A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

jueves, 18 de junio de 2015

Una mirada... Una ilusión...







Lo más hermoso de ser humanos, es que cada día podemos y debemos tener nuevas ilusiones en la vida. Así sea algo muy pequeño, como cambiar un porta retratos por otro, hacer un paseo, programar una cena con la familia o los amigos, salir a mirar escaparates, aunque no vayas a comprar nada, sólo el vestirte y salir, te da un aire nuevo. Y aunque es cierto que la vida pasa, sin que nos demos cuenta y de repente nos encontramos a un paso de la llamada ¨tercera edad¨, también es cierto que algunas de las cosas que nos molestaban o nos inquietaban, han pasado a un tercer o cuarto plano, jajaja, para las mujeres llegar a la menopausia o dejar de tener la visita de la tía Luisa cada mes, deja de tener importancia, y si encima llega sin que te avise y pasa como si nada, pues mucho mejor.

El paso del tiempo es inexorable, y los que tenemos la suerte maravillosa de amanecer cada día, aunque tengamos algún que otro achaque, es un regalo de Dios y de la vida, que nos presenta ese nuevo día, como un reto a nosotros mismos, y  el superarnos a nosotros mismos, sin competir con nadie ni por nada, es también un aliciente más.

Creo que estamos en la etapa de la vida en que ¨los mandados ya están hechos¨, bien o mal, pero están hechos. Ya no hay que correr a la guardería a buscar al más pequeño porque se cayó y está llorando desconsolado por su mami, o por su papi. Los problemas de asistir a la reunión de padres y representantes, justo el día en que en tu trabajo hay una reunión de gerentes a la cual no puedes faltar, también es algo que ya no te causa angustia, ni desaso ciego, aunque quizás me digan que a pesar de que los hijos han crecido, ahora hay otros problemas, sí, pero la forma en que los enfrentamos es distinta. Ya no nos ahogamos en un vaso de agua, al contrario, tomamos el vaso, nos tomamos el agua, posamos el vaso en la mesa, miramos a todos, y nos levantamos de la mesa, tan campantes, con un: 

 Ahí les dejo eso!!!! jajajajaj.

Hemos aprendido, con el tiempo y la evolución mental, a priorizar las cosas y a no darles tanta importancia, y si hay que poner atención y resolver, lo hacemos sin que se nos corra el rimel, se nos caiga una pluma, o perdamos la serenidad, porque para eso tenemos algo muy preciado: Experiencia. Y esa experiencia no hace ver las cosas desde otro punto de vista, y valorar las cosas desde otra perspectiva, gracias a Dios hemos llegado hasta aquí, con nuestros problemas, circunstancias, alegrías y tristezas, que nadie llega sin haber tenido sus problemas. Pero lo importante es cómo los enfrentamos, si nos ahogamos o si salimos a flote.

Recuerdo una vez cuando era adolescente, había ido al club con mi hermano y mi padre, y estaba atravesando a nado la picina olímpica y de repente me dio un calambre en el pie, de los que hacen que se te atrofien los dedos, por lo distorsionado de su posición y con un dolor inmenso, en apenas segundos pasé de la sensación maravillosa de nadar, al pánico de ahogarme, pero una voz interior me dijo: ¨nada de espaldas¨, y sólo con el impulso de mis brazos llegué hasta las escalerillas y ahí pedí ayuda para salir de la picina, pues el calambre continuaba y no podía pisar.

Esa voz interior la he escuchado en otras oportunidades, donde he tenido una situación de peligro inminente, y al escucharla y seguir su consejo, me ha hecho llegar hasta aquí. En el plano laboral también ocurren esas cosas, a veces hemos escuchado o sentido que debemos hacer tal o cual cosa, y cuando no hemos seguido ¨esa intuición¨, muy posiblemente hayamos tenido algún tipo de disgusto o sensación de intranquilidad. Pero siempre se ha presentado la oportunidad de enmendar la situación, pedir disculpas si hay que hacerlo, y seguir adelante.

Nada en la vida es inmutable, todo varía, todas las circunstancias van cambiando, y en la medida en que nos vamos haciendo cada vez más ¨conscientes de nosotros mismos¨como seres que evolucionan y piensan, las cosas van adquiriendo otro cariz, otra  importancia, sin que nos sintamos mal, e incluso hemos llegado a aprender a decir que NO, cuando antes teníamos el ...Si, pero.... Incluso en ese momento, nos podemos dar cuenta o aterrizamos y vemos con claridad, cómo hemos aprendido, y lo bueno que es haberlo conseguido. Uno se siente liberado!!!!.

Ahora, conscientemente, vemos algo o soñamos con algo, y mentalmente nos hacemos el propósito de alcanzarlo, sin que para ello tengamos que hacer grandes esfuerzos o sacrificios, y si así lo requieren, calculamos el gasto de energía y potenciamos nuestro entusiasmo para lograrlo. Sabemos que podemos y debemos trazarnos planes a corto, mediano y largo plazo, vamos tomando nota mental de nuestros progresos, y si alcanzamos aquello que nos ha inspirado, quizás hasta nos demos un premio por ese logro, aunque ese premio sea solamente comernos un pastel con una amiga, hacernos el quesillo que tanto nos gusta o ir a ver al artista tal que se presenta en el Teatro en la fecha cual...

Las prioridades cambian, en la medida que el tiempo pasa, hoy le damos más importancia a la calidad del tiempo, que a la cantidad del mismo. Una hora con los seres queridos, en armonía, con alegría, es más valiosa que toda una tarde en tensión por si llegan tarde, si los niños se ensucian la ropa o cualquier otra situación. Le damos importancia a los detalles importantes y dejamos pasar, sin preocuparnos demasiado, aquello que carece de importancia. La ropa se puede lavar, pero el revolcarte con tus nietos en la grama del parque no tiene precio... para todo lo demás, existe el jabón de panela... jajajaja.

Tener una ilusión en la vida, sin importar la edad, las circunstancias o la situación de cada quien es importante, porque si se vive sin ilusión, no hay alegría, no se puede compartir con los demás, aquello de lo que carecemos, la alegría, la felicidad, la podemos compartir, si tenemos algo por lo que vivir, algo que aprender, algo que hacer y algo que soñar. Es muy importante para todos nosotros.

Miremos ese nuevo día que se nos presenta, totalmente nuevo, a estrenar, con alegría, con entusiasmo. Sabemos por experiencia, que ocurrirán cosas nuevas, que escaparán a la rutina, siempre hay algo nuevo que ver, algo que compartir y algo por lo que soñar. Sólo necesitamos el empuje de querer vivir y compartir con la gente que queremos esas nuevas y maravillosas experiencias o vivencias que la vida nos presenta en su continuo viaje hacia las estrellas y más allá!!!!.

Que Dios nos bendiga a todos.

Mireya Pérez



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