Desde que era niña, siempre hubo animales en casa, perros, gatos, tortugas, peces, incluso papá llegó a tener en lo alto de la casa un palomar y un gallinero...Hasta que un buen día, yo quise hacer lo que él hacía en el gallinero, y la pequeña niña de cuatro años que era yo...¡salió con varios picotazos, una alergia a las plumas y mi orgullo herido!!!!! Buahhhhhhhh, jajajajajaj.
Les tengo terror a las gallinas, prefiero verlas de lejos, y cuando estábamos en cuarto año de la carrera en la UCAB, nos tocó en la clase de Taxidermia, pelar un pollo, y ¿quién salió a pelar el pollo????, pues esta señora que viste y calza, no podría haber sido otra!!!!, estaba ya de casi 9 meses de embarazo, y me puse hinchada: las manos... la cara..., tanto que esa tarde las chicas hicieron unas fotografías, y cuando años más tarde me las mostraron, no me reconocí...jajaja. Ese día el Doctor Breddy me preguntó cuánto me faltaba para dar a luz, y le dije que el 26 de enero salía de cuentas...obviamente me mandó a casa, dí a luz el 31 de enero a mi hija mayor y el 7 de febrero me reincorporé a clases, porque estábamos en los exámenes del trimestre y no podía faltar...
Observar a los animales es algo fascinante, si lo hacemos desde el punto de vista de un observador, o el de un dueño de ellos, ¿suena feo verdad?... Lo acabo de escribir y ha herido mi alma, ¿cómo nos sentiríamos si alguien o algo fuera nuestro dueño o dueña?...me aterra pensarlo. Sin embargo, los seres humanos, una vez que empezaron a asentarse y formar colonias, lograron amaestrar y hacer que los siguieran y acompañaran, unos perros lobo, que después darían lugar a los diferentes perros y/o razas que conocemos en la actualidad, aunque muchas de ellas, sean producto del cruce de razas para mejorar sus características o para hacer de ellos animales más agresivos. Aunque a decir verdad, en esta parte de la agresividad, yo que tuve dos Pitsburg en casa, jamás fueron agresivos, al contrario, han sido unos de los perros que mas me han amado y yo he amado.
Allá por el año 2000 mi hijo tenía una novia que era dueña de una perra Pitsburg preciosa, era de un gris tirando a rosa, espectacular con los ojos azules, y cuando la cruzaron nos vendieron uno de los cachorros, era gris oscuro, con ojos azules, y yo quería llamarlo Blue, pero mi hijo que sería su dueño oficial le puso Nerón... Sin yo saberlo, mi hijo le dio algunas vitaminas que mi esposo tomaba ya para su enfermedad, un polivitamínico muy conocido. Así que como efecto de estas medicinas, Nerón llegó a ser un cachorro, y luego un adulto más alto de lo que hubiera sido sus contextura natural....tanto, que imagínense, que yo mido 1,72 descalza y Nerón ponía sus dos patas delanteras en mis hombros y su cara quedaba a escasos centímetros de la mía, y sus ojos verde azulados, me miraban con intensidad, pero como nunca le tuve miedo, le decía medio en broma, medio en serio:
_ Nerón, no lo intentes, por más que me mires así, no me vas a contar nada, pues no te entiendo..._ Craso error, porque él lo intentaba hasta que por fin yo descubría qué me quería decir.
Una de sus características más acusadas era el de ser un cazador, y esto no sólo lo hizo este perro, sino que también una bóxer enrrazada con doberman, con el cuerpo y la cara del doberman, pero con el color de piel del bóxer ámbar miel, se llamaba Tizona, como la espada del Mío Cid, y durante 16 años, fue una perra maravillosa, le encantaba atraparme con sus patas delanteras y sólo dejarme mover mi mano derecha para que la acariciara, y su mayor delicia, es que yo le diera con mi mano, el pienso, ese era su momento máximo, pues la mayoría de los perros que tuvimos en la casa, siempre dormían en el jardín en una caseta que tenían para su resguardo.
Tanto Nerón como Tizona, cuando algún animal se atrevía a pasar por los jardines, ellos los capturaban, les arrancaban la cabeza, y venían a la reja del patio a traerme sus ofrendas...La primera vez que lo hicieron casi me desmayo..., pero también aprendí que no podía acercarme a recoger a los pobres animalitos, hasta que ellos quisieran, y era un tormento para mi.
Pero, hubo muchos momentos de risa con ellos, sobre todo con Nerón que fue el último perro grande que he tenido hasta ahora.
Nuestra casa empezaba en una calle, y los jardines con frutales llegaban hasta la otra calle, y Nerón que se sentía dueño de su entorno, de alguna manera logró abrirse algún hueco entre la reja y la tierra, hasta que un día se escapó...Esa noche, eran como las seis de la tarde, cuando en la autovía que quedaba a unos quinientos metros de casa, se oían los bocinazos de los coches, y a mi hijo se le ocurrió ir a buscar a su perro al jardín, y al ver que no venía, se alarmó y unió los ruidos de la autopista con el perro desaparecido, como pude me puse un pantalón y un suéter y salimos en mi coche a buscar el perro, hicimos el recorrido que pensamos que habría hecho el animal, sin efecto alguno, pero cuando ya veníamos de regreso a casa, vimos con asombro, cómo él con la cabeza baja y muy triste subía la calle, apenas me dio tiempo a frenar y aparcar me a un lado, cuando ya Nerón se metía por la ventana, y se montaba en mis piernas, y gemía y suspiraba, y sus cejas, hacían un movimiento como si fuera un ser humano, a duras penas pude convencerlo de que se acostara en el aviento del copiloto y él puso su cabeza sobre mi regazo, y así llegamos a casa, por supuesto no quería salir al jardín, y entró en la sala y se lanzó a mis piernas haciendo que yo cayera sobre el sillón y él encima gimiendo y suspirando y yo que siempre he hecho voces como si ellos hablaran, decía:
_ Mami, si supieras!!!!!_ gemía, me miraba y se ponía de nuevo en mi regazo_ yo salí a explorar ese mundo, pero (suspiro) no pude!!!!_ Todos los coches me daban bocinazos y los coches casi me llevan por delante.... Y yo sólo quería regresar a casa...._ Prometo no volver a escaparme...
Me daba una pena enorme por mi ¨pequeño bebé¨ jajaja, pero ya no pude aguantar y me puse a reír hasta que me salieron las lágrimas, mi amado Nerón, de ahí en adelante se convirtió en un buen chico, jajajajaj.
En otra oportunidad, la novia de mi hija me trajo a la madre de Nerón para que estuviera con nosotros un par de meses, pues había hecho una travesura en su casa, y su madre estaba que la mataba...Sólo que la perra era mucho más grande que ella, así que la trajeron a casa y decidimos ponerlos en la entrada de la casa en el garaje...
Un buen día, un sábado cuando salí a lavar el patio, de alguna manera lograron abrir la puerta de la casa, primero bajaron haciendo alborotos en la casa, y tras los gritos de mi esposo y de mi hija, volvieron a subir... Yo, al oír los gritos, entré y empecé a buscarlos, pero no los encontraba por ningún lado, hasta que de repente, por el rabillo del ojo me pareció ver un movimiento...y cuando giré la cabeza...¡ Sorpresa!!!!!, los dos zánganos se habían acostado en el sillón y tapado con los cojines, pero dejaron sus hocicos a la vista, y entre el camuflaje del sillón que tenía unos forros de flores en malva, gris y rosa, mis dos ¨tesoritos¨estaban escondidos...
Me dio tal ataque de risa, que me eché al piso a reír, a carcajada limpia y mi familia acudió en tropel, a la sala a ver qué pasaba, todos quedamos boqui abiertos por la ¨inteligencia¨ de ese par de animales tan espectaculares y amorosos, por lo menos lo fueron conmigo, y los pobres pensaban que me habían despistado...Siempre los recuerdo con inmenso cariño, el día que los entregué a su dueña, y regalé a Nerón, lloré a lágrima viva, como si perdiera a uno de mis hijos, así los amaba y ellos a su manera me reciprocaban ese amor.
Hoy, es Princesa mi compañera, que siempre está a mi lado, incluso cuando rezo, ella se pone acurrucada, cerca y espera con paciencia infinita el próximo movimiento de su dueña o su mami...
Los animales dan trabajo, lo sé, y mientras más grandes, mayor es el tiempo que hay que dedicarles, pero a cambio te dan tantos momentos de alegría, compañía y fidelidad, que a pesar del esfuerzo, para mí, en lo particular, vale la pena.
Con los gatos, no tengo química, aunque una vez uno de los gatos de mi amiga, que en quince días de viaje no me había hecho ni caso, la noche de la pijamada de despedida, se lanzó a mi regazo y me ronroneó, como deseándome un feliz viaje, jajajaj.
Así que amigos y amigas, si tienen animales en casa, es la mejor forma de enseñarles a los hijos una parte de la responsabilidad que encierra tenerlos con nosotros, pero a cambio nos dan mucho más de lo que podamos esperar.
Dios bendiga a todos nuestros animales, tanto los que el hombre ha domesticado, como aquellos que se encuentran en vida salvaje. La mayoría de ellos conforman una parte importantísima del equilibrio de la naturaleza y del macro Ecosistema que llamamos planeta azul o Tierra. Son importantísimos y a veces, no los valoramos lo suficiente, asi como a las plantas.
Un abrazo grande para todos, que Dios nos bendiga siempre.
Mireya Pérez
Un abrazo Mireya, y ya nos mostraras una fotografía de Princesa, feliz noche
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