A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 3 de abril de 2015

Aprendiendo a cambiar nuestro ¨Programa mental¨al positivo...






Aunque nos parezca extraño e incluso inverosímil, nuestra mente está programada, desde nuestra temprana infancia, para sabotearnos todos aquellos cambios que queremos implementar en nuestras vidas. Sí, como lo oyen, no se si se han dado cuenta de las veces que tenían que hacer determinada cosa o visitar determinado lugar, de repente, el día de ese acontecimiento tan importante, nos despertamos tarde, pasamos mala noche o la noche en blanco, despertándonos cada media hora, e incluso, al ir a vestirnos, descubrir con sorpresa que la ropa que hasta hace dos días nos quedaba perfecta, hoy no la podemos utilizar...

A mi me pasó muchas veces, claro que hubo oportunidades en que el saboteador era un motivo externo: a uno de mis hijos se le subió la fiebre, mi esposo se olvidó de la cita y llegó a una hora que ya era imposible asistir sin parecer groseros, o la vez en que ya vestida para la boda de la hija de una de mis amigas más queridas, mi esposo se indispuso (lleva muchos años luchando contra una enfermedad muy terca), y al mirarlo a los ojos me di cuenta que no podría salir y divertirme, sabiendo que él estaba en casa solo...

Todas las veces en que programaba algo especial, y a lo mejor hasta lo comentaba con alguien, puas!!!, se venía abajo. No quiere decir que la gente influenciara en ello, no, es que a veces nuestra mente, que desde niños ha sido programada para decirnos que tal o cual cosa, no la podemos hacer, se presenta de repente y manda al garete cualquier cambio que queremos implantar en nuestra vida.

Por ello es tan importante descubrir a tiempo, qué es lo que nos motiva o nos desmotiva, y trabajar arduamente en ello.

A finales de los años 90, se empezó a utilizar en las empresas y a dar cursos a los ejecutivos sobre la Programación Neuro Lingüística o PNL, nosotros en nuestra empresa asistimos a una charla, y me quedé tan motivada, que en mi próxima incursión al mundo mágico de los libros encontré este y lo compré: DESARROLLE SU INTELIGENCIA ESPIRITUAL CON PNL de José Daniel Puche, Editorial Printer Latinoamericana Ltd, 2002. 

En uno de sus capítulos habla sobre las emociones, las cuales a veces llegan a dominarnos y hacer que cometamos errores garrafales, sin embargo y a pesar de ello, siempre hay nuevas oportunidades, bien para pedir perdón de corazón, a quien hayamos ofendido e incluso a nosotros mismos, y por supuesto, siempre hay una nueva oportunidad para enmendar y comenzar de nuevo, no importa si somos ya muy ¨viejos¨para ello o no.

Uno de los trabajos más arduos que demos realizar con nosotros mismos, es nuestra reacción ante los otros o ante situaciones que a veces nos superan. Hay personas que a la más pequeña palabra incomprendida reaccionan con violencia, incluso con rabia, y luego, cuando ha pasado el momento, quizás se den cuenta de su error, o no, e incluso, reconociendo que han emitido una opinión irracional, no se atreven a darse el permiso para disculparse, no, eso sería ir contra el orgullo propio, y muy posiblemente la persona piense para sí: 

- Antes muerta, que pedir disculpas!!!!-

Craso error...

Hay un cuento de la historia zen que dice lo siguiente sobre las emociones:

Allá por los años en que los guerreros Samuray se propagaban por toda el Japón, un guerrero japonés se acercó a un reconocido maestro zen para aclarar algunas inquietudes que tenía desde hacía tiempo.

- ¿ Qué es lo que desea saber? - preguntó el maestro.

-  Maestro, quisiera saber si existen el Cielo y el Infierno. 

- Ja!!!- exclamó el maestro- ¿ Qué te hace pensar que tu podrías entender lo que es el Cielo y el Infierno?. Son asuntos muy complicados y tu solo eres un inculto y embrutecido Samuray. No me hagas perder mi tiempo con tus estúpidas preguntas.

Por unos momentos el samuray quedó perplejo. Nadie, absolutamente nadie, le había hablado así jamás a ningún samuray. Eso significaba una sentencia de muerte instantánea.

- ¿ Es que acaso eres demasiado imbécil para entender lo que te he dicho?- espetó el maestro- No me hagas perder más el tiempo y vete de aquí.

El samuray explotó de ira. Desenvainó su sable y lo elevó en el aire dispuesto a descargar toda su furia. Pero justo en el instante antes de que su sable descendiera sobre la cabeza del monje, escuchó decir estas palabras:

- Esto es la puerta del infierno.

De nuevo el samuray quedó atónito. Su propia ira lo llevaba al infierno a él y a quienes atacaba. Y este gran maestro arriesgó su propia vida para demostrarle de la forma más clara posible lo que significaba el infierno. Inhalando profundamente, con lentitud el guerrero guardó su sable y se inclinó ante el gran maestro como muestra de respeto.

- Y esto- sonrió el maestro zen-, es la puerta al cielo.

Aprender a liberarnos del infierno de las emociones difíciles, como lo era la ira y el miedo, es una tarea que no requiere aplazamiento alguno. Las grandes sabidurías ancestrales proponen tres formas de abordar este trabajo:


  • Dominar y reducir las emociones difíciles, permitiendo su expresión en los momentos necesarios, siempre con una conducción sana para uno mismo y para los demás.
  •  Cultivar actitudes como la gratitud y la generosidad, para promover el amor
  • Cultivar el amor por el amor mismo.
Y otra de las cosas en las cuales debemos trabajar cada día es en reconocer que la fuente de nuestras emociones no están en el tejado de enfrente, no son culpa de otros, no, las emociones que sentimos son producto nuestro:

  • No podemos decir ¨Ella me hizo poner de mal genio¨, cuando en realidad deberíamos decir: ¨Me pongo de mal genio con ella¨...
A veces le achacamos a otros lo que sentimos, cuando en realidad no es producto del otro, es sólo una respuesta negativa nuestra ante tal o cual situación. Y debemos ser consciente de ello, y trabajar para ir sacando eso de nuestra ¨programación¨ especial.

Una profesora de Psicología de la conducta, nos dijo una vez, que nosotros podíamos reprogramarnos para manejar nuestras emociones, allá por los años 70, y nos proponía un ejercicio práctico y simple, que yo he utilizado infinidad de veces.

Imaginemos una situación que nos pone a la defensiva o nos entristece o incluso nos da miedo, crucemos el brazo natural ( el derecho o el izquierdo) sobre nuestro pecho. Ahora teniendo el brazo en esa posición, pensemos en un hecho que nos llena de alegría infinita y de paz y sosiego... Entonces con esa imagen en la mente crucemos el otro brazo por encima del anterior e identifiquemos qué sentimos ahora. Por experiencia propia les diré que se deben sentir relajados y tranquilos.

Este ejercicio lo pueden hacer cuando sientan que no van a poder sobre llevar la angustia, solo unos minutos, y en cuanto  hayan encontrado la serenidad, bajen los brazos y hagan otra cosa. Les aseguro que habrán equilibrado sus sentimientos y podrán afrontar la situación con más calma. Incluso ya no cruzo los brazos físicamente, lo hago en mi mente, respiro profundo, y luego de haber hallado la paz mental, continúo con lo que estaba haciendo, de forma normal.


Existen muchos libros de autores conocidos, y por descubrir que nos pueden ayudar a buscar ese centro que necesitamos, porque independientemente del camino que tomemos, debemos mejorar e ir hacia el lado positivo en todas y cada una de las fases de nuestra vida. Estar en armonía con el entorno y en paz con nosotros mismos. 

Si así lo hacemos, lograremos infundir nuestra paz a los demás y el ambiente será mucho más claro y grato para todos.

Que Dios nos bendiga.

Mireya Pérez.






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