A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 7 de octubre de 2020

Los gestos y comunicación de Princesa... Esa perrita mestiza de mis amores...

 

A veces me sorprendo escuchando a la gente de la calle, e incluso a algún que otro conocido, diciendo que los animales son eso y que no tienen forma de expresión o sentimiento alguno, y yo, que llevo conviviendo toda mi vida con perros de todos los tipos y razas o no, me siento sorprendida, aunque a esta hora de mi vida, nada debía sorprenderme ya, porque, como dice el refrán popular: " Más sabe el Diablo por viejo que por diablo"... jajajajaja.

Pues bien, basada en esa premisa, me voy con algunas anécdotas perrunas de estos días de pandemia, en los que, por supuesto, he tenido más tiempo de observar y reírme de las locuras de Princesa, que en tiempos normales; y por ello, he querido hoy compartir con ustedes estos momentos chistosos de esa loquita mía.

Una de las formas que ella tiene de comunicarse conmigo es a través de los sonidos, esos a los que llamamos ladridos, esos guau guau, que en realidad no son simples ni mucho menos iguales unos de otros, por ejemplo:

  • Si ella quiere que le preste atención y haga algo por ella, se acerca y emite un sonido, un sólo guau, y acto seguido da vueltas sobre sí misma y salta, como señalando algo, y generalmente lo hace cerca del balcón, dándome así la señal de que hay sol y ella quiere asomarse y tomar sol, haciéndolo en las poses más extrañas que os podáis imaginar...
  • Si quiere salir a pasear o está apurada... Pues se acerca donde esté y trata de llamar mi atención señalando con su cabeza, la correa de paseo y su arnés, y si no me fijo, se monta en mis piernas y me hace la ¨operación bloqueo¨, sí como leen ustedes, bloqueo, porque me bloquea la mirada, poniendo su carrillo contra mi cara, tapando mi visión, haciéndose entender sin miramiento alguno... jajajaja
  • Si hace alguna travesura..., pues se acerca con cara de culpable, las orejas gachas, y mira por encima de sus cejas, como diciendo, no lo pude evitar... jajajaj
  • Cuando voy a vestirme, se monta en mi cama y olfatea la ropa que voy a ponerme, y por el aroma, sabe si voy a trabajar, y entonces no dice nada y se va a su almohada, como resignada a su soledad, pero si el aroma es de la ropa de salir a caminar, la cosa es otra... Ahí hace todos los movimientos y saltos de su repertorio, como diciendo:
        • - No se te ocurra salir sin mí...- y sale corriendo a buscar su arnés, signo inequívoco de que ella me quiere acompañar... jajajaja. 
  • Si quiere dormir la siesta, y que yo lo haga con ella, entonces me gruñe, como indicando de que ya es tarde y cuando me recuesto, ella enseguida se coloca delante de mi barriga, y en tiempo de frío, se acomoda debajo de la manta, para estar más cómoda y protegida... Todo un cuadro nosotras dos.. jajajaja.
  • Si viene alguien a casa, lo olfatea, sobre todo los zapatos, y según su percepción, se puede quedar tranquila o se coloca a distancia prudencial, como si fuera a defenderme de un enemigo inexistente, aunque generalmente lo que hace es mover la cola como loca, en señal de bienvenida, ella es más sociable que yo... jajajaj
  • Si está en el parque paseando, aunque yo suelte su correa para darle espacio, no pierde pista de mis movimientos, incluso a veces, me escondo para ver qué hace, y por supuesto, siempre me encuentra y entonces me mira como dándome a entender que ella no me perdería nunca...
  • Si es tarde, más de la una de la mañana y yo estoy en el ordenador, se instala en la puerta y me gruñe, caminando hacia el cuarto, pero como valla por el pasillo y no sienta mis pasos detrás, se devuelve y acto seguido, me suelta una serie de ladridos y gruñidos, de su amplio repertorio, como diciendo:
      • -A ver si cierras ya ese aparato que es tarde y quiero dormir- .... jajajaja
  • Si es la hora del cariño, es decir más de las ocho de la noche, ella se monta en mi regazo y como no le haga algún gesto cariñoso, ella, muy decidida, me da un lengüetazo en la nariz, para llamar mi atención, y cuando le pregunto si está molesta, ella estornuda... jajajaja. Pues el estornudo es su forma de asentir a una pregunta, jajaja.
  • Cuando hablo con ella, cosa que hago todo el tiempo, ella me mira y si no entiende, menea su cabeza, y mueve sus orejas, como preguntando qué quiero decir...
  • Es muy coqueta, de hecho creo que me equivoqué con su nombre, pues debería ser Coqueta en vez de Princesa, no he visto perro más presumido que ella, cuando está en el parque y alguien se acerca a saludarme y habla de ella, enseguida mueve su colita y sus caderas, con tal agite, que yo suelo terminar riéndome hasta las lágrimas, porque ella capta todo y si de ella se trata, pues se deshace en agradecimiento... jajajajaj
  •  A veces me olvido de revisar su agua, y si no lo he hecho durante el día, ella me lo reclama, bien haciendo gruñidos y haciendo que la siga hasta la cocina, o bien subiéndose a mi regazo y tratando de lamerme la nariz, de forma insistente, como diciendo, te olvidaste de mi agua o mira mi agua que está sucia, pues no soporta que caiga una pelusa o un pelo en su agua... Y la entiendo, a mí tampoco me gusta, así que voy y le pongo agua fresca y limpia y ella feliz...
  • Hay algo que descubrí hace unos días y me hizo reír un montón!!!!. No le gusta que le toquen el pompi!!!... Yo estaba en el sofá distraída y sin darme cuenta le acaricié la pierna y rocé una de sus nalguitas, pues se volteó y me miró con una expresión en los ojos, que me hace reír cada vez que me acuerdo... Me impresionó que siendo un animal, un perro, tuviera ese sentido de intimidad, como un sentido de pudor especial... Pero la expresión de sus ojos y su rostro volteado hacia mí, me dijo más que mil palabras...
  • Cuando regreso a casa, ella me recibe con una alegría y un alboroto indescriptible, presiento que lleva algún tiempo, desde que llegué al parking en que ella me ha olfateado, y los minutos que tardo, se le convierten posiblemente en una eternidad...
Seguramente me he olvidado de algún que otro gesto más, pero estos son los más frecuentes, y como se podrán dar cuenta, es imposible sentir soledad a su lado, pues siempre está atenta a mis movimientos, incluso cuando yo creo que está durmiendo, y roncando, jajajaja. Aunque esté profundamente dormida,  un sexto sentido la hace estar alerta, y siempre se despierta aunque yo procure no hacer ruido alguno, jajajaja. Creo que está más pendiente de mí que si tuviera un marido o un novio, jajajajaj.

Así que, amigos lectores, si no tenéis animales de compañía, no os sorprenda ese ¨APARENTE LAZO DE UNIÓN ¨, entre la mascota y su dueño, porque se basa en el compartir del día a día, y ellos, a pesar de no entender el significado de palabras como el amor, sienten una afinidad, una entrega y una fidelidad a prueba de cualquier cosa, sin importar el tiempo o la distancia... 

Yo tuve por unos meses a una perra Pittsburgh en casa, era de color rosa atigrado, con unos ojos azules preciosos, se volvía loca de contento cuando me veía y a mí me llenaba de ternura su forma tan noble de ser... Un buen día su dueña vino a buscarla, y yo, un año más tarde la volví a ver... Sorpresa!... La perra se le escapó de la correa a su dueña y corrió a mi coche, saltando por la ventana y me inmovilizó con sus patas, suspiraba y me miraba como diciendo:
            - Cuánto te he extrañado!!!- y sorprendida descubrí a su dueña con lágrimas en los ojos...

Los animales saben, por instinto o no, qué personas aman los animales y quienes no, y eso es una realidad...

Gracias amigos lectores,

Mireya Pérez