A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 12 de octubre de 2021

Y de repente esta abuelita venció al Play Station.... jajajajajaj

 

Hace mucho tiempo que no escribo, razones, muchas, o quizás sólo una, me di permiso para hacer un parón momentáneo, aunque ese momento sea largo en meses o días y semanas, pero es importante, a veces, pararse a reflexionar, mirar el trayecto recorrido y sopesar si el mensaje es bueno, si tiene sentido o va a llegar a un  grupo determinado de seres humanos o no.

Tampoco he querido que fuera sólo un monólogo entre mi alma y yo, aunque a final de cuentas lo es, no me voy a engañar, jajajajaj.

Sin embargo, siempre ha sido mi norte, el poder ayudar de una manera u otra a todos aquellos que un buen día me descubren, y se enganchan a mis escritos, los valoran, porque les llega al corazón, y porque de alguna manera mágica, en ese momento, humildemente podía ayudarlos, con mis palabras, mis situaciones tragicómicas o con mis razonamientos cuasi lógicos de las miles de situaciones que un ser humano puede enfrentar en la vida, e incluso superar con apenas una que otra herida o cicatriz, que son parte de las heridas de guerra de un soldado de mil batallas, como lo soy yo, jajajaja.

Estos días atrás tuve la oportunidad de ejercer uno de los roles más importantes de mi vida: ser abuela a tiempo completo, jajajaj. Eso significó para mí encargarme de atener a mis nietos, jugar con ellos, hablar, cantar bajito, jajajaj y cocinar algún que otro plato de los de la ¨abuela ¨, míos jajaja.

En uno de esos días pasó algo curioso, mi nieto de casi 9 años regresó del colegio después de las 3 de la tarde, y como su hermana tenía otra actividad extraescolar, pues su madre llevó a mi nieta a su actividad y yo me quedé con el varón. Yo feliz como una perdiz y mi nieto también, jajajaj.

Jugamos toda la tarde, desde hablar de todo y de nada, completar frases, responder a mil y una preguntas que invariablemente empezaban con un:

- Sabías que abuela....

y al recibir una respuesta, otra pregunta seguía:

- Por qué... ?

La tarde se nos fue sin darnos cuenta y tanto mi nieto como yo, nos sentíamos de lo mejor, hasta que llegó su padre del trabajo y le preguntó cómo había pasado la tarde con su abuela y mi nieto le contestó:

_ Súper papi, ni siquiera he encendido el Play Station hoy-

Por supuesto, la cara de mi yerno se llenó de asombro y nos miró a uno y a otro, de lo más sorprendido, jajajaj, y hasta yo, que me conozco, me sorprendí, jugamos a tantas cosas, sin tener juegos en las manos, y hablamos de tantas cosas, que se nos pasaron las horas sin darnos cuenta.

Posiblemente si yo me hubiera hecho una imagen mental de lo que iba a hacer con mis nietos y cómo reaccionaría, jamás me habría acercado, ni por asomo a esa realidad vivida, al abrigo de la improvisación y de la inteligencia emocional de ambos, porque la verdad sea dicha, los niños hoy en día tienen tanta información a mano, tantas preguntas por hacer y tantos estímulos de todo tipo, que para los abuelos de hoy en día, que pertenecemos a una generación joven, que todavía trabaja y hasta estudia, es todo un reto, que por demás aceptamos con alegría, sin miedo y con mucho amor, amor a raudales diría yo.

Fueron unos días maravillosos, porque ellos han crecido, y aunque ya no podamos jugar a los juegos de antes, pues su interés está en otras cosas, todavía podemos conectar a través de la palabra, los juegos simples y esa conexión especial que nace desde el amor y el corazón... Y la recompensa, esos abrazos de corazón a corazón y los miles de besos repiqueteados de esta abuela juguetona y llena de amor hacia los suyos...

Días después cuando regresé a mi trabajo y le comentaba lo sucedido a mis compañeros, uno de ellos me hizo esta observación:

_ Qué bonito Mireya le ganaste a la Play Station!!!!-

Y gracias a él, hoy he compartido con ustedes esta anécdota sencilla. Puede que pensemos que no tenemos mucho que aportar a nuestros jóvenes, pero creo que veces nos menospreciamos nosotros mismos, y no nos damos cuenta de que existen cosas que podemos compartir desde la sencillez de una vida como la nuestra, en la que valoramos más la calidad del tiempo que la cantidad del mismo, en la que una sonrisa borra toda la tristeza de una noche sin dormir, en la que un abrazo de los seres queridos, te recomponen el alma y te alinean los chacras como dicen por ahí, jajajajaj

Tengo energías renovadas, gracias a mis nietos, mi hija y yerno, la vida es hermosa en cada etapa del camino, sin importar los días u horas en los que sentimos que el alma se nos arruga y pensamos que no vamos a poder recomponernos, pero sabemos que es pasajero, al abrigo de la familia, de los amigos que nos quieren y aceptan como somos, y de la gente que nos aprecia, podemos sentir que mañana efectivamente será un nuevo día, y podremos levantar la mirada, respirar y empezar de nuevo a caminar, aunque los pasos no tengan la misma vitalidad de antes, no importa, nos acomodarnos a este nuevo ritmo, el nuestro y seguimos adelante, mientras el cuerpo que lleva nuestra alma nos diga cuándo y donde parar....

Gracias a todos por esperar a mis escritos, mil veces agradecida a todos.


Mireya Pérez




 


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