A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 21 de mayo de 2021

El año sigue su curso... Y nuestras vidas también!!!!



https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-zbNqojzZeqpTJKJ7KME3XBE7Yqgn904aW5rtQktVKgb2rjpSCyUNA5jTbLJbP7Zna2TJu3vzdOfvqtxO3qeAYUwHyHzn9Qv0TmtwygIxuZ8YWQOzJFgb3slIrHMEg8VWVnTVgzx_a4s/s236/9d62357d7bff94d27419fc6c32c00188.jpg



Inmersa en tantas cosas del día a día, casi no me he dado cuenta del tiempo que llevo sin escribir en el blog, puede que sea por los tiempos que corren; esta pandemia ha cambiado muchos de nuestros patrones, nuestra forma de enfocar las situaciones, la manera en que buscamos las respuestas y cómo aplicamos nuevas tecnologías, aprendizajes o consejos que cada día nos abordan sin cesar.

Trabajar, leer, caminar, visitar a clientes, concertar visitas, aplazar algunas, incluso el darnos tiempo para nosotros mismos, nos hace a veces, parecer egoístas, pero no, es que el Mundo Cambió y nosotros con él...

En el ínterin, hemos tenido que aprender a decir adiós a gente que admiramos, que amamos, que respetamos, y a hacerlo en la distancia, porque ni siquiera se pueden hacer los funerales como antes, ahora hay prisa por incinerar, por realizar esa despedida lo más rápido posible, con un máximo de 10 personas, si son familiares cercanos o convivientes, todo ha cambiado...

Las noticias diarias nos bombardean con sus cifras, con las vacunas, nos hemos hecho expertos en virología, sin tener estudios, la gente habla de tal o cual vacuna, de si están en la lista o no, de por qué a un colectivo le han puesto tal o cual, o en el peor de los casos, que en algún país del primer mundo, allá por el Norte, se van a perder un número ingente de vacunas, porque la gente no quiere vacunarse, y entonces, uno piensa en los países pobres de África o de América, donde apenas el 2 % ha sido vacunado, y te invade el desasosiego, la impotencia, porque esta pandemia es global, y no se puede perder tiempo, ni recursos...

Como persona de riesgo, no sólo por la edad, sino porque tenemos alguna patología, propia del almanaque, hemos limitado nuestros contactos al entorno más cercano, o sólo a unos pequeños momentos, hemos aprendido a hablar con los hijos y los nietos por video conferencia, gracias a las plataformas de internet. Seguramente, cuando pasen algunos años, en los libros de historia, habrá un señalamiento a este período de pandemia, y se hablará de cómo su influencia hizo dar pasos agigantados a todas las áreas del saber humano, por la necesidad de tener o estar inmediatamente informados.

Esta pandemia ha traído algo que hasta hace un par de años era impensable, el Teletrabajo, incluso se habla de acortar a 35 horas semanales el número de horas de un trabajador en la semana.

Las empresas, incluso aquellas que han tenido beneficios, están haciendo una limpieza enorme en su staff de empleados, cerrando oficinas, abaratando costos. Hoy en día ya no tienes que perder tiempo en un banco, sucursal bancaria o compañía de seguros, todo se hace por internet, puedes hacer el seguimiento a un envío, una transferencia, o hacer casi cualquier trámite, sin necesidad de ver a tu interlocutor, el teletrabajo ha llegado para quedarse.

Las clases universitarias, ahora son por la web, obviamente, aquellas que necesitan prácticas de laboratorio, se gestionarán de otra manera, pero esto nos ha traído un nuevo mundo en la docencia.

Pero los seres humanos, siempre van a ser necesarios, aunque ahora no se vean más que los números de progresión, y el cálculo de beneficios...

Yo sigo aquí, en mi mundo, con mis seres amados, agradecida a la vida, porque soy un ser humano privilegiado, tengo un recurso muy escaso en estos tiempos, la amistad verdadera, el refugio de un grupo de amigas, fieles en el tiempo, desde la temprana infancia hasta hoy, desde la adolescencia, desde la Universidad, desde el primer trabajo hasta el último... Qué afortunada soy!!!!.

Y porque mi vida emocional y espiritual es plena, no hay sentimiento de soledad ni agobio, ni siquiera en el peor momento de esta crisis. Todo pasa, y lo sabemos porque ya hemos vivido otras etapas de la vida y a pesar de nuestra incredulidad las superamos, nosotros somos el vivo recuerdo de que todo en la vida pasa, como el río que nunca vuelve a su cauce, que sigue hacia adelante hasta llegar al mar...

Dios nos bendiga amigos lectores, y gracias por darse una vuelta de vez en cuando a ver si me comunicaba, gracias, gracias infinitas...


Mireya Pérez