Crecimiento personal, cuentos, poemas, anécdotas y lecturas compartidas, que nos ayuden a crecer como seres humanos con una vida espiritual.
miércoles, 30 de diciembre de 2020
Manantiales de Armonías: Adiós 2020... Adiós!!!!!!!!
Adiós 2020... Adiós!!!!!!!!
Y llegamos a casi dos días para finalizar este año 2020... Uffff la de cosas que han pasado!!!!
Pero saben una cosa?... No me voy a quejar, al contrario, voy a agradecer, sí como lo leen, voy a agradecer.
En primer lugar, agradezco a este año por el aprendizaje de cosas nuevas, por no haber perdido en ningún momento, mi capacidad de asombro positivo, ni mis ganas de vivir, sonreír y hacer reír a la gente, así sea a través de una llamada telefónica... Ya conocen mi ¨alma de payaso¨, no se puede quedar quieta, jajajajaj. Y no lo hice, jajajaja.
Doy gracias también porque a pesar del asilamiento forzado que tuvimos, durante la primera ola de esta pandemia, jamás me sentí sola o aislada, e incluso recibí mensajes de personas que, sin ser cercanas, me escribieron y se interesaron por mí, eso es algo que he valorado mucho y que guardo como un grato recuerdo y como un descubrimiento. Mil gracias de nuevo...
Doy gracias a Dios, porque a pesar de todo, hemos podido cuidar de nuestra gente, de atenderlos sin desmayo y por que la pandemia no ha tocado nuestras puertas, también es cierto que nos hemos cuidado y seguimos haciéndolo y mucho!.
Doy gracias a mi familia, a mi hija y nietos, al yerno que tengo, con su forma singular y particular de proteger a los suyos, que son los míos, jajajaja. Eso para mí es muy importante, por supuesto, a mi también me ha salido mi ración de cuidados, jajajajaj.
Doy gracias a mis compañeros de trabajo, porque a pesar de todas sus obligaciones, suelen sacar unos minutos para conversar e interesarse por los otros compañeros, sin desmedro de su actividad profesional, gracias al fruto de nuestra cohesión de equipo, logrando así, entre todos, las metas individuales y grupales. Valoramos el trabajo de nuestro staff, sin el cual no saldrían a tiempo los documentos para Notaría o las publicaciones de nuestras propiedades. Parece que se hace solo, pero es el esfuerzo de un equipo profesional y humano maravilloso. Gracias en nombre de todos!
Doy gracias a mis amigas y amigos, son los hermanos que escogí como compañeros del camino de mi vida, y aunque alguna vez se bajen en alguna parada, generalmente vuelven a tomar el tren y nos re encontramos como si no hubiera pasado el tiempo, y eso es una sensación maravillosa... No sé si es por mi carácter, o porque así sucede en la vida de otros, pero yo me siento bendecida y afortunada por tenerlos o tenerlas en mi vida. Gracias de todo corazón...
Agradezco también a esta caparazón que me sirve de albergue, a este cuerpo humano donde habita mi alma, que ya tiene 65 primaveras a cuestas y sigue ahí dando la batalla cada día, ha sido una gran maquinaria, con algún que otro achaque normal, ya sabemos que cada uno tiene una vida útil, y este equipo ha sido y es bastante resistente, jajajaja. Todavía le queda mucho por trabajar y aunque necesite alguna que otra refracción, siempre está dispuesto a levantarse cada mañana temprano como un clavel reventón y a dar el 101%. Siempre con una sonrisa, sin queja alguna y lista como las girls scout jajajajaja.
El Planeta también nos ha agradecido el parón de esos tres meses de primavera, y nos lo ha demostrado dándonos la posibilidad de ver cosas que ya habíamos perdido, como el azul transparente de sus aguas, la aparición de especies que estaban casi perdidas, o que habían abandonado su lugar natural, ellos también han agradecido la limpieza de los cielos y el aire limpio, libre de polución de las ciudades y de las urbes. La gente que vive en las costas, han visto de nuevo aves y animales marinos que se han acercado sin temor a sus playas, algunos incluso han vuelto a desovar en zonas donde no se les veía hace más de 40 o 50 años.
Sé que han habido terremotos, huracanes y tormentas increíbles, así como grandes incendios que casi acabaron con todo un país como el incendio de Australia, pero a pesar de todo eso, no podemos ver sólo la parte negativa, ha habido grandes avances, cosas que quizás se hubieran llevado a cabo a través del tiempo, pero que debido a las necesidades empresariales y clínicas, surgieron para quedarse, un ejemplo de ello es el teletrabajo, ahora hay mucha gente que trabaja desde casa, y posiblemente ese sea el futuro, abarata los costos de gestión, mejora la relación familiar y posiblemente aumente la efectividad laboral, es algo que se evaluará con el tiempo...
Otro gran avance es el de las conferencia grupales, ahora gracias a las diferentes plataformas, independientemente del lugar en el que estés, puedes asistir a clases, conferencias de grupo e incluso entrega de premios, sí... La pandemia nos ha cambiado...
Y nuestra capacidad de reinventarnos, de hacer aquello que teníamos postergado por tanto tiempo y que ahora con la ventaja de tener tantos minutos libres, hemos vuelto a retomar o a descubrir lo que éramos capaces de hacer...
No quiero olvidarme de la gente que trabaja sin parar en vientos, aguas o nieves, como han sido los distribuidores y camioneros que han seguido llevando sus mercancías y alimentos a través del continente, sin pensar más que en seguir suministrando lo básico y necesario, independientemente del beneficio económico, eso no es lo importante, pero ver estos días cómo miles de camioneros se encontraron atrapados entre Francia en Inglaterra por el cierre de las fronteras, túnel intercontinental y el Brexit... Sin embargo, todos a una, bomberos, policía, ejército, ONG, han colaborado para que no les faltaran los implementos necesarios, algunos no han podido regresar aún, o lo harán después de las fiestas , sin su entrega no sería posible. Damos por sentado que al ir al super encontraremos todo lo que necesitamos, y no pensamos en el esfuerzo y sacrificio que eso ha significado. Gracias, Gracias, Gracias...
Podría pasar todo el día escribiendo para agradecer, pero creo que por hoy, ya es suficiente.
Reciban todos un gran Año 2021, con esperanza, con alegría, con Fe infinita y con toda la energía positiva.
Dios nos bendiga.
Mireya Pérez
miércoles, 2 de diciembre de 2020
Y llegamos a Diciembre del 2020!!!!!!!
Las semanas se han hecho cortas, y los meses se nos han venido uno tras otro, sin percatarnos casi, o por lo menos a mí me ha sucedido. No sé si es por mi naturaleza, o porque en realidad mi vida está tan llena de cosas por hacer, las que hago, los proyectos a corto, mediano o largo plazo, el trabajo del día a día, las sorpresas gratas de la vida y tantas cosas, que se escapan de mi mente, que sólo me doy cuenta del tiempo que ha pasado cuando reviso mi agenda y empiezo a programar la semana siguiente, y entonces me percato de que el año se nos fue...
No voy a hablar de este año tan particular, en forma negativa, aunque tiene mucha carga de ello, pero para mí ha sido un tiempo de fortalecer mis convicciones, amarrar bien mis anhelos, descubrir que muy a pesar de todo lo vivido, sigo llegando al corazón de la gente, y me sorprendo gratamente, cuando alguien o un grupo se preocupa porque no he llegado a tiempo a una cita, siendo yo, por regla general, muy puntual, y al llegar al sitio ser casi regañada ¨a mis años¨, por no contestar las llamadas, mientras conducía o los mensajes de whatsaps... jajajajaja y me he reído, después de corroborar que no era una broma, sino algo que les había preocupado de verdad... Eso amigos lectores es algo que llena mi corazón, porque a pesar de ser un gesto, es una señal del universo de que la gente te aprecia y sabe tus circunstancias, y se ocupan... Dios los bendiga.
Durante el aislamiento domiciliario que tuvimos los meses de marzo, abril y mayo, han sido innumerables los mensajes, llamadas y detalles de gente que me conoce, y que sin ser cercanos o amigos de toda la vida, me llamaron, escribieron o se acercaron para saber cómo estaba, si me faltaba algo, etc. Por supuesto hemos descubierto las plataformas que nos permiten realizar charlas grupales y hasta el teletrabajo, en esta época han surgido nuevas alternativas de comunicación, nuevas formas de impartir conocimientos y por supuesto, nuevas oportunidades, en todos los sentidos.
Hemos dicho adiós a gente conocida, a personas que habíamos conocido en nuestra juventud, a personas que jamás pensamos que se irían de esa manera, pues este Covid 19, se lleva a todo aquel que pille por delante, sin respetar edad, condición socio-económica o creencias... También ha hecho aflorar lo mejor del ser humano: su capacidad de entrega, su profesionalidad, su afán de ayudar, hemos visto cómo la gente se ha organizado para llevar alimentos y medicinas a personas que habían quedado solas, sin nadie que los auxiliara. En algunos países, la población de personas mayores que viven solas, sin familiares, es muy alta, y sólo en situaciones como éstas, se ponen de manifiesto.
No voy a hacer una apología de cómo se ha manejado la pandemia, eso lo hará la gente que le corresponda o la misma historia humana, yo sólo voy a resaltar lo positivo que nos ha traído.
Como biólogo sé que la naturaleza hace selección natural de los más aptos, o la sobrevivencia y adaptación de los más fuertes... Sin embargo, hay cientos de experiencias de personas mayores de 80 y 90 años, que después de estar en las UCIS casi 90 días o más, se han recuperado y salido por sus propios pies de los hospitales, esto ha hecho reflexionar a más de uno sobre el criterio de selección, que llegaron a aplicar en algunos centros de atención, al sopesar si una persona podía o no sobrevivir y priorizar así a los enfermos, cosa que nos pareció inhumana y desleal...
Cuando superemos esta etapa, creo que nos daremos cuenta de que hemos hecho un salto cuántico desde el plano espiritual, porque ahora somos más conscientes de lo hermoso que es compartir, con aquellos a quienes amamos, las cosas simples de la vida, lo importante de una llamada telefónica, el ver a los hijos y nietos a través del móvil o la tablet y hacer una visita virtual, pero con tanto calor humano y afecto, que sólo falta el abrazo que hemos postergado...
Ahora nos enfrentamos a las Navidades, y para los cristianos es una fecha importante, de reunión familiar, de armar el pesebre y el árbol de Navidad y de ver cómo los niños con alegría esperan la venida del Niño Jesús, Los Reyes Magos o Santa Claus... Tiempo de cocinar las recetas típicas de estas fechas y de hacer regalos a todos, con el buen ánimo de estas fechas, más arraigadas en algunos países que otros, pero fechas entrañables que representan todo lo bueno y hermoso de aquel Niño que nació en el portal de Belén hace más de 2000 años y cuyo recuerdo nos lleva a representar ese momento maravilloso de nuestra historia humana...
Puede que más de uno se plantee si poner los adornos de Navidad o no, yo todavía no lo he hecho, sin embargo, estoy preparando los regalos para la gente que quiero, algunos hechos con mis propias manos, otros serán comprados en algún comercio, pero unos y otros llevarán el sello del amor con el que yo los escojo para cada uno de los amores de mi vida.
Es tiempo de dar lo mejor de nosotros mismos, sin importar la cuantía económica que represente, lo realmente importante es demostrarles cuanto significan en nuestras vidas y cuán agradecidos estamos por tenerlos en ella.
Antes de finalizar, quiero desearles a todos un feliz Diciembre, que sus vidas estén llenas de alegría, de optimismo, de paz armoniosa, de sueños por cumplir, de amor.
Dios nos bendiga amigos y hasta la próxima entrega.
Mireya Pérez
miércoles, 7 de octubre de 2020
Los gestos y comunicación de Princesa... Esa perrita mestiza de mis amores...
A veces me sorprendo escuchando a la gente de la calle, e incluso a algún que otro conocido, diciendo que los animales son eso y que no tienen forma de expresión o sentimiento alguno, y yo, que llevo conviviendo toda mi vida con perros de todos los tipos y razas o no, me siento sorprendida, aunque a esta hora de mi vida, nada debía sorprenderme ya, porque, como dice el refrán popular: " Más sabe el Diablo por viejo que por diablo"... jajajajaja.
Pues bien, basada en esa premisa, me voy con algunas anécdotas perrunas de estos días de pandemia, en los que, por supuesto, he tenido más tiempo de observar y reírme de las locuras de Princesa, que en tiempos normales; y por ello, he querido hoy compartir con ustedes estos momentos chistosos de esa loquita mía.
Una de las formas que ella tiene de comunicarse conmigo es a través de los sonidos, esos a los que llamamos ladridos, esos guau guau, que en realidad no son simples ni mucho menos iguales unos de otros, por ejemplo:
- Si ella quiere que le preste atención y haga algo por ella, se acerca y emite un sonido, un sólo guau, y acto seguido da vueltas sobre sí misma y salta, como señalando algo, y generalmente lo hace cerca del balcón, dándome así la señal de que hay sol y ella quiere asomarse y tomar sol, haciéndolo en las poses más extrañas que os podáis imaginar...
- Si quiere salir a pasear o está apurada... Pues se acerca donde esté y trata de llamar mi atención señalando con su cabeza, la correa de paseo y su arnés, y si no me fijo, se monta en mis piernas y me hace la ¨operación bloqueo¨, sí como leen ustedes, bloqueo, porque me bloquea la mirada, poniendo su carrillo contra mi cara, tapando mi visión, haciéndose entender sin miramiento alguno... jajajaja
- Si hace alguna travesura..., pues se acerca con cara de culpable, las orejas gachas, y mira por encima de sus cejas, como diciendo, no lo pude evitar... jajajaj
- Cuando voy a vestirme, se monta en mi cama y olfatea la ropa que voy a ponerme, y por el aroma, sabe si voy a trabajar, y entonces no dice nada y se va a su almohada, como resignada a su soledad, pero si el aroma es de la ropa de salir a caminar, la cosa es otra... Ahí hace todos los movimientos y saltos de su repertorio, como diciendo:
- - No se te ocurra salir sin mí...- y sale corriendo a buscar su arnés, signo inequívoco de que ella me quiere acompañar... jajajaja.
- Si quiere dormir la siesta, y que yo lo haga con ella, entonces me gruñe, como indicando de que ya es tarde y cuando me recuesto, ella enseguida se coloca delante de mi barriga, y en tiempo de frío, se acomoda debajo de la manta, para estar más cómoda y protegida... Todo un cuadro nosotras dos.. jajajaja.
- Si viene alguien a casa, lo olfatea, sobre todo los zapatos, y según su percepción, se puede quedar tranquila o se coloca a distancia prudencial, como si fuera a defenderme de un enemigo inexistente, aunque generalmente lo que hace es mover la cola como loca, en señal de bienvenida, ella es más sociable que yo... jajajaj
- Si está en el parque paseando, aunque yo suelte su correa para darle espacio, no pierde pista de mis movimientos, incluso a veces, me escondo para ver qué hace, y por supuesto, siempre me encuentra y entonces me mira como dándome a entender que ella no me perdería nunca...
- Si es tarde, más de la una de la mañana y yo estoy en el ordenador, se instala en la puerta y me gruñe, caminando hacia el cuarto, pero como valla por el pasillo y no sienta mis pasos detrás, se devuelve y acto seguido, me suelta una serie de ladridos y gruñidos, de su amplio repertorio, como diciendo:
- -A ver si cierras ya ese aparato que es tarde y quiero dormir- .... jajajaja
- Si es la hora del cariño, es decir más de las ocho de la noche, ella se monta en mi regazo y como no le haga algún gesto cariñoso, ella, muy decidida, me da un lengüetazo en la nariz, para llamar mi atención, y cuando le pregunto si está molesta, ella estornuda... jajajaja. Pues el estornudo es su forma de asentir a una pregunta, jajaja.
- Cuando hablo con ella, cosa que hago todo el tiempo, ella me mira y si no entiende, menea su cabeza, y mueve sus orejas, como preguntando qué quiero decir...
- Es muy coqueta, de hecho creo que me equivoqué con su nombre, pues debería ser Coqueta en vez de Princesa, no he visto perro más presumido que ella, cuando está en el parque y alguien se acerca a saludarme y habla de ella, enseguida mueve su colita y sus caderas, con tal agite, que yo suelo terminar riéndome hasta las lágrimas, porque ella capta todo y si de ella se trata, pues se deshace en agradecimiento... jajajajaj
- A veces me olvido de revisar su agua, y si no lo he hecho durante el día, ella me lo reclama, bien haciendo gruñidos y haciendo que la siga hasta la cocina, o bien subiéndose a mi regazo y tratando de lamerme la nariz, de forma insistente, como diciendo, te olvidaste de mi agua o mira mi agua que está sucia, pues no soporta que caiga una pelusa o un pelo en su agua... Y la entiendo, a mí tampoco me gusta, así que voy y le pongo agua fresca y limpia y ella feliz...
- Hay algo que descubrí hace unos días y me hizo reír un montón!!!!. No le gusta que le toquen el pompi!!!... Yo estaba en el sofá distraída y sin darme cuenta le acaricié la pierna y rocé una de sus nalguitas, pues se volteó y me miró con una expresión en los ojos, que me hace reír cada vez que me acuerdo... Me impresionó que siendo un animal, un perro, tuviera ese sentido de intimidad, como un sentido de pudor especial... Pero la expresión de sus ojos y su rostro volteado hacia mí, me dijo más que mil palabras...
- Cuando regreso a casa, ella me recibe con una alegría y un alboroto indescriptible, presiento que lleva algún tiempo, desde que llegué al parking en que ella me ha olfateado, y los minutos que tardo, se le convierten posiblemente en una eternidad...
jueves, 24 de septiembre de 2020
Manantiales de Armonías: Princesa y las lágrimas furtivas de su dueña...
Princesa y las lágrimas furtivas de su dueña...
Hoy le daré voz a Princesa, mi mascota, protagonista y testigo de mis días y noches, mi compañera fiel del camino. Gracias a ella, pude superar más de un momento de tristeza y soledad, a los cuales debí enfrentarme, ante la ausencia de ese ser amado, que fue mi esposo. Pero dejemos que sea Princesa, quien les cuente esta historia...
- ¿ Qué hago yo con las lágrimas de mi dueña?... Esas lágrimas furtivas que de vez en cuando asoman a sus ojos y que a duras penas puede apenas controlar...
Al principio, yo no lo sabía, mi dueño no estaba, pero como a veces lo hospitalizaban por varios días, yo no me había percatado del cambio y de repente, ya nunca más regresó... Yo, sin embargo, siempre salía y aún lo hago, a esperarlo en la puerta del ascensor a ver si llegaba y alegrarlo con mis volteretas, que siempre sacaban una sonrisa en él, pero nada, ya no volvió... Yo no soy consciente de la muerte, porque no existe en mi espacio tiempo, pero sí observo los cambios a mi alrededor y observo o conozco muy bien a mi dueña, a esa líder de nuestra pequeña manada familiar, y ella cambió....
Cuando la enfermedad de mi dueño se hizo más evidente, pues ya no caminaba y estaba en cama especial o en la silla de ruedas, nosotras nos encargábamos de alegrarle sus días, cada una a su manera. Ella animándolo a escribir en su blog, a salir al parque, o a pasear en coche y yo, siempre a su lado, incluso cuando mi dueña salía a hacer cualquier diligencia, yo la despedía en la puerta de casa e inmediatamente me dirigía a la habitación de mi dueño, y de un salto, me instalaba en su cama, acostada entre sus piernas inmóviles, a acompañarle, nunca lo dejamos solo, era nuestro pacto secreto, y él me acariciaba con cariño y me decía ¨buena chica¨. Así hasta que ella llegaba, y yo sin haber tocado el botón del ascensor, ya olfateaba y sentía su aroma, me ponía nerviosa a olfatear debajo de la puerta de entrada a esperar con alegría su llegada, mi dueño me decía:
- Princesa, ya llegó tu dueña?_ y yo movía mi colita como loca, el reía a carcajadas, porque yo debía ser todo un cuadro de expectación y alegría, pero así me pasa aún hoy en día, ella es mi centro, mi todo...
Un buen día, se lo llevaron al hospital de emergencia y nunca más regresó, y entonces si darme cuenta, pues nosotros los perros no conocemos el duelo y esas cosas, sí observé los cambios que se fueron sucediendo en nuestro hogar a lo largo de los días...El primer cambio que me puso en alerta, fue cuando vino la gente de la Asociación contra el Cáncer, con quien mi dueña hace colaboraciones de vez en cuando, a buscar todo lo que había en su habitación, incluyendo la silla de ruedas y su cama especial... Mi dueña parecía perdida en sus pensamientos y yo, cada vez que habrían la puerta de la casa, olfateaba alrededor, esperando verlo llegar, para recibirlo, montarme en su silla y darle un ¨lenguetazo¨de bienvenida... Pero nada... No regresó...
Hoy, ella ha recibido una llamada telefónica, que por alguna razón, la ha hecho volverse aún más triste, me acaricia distraída y ni siquiera ve la TV, pues su mirada está fija, mirando sin mirar, sumida en pensamientos que ignoro, pero intuyo que le están ocasionando una profunda tristeza, pues sus ojos azules, ahora están grises, sin brillo... Es de noche, y hace algo de frío, pero ella sigue sin ver, sus pensamientos están en otra parte, y de repente, como si una fuente de agua se hubiera roto, ella se deshace en llanto, por primera vez en mucho tiempo la oigo llorar de forma desgarrada, jamás me sentí tan impotente y triste, jamás sentí que ella pudiera contener tanta tristeza en su interior, así que desesperada, intenté lo mejor que pude hacerle entender que ahí estaba yo, que no estaba sola, que yo la acompaño en cada instante del día y la noche, que ella lo es todo para mí...
Pero qué hago?... Busco y busco en mi mente algo, que por instinto, pueda yo hacer para que ella supere ese momento, y se me ocurre...
Ya sé, voy a hacer las vueltas de carnero, que tanto le gustan, me voy frente al televisor para hacerlo y a saltar para que ella me preste atención, pero ni siquiera me mira, se ha encogido en el sofá y abrazado a sí misma, aunque los sollozos aún siguen, ahora lo hace más tranquila, pero sigue llorando y yo... Qué hago?...
Me subo en el sofá, trato de meter mi cabeza entre sus brazos cruzados, pero me retira a un lado, suavemente, pero con determinación, y se vuelve a abrazar, yo la miro decidida a volverlo a intentar... Si les digo la verdad, no sé cuánto tiempo estuvimos ella y yo luchando porque abriera los brazos y ella retirándome a un lado, pero al final, quizás por el cansancio emocional que tenía, logré que mi cabeza quedara entre sus brazos y al final soltó los brazos, y ahí aproveché yo para hacer mi siguiente movimiento, jajajaja
Rauda, antes de que tuviera tiempo de reaccionar, puse mis cuatro patas sobre sus piernas y mi rostro frente al suyo, la miré por mucho tiempo, concentrada en que me mirara, tratando de que entendiera lo que yo quería transmitirle y me hiciera caso, y al cabo de unos instantes, ocurrió. Ella me miró a los ojos, y algo vió en mi expresión, porque una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, me acarició la cabeza y me dió las gracias. Yo me acurruqué en su regazo y así estuvimos por un buen rato, ella acariciando mi lomo, y yo respirando aliviada, pues el llanto ha cesado, sólo de vez en cuando, un suspiro de su pecho, rompe el silencio de esta casa vacía...
Mañana me daré cuenta de que ha recogido la urna con las cenizas de mi dueño, se irá al pueblo de su esposo y compañero de toda la vida, a dejar sus cenizas junto a sus seres queridos...
Al regresar, observaré con el transcurrir del tiempo, los cambios que irán surgiendo en nuestras vidas... Ahora han transcurrido cinco años de su partida, y creo que se siente tranquila y en paz, y yo siempre a su lado, en mi cojín, desde donde yo superviso cada uno de sus movimientos y de sus gestos, así como ella, entiende a la perfección qué quiero decirle yo con cada gesto, ladrido o movimiento, jajajaja.
Somos una pareja singular, pero ella me ama y yo a ella.
Amigos lectores, por supuesto que hablar del duelo y de cómo lo vivimos o superamos no es fácil, pero visto desde el puesto de este animal de compañía que es mi Princesa, me parecía más natural hablar de ello. Han transcurrido cinco años, y aunque la ausencia de un ser querido no se supera nunca, pues los llevamos en el corazón, se aprende a vivir con esa ausencia, y con el transcurrir del tiempo, entiendes que sucedió lo mejor tanto para aquel que se fue, como para el que lo sobrevive. Dios, en su infinita misericordia, nos da la fuerza para enfrentar el dolor y volver a respirar, a sonreír y a compartir con propios y extraños, parte de ese amor con el cual fuimos bendecidos, yo soy afortunada, y agradezco a todos por estar ahí
Dios nos bendiga amigos lectores.
Mireya Pérez
martes, 22 de septiembre de 2020
Manantiales de Armonías: Reconozco que tuve miedo... Eso me hizo buscar en ...
Reconozco que tuve miedo... Eso me hizo buscar en mi interior... Y lo hallé!!!!
A casi cinco años de tu partida física, esposo mío, hoy quiero reconocer que tuve miedo, mucho, mucho más de lo que alguien podría sospechar...
Los que hoy me conocen, y los que me conocen desde muchos años atrás, nunca sospecharon toda la lucha interior que tuve que realizar para llegar a este día, en el que puedo mirar atrás y ver ese camino de espinas y zarzas, sin amilanarme, sin asombrarme, con apenas un pequeño temblor en mi alma, esa alma que ha tenido que enfrentarse a muchas tormentas, y que gracias a la fuerza de voluntad y a la Fe, se ha sostenido, aunque más de una vez haya caído cara en tierra, con las rodillas ensangrentadas y las ropas llenas de polvo, pero, una vez repuesta del susto inicial, de la impotencia momentánea, ha levantado la cabeza, empujado su cuerpo a erguirse y respirando, con pausas al principio y luego con énfasis, se ha incorporado del todo, mirado hacia adelante, hacia ese horizonte desconocido y sacudiendo sus ropas y su alma, ha empezado de nuevo, más de una vez, he de reconocerlo, pero he vuelto a emprender el camino, acertado no, no era lo importante, lo verdaderamente valioso, era volver a empezar...
Sé por experiencia, que nadie aprende en pellejo ajeno, que por muchos consejos que nos den las buenas personas, no aprendemos si no lo hemos vivido, y que lejos de empujarnos hacia un derrotero u otro, todos sin excepción, tienen la mejor de las intenciones... Pero cada uno de nosotros, lo que puede hacer en esos casos y lo hacemos sin darnos cuenta, es tomar nota de las consejas y utilizar alguna enseñanza en la oportunidad que venga a juego, o si no, guardarla en nuestro reservorio de notas y aprendizajes... Mi padre solía decir que ¨lo que aprendes nadie puede robartelo¨, se queda en tu memoria y acude a tí cuando lo necesitas; a todos nos ha pasado, desde una simple suma o resta hasta complejos y aparatosos engranajes mentales, que sólo nuestras dendritas y neuronas conocen bien, a través de la sinergia de las sinapsis y entrecruzamientos a milésimas de segundo de ese órgano maravilloso que llamamos cerebro.
Tuve la suerte y la tengo, de haber tejido un grupo de amigas y amigos, una hija maravillosa, un yerno y gente fantástica, que han estado y están en mi mundo. Cada uno de ellos, según las circunstancias o según lo iba necesitando, sin yo saberlo, fueron apareciendo en mi horizonte o yo en el de ellos, y me acompañaron y me acompañan, cerca o lejos, no es importante en realidad. Los de cerca me han prestado su hombro para llorar, me han acompañado en los momentos cruciales, y también en los momentos de alegría, porque en estos cinco años, también he reído, con los nietos, con mi perra, con mis amigas, con los libros, y hasta con alguna que otra peli...
Descubrí para mi asombro, que era mucho más fuerte de lo que había pensado, y reflexionando en mi historia personal, descubrí el momento exacto en que empecé a cambiar, dejando atrás a la mujer temerosa, para dar lugar a la mujer águila que soy hoy día. Águila, porque he remontado más allá de la tormentas y he podido ver al horizonte y descubrir lo maravilloso que hay más allá de las nubes tenebrosas, los truenos no me asustan, tampoco las temepestades, sé que después de una tormenta, el día luce más luminoso y la tierra huele a limpio, los colores son más vivos y la naturaleza sonríe agradecida al agua que la ha inundado y llenado de vida.
Llegado el momento, descubrí que no me sentía sola, aunque viviera sola, descubrí que había en mí una serie de proyectos por realizar, de ilusiones o sueños por trabajar en ellos, pero que cada cosa debía ser a su tiempo, en su momento, dándome permiso a mí misma para, incluso, dar un parón existencial y no sentirme culpable por hacerlo. Yo soy mi único valor tangible, soy responsable de mis decisiones acertadas o no, nadie tiene poder sobre mí, yo marco el rumbo, el ritmo y el momento, nadie más...
Descubrí a la mujer, que fue niña, aquella Luna, de mis cuentos iniciales, que creció a base de golpes, porrazos, aciertos y desaciertos, con amor o con dolor, pero aprendió y hoy es fuerte a pesar de los pesares, sin embargo, no es amargada, al contrario, en su mirada se refleja ese mundo de Paz que la rodea, con su alma, con los demás y consigo misma. No tiene palabras duras, es conciliadora, amiga, madre, abuela, compañera de trabajo, humana...
Soy una mujer afortunada, no puedo más que darle gracias a todos, desde el fondo de mi corazón, por estar ahí, por aceptarme como soy, aunque a veces tengan la tentación de ejercer algún tipo de influjo para que acelere mi ritmo, pero he aprendido que cada uno de nosotros tiene su ritmo propio, su forma de hacer y por supuesto, yo no soy una excepción, sería imposible. Me acepto y los acepto...
Gracias infinitas, a mi esposo que fue un gran maestro, al que extraño, a mi hija, nietos, amigas, amigos, conocidos... Gracias de todo corazón!!!!
Dios nos bendiga amigos lectores
Mireya Pérez
miércoles, 22 de julio de 2020
Manantiales de Armonías: La Paz es mi camino y mi seña de identidad...
La Paz es mi camino y mi seña de identidad...
Hay un libro de Deepak Chopra, que se llama La Paz es el camino de Random House 2005, donde hace una disertación sobre La Paz desde el ámbito humano hasta las Naciones, incluyendo los aspectos geopolíticos, creencias ancestrales y posiciones de los diversos gobernantes... Pero también habla del ser humano individual y de cómo, en nuestra pequeña parcela humana podemos colaborar para expandir el sentimiento de Paz entre nosotros... No es una lucha contra la guerra, porque eso no sería Paz, sería por el contrario, otra guerra más. Se trata de cómo podemos aportar un rayo de luz y esperanza, desde cada uno de los puntos en donde nos encontremos, haciendo unos simples gestos:
- saludar
- dar gracias
- sonreír
- perdonar
- pensar en positivo
- alentar
- escuchar