Conversando ayer con una chica joven, que podría ser fácilmente mi hija, observé y escuché atentamente sus palabras y me di cuenta de repente, lo crucial que es en nuestra vida, el uso de palabras en positivo...
No es para nada, un descubrimiento nuevo, porque en realidad es un tema que todas las personas que dan charlas, que motivan, que expresan sus emociones, o que escriben, entre ellos mi querido y recordado Dr. Wayne Dyer, nos dicen montones de veces: La palabra es un Verbo y el verbo ejecuta una acción...
De ahí que, al escuchar las palabras que utilizaba para referirse a ella misma, me atreviera de forma algo enérgica, pero con el más profundo amor de mi parte, a pedirle que las cambiara... jajajaj... se quedó quizás perpleja por unos segundos, hasta que su mente, como buen abogado, agarró enseguida el mensaje... jajajaja.
Se preguntarán cuál era la palabra o palabras: quizás no la conozcan, porque es una palabra bastante venezolana, que se usa en el argot cotidiano, y que se puede utilizar hasta como insulto, sirve para casi todo, pero debo reconocer que hacía muchos años que no la escuchaba, y menos en labios de mujer... La palabra sólo la voy a escribir en parte, porque no me gusta para nada, pero a buen entendedor, pocas letras basta, jajajaj. La aplicó en un contexto algo parecido a esto:
_ Mi marido siempre me dice que yo soy una ¨g.....a¨..., porque la gente siempre se aprovecha de mí_...
Enseguida repliqué:
_ No, no lo eres, eres un ¨Alma Generosa¨..._ Y como tal actúas...
Y le platiqué sobre la importancia de utilizar palabras que nos definan, pero en ¨positivo¨, tenemos por suerte el idioma más rico en palabras que puedan existir, con sinónimos a granel, e infinidad de posibilidades y combinaciones, que lo hacen único y maravilloso. Como lo somos cada uno de nosotros.
Cuando una persona es generosa por naturaleza, porque le sale de lo más profundo de su ser, es realmente feliz, haciendo las cosas bien, compartiendo parte de ese mundo maravilloso que le habita, con los demás y es feliz, simplemente dando, sin que se lo pidan, sólo porque su naturaleza así lo ha decidido, y se siente maravilloso. Lo sé porque yo lo vivo a diario, a mi manera, con pequeños o grandes detalles, que muchas veces pasan desapercibidos, pero en realidad no lo hacemos para que se note, quizás el regalo más hermoso esté en que pase aparentemente desapercibido... Porque ahí es donde reside ese regalo de amor, en la sencillez, en la humildad y en la entrega a manos llenas, pero sin decir jamás:
_ Mira lo que hice por tí...te acuerdas?..._
Nos moriríamos de verguenza si así ocurriera, queremos hacerlo, como lo que es, lo más natural del mundo, es parte de nuestro legado de amor, hacia todos los que amamos o respetamos.
Hoy quería, amigos lectores que hicieran un alto en su día a día, y analizaran las palabras con las cuales se definen a sí mismos, y si como en el caso de este preciosa chica, hay palabras que las descalifican, en vez de valorar lo grande que tienen como seres humanos, se hagan a ustedes una promesa, sí como lo leen, una promesa:
_ No me voy a descalificar más! _
Y por favor cumplan la, es sobre ustedes mismos, sobre esa alma que les habita, y que será la única que estará hasta el final, con ustedes. Cuidemos amigos las palabras que usamos, bien para calificar o descalificar, piensen que a nadie le gusta sentir el peso de una losa como esa, y si no la quieren para ustedes, tampoco la usen para otros. Existen muchas formas de decir lo mismo, pero sin emitir juicios de valor o emitir sentencias condenatorias, ya están las Leyes humanas para hacerlo en los Tribunales de Justicia, y sin embargo, cuántos inocentes han sido culpados y encerrados, sin razón y sin que se resarzan los daños causados. Por ello, no seamos nosotros uno más en la historia, seamos, de ser posible, la diferencia, una hermosa y fascinante diferencia.
Queridos lectores solo me queda desearles hoy el mejor de los días, con un sol radiante, buen clima y mejor compañía y muchas sonrisas para compartir y guardar en el corazón, como recuerdos hermosos de una vida vivida llena de amor.
Dios nos bendiga siempre.
Mireya Pérez
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