A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

jueves, 28 de noviembre de 2013

Acuerdate de vivir.......





Es el título de un tango que cantaba Libertad Lamarque en la película de esa mismo nombre.
 
Apenas recuerdo parte de la letra, pero en más de una ocasión en mi vida me la he tenido que aplicar como propia medicina, pues al estar avocada al servicio y ayuda a los demás como misión de vida, te olvidas de que existes y de que también eres un ser  humano y necesitas las cosas naturales y humanas: alimentarte, descansar, reír, soñar..., cantar, amar y dejarse amar, dar y recibir, sobre todo saber recibir, he estado tantos años de mi vida abocada a dar, que cuando recibo algo que no esperaba,me pongo como si fuera un ratoncito temeroso que buscara la madriguera más cercana para esconderse, y la persona que hace el obsequio a lo mejor piensa que no me gustó, es solo que en mi ejercicio de humildad a veces me paso, y me olvido que recibir también es bueno.
 
Por eso hoy quisiera recordar ese tango tan sensiblero, pero tan cierto: le anexo parte de la letra que pude encontrar:
 
Acuérdate de vivir,
la dicha pasa y no vuelven jamás es tan breve y fugaz
no la dejes partir así, corazón..
 
Acuérdate de vivir
y que despierte en tu pecho la pasión dormida,´
entrega tu alma en un beso
acuerdate de vivir..
 
La canción del rosal, y el jazmín y el clavel
en el gris atardecer
la dorada ilusión que promete....
 
Acuerdate de vivir....
 
 
Suelo terminar el blog con una canción,pero les voy a poner la película, es corta,sensible, pero a veces de cosas simples también se aprende algo. Yo he recordado mis sábados de matiné en el canal 4, a las 3 de la tarde cuando las pasaban,amaba las canciones de Libertad Lamarque y sus películas,perdonen la ñoñerías, pero no siempre tenemos ganas de filosofar.

 


Que Dios los Bendiga!



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cuento Luna la niña que contaba estrellas...


 
Había una vez en un país muy lejano, una niña cuyos padres habían emigrado a otro país, buscando mejor fortuna, pues el suyo había pasado por una cruenta guerra civil, y no había empleo, ni cultivos,ni nada, la gente deambulaba de un lado a otro tratando de sobrevivir, y esta pareja que tenía a su niña de cuatro años, descubrieron un día pasando por el muelle, que un barco buscaba gente que quisiera irse a las Américas, pero no podían llevar niños, pues la condiciones para los pasajeros de tercera eran muy duras, los hombres pasaban las noches en cubierta, para permitir que las mujeres pudieran descansar algo en las cientos de literas que había en tercera, pero no era un viaje para niños tan pequeños.
 
La pareja preguntó, indagó, y escogió el país que les parecía les daría más oportunidades de encontrar un empleo, la chica cocía, y el era delineante, algo podría hacer, si no, podría trabajar en el campo o la construcción. Así que hablaron con sus padres, le pidieron ayuda para que cuidaran de su pequeña Luna, que así se llamaba la niña, y viajaron hacia las Américas.
 
Como la niña era tan pequeña, los abuelos pensaron que no se daría mucha cuenta, pero los niños son muy intuitivos, y claro que sabía que algo había pasado, porque su padre siempre jugaba con ella, la llevaba en los hombros y decía que era una niña muy alta, y su madre le cantaba hermosas canciones de cuna,a la hora de dormir.
 
Los abuelos paternos, también querían cuidar a la niña, así que se pusieron de acuerdo, para que un año la tuvieran unos y al año siguiente los otros. Pero cada casa era como comparar el sol con la luna.
En la casa de la madre,el abuelo era muy estricto y los niños, sus tíos y ella misma, a pesar de lo chica, no podían acostarse hasta que llegara el abuelo del campo, pues trabajaba con los hijos varones en arar el campo de un señor para prepararlo para la siembra, había que hacerlo antes de las lluvias, para poder sembrar y que la naturaleza hiciera su labor, decían que sería la primera cosecha en mucho tiempo, y hasta que no llegara el abuelo, pues nadie cenaba.
 
Cuando el llegaba, con los chicos, se lavaban las manos y la cara y devoraban todo lo que la abuela y las otras hijas habían preparado.
 
Sus tías eran ya mocitas de 14 y 16 años y la niña les parecía un estorbo, porque lo preguntaba todo, y a ellas no les gustaba andar respondiendo cosas tontas.
 
Tía Eulalia-¿ Por qué crecen los pollitos y luego los matan?-  decía la niña- yo le tenía cariño a panchito, y ahora ya no lo encuentro.
 
Ellas se miraban y reían,porque el pobre panchito había sido parte del puchero que cenaron anoche.
 
- Tía Laura, y los conejos, me dijeron que cuidara a pablito y hace días que no lo veo- y ellas respondían- seguro que agarró para el monte y no supo regresar, pero juega con otras cosas- ponte a contar las estrellas-le dijo la tía- segura de que con eso se entretenía y las dejaría tranquilas por un buen rato.
 
- Pero tía, las estrellas salen solo de noche y cómo las voy a contar si solo sé contar hasta 10- dijo la niña con mucha lógica.
 
Las tías se miraron entre sí, y resignadas, trataron de darle una respuesta que satisfaciera a la niña, y que no le remordiera la conciencia a ellas, porque en realidad no eran muy cariñosas con la niña, que se había quedado sola, pero es que en casa no había ese tipo de tonterías de ¨cariño¨¨mi niña¨. En casa no había palabras de cariño como en la novelas cursis que vendían en la plaza, ni en las película de cine de Rodolfo Valentino  o de Chaplin..
 
A la tía Eulalia se le ocurrió algo, agarró un guijarro de arcilla,lo probó en el piso del patio a ver si rayaba, y al comprobar que sí, le dijo- Luna, agarra este guijarro, y anota en esta piedra del patio, cada día cuántas estrellas has contado,y lo haces de 5 en cinco, así- y le mostró que haciendo una rayita por cada estrella, las podía apilar por grupo de cinco, y así hasta que se acabara el espacio de la piedra.
 
Luna no se lo podía creer por fin podría contar las estrellas, y esa noche emocionada mientras esperaban al abuelo, comenzó sentada en el patio a contar estrellas: una, dos, tres, cuatro, cinco y empezaba una nueva cuenta: una, dos, tres, cuatro,cinco. La primera noche estaba tan emocionada y concentrada que poco faltó para que el abuelo la descubriera, pero cuando se fue a acostar esa noche, había hecho casi tres hileras de grupos de cinco.
 
La niña pasaba todo el día haciendo las pequeñas cosas que su abuela le ordenaba, pero estaba pendiente de que el sol se fuera para que aparecieran sus amadas estrellas: una, dos, tres, cuatro, cinco y así noche tras noche.
 
Un día mientras la abuela regaba las plantas del patio se fijó en los dibujos en las piedras del patio y llamó a todos para ver a quien se le había ocurrido hacer aquella travesura, las tías sonreían pero no dijeron nada, y Luna se atrevió a contestarle- abuela, soy yo, que me pongo a  contar estrellas y mira abuelas !cuántas hay! .
 
Pero la abuela, lo que vio es que habían ensuciado su precioso patio y le dio un cepillo y un cubo a Luna, para que ella misma limpiara de nuevo las piedras y que quedaran de nuevo como estaban y de paso, le decomisó el guijarro.
 
Luna lloraba, paradita, enfundada en el overol que le ponían todos los días, hecho con los restos de las perneras de los tíos, y sus botitas ortopédicas, porque tenía los pies planos y siempre debía usar esos zapatos, además eran los únicos que tenía.
 
Nadie en ese patio le dio una palabra de consuelo, sus lágrimas corrían por sus mejillas, pero no se atrevía ni siquiera a sonarse,no fuera que la abuela le diera una bofetada, tampoco se podía mover, debía esperar a que le entregaran la cubeta y el cepillo.
 
Pasó buena parte de la mañana,bajo el sol lavando sus amadas cuentas de estrellas, de vez en cuando su pecho emitía un pequeño suspiro, pero siempre con miedo de que la descubrieran expresando sus sentimientos,porque si se daban cuenta, su castigo sería mayor.
 
Cuando el sol ya estaba en la mitad del patio, Luna había terminado,puso el balde en un costado y el cepillo, y busco a la abuela para decirle que lo había hecho. La abuela la miró y pensó que  se parecía mucho a su hija, pero también en el carácter, y debía aprender desde pequeña, que las mujeres no teníamos tiempo para esas cosas,había que limpiar, lavar,planchar, hacer la comida, alimentar a la familia, y al día siguiente vuelta a empezar. ese era el destino de la mujer, la gente pobre no podía darse el lujo de aprender sino las cuatro reglas básicas, de sumar, restar, multiplicar y dividir, para que el tendero no te robara y a leer y escribir, aunque la letra no fuera bonita, tampoco había libros en esa casa, pero no se iba a lamentar, a esta niña había que criarla, hasta que sus padres la vinieran a buscar y nada más.
 
El verano pasó, y en otoño, vinieron sus abuelos paternos a buscarla, eran muy diferentes, mayores que sus abuelos maternos, pero sonreían más, además su padre era la adoración de su abuela y pensar que iba a tener a esta niña tan rubia y de ojos azules,con ellos por todo un año, sería para su corazón una alegría. Pero Luna,la miraba detrás del delantal de la abuela materna, y miraba a estos señores que no conocía, sin embargo, en la mirada de los dos, descubrió algo, que le hizo pensar que a lo mejor con ellos, su vida sería diferente, y vaya que sí,pues apenas se despegó de su abuela, la otra la cargó en brazos y le dio un achuchón y la besó montones de veces, ¡qué rico se sentía!... y a la niña le asomaron unas lágrimas que enseguida escondió para que su otra abuela no se enfadara y pensara que no sabía criarla bien.Los abuelos se estrecharon la mano, y le dieron un pequeño bultito con la ropa de la niña, un oberol para el cambio, y su traje del domingo para ir a misa.
 
Los abuelos paternos se miraron extrañados, pero no dijeron nada, estaban tan contentos de tener a su nieta,que no se iban a preocupar por nada,había que agarrar la gua gua que los llevaría a la terminal del tren, y luego viajar en el tren por 6 horas, hacia el norte,
 
Luna sólo miraba la ventana del tren, el paisaje parecía que corría y que quería alcanzarlos, pero no, poco apoco el sueño la fue venciendo, y terminó acunada en los brazos de su abuela, que bajito susurraba una canción de cuna....
 
Cuando Luna despertó, ya habían llegado a la estación del tren del pueblo de su padre, y su abuelo la tomó de la mano y comenzó a caminar con ella, y a medida que avanzaba iba saludando a los vecinos y presentándole orgulloso a su nieta Luna María- la niña no sabía que tenía un segundo nombre, pero le gustó más que solo Luna, y así fue el trayecto hasta la casa de los abuelos paternos. Una reja enorme de hierro franqueaba la entrada de la casa y daba a un patio lleno de flores y plantas de muchos colores, y en el medio del patio una fuente cantarina,con sus aguas cristalinas, que servía de abrevadero a los pájaros que en ese momento se acercaban a tomar agua y oh sorpresa también a bañarse, la abuela al ver el desconcierto de la niña,le dijo que esos bribones se bañaban en la fuente todos los días, pero era un pequeño precio a cambio de el canto tan hermoso que les regalaban desde la mañana.
 
La casa, sin ser grande era acogedora, había retratos de su padre y de sus abuelos,en algunos muebles, y en un rincón un pequeño estante lleno de libros, y Luna los miró como quien descubre el cielo,sus abuelos se miraron, y la llevaron al estante, y la abuela sacó uno en especial y le dijo- Luna María sabes leer?- y ella les dijo que no- pero que sabía contar estrellas- aunque ya no la dejaban- la abuela la alentó para que le contara más sobre eso, y los abuelos se rieron al imaginarse a esta niña tan rubia,contando estrellas,sola en un patio, a escondidas para que no la regañaran. Le acarició el pelo, y le dijo que si el tiempo lo permitía le enseñaría a leer en el mismo libro con que había aprendido su padre, que era el que ella tenía en las manos, y los ojos de Luna brillaron esta vez de alegría.
 
El abuelo dijo entonces- bueno mis chicas- vamos a merendar, que seguro tendrás hambre- veremos que nos ha dejado Francisca en la cocina. Y subieron a la cocina, que tenía un fogón antiguo,con leños de madera ardiendo,y la habitación era calentita,en el centro había una mesa con 4 sillas y estaba cubierta con un mantel blanco, después sabría que era una de las aficiones de la abuela, que le gustaba bordar y se pasaba horas bordando,tejiendo  o ayudando al párroco a zurcir la sotana o el faldón de dar misa, porque la guerra había hecho estragos en todas partes, pero unos habían tenido más suerte que otros.
 
Merendaron, y luego de recoger la mesa, llevaron a Luna María a lo que sería su habitación, que aunque pequeña, tenía una camita para ella, una mesilla de noche, una silla y una pequeña cómoda donde guardar sus cosas, que eran tan pocas... pero no importaba,a lo mejor si tenía suerte la abuela le volvería a cantar esa canción de cuna, y así fue,mientras el abuelo fumaba en su pipa,veía la escena que tenía ante sus ojos, esa pequeña niña, tan tímida, era la hija de su hijo, el más estudioso, y más colaborador de los 4 que habían tenido, uno se lo había llevado la guerra, porque era el mayor y lo alistaron,y murió en una trinchera, su única hija ya se había casado y vivía en otro pueblo e iba a tener familia, uno pequeño lo perdieron porque le dio el tifus y no lo pudieron salvar, y luego les quedó este chico tan alegre, que se había lanzado a hacer las Américas y les había dejado este regalo del cielo,su nieta Luna María.
 
Durante el año y pico  que Luna María vivió con los abuelos del Norte, la niña fue cambiando, se le notaba más alegre, cantaba las canciones que Francisca la cocinera o  su abuela le enseñaban, iba a misa y rezaba todas las noches de rodillas en su cama por el pronto regreso de sus padres, y le daba gracias a Dios por sus abuelos. La niña había agarrado un poco de peso, se le notaba más feliz, y hasta a los vecinos les parecía que había vuelto la alegría a la casa de los Malvarrosa, que así se llamaba la familia. Luna entusiasmó a la abuela con el hecho de contar estrellas, y hasta el abuelo a veces cuando no había mucho frío jugaba con ellas a ver si había descubierto tal o cual estrella, Luna María crecía por días, y la abuela había poco a poco cambiado el limitado vestuario de la nieta por lindos vestidos sencillos, hechos por ella misma, pero que le daban la sensación de que la niña apreciaba con candor.
 
Aprendía a leer y acariciaba el libro de su padre, y le pedía a los abuelos que le contaran como era de niño, que si ella se les parecía, y aunque era una mezcla de los dos, sí tenía ese genio alegre y la sonrisa en los ojos al mirar, ¡qué distinta era esta niña de la que habían ido a buscar hacía ya un año!.
 
Hablaron con el párroco y aconsejados por él, le escribieron a los otros abuelos,pidiéndoles que por favor, ya que ellos eran tantos, y ellos apenas tres, le dejaran la niña un tiempo más, que la niña le enviaba todo su cariño,pero que la habían apuntado a clases y como era pequeña,venía un maestro dos veces por semana a darle clases, y sería una lástima que perdiera esta oportunidad.
 
Para los abuelos maternos, fue un alivio, pues trabajaban mucho y aunque le tenían cariño a la niña, había 7 bocas que mantener y no era fácil. Así que Luna María, se quedaría con sus abuelos, hasta que su padre viniera a buscarla.
 
Cuando Luna María iba a cumplir 7 años, sus abuelos recibieron con alegría la carta de su hijo que les decía que llegaría en dos meses a su tierra a buscar a su hija, les contó que había sido duro al principio,pero que aunque no eran ricos, vivían en un pisito pequeño, que trabajaban y ahorraban y que pronto Luna María tendría un hermanito, y que extrañaban mucho a su niña,y que siempre les estaría eternamente agradecido por el amor y el cuidado que le habían dado a su hija. Las lágrimas de doña Consuelo, que así se llamaba la abuela, eran mitad de alegría, mitad de tristeza, pero sabía muy bien que los hijos deben estar con sus padres, así, que haciendo acopio de entereza, salió al patio a buscar a su marido y a la nieta y a contarle las buenas nuevas. El marido la miró y ella le hizo un gesto,como de no te preocupes, y agarrados de la mano cantaron alrededor de la fuente...
 
Esa noche Luna María le rezó al Señor para que su padre llegara pronto,para que cuidara a sus abuelitos cuando ella se fuera, y porque su madre le diera un hermanito para poder jugar. Doña Consuelo, la arropó y le cantó esa nana tan especial, que a Luna María le gustaba tanto, y se quedó poco a poco dormida, abrazada a una muñeca que le habían mandado sus padres desde América.
 
El tiempo pasó rápido, y por fin,el abuelo, la niña y una nerviosísima doña Consuelo, se dirigieron a la estación del tren para esperar la llegada de su hijo tan amado, los minutos se le hicieron eternos, hasta que el a fín,llegó el tren de las doce, puntual como siempre, y entre el trajín de maletas y viajeros, doña Consuelo logró ver a su hijo, ya no era el mozalbete de 27 años que se había ido para conquistar las Américas,en su lugar había un hombre fuerte, de andar dinámico, pero con una sonrisa que brillaba como dos luceros.... corrió y la levantó en vilo y dio vueltas con ella, quien hacía aspavientos para que la bajara, mientras el abuelo y Luna María esperaban espectantes- Luna María , pensaba -¿ese hombre tan guapo es mi padre?, ¿se acordará de mí, me querrá todavía?. Y no había terminado de pensar su última frase cuando su padre la cargaba como una pluma y se la comía a besos literalmente, y sus besos hacían cosquillas, porque tenía bigote y picaba, pero la sensación de estar en puerto seguro,no se le olvidaría jamás. Luego fue el turno del abuelo, que había mantenido el tipo, pues era el patriarca, pero era su hijo,el sueño de su vida, la ilusión, y le gustó lo que vio,notó las pequeñas líneas de expresión en los ojos y alguna que otra cana en su espesa cabellera,pero en lo demás era su chico, y vaya si quería a su chico. Doña Consuelo, se enjugaba las lágrimas, mientras cogidas de las manos, nieta y abuela se dirigían al camino hacia la casa.
 
La noche se hizo larga mientras el padre contaba cómo era América, sus paisajes, sus selvas, sus montañas, sus mosquitos, y los hizo reír un sin fin de veces con las anécdotas y experiencias varias que contó. Al final, cuando ya era hora de acostarse, la abuela dejó que fuera su padre quien la acostara y le contara un cuento, y la niña poco a poco se durmió con una sonrisa.
 
 
Su padre había calculado estar apenas tres semanas, porque su mujer salía de cuentas en dos meses y el viaje por barco duraba casi 15 días, y no quería que estuviera sola,aunque habían hecho amistad con otra pareja que habían conocido en el barco, y vivían cerca los unos de los otros, Luna María estaba extasiada ollendo a su padre, y le parecía mágico todo lo que le contaba.Un día los llevó a todos a una feria que había llegado al pueblo, y montó por primera vez en un caballo, e hizo que le sacaran una foto,para que después la viera mamá. Doña Consuelo,fue preparando poco a poco las cosas de la niña,dos o tres vestidos que le había hecho para el viaje,un jersey y un abrigo para el frío,los calcetines y pijamas, y el libro de cuentos de su padre, con el que le había enseñado a leer.
 
Cuando llegó la fecha de la partida, había alegría por un lado, pues los abuelos entendían que la niña debía estar con sus padres, pero también tristeza porque estos dos años y medio que había estado con ellos, sería siempre un recuerdo dulce en los años por venir.
 
Para el viaje,le pusieron una falda escocesa con un suerte tejido de lana, que la abuela había hecho con tanto primor y el abriguito rojo que hacía juego con la falda, la niña rubia con ojos azules,más que una norteña parecía una inglesa, pero la picardía y la alegría solo era característica de esta zona de donde ellos eran. Luna María, se fue despidiendo de cada planta del patio,de los pájaros que se bañaban en la fuente del patio, de los vecinos y del párroco don José que la había estado preparando para hacer la primera comunión,pero la haría en América, si Dios quería.
 
El abrazo a sus abuelos, fue el más difícil de dar, con ellos conoció el afecto, la ternura, la bondad, la caridad y le devolvieron la alegría, siempre tendría una deuda moral con ellos. Su padre dijo que pronto los volverían a ver, y entre sollozos y muchos besos,Luna María y su padre comenzaron el viaje hacia las Américas....


Este cuento lo he escrito en memoria de tantos niños como yo, que tuvimos que esperar a que nos vinieran a buscar a casa de los abuelos, cuando en España en los años 50, muchos españoles emprendieron un viaje incierto,con la ilusión de hacer las Américas: Isleños, Gallegos, Asturianos, Catalanes, algunos andaluces, y tantos otros,emprendieron este viaje, sin poder regresar muchos de ellos de nuevo a su tierra,como mi padre; pero él si logró tener a toda su familia consigo en América.
 
 
 

martes, 26 de noviembre de 2013

Encuentro entre una Paloma y un Aguila...

 
 Un cuento para reflexionar: 
 
Una paloma blanca, simple y silvestre paseaba picoteando despreocupadamente por el prado, sin darse cuenta que de lejos unos ojos la observaban, era tímida, y sus congéneres siempre se burlaban de su aspecto tan simple, blanca, sin plumaje brillante ni colores iridiscentes que llamaran la atención,
 
Cuando se acercaba a las otras, en los parques, secretamente se reían de su simpleza, ellas eran grandes y orondas y caminaban con galanía y soltura, mientras que ella era delgada y no muy agraciada que digamos, si seguía así cuando llegara la época de celo, no tendría pareja, y tendría suerte si un aprendiz de mago la escogía para sus números, aunque le habían contado,que lo primero que hacían era cortarle las alas para que no pudiera escapar, y ella amaba sus alas, porque le permitían volar alto, a veces se excedía en el vuelo y tenía que hacer un alto en el camino, como hoy, lejos de la  ciudad...
 
Desde lejos un Águila espléndida la veía, no tenía hambre así,que por eso la observaba, sin ir a por ella para cazarla, más bien le extrañaba su forma de moverse en ese medio que no era el suyo, se preguntaba si estaría perdida. Pero decidió seguirla más de cerca no fuera a ser que algún otra ave de rapiña la descubriera y terminara con esa pequeña paloma de aspecto tan triste. 
 
Desplegó sus alas hermosas de gran envergadura y voló hacia un sitio más cercano, pero sin hacer ruido para no asustarla, si pudiera hablarle, le entendería?, se asustaría?, parecía que necesitaba ayuda, algo en su postura delataba una profunda tristeza, y este águila que había visto tanto durante su vida, no se había dando cuenta nunca de la tristeza y de la melancolía de otro ser vivo, quizás porque hasta ese momento sólo le habían interesado como presas para saciar su hambre, no su curiosidad.
 
Así que posado en un árbol grande y frondoso, donde casi estaba escondido se atrevió a hablarle.
 
- Hola pequeña, ¿ qué haces por estos parajes tan lejos de la ciudad?- dijo el águila
 
Y la paloma atemorizada miraba asustada para todos lados, sí esa voz tenía razón, se había expuesto mucho al volar tan lejos.
 
- Bueno es que estaba tan  estaciada en mi vuelo, disfrutando de la brisa y del paisaje, que no me dí cuenta y llegué hasta aquí.- dijo la paloma- ¿ Es que acaso es un coto prohibido o algo así?
 
- No, sólo que es un terreno donde dominan las águilas y las aves de rapiña, y no es muy seguro para ti.- contestó el águila.
 
-¿ Entonces corro peligro?- contestó con miedo- ¿ Ya no podré escapar de aquí?
 
-No lo sé, depende- contestó el águila.
 
- ¿Depende? de ¿qué?.-dijo la paloma cada vez más asustada, mientras con pequeños pasos trataba de esconderse entre algunas flores, y pensaba...- por favor que no sea alérgica a estas flores tan bonitas, porque si estornudo, me verán más rápido. Sin saberlo se había entremezclado entre unas margaritas silvestres, y sólo los ojos sagacez del águila podían distinguirla.
 
- ¿ Qué te ocurre?- dijo el águila- no te pareces a las otras palomas de tu especie, tan seguras y orgullosas.
 
- Es que yo no soy una paloma atractiva, como las otras, mis plumas son solo blancas, sin brillo, y soy delgada- siempre que me acerco al parque terminan sacándome,porque chacharean mucho de mí, y eso me duele. Me han dicho que tendré suerte si un aprendiz de mago me captura para sus prácticas de magia, pero que lo primero que hará será cortar mis alas y me gusta tanto volar....- contestó cada vez más acongojada la paloma.
 
- Uhm- creo que lo dicen por envidia.- contestó el águila.¿ No sabes que las palomas blancas son el símbolo de la Paz?. ¿El símbolo para los cristianos de la llegada del Espíritu Santo?.
 
- ¿En serio?-yo pensaba que era muy poquita cosa- yo solo quería que fueran mis amigas, pero siempre me hacían huir del parque, un día incluso me empujaron a una charca para que mi plumaje se ensuciara y se manchara, lloré tanto!- y la imagen mental que se hizo el águila, lo compadeció más de esta pobre criatura.
 
- Y ahora que sabes, que las palomas blancas son hermosas y que simbolizan tantas cosas hermosas, ¿qué vas a hacer? - le preguntó el águila.
 
- Pues tendré que volar y buscar dónde hay otras palomas como yo- pero ahora recuerdo que estoy lejos, y tampoco sé donde encontrarlas.
 
- Bien, tendré que averiguarlo- dijo el águila- en este árbol que tienes cerca hay un hoyo en la base, que a veces usan algunos roedores, pero hoy no están por aquí, así que usalo como refugio, no salgas y espera hasta que regrese.
 
- Bien, gracias, me esconderé y le esperaré- dijo agradecida y más contenta la paloma.
 
El águila alzó el vuelo y se dirigió a la ciudad,voló un rato y encontró una gran plaza, dominada por una estructura enorme, y muchas estatuas, y a los pies de las mismas,muchas palomas como su amiguita y pensó feliz, que había encontrado el lugar ideal para ella.
 
Regresó un poco más tarde y llamó a la paloma, que al oír su voz, salió al principio temerosa y luego aliviada, de escuchar una voz amiga. Pero se paró en seco al ver al enorme águila que la observaba, casi se desmaya, ahora este animal me va a comer- temblaba asustada.
 
El águila al verla comprendió su torpeza y le habló lo más natural posible,-no temas paloma, soy tu amigo, soy la misma voz que te ha estado hablando desde el árbol, no tienes por qué tenerme miedo, no te voy a hacer daño, y además tengo noticias muy buenas para ti.- dijo el águila.
 
-He encontrado una gran plaza en una ciudad que está a unos cuantos kilómetros de aquí, es enorme, pero hay muchas palomas blancas como tú, y estoy seguro que cuando llegues te acogeran como una más en el grupo y nunca te volverás a sentir sola¿Quieres venir a verla?
 
- Sí, claro, pero¿ podré llegar yo sola?.
 
- Si confías en mí yo te puedo llevar en mis garras, porque la distancia es algo larga para tí, prometo no hacerte daño.-dijo el águila- que internamente rezaba para que esta hermosa paloma no le temiera y se atreviera a hacer el vuelo de esa manera.
 
La paloma estudió al águila, que aunque imponente por su gran tamaño y envergadura, se notaba en su mirada que no era voraz, al contrario tenía un dejo de melancolía en su mirada, o quizás había sido un espejismo de su imaginación.
 
- He decidido confiar en ti- volaré contigo un rato, así como dices, pero ¿después me soltarás para que yo llegue a mis congéneres sola?- dijo la paloma- no es que no confíe en ti- dijo- pero creo que se vería muy extraño que me llevaras hasta ellas dentro de tus garras, pensarían que me habías cazado y las asustarías.
 
- Bien pensado amiguita- dijo el águila- vamos pues, confía en mí que no te haré daño.
 
Y el águila agarró con suavidad entre sus garras a la paloma, que al principio temblaba asustada, pero a medida que el águila cruzaba los valles y las montañas, se dio cuenta y dio gracias al cielo, por haber encontrado un amigo que la ayudara, había volado sin darse cuenta y se había extraviado, pero este águila la había salvado.
 
Cuando ya se divisaba la imponente estructura con su inmensa plaza, el águila le dijo que le dejaría volar desde un punto cercano, para que ella llegara tranquila, y así lo hizo, de repente abrió sus garras y la paloma empezó a volar, dio una pequeña vuelta para darle las gracias a su amigo, y luego feliz se dirigió a esa plaza que estaba llena de gente, que cantaban y reían, y entre ellos había un hombre vestido todo de blanco, con una especie hábito blanco, que en ese momento alzaba la mano y ella se posó en su dedo, fue algo instintivo, el hombre rió y la gente en la plaza aplaudía y lloraba, oía decir¡ milagro,milagro!, pero ella no entendía, solo que sus hermanas las palomas blancas, revoloteaban dándole la bienvenida a esa su nueva casa, ya nunca más se sentiría sola, gracias a esa hermosa águila tan especial, había sido como un ángel salvador para ella, en un momento tan difícil.
 
Ojalá lo volviera a ver de nuevo, para ella sería siempre un recuerdo muy especial. ¿Alguna vez alguien pensaría que podría haber amistad entre un águila y una paloma?. ella sí lo sabía, pero sería su secreto.
 
El águila observó la escena desde su puesto en una colina cercana, y un brillo como una lágrima se asomó a sus ojos- y pensó- me estoy volviendo viejo,¿no Señor?- y escuchó una voz que le dijo-no amigo mío, haz cumplido tu última misión,alza el vuelo amigo que te estamos esperando.
 
Nadie se dio cuenta cuando una hermosa águila espléndida y valiente alzó el vuelo más allá de la nubes, desapareciendo para siempre,como si las nubes lo hubieran acogido.
 
Al lugar donde llegó,todo era alegría,los valles y montañas brillaban de esplendor y un graznido conocido le dio la bienvenida, su pareja, que hacía tantos años no estaba con él,ahora le daba la bienvenida dando vueltas a su alrededor y graznando de alegría. ¡También hay un Cielo para las criaturas del Señor.!
 
Autor: Mireya Pérez R., en Honor a Nuestro Papa Francisco.  26/11/2013.
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Hoy decimos No a la violencia de género














Con mucha pena celebramos hoy el día Mundial contra la Violencia de Género y digo con mucha pena, porque esto no debía existir,Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, y en ningún momento indicó que la mujer fuera una poseción del hombre, un objeto, algo que se toma y se desecha.
 
Yo he escuchado decir a hombres cultos, preparados, ejecutivos prósperos: - que la mujer es buena sólo para ¨eso ¨y si acaso algunas..... Por favor, es que a ellos les han dicho acaso que son los mejores del mundo en´¨eso ¨. Es que en alguna institución se estudia cómo ser mejor o cómo mejorar tal o cual actitud al respecto. Los Sexólogos me dirán que sí, yo entiendo que desde el punto de vista de los Psicólogos hay muchas pautas para mejorar la relación de parejas y hay infinidad de bibliografía al respecto.
 
Pero en ningún lado dice que el hombre debe maltratar a la pareja, bajo ningún aspecto, a la pareja la debes respetar :
  1. Porque tú la escogiste o se escogieron mutuamente.
  2. Porque si no están de acuerdo en algo, la gente hablando se entiende
  3. Si ya no hay amor, porque se enfrió, porque sencillamente se equivocaron, pues aunque duela mucho, pues civilizadamente se separan y cada cual por su camino, pero siempre desde la base del respeto a la persona, pues en algún momento de nuestra vida significó tanto, que quisimos compartir la vida juntos.
  4. Tratar a la mujer como un objeto, que se exhibe para que los demás machos vean el hembrón que tengo, es de hombres con auto estima muy baja.
  5. El hombre puede estar orgulloso de su mujer, por sus logros como ama de casa, porque es una anfitriona fantástica, porque es una madre ejemplar, porque es una profesional honesta y reconocida, porque la amas cada día más, porque descubres en ella cosas nuevas cada día, y ya tienen sopotocientos años de casados, y nunca deja de sorprenderte. Eso sí es bonito.
  6. El hombre debe amar sus heridas de guerra: y aquí me refiero a los cambios que la maternidad, la madurez, o hasta la enfermedad ha ocasionado en ella. Pero por dentro sigue siendo ese ser especial que te encandiló con su brillante sonrisa en una tarde de mayo, cuando atravesabas la plaza.
  7. La mujer no es un cuerpo de 90:60:90, aunque hay miles de ellas. No todas tienen la suerte de mantenerse delgadas toda la vida, porque hay factores hereditarios, enfermedades, circunstancias miles, que hacen que ese cuerpo perfecto cambie a lo largo de los años, pero la esencia interior, su alegría, el amor, la magia, sigue ahí dentro.
  8. La mujer como el hombre somos almas con cuerpos, que envejecen, y lo más hermoso, es poder envejecer juntos, ser amigos, compañeros y todo lo demás.
  9. Cuando un hombre se refiere a una mujer como ¨ese culo....¨yo me pregunto, ¿ese hombre no tendrá madre?,¿ habrá nacido en una probeta?,¿no tiene hermanas e hijas? ¿te  gustaría que hablaran de ellas, como si fuera de una pieza de ganado o de cacería?. Pues yo te respondo que No le hagas a los demás lo que no quieres para ti.
  10. Para ser respetado, hay que respetar. Y sobre todo si hay hijos, los padres tienen la obligación de darles a los hijos ejemplos de vida, una vida en familia, de respeto, de amor, de compañerismo, donde reine siempre la alegría, y cuando haya problemas, los hijos sabrán que papá y mamá lo resolverán juntos .
  11. Si amas a alguien no lo puedes insultar, porque te estás insultando a ti también, eso es la clave del éxito o fracaso de una relación, si no hay respeto, no se pueden querer, será otro tipo de relación,pero no algo basado en el amor y la comprensión.
 Por eso no deberían existir días como este, en países civilizados o del tercer mundo, no hay certificado de poseción de nadie, solo debe reinar el amor, la comprensión, y el perdón.

No es justo que este año sólo en España tengamos más de 45 mujeres asesinadas, y cientos de mujeres alojadas en pisos de acogidas, con sus hijos, los que posteriormente harán lo que vieron en su casa, niños a los que habrá que tratar con psicólogos por mucho tiempo, para tratar de borrar una huella hecha en carne viva.

No más violencia, de ningún tipo.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Las pérdidas necesarias.....

 En la vida, a lo largo de nuestra existencia se nos presentan una serie de disyuntivas, pruebas, pérdidas, o como quieran llamarles, que según las vamos resolviendo o enfrentando, nos hacen ser las personas que somos. Si no hubiéramos tenido tal o cual experiencia, nuestra vida, sería totalmente distinta...
 
Lo que sí no sabremos nunca, es si fue para bien o para mal, pero yo creo que la experiencia y nuestra actitud ante los éxitos, los fracasos ,las pérdidas, etc., son a la larga, los que forman nuestro carácter y somos lo que somos gracias a esto.

 A las  pérdidas las llamamos necesarias, porque crecemos a través de ellas. De hecho somos quienes somos gracias a todo lo perdido y a cómo nos hemos conducido frente a estas pérdidas.

Del libro ¨El Camino de las lágrimas¨ de Jorge Bucay, Editorial Random House Mondadori, 2003

Compartamos este cuento:

Martín había vivido gran parte de su vida con intensidad y gozo.

De alguna manera su intuición lo había guiado cuando su inteligencia fallaba en mostrarle el mejor camino.

Casi todo el tiempo se sentía en paz y feliz; ensombrecía su ánimo , algunas veces, esa sensación de estar demasiado en función de si mismo.

El había aprendido a hacerse cargo de sí y se amaba lo suficiente como para intentar procurarse las mejores cosas. Sabía que hacía todo lo posible para cuidarse de no dañar a los demás, especialmente a aquellos de sus afectos. Quizás por eso dolían tanto los señalamientos injustos, la envidia de los otros o las acusaciones de egoísta que recogía demasiado frecuentemente de boca de extraños y conocidos.

¿Alcanzaba para darle significado a su vida la búsqueda de su propio placer?

¿Soportaba el mismo definirse como un hedonista centrando su existencia en su satisfacción individual?

¿Cómo armonizar esos sentimientos de goce personal con sus concepciones éticas, con sus creencias religiosas, con todo lo que había aprendido de sus mayores?

¿ Qué sentido tenía una vida que sólo se significaba a sí misma? Ese día, más que otros, esos pensamientos lo abrumaron. Quizás debía irse. Partir. Dejar lo que tenía en manos de los otros. Repartir lo cosechado y dejarlo de legado para, aunque sea en ausencia, ser en los demás un buen recuerdo.

En otro país, en otro pueblo, en otro lugar, con otra gente, podría empezar de nuevo. Una vida diferente, una vida de servicio a los demás, una vida solidaria.

Debía tomarse el tiempo de reflexionar sobre su presente y sobre su futuro.

Martín puso unas pocas cosas en su mochila y partió en dirección al monte.

Le habían contado del silencio de la cima y de cómo la vista del valle fértil ayudaba a poner en orden los pensamientos de quien hasta allí llegaba.

En el punto más alto del monte giró para mirar su ciudad quizás por última vez.

Atardecía y el poblado se veía hermoso desde allí.

-Por un peso te alquilo el catalejo

Era la voz de un viejo que apareció desde la nada, con un pequeño telescopio plegable entre sus manos y que ahora le ofrecía con una mano, mientras con la otra tendida hacia arriba reclamaba su moneda.

Martín encontró en su bolsillo la moneda buscada y se la dio al viejo que, desplegó el catalejo y se lo alcanzó.

Después de mirar un rato consiguió ubicar su barrio, la plaza y hasta la escuela frente a ella.

Algo le llamó la atención. Un punto dorado brillaba intensamente en el patio del antiguo edificio.

Martín separó sus ojos del lente, parpadeó algunas veces y volvió a mirar. El punto dorado seguía allí.

-¡Qué raro!- exclamó Martín- sin darse cuenta de que hablaba en voz alta.

--¿Que es lo raro?- preguntó el viejo

--El punto brillante- dijo Martín- ahí en el patio de la escuela-siguió, alcanzándole al viejo el telescopio para que viera lo que él veía.

-- Son huellas-dijo el anciano

-¿Qué huellas?- Preguntó Martín.

-- ¿Te acuerdas de aquel día…? debías tener siete años; tu amigo de la infancia, Javier, lloraba desconsolado en ese patio de la escuela. Su madre le había dado unas monedas para comprar un lápiz para el primer día de clases. El había perdido el dinero y lloraba a mares- contestó el viejo- Y después de una pausa siguió- ¿ Te acuerdas de lo que hiciste? Tenías un lápiz nuevecito que estrenarías ese día. Te arrimaste al portón de entrada y cortaste el lápiz en dos partes iguales, sacaste punta a la mitad cortada y le diste el nuevo lápiz a Javier.

-- No me acordaba- dijo Martín- pero eso ¿Qué tiene que ver con el punto brillante?

--Javier nunca olvidó ese gesto y ese recuerdo se volvió importante en su vida.

-¿y?

--Hay acciones en la vida de uno que dejan huellas en la vida de otros- explicó el viejo-, las acciones que contribuyen al desarrollo de los demás, quedan marcadas como huellas doradas…

-Volvió a mirar por el catalejo y vio otro punto brillante en la vereda a la salida del colegio.

--Ese es el día que saliste a defender a Pancho, ¿te acuerdas? Volviste a casa con un ojo morado y un bolsillo del guardapolvo arrancado.

-Martín miraba la ciudad

--Ese que está en el centro-siguió el viejo- es el trabajo que le conseguiste a don Pedro cuando lo despidieron de la fábrica… y el otro, el de la derecha, es la huella de aquella vez que juntaste el dinero que hacía falta para la operación del hijo de Ramírez…; las huellas esas que salen a la izquierda, son de cuando volviste del viaje porque la madre de tu amigo Juan había muerto y quisiste estar con él.

-Apartó la vista del telescopio y sin necesidad de él empezó a ver cómo miles de puntos dorados aparecían desparramados por toda la ciudad.

-Al terminar de ocultarse el sol, todo el pueblo parecía iluminado por sus huellas doradas.

-Martín sintió que podía regresar sereno a su casa.

-Su vida comenzaba de nuevo desde un lugar distinto.
 
 
La Moraleja de este cuento sería........ ¨Haz bien y no mires a quien¨....
 





jueves, 21 de noviembre de 2013

Un viejo cuento.....



(foto de Giselle Hinojosa)

Hoy compartiremos un cuento, de los tantos que al escritor y Médico Psiquiatra Jorge Bucay, de su libro Cuenta Conmigo, editorial RBA libros 2005, le gusta utilizar para adentrarnos en sus obras.
Y dice así:
 
En el jardín de una vieja casona abandonada, brotaron el mismo día los tallos de una enredadera y de un roble.
 
La primera se dio cuenta enseguida de que su camino era el cielo y su destino el sol, gracias al cual había nacido.Debía consagrar todo su ser para dirigirlo hacia la luz. Y fiel a su decisión se arrastró con un poco de asco sobre hacia el muro, el único muro que quedaba en pie en la vieja casa y empezó a trepar por él.
 
El segundo tallo, el del roble, sintió que debía toda su existencia hacia la tierra, al agua y a los minerales que lo habían nutrido en su época más oscura. Sabía que necesitaba del sol, pero no podía dirigir sus ramas a él si no desarrollaba antes un tronco firme sobre el cual desarrollarlas, y su intuición le señaló que necesitaba primero unas raíces firmes.
 
Durante un tiempo los dos nuevos habitantes del jardín se ocuparon cada uno a su modo de su propio crecimiento. 
 
Desde lo alto un día, la enredadera descubrió al sudoroso roble, que apenas despuntaba entre la hierba.´
 
-Hola, enanito- le dijo burlándose-, es una lástima que no puedas disfrutar el paisaje que se ve desde aquí....
 
- Sí- dijo el roble- pero debo ocuparme de mis raíces si quiero tener un tronco sólido para crecer con él.
 
Pasaron los meses y después los años. La enredadera, poderosa, cubría casi todo el muro y seguía burlándose de vez en cuando de la pequeñez del gordo roble, pura madera y burdas raíces.
 
Una noche sucedió lo que nadie se esperaba. Una furiosa y terrible tormenta se desató sobre la vieja casona.
 
La enredadera se aferró con sus pequeñas raíces al muro de la casona, para no ser arrancada por el viento y el granizo. El roble se afirmó con sus raíces profundamente metidas en la tierra y las hojas buscaron la protección del propio tronco.
 
Todo sucedió en un momento, un relámpago iluminó la noche y como en una cruel fotografía, iluminó el instante en que la última pared de la casona que quedaba en pié, se derrumbaba estrepitosamente y con ella dejaba en tierra los más altos tallos de la enredadera.
 
Como dice el cuento: ninguno de estos tallos podrán crecer enredados el uno con el otro, ninguno, trepando a una pared para llegar más alto, ninguno, pendiente de la fuerza de afuera para poder sostenerse, ninguno, apoyado en otra cosa que no sea en sus propias raíces, o en sus propios pies.....
 
Y agrega: ¨El amor es crecer juntos, uno al lado del otro. Se mide en el renovado crecer que obtengo de tu compañía, en el placer de compartir la luz, y en el gozo infinito del encuentro de nuestras raíces y de nuestras ramas...Pero el amor nunca se mide por la decisión de arriesgarte a que te arrastre en mis caídas.....¨
 
 Este cuento es una hermosa metáfora sobre el amor,el cual surge de repente, entre dos personas que han crecido en familias y hasta mundos diferentes, y un día por casualidad, un cruce de miradas, un roce de una mano al pasar, un algo, un suspiro, nos hace voltear y de repente descubrir a ese otro yo, que quizás también me estaba buscando, sin saberlo....
 
El amor surge de mil maneras diferentes, si preguntamos a las parejas, nos contarán miles de historias diferentes: unas de un flechazo, otras de una pelea tonta, pero que derivó en de repente echarse a reír hasta las lágrimas y de repente abrazarse y mirarse y sentir que había llegado a puerto seguro...
 
Otros cuentan que surgió como la caída de un rayo, que al ver a esa persona, presintió que su vida ya no sería la misma,sin saber por qué.
 
Algunos, los más dichosos tal vez, son aquellos, que descubrieron que se amaban, después de compartir por muchos años una entrañable amistad, como al personaje de Jo en Las Mujercitas.
 
En realidad hay tantas historias de amor,como seres humanos hay en el mundo, el amor ha existido y existirá siempre,lo que cambiará serán los personajes, y su forma de abordar las tempestades, porque a lo largo de su vida de pareja, siempre habrá alguna tormenta, pero si la saben manejar, lograran llevar su barco a una caleta vacía especial y única, donde sólo los interesados conocen sus secretos.
 
El amor es y será siempre el motor y origen de la vida, porque hacen falta dos, para procrear un hijo,para criarlo y amarlo, para formarlo y darle las bases para que el día de mañana sea un árbol sólido y fuerte, donde algún día quizás llegue una joven a cobijarse de la lluvia bajo la protección de sus ramas.....
 
 
Que Dios los Bendiga y que sobre todo, les permita vivir una historia de amor única y especial.....
 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Discípulo y el Ruiseñor

 
 Hoy voy a continuar con el libro del Jardín del Amado, pues quiero compartir con ustedes esta lección, que después analizaremos.
 
Libro, El Jardín del Amado, autor Robert Way, Editorial Pomaire 1980
 
Había en el Jardín muchísimos y bellos pájaros cuyos cantos se unían de manera tal que nadie habría podido distinguir qué pájaro emitía cuál canción, lo que no era obstáculo para que el conjunto de la melodía fuese de una indescriptible dulzura.
 
Entre todos estos pájaros sólo había uno que carecía de belleza. Era pequeño y de color marrón y veíase como un guijarro en medio de un cofre de joyas. Y ello le pareció al Discípulo como un invitado a una boda que no llevase sus mejores galas para mayor gloria del Amado. En consecuencia se enojó mucho por el gran celo con que cuidaba el bien del Amado y expulsó al pájaro del Jardín.
 
Pero tan pronto como el pájaro voló fuera del Jardín y a pesar de que los otros pájaros continuaban cantando melodiosamente, pareció como si la canción del Jardín hubiese perdido su dulzura, y las bellas rosas del Jardín inclinaron sus cabezas y empezaron a morir.
 
De inmediato vino el Amante y le preguntó al Discípulo qué le había ocurrido al pájaro marrón.
 
El Discípulo se asombró mucho y le contó al Amante cuanto había pasado.
 
No había aún acabado de escucharle, cuando el Amante salió a toda prisa fuera del Jardín y llamó al pájaro marrón que vino volando a posarse en su hombro.Acto seguido lo llevó nuevamente al Jardín donde al punto empezó a cantar con la alegría que le causaba el retorno. Y el Jardín recuperó la plenitud de su melodía y las rosas volvieron a alzar sus cabezas.
 
Entonces el Discípulo le preguntó al Amante:
 
- Señor, te suplico me digas qué pájaro es éste y cómo pudiste de inmediato percibir su ausencia en el Jardín.
 
Replicó el Amante:
 
-Se llama ruiseñor, y en la misma medida en que su plumaje es de menor belleza que el de los otros pájaros , es má dulce y alto su canto que el de todos los demás, de manera que llena todo el Jardín con su melodía y hasta las rosas inclinan sus cabezas cuando dejan de escucharlo.
 
Por lo que el Discípulo comprendió que cada cosa posee sus propios dones para ofrendar en servicio del Amado. 
 
Este breve pasaje Del Jardín del Amado,nos da una lección muy importante,que es  la humildad,a veces en nuestra vanidad, cuando vemos o conocemos a alguien que no nos parece tan importante e incluso insignificante, no le prestamos atención. En otros casos, como en el que les voy a relatar ahora, fué más bien la ignorancia y la candidez de dos chicas estudiantes de 1er año de Biología, que acuden al Jardín Botánico de su ciudad a buscar información para hacer un trabajo de Botánica....
 
Mi amiga y yo nos pusimos de acuerdo para ir al jardín Botánico, estacionamos el coche y subimos una pequeña cuesta que daba al gran edificio central de la institución, en este edificio estaban, la biblioteca, los laboratorios, el gran almacen de especies recolectadas y catalogadas desde la época en que Humbolt y Bompland estudiaran la Flora y Fauna de Venezuela en el siglo XIX., la coordinación del Jardín, y las oficinas de Secretaría y Dirección.
 
Cuando llegamos al edificio, nos encontramos con una señora muy amable que nos indicó dónde estaba la biblioteca y nos preguntó qué profesor nos había enviado, y le dijimos que nuestra profesora de Botánica, ella era muy conocida por esta dama y nos pidió que le enviáramos sus saludos.
 
Contentas, nos dirijimos a la biblioteca, buscamos en los archivos los libros que nos podían hacer falta y empezamos a hacer una recopilación de apuntes para nuestro trabajo, todos los días acudíamos a la misma hora y casi siempre veíamos a la señora del primer día, unas veces sola y otras acompañada de un señor mayor, que nos preguntó cómo nos iba con la investigación, qué nos llamaba más la atención, etc. Nosotras fascinadas hablábamos con ellos y les contábamos las maravillas que estabamos descubriendo, y así pasaron quizás unos quince días.
 
Un buen día cuando salíamos de la biblioteca con la finalidad de ir a almorzar algo frugal y seguir de nuevo recopilando apuntes, nos topamos con la pareja de señores que se nos habían hecho tan habituales, y nos preguntaron que a dónde íbamos y le dijimos que posiblemente a comprarnos un ¨asquerosito doble¨ jerga de los estudiantes para referirnos a la hamburguesa que vendían en un carromato cerca de la plaza del Rectorado de la UCV, a lo que ellos nos dijeron que también iban a almorzar, que fuéramos con ellos.
 
Tanto mi amiga, como yo, pensamos automáticamente en cuánto dinero llevábamos en el bolso y si nos alcanzaría para pagar nuestra cuota parte del almuerzo, y pensamos que sí, y aceptamos.
 
Nos montamos en el coche del señor y recorrimos las calles que dan salida a la Univercidad y vimos con asombro que se dirigía a una zona cercana, donde habían los mejores restaurantes de la zona, Restaurantes muy caros, nosotras no podríamos ni pagar un café,menos un almuerzo, y cuando el señor aparcó el coche para que un chico fuera a estacionarlo, nosotras hicimos el intento de marcharnos y darles las gracias, que ahora estábamos más cerca de otro lugar de comida rápida.... No nos dejaron hablar y de repente el señor mayor nos dijo:
- ¿No le van a rechazar una invitación al Director del Jardín Botánico,ni a la secretaria de la Facultad, verdad?....
 
Si les digo que la cara de mi amiga y la mía se nos pusieron blancas y luego rojas hasta las raices del cabello, nos quedamos cortas, yo tartamudeaba, quería que la tierra se abriera y me tragara y mi amiga casi se desmaya, agarradas de la mano como para no caernos muertas de la verguenza.
 
Nosotras en nuestra ignorancia, habíamos tratado a estas personas como si fueran miembros del personal de la Universidad, pero comunes y silvestres y ellos a su vez, sabían que no teníamos ni idea de quiénes eran...
 
Al final entramos al Restaurant Il Vecchio Molino, de comida italiana,y luego de superado el estupor y la torpeza inicial, conversamos hasta los postres, que amablemente rechazamos, para que la cuenta no fuera mayor, y por supuesto no dejó que ayudáramos a pagar la misma.
 
Nos dijo que estos quince días con nosotras había sido para los dos una experiencia refrescante, porque al no saber quienes eran, los habíamos tratado con naturalidad, sin pleitecías, y les habíamos vuelto a contagiar el amor por lo que hacían,el ya tenía más de 20 años como Director del Jardín Botánico, Nuestro querido y siempre recordado Dr. Tobias Laser, que en Paz descanse, seguiríamos en contacto por un tiempo más, hasta que al fin, como pasa siempre, nos iríamos alejando, porque la carrera cambiaba el horario de tarde a la noche y había que empezar a trabajar para ir agarrando experiencia al terminar los estudios.
 
Pero creo sin temor a equivocarme, que tanto a mi amiga como a mí, esta lección de humildad y de gentileza de estas dos personas tan brillantes, quedarán por siempre grabadas en nuestro corazón. Dios los Bendiga y también a nosotras, porque a pesar de los años, todavía tenemos capacidad de asombrarnos y de aprender hasta de las cosas más simples con las que nos topamos en cada etapa de nuestra vida.
 
 

martes, 19 de noviembre de 2013

Una promesa que no pudimos cumplir....

 
 Cuando hablamos de Amor, la gente suele asociarlo directamente el amor que surge entre una pareja, pero en realidad el amor es muy amplio y abarca a todo lo que nos rodea: amamos a nuestra pareja, si la tenemos; amamos a nuestros hijos y hasta diría que los adoramos, son un amor importantísimo en nuestras vidas, pues proviene de nuestras entrañas, solo una madre sabe lo que se siente a medida que ese ser tan especial comienza a crecer y manifestarse en nuestro interior, esa comunión espiritual entre el hijo y la madre, no lo podrá sustituir nada en el mundo; amamos también a nuestros amigos (as) de toda la vida, cómplices y compinches de todas nuestras aventuras, confidentes de nuestros secretos, inseparables en las horas buenas, e imprescindibles en las horas duras, no es lo mismo el abrazo de alguien que no nos conoce, pero que nos quiere dar a entender que nos acompaña en la pena, que el abrazo de la amiga, que sí sabe lo que haz sufrido,lo que has llorado o lo que haz reído, pues no todas las noticias son malas.
 
Hoy quiero hablar de la promesa que le hacemos a un hijo(a) en un momento dado, y que desde el fondo de nuestro corazón, pensamos de buena Fe que sí la vamos a cumplir.... pero un imprevisto en el trabajo, nos obliga a incumplir la y adicionalmente, cuando tratamos de explicarnos y de ofrecerle cumplirla en el próximo fin de semana,la actitud del niño, es de un desasosiego enorme,nuestro padre,o madre,el héroe de nuestras vidas nos ha fallado,- si sólo era llevarme al parque tal, donde me iba a encontrar con otros compañeritos para jugar, si solo era eso..-.
 
Pasa el tiempo, creemos que a nuestro hijo se le olvidó aquella promesa hecha, y plash!, otra promesa incumplida, esta vez porque el coche se hechó a perder y no hay forma de ir, o así lo pensamos...
 
Nuestros hijos son como una memoria RAM de un ordenador,no se les olvida una, aunque tratemos de resetearlos, no,- esa vez que no me llevaste cuando iba a ir con todo mis amiguitos, y yo tenía 7 años..-y la vez que me prometiste llevarme a ver los carritos chocones en el Parque de atracciones de la Panamericana, y me habían invitado, pero tu me tenías que llevar.....- y dijiste que el coche no servía, pero si llamaste a la grúa para poder ir al trabajo el lunes...
 
Los hijos crecen, se hacen adultos, y a veces cuando menos lo esperas,en una conversación simple, salta la bomba de relojería que había estado esperando su momento: ..-.Y es que no me lo cumpliste, podías haber llamado a alguien para que nos llevara, pero como no tenías muchas ganas y siempre estabas cansada(o) no me llevaste, y mis compañeros se burlaron de mí, ¿no te diste cuenta de que ya no me invitaron más a ninguna parte?......-
 
 
Creo que no soy ni la primera,ni la última que le ha pasado algo parecido. Pero de todas las promesas hechas a un hijo, la más dura, es cuando le decimos que vamos a estar ahí, que lo vamos a ir a buscar, que en tal fecha llegas, y se van a volver a encontrar, pero el destino se interpone, y uno de los dos ya no podrá llegar a la cita, y el alma se te hace pedazos, y no hay consuelo que valga, y agotas todas las instancias para averiguar qué pasó, porqué no llegó, dónde está, porque ha desaparecido,como si nunca hubiera existido, ¿puede un ser humano desaparecer, sin dejar rastro...?
 
De todas las promesas sin cumplir, esta te horada el alma, día a día, en silencio, un mil si hubieran acuden a tu mente en busca de respuestas, y sólo nos responde el vacío, oyes en tu mente su voz, diciéndote la fecha en que se volverán a ver y dónde.... sólo que ese ansiado encuentro no se dará jamás....y te sientes culpable, sin serlo, no manejamos todos los hilos de nuestra vida,mucho menos la de los demás, y las circunstancias cambian, y mil si hubiera se agolpan en tu mente y en tu corazón.No puedes llorarlo, pues tienes la esperanza de que por alguna razón, no llegó, pero que lo hará dentro de X tiempo... Tampoco lo puedes dejar como si fuera algo normal, porque no lo es...
 
Y sólo la Fe te dice, todos los días Confía en mí, en Jesús.
 
Lastimosamente, en estos tiempos, estamos viendo en internet, que estan desapareciendo personas, que nos piden que copiemos su letrero de Mising en nuestro muro, para así tratar de ayudar,¿a dónde se han ido, quién se los ha llevado?,¿Se fueron por que así querían o alguien se los llevó a la fuerza?. ¿Por qué no hay una información? ¿Por qué nos parece indiferente?. Si eso nos puede pasar a cualquiera en cualquier momento.
 
Mi alma se divide, entre mi amor de Madre,el de esposa, el de hija, el de abuela, el de amiga.... ¿Dónde está esa persona que tanto amamos y que ha desaparecido?. Sólo sé que la Esperanza y la Fe es lo que nos mantiene en pié, la Confiaza en Dios, y el amor inconmensurable....

No faltemos a esa promesa de amor,el tiempo se lleva las palabras, peroel recuerdo queda.


Que Dios nos Bendiga y a nuestros seres queridos,los que están cerca y los que están lejos!.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Elegir La Paz Espiritual......



Dr, Wayne Dyer,

Uno de mis autores favoritos,en el área de Auto Ayuda, es el Dr. Wayne Dyer, hoy voy a extraer un fragmento de su libro La Fuerza del Espíritu ,Editorial Random House Mondadori, 2011, edición de Bolsillo.

En este libro maravilloso, él desglosa cada capítulo basado en la Oración de San Francisco de Asís: Hazme un instrumento de tu Paz, y yo a mi vez, les voy a copiar textualmente  una pequeñita parte de este hermoso capítulo sobre Elegir La Paz.

Y dice así......

El poeta libanes Jalil Gibran dijo: ¨Gran parte del dolor lo eliges tú. Es la poción amarga con la que el médico que hay en ti cura tu yo enfermo¨. Esto es cierto en todas las circunstancias que calificamos de no pacíficas o dolorosas.
 
Cuando te das cuenta de que puedes elegir la Paz incluso en los momentos más duros, te conviertes en un ángel de Dios. En lugar de rogar para que el dolor desaparezca,empieza por reconocer la sabiduría que supone el rezar para aprender todo lo que puedas.
 
Elegir la Paz es una enérgica llamada a la acción que elimina la auto compasión y los pensamientos que nos limitan a concentrarnos en por qué algo no debería estar sucediendo. Elegir la Paz te proporciona una mente serena que se pone en contacto consciente con Dios y te aporta Paz para soportar lo que llamamos problema. De nuevo,como se señala Un curso de Milagros....¨Todo el dolor procede, simplemente, de una útil búsqueda de lo que quieres y de la insistencia en buscarlo¨
 
En la primera línea de la Plegaria de San Francisco,estés pide a Dios que le haga instrumento de su Paz. reconoce que Dios y Paz son sinónimos y que hallarse en un estado que no es el de la paz es creer que puedes estar separado de Dios. Sólo son tus pensamientos lo que te dice que Dios está ausente. La Paz y Dios son una misma cosa. Cuando cada día trabajas para hallarte en ese estado pacífico de gracia, independientemente de lo que ocurra, estás abierto a las soluciones espirituales. Aunque los hechos quizás no cambien, y sigas teniendo que tratar con las realidades de la vida cotidiana, estar en Paz te permite procesar los problemas sabiendo que tu experiencia más verdadera es cómo piensas. Una vez que estés en paz, serás guiado para actuar de modo razonable y sensato. pero el problema mismo, que es lo que estás experimentando dentro de ti, habrá desaparecido.
 
Mi recomendación para utilizar la oración de San Francisco es ¨Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, para hallar soluciones espirituales a los problemas¨.....

Debes decir para tí mismo: ¨Puedo elegir la Paz, en lugar de esto¨ y te aconsejo que lo copies y lo tengas en diferentes sitios estratégicos (frente a tu ordenador, en tu mesa de noche, en tu automóvil o coche, etc.)  Cuando experimentes miedo, angustia, depresión, inquietud, incluso ira, párate y leela o repítela para tí mismo. Mientras reflexionas sobre estas ocho palabras, haz un esfuerzo para tener pensamientos de paz y tranquilidad a pesar de tu angustia. Te sorprenderá agradablemente descubrir que tu antigua costumbre de pensar sin paz desaparece en el instante en que, conscientemente, decides tener un pensamiento pacífico...


Nota: Como hago mensión al Curso de Milagros, les pongo el enlace en donde pueden hacer este curso, gratuito en varias partes, no importa le Fe que profeses, es importante para todos.
http://seresdeluz-2012.blogspot.com.es/search/label/Un%20Curso%20de%20Milagros


Feliz día y Que Dios los Bendiga!