A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

lunes, 12 de febrero de 2018

La mujer que Hoy escribe....










Te miras al espejo y de repente, no ves a la mujer que eres, te viene a la mente, flashes de resplandor, con imágenes olvidadas: desde la niña que por primera vez se mira al espejo con detenimiento y descubre jugando, que su rostro tiene dos visiones... porque se la ha ocurrido usar una cartulina y ponerla a canto en su nariz y dividir así su rostro en dos, y nota con asombro y quizás hasta con desencanto, que no es igual su rostro del lado derecho, que del izquierdo... jajajaj... y corre asustada a contarle a su madre, y ella con suspicacia, le dice que si ha descubierto que tiene un rostro de angel y otro de diablillo, jajajajaj...

Somos seres asimétricos, y si no lo han descubierto, sólo recuerden que nuestro corazón está ubicado en el centro izquierdo de nuestro cuerpo, por tanto, es imposible dividirnos en dos y que nuestras mitades  sean exactamente iguales, por ello parte de nuestro avance, como especie y como ser vivo que habita este planeta azul...

La niña que fuí, era muy ingenua, y posiblemente la mujer que soy, siga siéndolo en alguna medida, pero a estas alturas de mi vida, ya no me importa, no acepto ningún tipo de juicio, que con mis exigencias propias, tengo más que suficiente, jajajaja.

La mujer que se ha asomado a mi espejo, tiene los ojos claros, quizás más claros que nunca, las chispas doradas que envuelven su pupila es cada vez más delgada y menos obvia, por ello hoy son más azules que verdes... Dicen que son los de una de mis tías, la que era más exótica o llamativa de las tres, pues siempre llevaba su melena negra y esos hermosos ojos verde azules... A mí en lo personal no me gusta el pelo negro, me haría los rasgos muy duros, pero tampoco me gusta el rubio de mi madre, jajajaj, así que llevo un rubio ceniza claro con reflejos cobrizos... Quizás debí ser pelirroja, jajaja, no sé como me vería, jajaja con lo blanca y sonrosada que me pongo a diestra y siniestra, jajajaj.

A esta mujer le apasiona aprender cosas nuevas, desde las simples como un postre o dulce que nunca ha hecho, tejer sueños y con la ayuda de agujas e hilos tejer a crochet, a dos agujas o cocer algo a mano o a máquina, nunca podrá dejar atrás parte de su aprendizaje como hija de modista y nieta de esas mujeres bordadoras y tejedoras de sueños... Pero también tiene o siente pasión por el aprendizaje académico y siempre está con algún curso o libro a cuestas, porque es consciente de que su tiempo es finito y sólo puede seguir aprendiendo, para luego compartir lo aprendido, para utilizar las nuevas herramientas, para aplicarlas en su día a día.

La Honestidad es su blasón más importante, aunque a veces implique el quedar aislada, o aparentemente aislada, porque en algunos círculos es algo así como una cosa rara, ha dejado de importarle el qué dirán, recuerda con tristeza cómo su madre se preocupaba tanto por ello, y cuando quedaron solos, nadie vino en su auxilio, ni les importó si sentían miedo o si les faltaba algo... Así es la gente, no porque sean egoístas, es su naturaleza simplemente.

Por ello, hoy no siente soledad, al contrario, su espacio vital está lleno de hermosos recuerdos, de palabras y sentimientos hermosos, de amor a raudales, de sonrisas y abrazos, de complicidad. Vivió una vida que muchos no han conocido, ella en cambio sí, y aunque ha habido dolor y posiblemente todavía haya que seguir avanzando en el duelo de la ausencia, mira hacia el frente con una sonrisa en la mirada y con dignidad hacia el porvenir. 

Nada en su rostro muestra si hay dolor o angustia, sólo ella lo sabe, pero se siente entera y contenta en su piel. Esa piel que empieza a mostrar parte de su edad, esa edad que está orgullosa de tener, pues sabe muy bien, que algunas de sus amigas, queridas y recordadas, no pudieron alcanzar, y ella en cambio sí. Ha tenido que dejar atrás sentimientos y angustias y perdonar mucho y perdonarse mucho más, luchando contra el sentimiento de culpa o la desazón de si podía haber hecho algo más. Pero su razón le aclara, por si no lo recuerda, que hizo hasta lo que nadie sabe, por ayudar, por acompañar, por curar a sus seres queridos, mas no estaba en sus manos, ella hizo lo que la vida le permitió hacer y nada más que eso...

Ama a sus seres queridos, los más importantes: a la luz de sus ojos y sus luceros, que le sueltan un ¨Tati te quiero un montón o hasta el Universo y mucho más¨... y la Tati, que soy yo, se derrite de amor.... jajajajaj

Se levanta temprano cada mañana, se hace su café aguarapado, colado, como buena venezolana que es, y a la luz del noticiario bebe las noticias y hace repaso mental a  su agenda, desayuna, se ducha, pasea a su perrita y luego a trabajar, a seguir ese camino, cada día nuevo, cada vez con más entereza, con más energías, con más ilusión.

Sabe que todavía hay mucha vida que vivir, mucho que aprender, mucho que compartir y no siente miedo, no, en su vida, esa palabra no existe. Llena su tiempo y su espacio de proyectos, de ilusiones, de libros y aprendizajes, de gente nueva, de compañeros y amigos/ amigas que la acompañan, que la aúpan, que la motivan. Lo que sí ha aprendido es a hacer silencios, a mantener en su mente sus proyectos y sólo darles luz cuando ya están cumplidos, entonces ,o comparte con gusto y alegría. Mientras son sólo cosas que su mente y su alma tejen, con esperanza, con emoción y con entrega.

Hoy le digo a esa mujer que soy:

_ Adelante compañera!!! _ Vamos que tú puedes!!!!._ 

Gracias amigos lectores por acompañame a través del tiempo y de mis escritos, gracias por seguirme.

Dios nos bendiga a todos.

Mireya Pérez




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