, que les invita a acercarse y a buscar la posibilidad de disfrutar de ese paisaje de encanto, que jamás esperaron encontrar en su camino.

Algunos de nosotros, quizás se acercaría ala orilla para lavarse la cara y las manos, para retirar el polvo del camino... Otros se quitarían los zapatos y tratarían de refrescar sus pies, cansados del largo esfuerzo, en esas aguas que invitan a relajarse...

Por supuesto, los más osados, se zambullirían en ella y tratarían de aliviar el agotamiento del camino recorrido, dejando que su cuerpo flote en medio de ese oasis de paz que han encontrado.

Sin embargo, alguien más observador o curioso, habrá tratado de caminar alrededor del estanque, y de repente, se haya encontrado con ´un milagro de la vida´... Las hojas de una planta ubicada por encima de ese espejo de agua, van dejando caer lentamente y sin esfuerzo, pequeñas gotas de agua, del rocío mañanero, las cuales al caer, producen perfectos círculos concéntricos u ondas circulares, perfectas, que se van alejando hasta desaparecer de la vista, en perfecta armonía...

Esa gota perfecta de rocío, al caer al estanque, se transforma y se acopla al resto de cientos de millones de gotas de agua que forman ese universo que llamamos estanque. Humilde y sencilla, sólo busca crear la onda perfecta y al unirse al conjunto, sin destacar, sin llamar la atención, es consciente de que ella también forma parte del todo...

Hoy amigos lectores, les invito a ser esa gota de rocío, audaz, honesta y humilde, que se arriesga para ser parte del ´equipo´, del todo. Ella al hacer esto, no deja de ser agua, pero ayuda a transformar con su esfuerzo y su trabajo, al conjunto de gotas similares a ella y que el todo, que en este caso es el espejo de agua, sea el más maravilloso que hemos visto o conocido...

Dios nos bendiga.


Mireya Pérez




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