A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

jueves, 9 de julio de 2020

Y llegó el séptimo día... Mi cumpleaños!!! Yupiiiiii...









Se que para muchas personas el cumplir años, y en la cifra a la que yo he llegado, les parecerá algo de no anunciarlo con bombos y platillos, como he hecho yo pero... jajajaja... Ya me conocéis, yo soy así, qué le vamos a hacer ? jajajajajaj..

Pero ya hablando en serio, creo que, llegar a cumplir años, cuando la vida te ha puesto tantas zancadillas, y te ha mostrado tantos barrancos, donde despeñarse, es para festejarlo, abrir mi botella de vino preferida, un shiraz, y brindar por mí y mis ovarios bien puestos, jajajajaja.

Posiblemente no haya alcanzado todas las metas que me propuse, pero he vivido, he reído, he tenido un sueño en la piel, he sido amada y he amado, he cantado más de una Nana y por sobre todas las cosas, estoy viva!!!!!. A mí, que pertenezco a un grupo de mujeres y hombres que han superado una enfermedad, y que ha visto cómo gente mucho más joven y con más expectativas de vida, no lo han superado, me parece una bendición del Cielo, el poder estar aquí, escribiendo, conversando con ustedes en este monólogo existencial, y con mis amigos y seres queridos, mi hija, mis nietos... Con esos grandes amores de mi vida... Y por sobre todas las cosas, hacerlo con una sonrisa en los labios, en mi mirada y en el alma... Eso es quizás lo más importante!.

Leía estos días, parte de una entrevista a Isabel Allende, y hablaba sobre la edad... Yo comparto su sentir, y lo confirmo, después de haber ¨vendido todo el pescado¨, ya no necesitas estar al último grito de la moda, ni llenar tu zapatera de tantos zapatos que nunca usas, porque al final, siempre usas los más cómodos, ni necesitas comprar o tener tantas cosas, no, al final comprendes que es más hermoso encontrarte con las amigas y tomar un ¨barraquito¨o un cortado y unas birras, y reirte de la vida, de las chorradas que se te ocurren o se les ocurre y recordar los tiempos, pero sobre todo, pasar un rato agradable, sin competir con nadie, sólo el compartir esos momentos. ¨Pues la vida es un sueño y los sueños, sueños son...¨ Soliloquio de Segismundo, autor Calderón de La Barca.

Ahora, que ya puedo mirar atrás sin llorar o sin sentir miedo, que los sufrí en carne propia, no vayan a creer que no... Puedo decir con orgullo de mujer que estoy aquí, plantada en mis pies, con mi mirada diáfana y serena, clara en mis ideas, humilde y sencilla, alegre como un par de castañuelas, pues no puedo olvidar mis raíces andaluzas ni canarias, como tampoco mis costumbres y gustos musicales tan amplios y diversos, desde lo clásico a lo folklórico, mi joropo llanero, mi folias, mi golpe tocuyano, mis valses venezolanos, los tambores de Barlovento y de Naiguatá; mis fandangos, bulerías, rumbas y coplas... En mi alma hay millones de partituras, de todos los tiempos, de casi todos los ritmos, y al son de unos acordes, esa alma mía dibuja un compás y se mueve en las alas del viento, cual danzarina fugaz y efímera...

He cometido errores y seguiré cometiéndolos, lo sé, no puedo escaparme a ello, pero tampoco me siento culpable, los aciertos me han valido para avanzar en el camino y los errores han sido y seguirán siendo maestros de la vida, para corregir el rumbo, para observar con más detenimiento ese camino y para obtener nuevas herramientas para ese equipaje de vida. De vez en cuando, debo revisar esa maleta y desincorporar lo que ya no es útil, y volver a caminar, así hasta que llegue el último minuto... Todos nos vamos, no me queda ninguna duda, y también estoy clara en que no puedo ni debo llevar un equipaje pesado, más bien, debe ser cada vez más liviano... Como pétalos de flores en la caja de zapatos de mi vida...

Sólo me queda decirles GRACIAS infinitas...

Dios nos bendiga

Mireya Pérez




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