A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 13 de diciembre de 2014

Prosperidad en el alma y en la vida...









A menudo cuando pensamos en la palabra Prosperidad, quizás nos venga a la mente la imagen de un hombre rico, famoso, adinerado, con hermosas mansiones por todo el mundo, con una familia extensa y aparentemente feliz...

Sin embargo, no se nos ocurre pensar que todos somos y podemos ser también Prósperos y Felices, aunque no tengamos posesiones materiales aparentemente abundantes. 

Creo firmemente que la prosperidad está en la mente del que la posee, de una forma natural, partiendo del principio básico, de que Nada le falta.Y esa es precisamente la clave de todo, el pensar, sentir y creer que no nos hace falta nada, que todo cuanto necesitamos está a nuestra disposición, para el momento en que lo necesitemos. No hace falta ser un multimillonario, para tener abundancia en nuestras vidas.

Conozco de cerca a personas que aparentemente son muy prósperas, exitosas e inmensamente ricas, sin embargo, se que no son todo lo felices que podríamos pensar, porque sencillamente, ni el dinero, ni las posesiones nos hacen felices, a veces en realidad el tener una inmensa fortuna, propiedades, etc, son una carga moral y existencial, porque hay que destinar mucho esfuerzo y dinero para mantenerlas, para estar al día en los impuestos, en el desempeño de todos y cada uno de los miembros del equipo, de la familia, y sobre todo, por la exposición mediática. 

Estas personas que aparentemente lo tienen todo, carecen de algo muy esencial en la vida, el derecho a la Privacidad. Los medios de comunicación, las redes sociales, etc., le restan la oportunidad de hacer las cosas más sencillas como: caminar por un parque, jugar con los hijos, ir incluso a un cine, no tienen manera de hacer las cosas que más le gustan, sin que los acosen, sin que les quiten hasta el último atisbo de ser ellos mismos, cada movimiento está supervisado, medido y sopesado. Eso no es vivir!!!!.

No debemos pensar que, por carecer aparentemente de la abundancia de otros, nosotros no seamos prósperos, no, al contrario, somos muy prósperos!!!. 

Somos inteligentes, capaces, preparados, dispuestos al logro. Humildes de corazón, abiertos y receptivos. 

Nuestro hogar y nuestra familia es próspera, está llena de la fuente inagotable del amor, porque en el amor está reflejada la abundancia con la que Dios nos inundó el alma. 

Si en nuestro corazón hay amor en abundancia, hacia los nuestros, hacia los amigos, hacia los animales, habrá abundancia en nuestra vida, y todo llegará en el momento preciso, a través de fuentes insospechadas, pero siempre como manantial que brota sin cesar de las entrañas de la tierra.

El manantial no se pregunta si es abundante o no, simplemente aflora a través de las piedras, y recorre su camino, haciéndose cada vez más  grande y vigoroso, convirtiéndose en riachuelo, río, lago y luego mar.

No debemos olvidar nunca que somos hijos de Dios, y mucho menos olvidar las enseñanzas de Jesús, a veces olvidamos que El a pesar de ser el Hijo de Dios Vivo, jamás hizo ostentación, al contrario, ni siquiera llevaba equipaje, caminaba de un pueblo a otro llevando la Palabra, comía con los discípulos y con el pueblo llano, dormía donde les agarrara la noche, a veces en cobertizos, otras en el campo, con una piedra como almohada, pero nunca se sintió pobre y mucho menos pensó que le faltaba algo.

Sin embargo, cuántas veces no nos habremos descubierto a nosotros mismos pensando que nos falta esto o aquello para ser felices... Ingratos corazones!!!. 

La felicidad no está en lo que tenemos, en lo que aparentemente poseemos, y mucho menos en aquello que creemos nos hace falta. ¿No entendemos acaso, que nada de lo material que nos rodea nos pertenece verdaderamente?, que simplemente son objetos para ser utilizados, cuando hacen falta, y que nunca se irán con nosotros, cuando nos toque partir. 

Ya lo he comentado en otros artículos, nada de lo que nos rodea se va con nosotros, todo se queda, y a veces lejos de ser una bendición, se convierte en una carga para los nuestros. Y sin embargo, a veces perdemos tanto tiempo y energías valiosas para nuestros hijos, en proseguir o ir tras un sueño, que es simplemente una quimera, algo que no necesariamente nos va a traer felicidad.

No quiere decir que no tengamos derecho a soñar, no, es bueno tener sueños e ilusiones, pero nunca sacrificar a los que amamos, por esos sueños. Pues al final, serán como el Sr. Scrooge del Cuento de Navidad de Charles Dickens, pero sin la fortuna de poder ver los tres ángeles de las Navidades Pasadas, Presentes y Futuras. Y qué triste sería llegar a la vejez solos y abandonados, aunque tengamos fortuna, pero sin tener con quien compartirla...

Seamos como dice la Biblia...

...Bienaventurado el hombre que medita de día y de noche.

Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y sus hojas no caen;
Y todo lo que hace prosperará.

Con sabiduría edificará la casa,
y con prudencia se afirmará,
y con ciencia se llenarán las cámaras
de todo bien preciado y agradable...

... El Señor es mi Pastor, nada me faltará...


Que Dios nos bendiga y haya Abundancia y Prosperidad en nuestros corazones, nuestro hogar y nuestra familia.

Mireya Pérez



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