A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 29 de agosto de 2018

A pesar del silencio... Aquí estoy...



Hola amigos lectores...

No me he ido a ninguna parte, sigo aquí, al pie del cañón de mi vida, sólo que dando permiso a mi alma para tener sus propios espacios de recogimiento emocional, para aprender, para aceptar, para respirar, para ver las cosas y a las personas o a los paisajes, con otros ojos, los de la serenidad, los de la mujer que aprende de cada experiencia, sea positiva o simplemente una experiencia... Porque de eso también trata la vida. La mía no puede ser diferente...

He descubierto, por ejemplo, lo difícil que es atinar con las decisiones que tomamos, no porque antes no lo haya hecho, sino porque el Ego, a veces, por más domesticado que creamos tenerlo, nos hace pasar algún pequeño mal rato de vez en cuando, jajajajaj.

En nuestra ignorancia, creemos que hemos acertado al tomar una decisión, o al darnos un ´PERMISO´, en algún plano de nuestras vidas, que quizás hemos tenido protegido o aislado del resto de nuestra vida. Sin embargo, creo que, por propia experiencia, que siempre, siempre ocurre lo mejor, aún las decepciones, pues de ellas aprendemos lecciones muy válidas, que nos permiten tomar nota del echo en sí y rectificamos o corregimos el rumbo, sin que apenas se noten los pequeños desperfectos o raspaduras emocionales, que pudieran haber causado ese pequeño e insignificante percance, que sin embargo, nos deja una gran lección, a veces incluso, con moraleja incluida, jajajaja.

Lo que ocurre, muchas veces, es que, humanos al fin, nos dejamos llevar por el quizás, el tal vez, o el por qué no... Aunque nuestra razón nos dice, como siempre, cuidado... A veces no hacemos caso, y  confiados damos ese paso...Pero siempre Dios está a nuestro lado, y esa parte nuestra que es tan precavida, porque tiene eones de experiencia haciéndolo, nos alerta de los posibles errores o peligros y entonces, aparecen los ángeles del camino, personas anónimas, o amigas que aparecen en la escena para darnos esa guía, esa palabra de apoyo, o ese consejo que nos hace falta, brindándonos el apoyo, la compañía, el consejo o la información que necesitas y a veces incluso, el consuelo que tu alma necesita, pues despiertas del desconcierto y muy posiblemente te sientas por segundos, desconcertado, perdido o con dudas...

Pero la vida sigue y después de revisar los posibles desperfectos en nuestro Ego maltrecho, respiras, tomas de nuevo las riendas de tu vida y gracias a la gente que siempre está cuando más las necesitas, aún aquellos que están en la distancia, pero cercanos unidos por ese hilo rojo y plata de nuestra vida, retomas tu camino, miras al horizonte y das gracias a Dios por estar vivo, por todo lo bueno que forma parte de tu vida y de tu entorno, das el primer paso, y le siguen muchos más... Haz comenzado de nuevo, la enésima vez quizás, pero qué importa, ahora eres más sabio, haz adquirido un nuevo aprendizaje, eres consciente de ti mismo, de tu entorno y de lo que eres capaz de lograr y vas a por ello.

Al fin y al cabo, hasta el final de nuestros días, nuestra alma, el ser humano que somos, será nuestra eterna compañera hasta ese último suspiro ...

La vida nos muestra  diferentes perspectivas y el mismo paisaje cambia si lo vemos de frente, de lado, agachados, desde arriba, desde el suelo...Siempre es el mismo...Pero diferente...

No temamos por tanto, tomar decisiones, darnos permiso para cometer errores o para acertar, incluso el ´ENGAÑARNOS A NOSOTROS MISMOS´, sólo será por un breve instante. Lo realmente importante es el momento en que nos damos cuenta, rectificamos, ajustamos el rumbo, rectificamos, nos miramos e incluso nos quitamos el polvo imaginario de nuestra vista y ropajes y enrrumbamos nuestra vida, una vez más. Si logramos sonreír, respirar y enjugar aquella lágrima traicionera, somos capaces de todo, de creer en nosotros mismos, de pensar y asimilar el nuevo aprendizaje y de amar, no sólo al ser humano que somos, sino a los demás, de soñar y compartir nuestros sueños e ir tras de ellos.

No olvidemos que tenemos a alguien muy importante, Dios, siempre está ahí, para reconfortarnos, para darnos apoyo, y para acompañarnos e incluso, porque lo he vivido y lo vivo a diario, para poner en tu camino ángeles del camino a los que yo llamo amigos, familia, etc., en tu vida.

Dios nos bendiga amigos y gracias por seguir buscando este blog y mantenerlo activo, a pesar de mis silencios...


Mireya Pérez


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