A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 29 de noviembre de 2015

Cuento personal...¨ El destino de las Águilas ¨....










Las parejas de águilas formaban y alicataban sus nidos, más allá, entre los riscos, entre las zarzas, donde ningún otro tipo de ave pudiera llegar y poner en peligro su delicada carga.

Esta primavera ella ha puesto dos huevos, y se turnan para empollarlos, a ratos ella, a ratos él, pues el hambre arrecia y hay que salir a cazar, pero siempre volvían contentos con alguna presa para el otro...

Sin embargo, esta tarde ella emprendió el vuelo, y la noche llegó y ella no regresaba... Su pareja, nuestro ¨águila especial¨, la espera inquieto, pero algo en su fuero interno le dice que ¨algo¨ha pasado, nunca ha estado tanto tiempo alejada del nido, y mucho menos cuando falta tan poco para que los aguiluchos emerjan de los huevos empollados con tanta dedicación.

El no se atrevió a dejarlos y a pesar del hambre, aguantó con paciencia, extrañando a su pareja que por más de veinte años lo había acompañado, habían sido compañeros y pareja desde que llegaron a adultos... Tantos vuelos, tantos recuerdos, tantos horas de vuelo jugando con el aire, con el viento, retando a las tormentas, sobre volando el mar de nubes, llegando más allá de lo que otras aves habían llegado... Y lo hicieron juntos, llenos de alegría, de vida, eran perfectos y magníficos con sus alas desplegadas haciendo arcos perfectos y su vuelo en armonía era un poema en acción.

Ahora, después de muchos días, casi agotado, ha sentido bajo su abdomen, un movimiento, y con cuidado se para en el borde del nido, mirando hacia adentro, donde de repente, emergen uno detrás del otro, dos aguiluchos, con piel suave y sensible, sin plumas, graznando pidiendo comida.

El los acoge, como puede, los mira y le parece milagroso que hayan podido salir del cascarón, para él el tiempo ha perdido su noción de ser, lleva tantos días sin alimento, solo pendiente de no dejar sin calor su preciado regalo, que por momentos solo atina a mirarlos, pero no sólo él tiene hambre, también sus aguiluchos, y una vez que se cerciora de dejarlos bien cubiertos, para impedir que sean presa de otro ave de rapiña, les da una última mirada y se enfila hacia la llanura en busca de alimento. No ha dejado de pensar en ella, y está seguro de que algo sucedió que le impidió regresar, pero no tiene tiempo que perder, debe encontrar algo tierno para sus aguiluchos y emprende su búsqueda con energías renovadas.

Allá abajo, entre los matorrales, logra divisar a una liebre, que al sentir la vibración del aire, y el aleteo del ave, trata de correr y esconderse, pero no llega a tiempo y el águila certera lo atrapa con sus patas, fuertes y tenaces, y ahora ya laxo, es llevado hasta el nido. El águila a la par que vuela de vuelta al nido, otea con cuidado los otros nidos, pero sus compañeros están atareados, haciendo lo mismo que él, atender a sus crías.

Durante meses volará, cazará, y dará de comer a sus crías, hasta que poco a poco les salgan las primeras plumas, crezcan y traten de salir del nido, lo que hace que su custodia sea casi un tormento, pero al final, cuando ya ha pasado el invierno, están listos para aprender a volar, y en esa comunidad de águilas, pareciera que la actividad se ha intensificado, los padres águilas y sus compañeras emiten sonidos de alegría y de júbilo, pero también de cuidado, pues la nueva progenie va a empezar a volar....

Al principio mira con recelo a sus aguiluchos, pensando en los pro y en los contra, pero como padre con cierta experiencia en el entrenamiento de nuevos águilas, pues este era su quinta progenie, entiende que sus hijos quieren ya lanzarse a volar, a conocer el mundo más allá de los confines del nido que les ha dado abrigo y protección, y están impacientes, y así se lo expresan a su padre con los graznidos y el aleteo de sus alas. Así que puestos en la tarea, los anima y con graznidos les da las ultimas indicaciones, y ellos se lanzan al vacío y él con ellos, presto a ayudarlos, pero salve un pequeño contratiempo con el viento, los aguiluchos lo han pasado genial, y regresan al nido llenos de bríos y alegría, graznando para indicar su gozo de la experiencia que es volar.

Su padre ahora los somete a un entrenamiento exhaustivo, no sólo en cuanto a vuelo, caza y seguridad, sino también a lo más importante, quedar siempre alejados de un animal grande, inteligente y mejor cazador que ellos: los humanos. Los chicos deben volar siempre lejos de sus asentamientos, pues en un descuido, los humanos les darán caza, no para alimentarse, sino por puro placer.

Y así llegó el día, la mañana amaneció brillante y el aire se sentía fresco con una ligera brisa. Las águilas  jóvenes, emocionadas, miraban hacia el fondo del risco, han pasado casi un año entero entrenándose, formándose, creciendo y haciéndose fuertes, y ahora les toca la gran prueba: seleccionar su pareja y hacer el cortejo nupcial, que les otorgue la pareja que tendrán para toda su vida.

El cortejo se realiza con la presentación del águila a la joven que pretenden, a veces hay varios pretendientes, y ella escogerá al que le parezca más fuerte, seguro de sí mismo y que le asegure una buena progenie para continuar con la especie. Sus hijos están listos y por suerte no han escogido a la misma joven, hubiera sido terrible ver competir a sus hijos por la misma águila joven. Pero no fue así, y tras unas horas de duelos en vuelos, arabescos y algún que otro graznido, cada uno de sus hijos tiene su pareja, los ve volar jubilosos en busca de un lugar seguro donde construir sus nidos.

Hasta este día, nuestra águila había estado tan atareado cazando, entrenando y vigilando a sus hijos, que no se había dado cuenta de que el tiempo había pasado, y ahora mirando con orgullo a sus hijos, se da cuenta de que es hora de que él emprenda su vuelo, en solitario, pues su pareja nunca volvió, posiblemente falleció, y ahora, algo en su fuero interno le dice que debe emprender el vuelo, uno diferente a todos los que ha hecho hasta ahora.

Así que hoy, después de ver a sus hijos con sus parejas, realiza un giro alrededor de ellos, y se aleja con un graznido, lanzándose en su vuelo más allá del mar de nubes que cubre las laderas del monte, dirigiéndose sin saberlo, a un nuevo destino...

El Destino de Las Águilas....


Este cuento pertenece al libro que estoy escribiendo, pero he querido compartirlo con todos ustedes, como un regalo anticipado de Navidad.

Que Dios los bendiga, estoy total e infinitamente agradecida con todos y cada uno de ustedes, que me acompañan sin saberlo, en esta etapa de mi vida, pues yo, como el águila de mi cuento, debo hacer también un viaje, sólo que es  ¨espiritual¨, hacia adentro de mi alma, para volver a emerger más fuerte y más serena. No es fácil convivir con la soledad física, con la ausencia del compañero, pero la vida es así, y hay que seguir, ese es el camino.

Gracias mil

Mireya Pérez



sábado, 28 de noviembre de 2015

Poema... ¡Ay Amor!!!!...









Escribir poemas es algo personal, intransferible, humano y a veces o muchas veces, en realidad, fruto del amor o el desamor, del dolor o la alegría, del despecho o del enamoramiento, y muy posiblemente de miles de cosas más.

En mi caso, suelo escribir poemas cuando mi alma me dicta lo que siente, a veces está de luto, otras es alegre como un par de castañuelas, pero también es a veces, melancólica, pues los recuerdos dulces y amargos, se agolpan en la mente y surgen las palabras, en forma de versos, modernos, sin métrica especial alguna, sólo como el reflejo del momento y de las circunstancias...

Hace unos días surgió este poema, que como muchos de los que he escrito están dirigidos a mi esposo, todavía no me acostumbro a hablar de él en pasado, sé que las personas que me lean y hayan pasado por algo parecido me entenderán perfectamente, creo que es algo normal...

Se llama:

¡Ay Amor!!!

Hoy te extraño más que ayer,
posiblemente menos que mañana...
y en este devenir de los días
esa palabra amiga,
ese consuelo, esa sonrisa,
ese compartir de cada día
se hará cada vez más evidente
pues tu ausencia te delata...

Nada nos prepara para este silencio,
nada nos prepara para la ausencia,
no porque hayas agarrado tus cosas
y emprendido otro camino, no,
es solo que el tuyo ha terminado
Y yo aún debo transitar el mío...

¡Ay Amor!
Esta casa vacía
¡Ay Amor!
estos brazos sin abrazos...
¡Ay Amor!
esta vida tan nuestra...
¡Ay Amor ! 
Cuánto te extraño!!!

Dando pasos por la vida
sólo cuento con mis fuerzas
con lo que me enseñaste,
con lo que aprendí...
a veces a borbotones, 
otras veces a trompicones...

La vida, mi querido amor
nos puso un día en un cruce de caminos
y no sé aún ¿Por qué razones,
me miraste y decidiste que era yo, 
la mujer que querías por compañera?
Y te acompañé hasta el último minuto...

Camino de aprendizajes,
a veces dulces y luminosos,
otros en cambio, fríos y escabrosos.
Pero tu mano, siempre en la mía
me hacía confiar y seguir...

Ahora, solo puedo usar la imaginación,
valerme de los recuerdos,
asirme a la memoria
que guardo celosa y con mimo
pues mañana, esos recuerdos
serán las anécdotas para los nietos
para el amor de nuestros amores...

¡Ay Amor!
Si los vieras...
¡Ay Amor!
Cómo crecen...
¡Ay Amor!
Aquí los tienes...

En tu recuerdo, sólo gracias por ser mi maestro en tantos sentidos de la vida, incluso en la valentía ante lo inevitable...

Con todo mi amor.

Mireya Pérez


viernes, 27 de noviembre de 2015

Bitácora de este año 2015...



Parece que fue ayer, cuando escribí el resumen del año 2014...y ahora estamos ante los últimos 30 días del año, o casi, pues noviembre no ha concluido...

Este año, en el que, entre otras cosas, arribaría a los primeros 60 años de mi vida, se presentaba lleno de proyectos, de ilusiones, de esperanzas, en diversos campos o ámbitos de mi vida. Sucedieron muchas de las cosas que habíamos planeado, pues la habíamos planeado en equipo: mi marido y yo...

Ahora, a casi dos meses de su ausencia, me encuentro con el deber de analizar este devenir y encauzar mi vida, por caminos que, en algunos casos, desconozco, y en otros, espero andar con alegría y esperanzas renovadas...

Uno de nuestros sueños logrados, fue la salida al mercado literario (parece pomposo, jajajaj) de mi libro: Mi hijo Pródigo, el cual salió a la venta en el mes de abril de este año. Siendo una auto edición, y teniendo sólo el mercado natural de mis amigas, compañeras y conocidos, se ha ido vendiendo de a poquito, pero lo importante en realidad es que el mensaje llegue, y pueda así ayudar a aquellos que necesitan una palabra de aliento, una esperanza, una ilusión. Además de comprender que es un camino difícil, duro y a veces sin retorno. Este libro humilde con 134 páginas, ha hecho que la gente lo lea de una sola vez, con la esperanza de que en el próximo capítulo, las cosas se resuelvan... Tanto hombres como mujeres, se han conmovido, incluso hasta las lágrimas, y de ahí en adelante, se que han visto este tema de manera diferente, con otra óptica. Tengo la esperanza de que en la medida que el mensaje llegue a mayor número de personas, podamos lograr salvar a más de uno, de dos, de tres... Entonces habrá valido la pena el dolor y el sufrimiento.

Con el devenir de los meses llegó mi ansiado cumpleaños, pero nada fue como esperaba, y nunca llegué a celebrarlo, me faltaban tres pilares fundamentales de mi vida, y sin ellos, no quería celebrar esta fecha tan importante... Sin embargo, ocurrió algo maravilloso, a raíz de una entrevista que le hicieron a mi esposo por Internet, conocí a un grupo de gente maravillosa, quienes al saber de mí, por boca de mi esposo, conversaron conmigo y decidimos hacer la entrevista, que se realizó el 21 de Julio de este año. Ha sido una experiencia enriquecedora, y estoy enormemente agradecida a Regina Castejón y a Angel Ortíz, quienes realizaron la entrevista en su empresa Social Media Branding Seo,. un millón de gracias. Me siento totalmente agradecida a ellos, y a la gente que ha visto el vídeo a través de Youtube. Gracias de todo corazón, ha sido un gran aprendizaje para mí.

El mes de agosto llegó con exámenes de salud para mi esposo, y con nuevos tratamientos; y de repente el 30 de Agosto recibí el primer zarpazo de este año: La pérdida del Dr. Wayne Dyer. 

A este Dr. tan sencillo, humilde y maravilloso, le debo no sólo el haber contactado con una filial de su editorial: Pinguin Random House, sino también un gran porcentaje de mi crecimiento espiritual, pues durante más de 25 años, sus libros, vídeos y conferencias, han sido mi luz, mi faro o mi antorcha del camino de la vida. Sin embargo, también estoy consciente de que su obra ha quedado para beneficio de la humanidad y ninguno de sus alumnos alrededor del planeta Tierra, podremos olvidarlo jamás. 

Desde este rincón de manantialesdearmonias.blogspot.com:  

Muchas gracias Maestro, Dios lo tenga siempre en su Gloria.

En septiembre, cuando me iba haciendo a la idea de que la vida debía seguir su curso, con las luces y las sombras, que a cada uno de nosotros nos aquejan en momentos determinados, nos llegó el nuevo reto...

La enfermedad de mi esposo, había traspasado el umbral y lo inesperado se hizo presente; en menos de tres semanas, nuestras vidas cambiaron para siempre... Mi esposo no pudo hacer frente a este nuevo reto y partió el 5 de octubre, dejándonos, por un lado sorprendidos, por otro entristecidos, y por él agradecidos, pues había luchado por 16 años contra una enfermedad que no le dio tregua, ni cuartel, y frente a la cual luchamos los dos, codo con codo. Yo lo acompañé, lo apoyé e incluso obligué a luchar, hasta el último minuto. 

Vivir esta experiencia, tan dura, cambió mi vida para siempre, no sólo porque ahora hay un vacío enorme en mi vida, sino porque me hizo más consciente, si eso es posible, de lo pequeños que somos, y de lo que podemos hacer para ayudar al que padece, porque una parte de este camino, ha sido dedicado a darle soporte, ayuda, consuelo, cuidados, mimos y amor a raudales. Quizás ahí radique la razón de mi paz espiritual.

Ahora se acerca una fecha para nosotros muy señalada: el 5 de Diciembre...

Paradójicamente ese día celebramos: su cumpleaños, nuestra boda civil, y la boda de nuestra hija, y este año los dos primeros meses de su ausencia...

Me dirán ¿qué estoy haciendo?... A veces escribo, aunque pasen días sin que aparezca algo en este blog...Pero lo hago en una libreta que siempre me acompaña; otras..., estudio, leo, trato de hacer pequeños arreglos en la casa, que debo realizar, pues ahora hay una habitación vacía, y debo prepararla para acoger a las amigas que quieran venir a visitarme, a mis nietos, a quien necesite un plato de sopa  caliente y un alma que sabe escuchar y dar aliento...

Preparar y terminar los proyectos que están en camino, y que deben seguir su curso, pues la vida continúa y mi esposo que era mi primer Fan, no querría que yo abandonara las cosas que hago. 

Disfrutar de los nietos y de mi hija, reír y hacer reír...Compartir con mis amigas, los pequeños grandes momentos de la vida...

Viajar, algo que me encanta y había dejado para después, y ahora puedo planificarlos y llevarlos a cabo, aunque me duela en el alma que mi esposo no esté para acompañarme, aunque se que está conmigo desde el cielo, y sonreirá de mis pequeñas grandes manías, que tanto conocía y que tanta gracia le hacían.

Se acercan las Navidades y como todos los años, más adelante haré mi carta a los Reyes Magos, pero por ahora déjenme decirles, que uno de mis sueños y regalos más importantes que le pido a la vida, es poder vivir, lo que me quede de vida, con salud, con alegría, con ilusión, y con el apoyo de mis seres queridos, mi familia, mis amigas y amigos.

Señor yo te doy las gracias por todo, tanto lo bueno, como lo menos bueno que ha acontecido en mi vida este año, que aún no ha concluido, pero sobre todas las cosas, te doy gracias por el apoyo incondicional de las amigas, amigos, familia y conocidos, que en los momentos más críticos, me brindaron su apoyo, su hombro para llorar y su aliento para seguir adelante.

Dios los bendiga siempre, mi alma está en deuda moral con todos ustedes.




miércoles, 18 de noviembre de 2015

La Templanza... Parece algo difícil verdad?...



Hace algún tiempo atrás, cuando pensaba en el camino que debía transitar, pues sabía muy dentro de mí que era imposible que se pospusiera en el tiempo... Me llenaba de temores, y me sorprendía a mi misma con pensamientos de agonía y de hondo sufrimiento. Reconozco que le tenía un miedo atroz... A pesar de todo lo que había aprendido, de lo que me habían dicho, y de la confianza que tenían en mí, las personas que me conocen, incluso, mejor que yo misma: Mis amigas de toda la vida... Yo tenía miedo.

Este camino que ahora recorro, es mucho más diáfano de lo que pensaba, creía que iba a estar lleno de tormentas personales, de inmenso dolor e incluso de melancolía y depresión, sin embargo, a pesar de que extraño y mucho, a las personas que ahora no están conmigo, pues su tiempo de aprendizaje y enseñanzas terminó, he llegado a aceptar lo que la vida me ha traído, y confío plenamente en el mañana...

No ha sido, ni es fácil, sin embargo, la tranquilidad espiritual de saber que no hubo camino ni puerta que no buscara para ayudar a esos seres tan amados, me dan la serenidad y la paz que tanto he anhelado. No quiere decir que no los extrañe, todos los días me hacen mucha falta, pero también tengo que darle gracias a Dios, porque en mi vida hay personas maravillosas, no sólo las de mi propia sangre: mi hija y mis nietos, sino también amigas, compañeras y gente que he ido conociendo a lo largo de mi historia personal, y que aún en aquellos casos en los que estamos separados por leguas interminables de océano, este maravilloso Océano Atlántico, me siguen acompañando, enviando sus mensajes de amor, afecto y comprensión, y yo los valoro mucho.

Una palabra de aliento, incluso de aquellos que sin conocerte personalmente, te han añadido como amigo o seguidor, son un aliciente para seguir en la ruta, abonando terrenos, ayudando en la siembre del amor, el perdón y la reconciliación, y de agradecer siempre infinitamente a Dios por su Misericordia. Sin la Fe, no habría podido seguir adelante, es el motor fundamental de mi vida, basta un simple Gracias Señor, para que de repente sienta una especie de brisa que me da Paz y alegría infinita. 

Creo que eso es la Templanza, la capacidad de aceptar lo que es inevitable, de aprender, a pesar de las lágrimas que conlleve la enseñanza; de amar a Dios y todos los seres humanos sin restricciones, y sonreír aunque a veces detrás de la sonrisa se esconda una lágrima que traiciona, pero que no puede dejar de asomarse a la ventana de los ojos. Eso forma parte de mi equipaje en estos días, y trato de llevarlo, lo mejor que puedo.

Les doy las gracias a todos los que en algún momento piensan en mí, y me envían sus plegarias, su oración, sus buenas intenciones, y que incluso me mandan un correo, o un mensaje en el chat de Facebook, Dios los bendiga y las bendiga, siempre.

Hace mucho tiempo que acepté la cruz que me tocaba, y no reniego de ella, quizás era necesario que yo conociera todas y cada una de las etapas que he vivido, para ser hoy quien soy, sin querer o sin estar consciente de ello, anduve el sendero de las lágrimas, ese del que nos habla Jorge Bucay en su maravilloso libro El Camino de Las Lágrimas, aconsejo a todo aquél que necesite de la ayuda que pueda brindarle, que lo busque, o que simplemente esté abierto a que el libro llegue a ustedes. A mi me pasó, hace casi cuatro años, cuando estando mi esposo internado, en coma, en el Hospital Universitario, de repente, un buen día al salir de la cafetería, miré en la librería, y allí estaba ¨flamante y brillando¨como diciéndome: Hola Mireya aquí estoy, llévame contigo, que yo te voy a ayudar... Y así lo hizo.

Es un libro en formato libro de bolsillo, yo lo he leído muchas veces, e incluso he compartido con ustedes algunos párrafos, que en su momento me parecieron interesantes para compartir. Pero la experiencia me dice, que cada libro, llega al lector de forma diferente, y enseña lo que se necesita para el momento  que estamos viviendo o transitando, sólo debemos estar atentos a las señales.

Por hoy, sólo me resta desearles que en el momento en que necesiten ayuda, apoyo moral o un abrazo de corazón a corazón, se encuentre cerca la persona, el libro, música o lo que Dios quiera que esté, para que puedan transitar ese espacio, esa vereda o parte del camino, con apoyo moral y con mucha luz, para que vuestras almas se sientan reconfortadas, como me siento yo en estos momentos.

Dios los bendiga y las bendiga siempre.

Mireya Pérez



miércoles, 11 de noviembre de 2015

Hoy brindo por mis amigas...Las Amo !!!!







Llegamos al mundo con la ilusión de muchas personas que nos esperan con amor, con alegría, con esperanzas... son nuestros padres, abuelos y tíos. 

A medida que vamos creciendo, y aprendiendo nuevas cosas, también vamos descubriendo a nuevos personajes que nos acompañarán física o espiritualmente en nuestra trayectoria, son los amigos, algunos entrañables, otros simples recuerdos de alguna etapa de la vida; otros son maestros y maestras que nos llevarán por el camino del descubrimiento de los conocimientos, y que sin proponerse lo o sí, harán un cambio trascendental en nuestra mente, así que gracias a ese cúmulo de seres humanos, algunos quizás incluso ángeles, nos llevarán o guiarán a través de un camino. 

Ese camino que a veces es azaroso, difícil, pero camino al fin y al cabo, otros son cuestas empinadas, otros son planos sin apenas altibajos, porque nos están preparando para los tiempos de las vacas flacas, donde si no hemos hecho acopio de reservas, nos veremos mendigando un poco de lo que a los previsores, pareciera que les sobra...

Creo, sin temor a equivocarme, que a cada persona le toca una cruz diferente, a veces pensamos que la del otro es más fácil, sin embargo, si nos atreviéramos a preguntar, posiblemente su respuesta sería que es difícil, y que muy posiblemente la cambiaría con gusto por la del que le pregunta. 

Personalmente, en base a mi experiencia de vida, creo que cada uno lleva aquella cruz que puede llevar, ni más ni menos, aunque a veces, es verdad que también aparecen unos hermosos y generosos seres humanos que se aprestan a ayudarnos para que nuestra carga no sea tan pesada. Yo los llamo ángeles, pues Dios en su infinita misericordia, nos pone en el camino a alguien o a varios seres humanos que con una palabra, una sonrisa, un consejo o simplemente por estar ahí, nos escuchan, o nos dan un achuchón de los de ¨corazón a corazón¨ capaces de barrer nuestras penas, enjugar nuestras lágrimas o darnos un suave empujón para que sigamos adelante.

En ese mismo momento, sabemos que no estamos solos, que por más difícil que nos parezca el sendero, siempre, siempre aparecerá un rayo de sol, algunas gotas de lluvia que refresquen nuestra garganta seca o una brisa fresca que nos impulse a seguir, con la mirada puesta en aquel horizonte, que parecía lejano, y que ahora, por lo que nos permite la perspectiva, está más cerca de lo que habíamos imaginado.

La vida de cada uno de nosotros no es fácil, ni siquiera la de aquellos que la ¨Diosa Fortuna¨pareciera que se lo puso todo en bandeja de Oro, si viéramos su alma, entenderíamos que no ha sido, ni es así, hay muchos casos de personajes históricos, que tenían ¨aparentemente todo para ser felices¨, pero sólo eran bienes materiales, muchos de ellos crecieron sin saber lo que era un abrazo maternal, una lágrima enjugada por el padre, un consejo desde el corazón o una simple canción de cuna a la hora de dormir, no, ellos no tuvieron nada de eso, que a nosotros, simples mortales, nos parece lo más normal o lógico. A ellos que la vida les ha dado todo lo mejor de la materia, les ha sido negado, todo lo hermoso del amor de la familia y de los amigos de verdad, de aquellos que te quieren y te aceptan como eres, y te aman por ser tú mismo. Eso para ellos, les ha sido negado de plano, aunque nos parezca mentira.

Hoy yo les doy las gracias a mis padres, a mi familia, a mis hijos, a mis nietos, y sobre todo a mis amigas, las que siempre están ahí para dar un consejo, para darme un abrazo fuerte de corazón a corazón, e incluso para darme ánimos, cuando yo he pensado que no lo iba a a lograr, a ellas les debo mucho, son las hermanas que no tuve, las que me conocen y valoran mejor que yo misma, las que sin pedir nada a cambio, me lo han dado todo, sobre todo su ¨tiempo¨el más preciado de todos los dones. 

Porque no hay algo más valioso que, una persona capaz de dejar todo lo que está haciendo, para hacer un alto en su jornada y hacer una llamada, escribir en un chat o mandarte un mensaje, o darte una regañina o simplemente brindarte su hombro para que puedas caminar, a veces incluso, un lugar en su casa, para refugiar tu alma herida, o tu cuerpo destrozado de dolor, esa alma ¨rota¨que ya no puede más. Yo he sido y soy afortunada por ello.

A esos ángeles especiales que yo llamo amigas, y que son más que eso, mis hermanas del corazón, que nos hemos escogido mutuamente, que no hemos sido llevadas por el qué dirán, ni por intereses diferentes al amor y amistad verdaderos, siempre ahí, siempre listas, siempre a mi lado, así estemos a kilómetros de distancia, yo igualmente siento su presencia y la aprecio como si fuera o por lo que en realidad son: El mejor y más hermoso regalo que me ha dado la vida.

Ellas son mis compañeras del tren de mi vida, las que me conocen desde la A a la Z, y que me aceptan como soy, con mis virtudes y mis defectos, con mis luces y mis sombras, las que me han aceptado por cómo soy y por lo que represento a su vez en sus vida. Las amo a todas y cada una de ellas. No necesito nombrarlas, ellas saben quiénes son...

Gracias, Gracias, Gracias, desde el fondo de mi corazón, Dios las bendiga cada día de nuestra vida, ellas saben que yo también estoy ahí, para el momento en que me necesitan, y me dicen a veces: 

_Amiga, necesito un poco de ese Manantial de Armonías tuyo... _ y yo me río, y el adulto que hay en mí, la escucha y la aconseja, o simplemente espera a que ese revoltijo de pensamientos, en los cuales se encuentra envuelta, llegue a la razón, respire y me deje decirle algo que necesitaba, o simplemente era que necesitaba poner en palabras ese cúmulo de pensamientos que la abordaban y no se atrevía a darle cuerpo...

Eso es parte de ese sentimiento especial que nos une, La Amistad, el mejor y más hermoso de los bienes que nos dio la vida. Y yo atesoro esos pétalos de flores que forman parte de mi reserva espiritual y física, sin ellas no lo hubiera logrado. Pues cada uno de los momentos que he atravesado, ellas han estado ahí para apoyarme, y nunca me han fallado. Yo a mi vez, espero no haberles fallado nunca.

Dios bendiga a nuestros amigos y amigas, en mi caso personal, mi mundo está habitado por mujeres mas que por hombres, que también los hay, sólo que yo me siento más a gusto en la casa de mis amigas, pues no voy a interrumpir en su intimidad, cosa que si podría ocurrir con los chicos, pues no siempre las parejas, están dispuestas a tener que lidiar con los problemas de una amiga de la pareja, aunque yo procuré ser siempre cercana a las de mi esposo, pero eso es otro cantar... jajajaja.

Feliz día.

Mireya Pérez




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Un momento para pensar...para evaluar...y seguir adelante...









No se si la gente dedica, cada día, unos minutos a evaluar las cosas que ha hecho, las que quedaron relegadas para otro momento, o para mañana... Ese mismo mañana, que a veces no llega nunca, no porque la persona haya pasado de plano, sino simplemente, que, en el caos del día a día, deja olvidada en el cajón de esa memoria, cada vez más llena de cosas y hasta de ¨basura¨, que debería mandar a la papelera de su memoria o liberarla de una vez, para dejar espacio libre a nuevos conocimientos, como hacemos aquellos que, a veces dedicamos minutos para limpiar de spam, o de ¨basura¨en nuestro ordenador lo que habíamos mandado allí, unos días o meses atrás, dejando así espacio libre en la memoria Ram del mismo ...jajajaj. (Cualquiera cae que mucho sé, pues no sé casi nada, pero tenía alguien a mi lado, que fue un gran maestro y que esta alumna, un poco distraída a veces, escuchó y ahora hará aquello que con tanta paciencia le enseñaron...)

Cuando ponemos en orden ese caos de sensaciones, pensamientos, evocaciones, imágenes y pare de contar, de nuestra  memoria...Deberíamos también hacer una auto evaluación de nuestro momento, el ahora, el hoy... Este momento en particular y hacer algo que llamamos ¨Toma de decisiones¨... Suena muy solemne, pero es algo a lo que tarde o temprano debemos hacer frente y mientras más temprano lo hacemos, mejores decisiones o cambios de ruta podemos hacer, incluso si la decisión es seguir como hasta ahora, sin realizar cambios definitivos, pues incluso haciendo esto, estamos tomando una decisión.

Me dirán _ ¿Si me equivoco qué hago?..._

Pues algo muy simple, respirar y volver a intentarlo...Si te preparas para el no, y resulta que es un sí, pues Aleluya!!, las cosas salieron bien, pero si la respuesta es no...es también un resultado y significa que hay que intentarlo de nuevo, de manera diferente..., quizás haya que reflexionar sobre los objetivos que nos planteamos al comienzo, y que por alguna razón, que desconocemos, no es el adecuado, para este momento determinado, no quiere decir que después de un tiempo, ese mismo objetivo pueda ser retomado y salir airoso o victorioso... Así es la vida a veces, contradictoria, fugaz, tenaz, escurridiza, pero a veces, está solo a la distancia de un pequeño recorrido adicional, esperando sólo que tengamos la fuerza de voluntad suficiente para seguir y no amedrentarnos por los problemas o circunstancias que se presentan.

Buscando inspiración para este post de hoy, me encontré con un libro cuyas páginas ya amarillas por el tiempo, me llevó a la historia de David y Goliat, y me trajo a la memoria aquellos momentos en los que sin tener experiencia de la vida, ni de la gente, por no decir que no tenía casi ninguna experiencia, me enfrenté literalmente a mis propios Goliats...y cual David, utilicé las herramientas que más conocía, aquellas en las que me sentía totalmente cómoda y confiada, y aunque parezca mentira, salí airosa y vencí a ese Goliat, que para mí era el ¨miedo a ser rechazada o a pasar desapercibida¨. 

Quizás pensarán que soy egocéntrica, no, nada más lejos de mi ánimo, sólo que, cuando te metes en mundos ajenos al tuyo, como fue para mí el mundo de las compañías aseguradoras, sin saber ni un comino, mi talante, mi honestidad y mi mirada de frente, me abrieron las puertas y algunos corazones, de personas que me contrataron, y que me ayudaron a entrar y pertenecer a ese mundo, en el que yo era un pez muy raro, pero en el cual me mantuve por 24 años, casi toda una vida. No me arrepiento, aprendí muchísimo y se que yo también dejé mi impronta en algunas personas que son amigas y amigos muy queridos.

Así que ahora, con muchos puentes cruzados y algunos más por cruzar seguramente, hago hoy una reflexión compartida acerca de esa lucha interior, a veces, otras totalmente a viva voz, sobre nuestro momento, éste, en el que estamos parados, a veces frente al espejo, otras, como yo ahora, escribiendo en el ordenador, y haciendo una evaluación de las armas que cual David, tengo y en las cuales confío plenamente, porque si de algo estoy segura, es que David, era un experto en lanzar piedras, no a la gente, sino al suelo, para que las ovejas, siguieran el camino y se dirigieran sin dilación a los pastos, o al redil donde pasarían la noche, cobijadas unas con otras, y a salvo de los depredadores, y esa destreza tantas veces ejecutada hizo que su mano no perdiera el pulso y le lanzara totalmente convencido de ello, aquella piedra que derribó a Goliat e hizo triunfar a los judíos de ese asedio sin final aparente.

Si evaluamos sinceramente nuestros pros y nuestros contras, veremos con claridad meridiana, que tenemos mucho más que ganar que perder, pues estamos mucho más preparados de lo que estuvimos antes, conocemos nuestro talón de Aquiles, y sabemos cómo dominar los miedos, las inseguridades, o aquello que a veces nos hace perder la confianza. En definitiva somos más sabios que ayer y menos que mañana, pero el mañana no existe, porque no ha llegado todavía, y el ayer ya pasó...

No nos desanimemos, tenemos mucho que brindar a los demás, un cúmulo de conocimientos, experiencias enriquecedoras, hermosos cuentos que transmitir a aquellos que tendrán la dicha de escucharlos, y también, por qué no, muchas ganas de aprender nuevas cosas, de tener nuevas y hermosas experiencias, de ver nuevos amaneceres, de brindar y recibir alegrías y abrazos a granel, en pocas palabras: Vivir, en mayúsculas!!!

Sigamos adelante, no importa que el equipaje a veces nos pese, y si hay que evaluar con qué quedarnos o no, sepamos que siempre hay personas para las cuales, aquello que ahora no necesitamos será su tesoro, y si no lo hemos utilizado en los últimos dos años, era porque en realidad no nos hacía falta, desalojemos y demos espacio para cosas nuevas, experiencias hermosas y una vida por vivir con alegría y entusiasmo, no sabemos qué habrá más allá del recodo del camino, pero espero que al llegar encuentre la vista más espectacular que Dios nos pueda ofrecer, a todos y cada uno de nosotros. Así confío yo que será para mí, y se los deseo a todos y cada uno de ustedes.

Dios nos bendiga siempre, y que podamos decir siempre Gracias Señor!!!.


Mireya Pérez


lunes, 2 de noviembre de 2015

El tiempo...ese Patrón dueño de nuestro paso por la vida..




A pocos días, del primero de los muchos meses y años que seguirán a tu partida, me siento como si esto no me estuviera pasando a mí, como si le pasara a otra mujer distinta de la que soy...No crean que me engaño, sólo que es tan difícil razonar lo que es tan obvio y elocuente...el espacio vacío, el aprender a cocinar para una sola persona, el adaptarte a este nuevo silencio, aunque te descubras más de una vez comentándole algo, como si todavía estuviera a tu lado, separados sólo por una pared, entre el estudio y su cuarto...ese que ahora, ya vacío, permanece cerrado, esperando el tiempo para ser renovado, pintado...

Y los días se suceden uno detrás del otro, sin prisa, pero sin pausa, como siempre ha sido, y siempre será. Porque así ha sido desde que el hombre tiene conciencia del paso de los días, desde la primera vez que observó los cambios de la luna, sin saber que eran sólo fases que muestra en su traslado en la elipse que recorre junto a la tierra, mientras ella misma le da vueltas... 

Aquellos primeros hombres y mujeres creían que el sol y la luna eran dioses, y la madre tierra, así como los ríos y los mares, los vientos y la lluvia, todos y cada uno de ellos, eran regidos por una deidad, o así lo creían ellos, y les hacían ofrendas, les cantaban y danzaban para pedir que tuvieran buena caza y buena cosecha... han pasado miles de años, y ahora el hombre habla de conceptos tan avanzados, que a un mismo ser humano de hoy en día, le sería casi imposible hablar de aquello que los científicos llaman hoy en día los diferentes planos de energía del universo, incluyendo aquellos que piensan que el universo se sigue expandiendo, sin final, y que muy posiblemente se asemeje a una silla curva...

Pero yo estoy o estamos en este plano del instante espacio-tiempo, que conocemos, donde la única alternativa que me queda es aceptar y seguir adelante, adaptarme a esta nueva etapa de la vida, en la cual estoy inmersa en soledad, pero aparente, porque aunque no estén ahí todos los minutos del día, se que cuento con la gente que me quiere y a quienes quiero, con mis hijos y mis nietos, con mis amigas, con mis amigos, con la familia cercana o lejana, pero se que todos, a su manera me envían su amor y aprecio y esperan que supere con creces esta nueva etapa a la cual le tenía tanto miedo. Mi esposo diría,¨mataste al tigre y ahora le tienes miedo al cuero¨.... No porque yo lo haya matado, sino porque llegué a esta etapa, la enfrenté y la seguiré enfrentando cada día de mi vida.

Se acercan fechas importantes para nosotros, las Navidades, nuestro aniversario de bodas, el cumpleaños del nieto, y tantas fechas que tenían un hondo significado para los dos, y ahora seré yo sola el testigo mudo de esa ausencia... El tiempo pasa, nos vamos haciendo viejos...y ayer escuché ¨El último vals¨...

El tiempo...es un Patrón inflexible, que no admite que te escondas, ni que quieras seguir soñando, no, hay que despertar, levantarse, mirarse al espejo y decir: buenos días tristeza, aquí estoy cada día más serena, cada día más entera...Aquí estoy!!!!!

Que Dios nos bendiga, pero sobre todo que me brinde su apoyo, cuando mi alma no pueda dar más de sí...


Mireya Pérez