A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 21 de julio de 2015

Debajo de la piel...








Cuando hablamos de la piel, muchos de ustedes habrán pensado al leerlo, que esto iba de un tratamiento para las arrugas, para las líneas de expresión, para la hidratación..., y un largo etc. Pero no, no soy especialista en esa área, y aunque tengo algunos trucos de ¨belleza¨no soy afecta a utilizarlos sino en raras ocasiones, sin embargo si soy amante de comer frutas y alimentos que nos ayuden a tener una mejor piel, o por lo menos a conservarla.

Dicen que somos lo que comemos, y a veces es cierto. Las mujeres de mi casa se caracterizan o nos caracterizamos por tener una piel de muy buena calidad, y creo que una de las cosas que más influencia ha tenido en ello, es lo que hemos comido desde niñas.

Por ejemplo, en mi casa materna, el primer plato siempre era una sopa, así fuera de fideos, seguida de un segundo plato, y el postre siempre era una fruta: plátano o banano o cambur, como le dicen en Venezuela; papaya o lechoza y algunas veces otras frutas como las manzanas, el melón o la patilla.
De merienda, en mi caso, la preferida era, aunque no lo crean... comer la mitad de un pepino, bien fresquito con azúcar, o tomates con sal o mangos verdes con azúcar... Delicia total!!!!

Ya de adulto y siendo ama de casa, nunca faltaba en mi casa, y aún sigue siendo así, las frutas de la temporada: uvas, papayas, piñas, melones, patillas, manzanas, fresas o frutillas, nectarinas, higos, naranjas... Siempre las que estén a mejor precio. Jugos o zumos de frutas, la avena en ojuelas, los cereales, la leche descremada, los quesos blancos, etc.

De vez en cuando, por períodos cortos de tiempo, aproximadamente  unos dos meses, tomo vitamina E, y ahora que estoy en ¨edad¨tomo Colágeno con Magnesio, y polivitamínicos.

Pero la base de mi piel es por sobre todas las cosas mi forma de ser...Nadie tiene una idea de lo importante que es para nuestra salud corporal y mental, nuestra actitud ante la vida y ante las circunstancias de la vida... Y aquí radica el mayor secreto de belleza de alguien que ha llegado a los 60, sin arrugas en la cara y sin utilizar implementos quirúrgicos.

Si nuestra mente, nuestra alma y nuestra conciencia está en paz, nuestro cuerpo así lo refleja, y se nota. Es muy bonito cuando alguien nos conoce que nos diga piropos como: ¨Señora qué paz tan maravillosa transmite usted¨!!!!...

Quizás sea parte de la vida, del entorno o de las enseñanzas que hemos recibido, pero sí estoy consciente de que nuestro aspecto, nuestro rostro, es el reflejo de las emociones, de la forma en que vemos al mundo, y por sobre todas las cosas, de lo agradecidos que estamos a la Vida y a Dios, por las cosas maravillosas que hemos vivido, por las personas que hemos conocido, y por lo que hemos aprendido y compartido. Aunque la vida nos haya dejado alguna que otra cicatriz, pero sabiendo que no somos ni el cuerpo, ni la cicatriz, que somos el alma que habita en ese cuerpo.

Debajo de la piel, surgen una serie de sensaciones, y las transmitimos a través de los gestos, las miradas, las sonrisas, y es tan bonito ver la vida de frente, sin miedos, a cara descubierta, con alegría y con agradecimiento por estar vivos, por habernos superado a nosotros mismos, por las personas que nos rodean, por la gente que en un momento dado compartió el vagón de nuestro tren, aunque después se haya marchado... Porque todas las experiencias son enriquecedoras, aún las que nos dejaron alguna lección dolorosa.

Por ello, más de una vez me habrán oido cantar, una canción de José Luis Perales, escrita para Isabel Pantoja, donde dice:

...Hoy debo confesar 
que he tenido un sueño en la piel
que he cantado bajito alguna nana...

que me gusta el perfume de azahares
y que llevo en el alma
mi Venezuela querida, mis hijos y mis nietos...

Y agrego yo:

Que llevo en mi equipaje de la vida:
mis sueños de niña,
mis sueños de joven enamorada
de la madre que acuna y mece al son de una nana
de la abuela que ríe en la sonrisa de los nietos
de la mujer que ha llegado a esta vera del camino
con la mente clara y despejada
con la luz alegre de cada mañana
con la luz menguante de cada tarde 
de este verano de su vida...

Hermoso, vibrante y especial
como todo lo que es bueno y maravilloso
porque estoy viva y tengo sueños
porque estoy viva y soy agradecida
porque a pesar de todo, he sido bendecida...

Mireya Pérez

Dios nos bendiga a todos, y cuiden lo que comen, pero sobre todo cuiden lo que piensan, y si es algo amargo, apartenlo de su lado, respiren profundo y sigan adelante, no lleven consigo lastres que no valen la pena llevar. Es muy largo el camino, y hay que ir lo más ligeros posibles. Sin ataduras emocionales, sin amarguras, sin rabias contenidas. Sobre todo perdonen y perdónense, siempre...


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