A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 16 de enero de 2018

Manantiales de Armonías: Cambiemos el sentido negativo de las palabras al p...

Manantiales de Armonías: Cambiemos el sentido negativo de las palabras al p...: Conversando ayer con una chica joven, que podría ser fácilmente mi hija, observé y escuché atentamente sus palabras y me di cuenta de...

Cambiemos el sentido negativo de las palabras al positivo...



Conversando ayer con una chica joven, que podría ser fácilmente mi hija, observé y escuché atentamente sus palabras y me di cuenta de repente, lo crucial que es en nuestra vida, el uso de palabras en positivo...

No es para nada, un descubrimiento nuevo, porque en realidad es un tema que todas las personas que dan charlas, que motivan, que expresan sus emociones, o que escriben, entre ellos mi  querido y recordado Dr. Wayne Dyer, nos dicen montones de veces: La palabra es un Verbo y el verbo ejecuta una acción...

De ahí que, al escuchar las palabras que utilizaba para referirse a ella misma, me atreviera de forma algo enérgica, pero con el más profundo amor de mi parte, a pedirle que las cambiara... jajajaj... se quedó quizás perpleja por unos segundos, hasta que su mente, como buen abogado, agarró enseguida el mensaje... jajajaja.

Se preguntarán cuál era la palabra o palabras: quizás no la conozcan, porque es una palabra bastante venezolana, que se usa en el argot cotidiano, y que se puede utilizar hasta como insulto, sirve para casi todo, pero debo reconocer que hacía muchos años que no la escuchaba, y menos en labios de mujer... La palabra sólo la voy a escribir en parte, porque no me gusta para nada, pero a buen entendedor, pocas letras basta, jajajaj. La aplicó en un contexto algo parecido a esto:

_ Mi marido siempre me dice que yo soy una ¨g.....a¨..., porque la gente siempre se aprovecha de mí_...

Enseguida repliqué:

_ No, no lo eres, eres un ¨Alma Generosa¨..._ Y como tal actúas...

Y le platiqué sobre la importancia de utilizar palabras que nos definan, pero en ¨positivo¨, tenemos por suerte el idioma más rico en palabras que puedan existir, con sinónimos a granel, e infinidad de posibilidades y combinaciones, que lo hacen único y maravilloso. Como lo somos cada uno de nosotros.

Cuando una persona es generosa por naturaleza, porque le sale de lo más profundo de su ser, es realmente feliz, haciendo las cosas bien, compartiendo parte de ese mundo maravilloso que le habita, con los demás y es feliz, simplemente dando, sin que se lo pidan, sólo porque su naturaleza así lo ha decidido, y se siente maravilloso. Lo sé porque yo lo vivo a diario, a mi manera, con pequeños o grandes detalles, que muchas veces pasan desapercibidos, pero en realidad no lo hacemos para que se note, quizás el regalo más hermoso esté en que pase aparentemente desapercibido... Porque ahí es donde reside ese regalo de amor, en la sencillez, en la humildad y en la entrega a manos llenas, pero sin decir jamás:

_ Mira lo que hice por tí...te acuerdas?..._

Nos moriríamos de verguenza si así ocurriera, queremos hacerlo, como lo que es, lo más natural del mundo, es parte de nuestro legado de amor, hacia todos los que amamos o respetamos.

Hoy quería, amigos lectores que hicieran un alto en su día a día, y analizaran las palabras con las cuales se definen a sí mismos, y si como en el caso de este preciosa chica, hay palabras que las descalifican, en vez de valorar lo grande que tienen como seres humanos, se hagan a ustedes una promesa, sí como lo leen, una promesa:

_ No me voy a descalificar más! _

Y por favor cumplan la, es sobre ustedes mismos, sobre esa alma que les habita, y que será la única que estará hasta el final, con ustedes. Cuidemos amigos las palabras que usamos, bien para calificar o descalificar, piensen que a nadie le gusta sentir el peso de una losa como esa, y si no la quieren para ustedes, tampoco la usen para otros. Existen muchas formas de decir lo mismo, pero sin emitir juicios de valor o emitir sentencias condenatorias, ya están las Leyes humanas para hacerlo en los Tribunales de Justicia, y sin embargo, cuántos inocentes han sido culpados y encerrados, sin razón y sin que se resarzan los daños causados. Por ello, no seamos nosotros uno más en la historia, seamos, de ser posible, la diferencia, una hermosa y fascinante diferencia.

Queridos lectores solo me queda desearles hoy el mejor de los días, con un sol radiante, buen clima y mejor compañía y muchas sonrisas para compartir y guardar en el corazón, como recuerdos hermosos de una vida vivida llena de amor.

Dios nos bendiga siempre.

Mireya Pérez


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Manantiales de Armonías: Las alas del alma...: Desde siempre me ha maravillado ese poder que tiene nuestro espíritu de lanzarse en pos de los sueños, de las alegrías, de los sueños, ...

viernes, 12 de enero de 2018

miércoles, 10 de enero de 2018

Manantiales de Armonías: Poner en Valor...Valorar...Valorarse...

Manantiales de Armonías: Poner en Valor...Valorar...Valorarse...: ¡Cuántas cosas hemos tenido que aprender a través de nuestra vida!... De todas ellas, quizás la más difícil haya si...

Poner en Valor...Valorar...Valorarse...










¡Cuántas cosas hemos tenido que aprender a través de nuestra vida!...

De todas ellas, quizás la más difícil haya sido el poner en valor, la propia vida, la existencia, nuestra experiencia vital, conocimientos, y aportes a la comunidad, como seres humanos que somos, aunque no seamos un ente público, sólo una persona normal y común, como tantos y tantos cientos de miles de millones de personas que habitan este planeta azul.

Les comento esto, porque sé por propia existencia, que nunca se nos pasa por la cabeza, el pequeño y a veces gran aporte que hacemos al mostrar, simplemente, con el ejemplo de vida, cualidades y aptitudes, que nos son propias, y que nos diferencian y marcan, sin nosotros percatarnos de ello, porque forman parte de nuestra piel, de lo que somos, y como tal, actuamos en consecuencia, sin darnos cuenta, y por supuesto, sin valorar, lo positivo y bueno que trae para nuestro entorno o para todo aquel, con quien interactuamos en el día a día.

Quizás es, sin darnos cuenta al 100%, nuestro legado mayor: el ejemplo de vida... Porque formamos parte de un intrincado enjambre de seres humanos, interactuamos a diferentes niveles, tomamos contacto y nos movemos en espacios socio culturales y socioeconómicos diferentes, moviéndonos como pez en el agua, sin percatarnos de nuestros sutiles pasos, y mucho menos, está de más decirlo, de las huellas que dejamos.

En estos días, tomé contacto telefónico con un compañero de una empresa filial, a la que yo pertenezco, y de repente, esta persona, al ver la foto de mi whatsap, me preguntó si era la Mireya que había trabajado allá por los años 90 en una empresa de seguros en Caracas... Y sí, era yo, y me quedé perpleja de cómo alguien después de casi 28 años todavía se podía acordar de mí y de mi nombre, jajajaja. Inmediatamente pensé en las vueltas de la vida, después de tantos años, casi una vida, para la gente más joven, nos venimos a encontrar haciendo una actividad similar, en otro país, y en otra región... Recordé  entonces un viejo refrán que dice algo así como: ¨Siempre hay que portarse bien, porque uno no sabe cómo, nos volvemos a encontrar, y la memoria se activa¨... 

La vida es un pañuelo, de los que se llevaban antes en los bolsos, pequeños, y sin embargo, las vueltas que da, nos lleva a reencontrar a gente que no esperábamos encontrar, en sitios que ni sospechábamos... De ahí la importancia de hacer siempre el Bien...

Qué importante es entonces, el haber dejado una huella en la gente, del buen hacer, de la seriedad y de la entrega en el trabajo... Es muy bonito saber que de alguna manera hemos dejado una huella, que alguien se acuerda de nosotros, por cosas buenas, por detalles tan insignificantes como la forma de dar el ¨buenos días¨, por la forma en cómo representamos a nuestros intermediarios o quizás por otros detalles. Como docente, tengo la grata experiencia de ser recordada por mis ex alumnas, a pesar de que hayan pasado más de 35 años que no me ven... jajajajaj...

También por mis madres del colegio, por mis compañeras de clases y del trabajo, así como yo también los recuerdo. Es lo hermoso de haber vivido, de haber compartido y de seguir en el camino de la vida.

Por tanto, amigos, aunque creamos que nosotros no hemos aportado nada a nuestro entorno, la vida nos muestra día a día, que sí, que lo hacemos, algunos con mucha difusión, otros en silencio, pero dejamos huellas indelebles en la memoria de la gente y ahí debe estar el sentido de nuestra responsabilidad, que esa huella sea lo más positiva, edificante y maravillosa que podamos, no por nuestro prestigio, ni mucho menos, sino porque con nuestro accionar, estamos ayudando, de alguna forma, a hacer mejor nuestro entorno, a ayudar a otros a crecer como seres humanos y a que nuestra vida, luchas y sacrificios hayan valido la pena.

Por eso, cuando me toque entregar mi preciosa carga: mi cajita de zapatos existencial, llena de pétalos de flores, lo haré con inmensa alegría y regocijo, pues sé, que no aré en el mar...

Dios nos bendiga amigos lectores, que este sea el principio de muchos días fructíferos y llenos de alegría, de este año 2018 que apenas comienza.

Mireya Pérez