A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

lunes, 21 de septiembre de 2015

Los grandes maestros de mi vida... Los Libros...












Para mi es imposible pensar en mi vida, sin tener libros cerca, alrededor o en mi casa. Llegué incluso a tener libros en mi oficina de Gerente, y siempre, como en la época de Docente, esa pequeña Biblioteca personal, parecía un acordeón: prestaba libros, me los devolvían, y se reciclaban, me gustó mucho, porque sé que esos libros ayudaron a personas que se encontraban desorientadas o angustiadas, y a través de ellos pudimos, tanto el autor, como yo, darles una luz en ese aparente¨túnel ciego y oscuro¨ que tenían.

Libros del Dr. Wayne Dyer, Dr. Depra Chopra, Louise Hay, Og Mandino, Richard Bach, Aracelis Egea, Marcia Grass, Paolo Coelho, Rabindranath Tagore, etc.

De éste último voy a copiar les un pequeño fragmento que tiene una enseñanza muy apropiada para todos lo que en algún momento hemos tenido una pena, que creíamos nos iba a durar para siempre...

...¨Iba yo por un camino lleno de yerba, cuando de repente, una de ellas me dijo:

_ ¨Mira a ver si me conoces¨...

Me volví, la miré y le dije:

_ ¨No me acuerdo de tu nombre¨...

Ella dijo:

_ Yo soy aquella primera Tristeza grande que tuviste cuando joven...

Parecían sus ojos una mañana con el rocío todavía cubriendo su rostro.

Estuve callado un rato, y luego le dije:

_ ¿ Has perdido aquella carga inmensa de tus lágrimas?.

Ella sonrió sin contestarme: Comprendí entonces, que sus lágrimas habían tenido tiempo de aprender el lenguaje de las sonrisas.

_ Una vez dijiste_ suspiró_  que ¨acariciarías tu tristeza para siempre¨.

Avergonzado, respondí:

_ Es verdad, pero los años han pasado y lo olvidé.

Entonces cojí su mano en la mía y le dije:

_ Pero tu también has cambiado.

Me contestó:

_ Lo que fue Tristeza un día, es ahora un remanso de Paz....

Del libro Obras Escogidas, Editorial Arte y Literatura, Ciudad de La Habana 1985

Cuando estamos atravesando por una crisis; un problema que nos ahoga, una duda que nos atormenta, o cualquier otra situación que mueve nuestros cimientos. Generalmente llegará a nosotros, si estamos alertas a su llegada, el ¨maestro¨ de aquello que, nos puede ayudar a encontrar las respuestas, e incluso a reconocerlas, pues las tenemos en frente y no nos hemos dado cuenta. 

Sin duda alguna, por mi parte, se que encontraré de nuevo el camino y que la respuesta que busco está en camino o ya ha llegado, sólo tengo que poner atención, ¨aquietar me¨ y Dios, en su infinita Misericordia, siempre pone ante mi o hace llegar su mensaje, a través de ¨ángeles del camino¨o personas que traen aquello que necesito: una palabra de aliento, una respuesta o una pregunta que me hará enlazar los pensamientos olvidados, pero que contienen aquello que yo buscaba, y que no había encontrado o era incapaz de ver.

Irremediablemente después de la Tristeza y el dolor, llega el consuelo y la Paz. Siempre, como el sol que luce más brillante e incluso nos regala arco iris de gran belleza, después de una tormenta feroz y agotadora. 

Siempre, siempre vuelve a brillar el Sol.

Por ello, no hay Tristeza que dure toda una vida, porque con el tiempo, se van curando las heridas, aparece la resignación, se cumple el duelo, y llega la Paz. 
Incluso el Perdón aparece en el horizonte, y cesan los conflictos internos y externos, pues todo ha sido superado. 

El dolor también se supera, aunque a veces, cuando estamos metidos de lleno en ese torbellino, no lo veamos, pero tarde o temprano llega, y la Paz reina de nuevo en nuestras almas.

Que Dios nos bendiga a todos, que sepamos reconocer esos ángeles del camino, que el Señor en su Infinita Sabiduría nos manda, para encontrar el consuelo y llegar a tener Paz emocional y mental.


Mireya Pérez.

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