A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

lunes, 2 de noviembre de 2015

El tiempo...ese Patrón dueño de nuestro paso por la vida..




A pocos días, del primero de los muchos meses y años que seguirán a tu partida, me siento como si esto no me estuviera pasando a mí, como si le pasara a otra mujer distinta de la que soy...No crean que me engaño, sólo que es tan difícil razonar lo que es tan obvio y elocuente...el espacio vacío, el aprender a cocinar para una sola persona, el adaptarte a este nuevo silencio, aunque te descubras más de una vez comentándole algo, como si todavía estuviera a tu lado, separados sólo por una pared, entre el estudio y su cuarto...ese que ahora, ya vacío, permanece cerrado, esperando el tiempo para ser renovado, pintado...

Y los días se suceden uno detrás del otro, sin prisa, pero sin pausa, como siempre ha sido, y siempre será. Porque así ha sido desde que el hombre tiene conciencia del paso de los días, desde la primera vez que observó los cambios de la luna, sin saber que eran sólo fases que muestra en su traslado en la elipse que recorre junto a la tierra, mientras ella misma le da vueltas... 

Aquellos primeros hombres y mujeres creían que el sol y la luna eran dioses, y la madre tierra, así como los ríos y los mares, los vientos y la lluvia, todos y cada uno de ellos, eran regidos por una deidad, o así lo creían ellos, y les hacían ofrendas, les cantaban y danzaban para pedir que tuvieran buena caza y buena cosecha... han pasado miles de años, y ahora el hombre habla de conceptos tan avanzados, que a un mismo ser humano de hoy en día, le sería casi imposible hablar de aquello que los científicos llaman hoy en día los diferentes planos de energía del universo, incluyendo aquellos que piensan que el universo se sigue expandiendo, sin final, y que muy posiblemente se asemeje a una silla curva...

Pero yo estoy o estamos en este plano del instante espacio-tiempo, que conocemos, donde la única alternativa que me queda es aceptar y seguir adelante, adaptarme a esta nueva etapa de la vida, en la cual estoy inmersa en soledad, pero aparente, porque aunque no estén ahí todos los minutos del día, se que cuento con la gente que me quiere y a quienes quiero, con mis hijos y mis nietos, con mis amigas, con mis amigos, con la familia cercana o lejana, pero se que todos, a su manera me envían su amor y aprecio y esperan que supere con creces esta nueva etapa a la cual le tenía tanto miedo. Mi esposo diría,¨mataste al tigre y ahora le tienes miedo al cuero¨.... No porque yo lo haya matado, sino porque llegué a esta etapa, la enfrenté y la seguiré enfrentando cada día de mi vida.

Se acercan fechas importantes para nosotros, las Navidades, nuestro aniversario de bodas, el cumpleaños del nieto, y tantas fechas que tenían un hondo significado para los dos, y ahora seré yo sola el testigo mudo de esa ausencia... El tiempo pasa, nos vamos haciendo viejos...y ayer escuché ¨El último vals¨...

El tiempo...es un Patrón inflexible, que no admite que te escondas, ni que quieras seguir soñando, no, hay que despertar, levantarse, mirarse al espejo y decir: buenos días tristeza, aquí estoy cada día más serena, cada día más entera...Aquí estoy!!!!!

Que Dios nos bendiga, pero sobre todo que me brinde su apoyo, cuando mi alma no pueda dar más de sí...


Mireya Pérez


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