A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 20 de octubre de 2015

Controlar las emociones y no que ellas te controlen a tí....


Controlar nuestra emociones no es tarea fácil, al contrario, requiere un gran esfuerzo de nuestra parte y una toma de conciencia pues no somos protagonistas de novelas, sino protagonistas de nuestra propia vida y debemos estar en control absoluto de ese ser que tiene una vida propia: interior y exterior, y no puede estar a expensas de lo externo, ni darle el poder a otros de controlarlo.

Sin embargo, a muchos de nosotros no nos lo enseñaron, por diferentes motivos, que ya forman parte del pasado, y no hay necesidad de remover aquello que está sepultado, no, se trata en realidad de hacer un análisis de nuestro comportamiento y visualizar los momentos en que, por diferentes razones, podemos perder el control, o en el peor de los casos, caer en la dependencia de los otros. 

Creo personalmente, que de todos los escenarios posibles, la dependencia emocional, es la peor de todas. Yo la padecí en una época de mi vida, y francamente creí que me iba a morir, pero gracias a Dios y a los ángeles del camino, pude aprender y sigo aprendiendo, ya que el aprendizaje nunca termina, lo cual me parece fantástico, porque así tenemos oportunidades maravillosas de crecer como seres humanos y de transmitir a los demás de forma tácita y a veces expresa, cómo nos sentimos y hacerlo de una forma asertiva, sin tener que levantar la voz, ni perder la compostura. 

Detesto las situaciones en las que las personas pierden los papeles, se gritan o hablan a gritos, en realidad, en esos momentos, quisiera tener el poder de esfumarme y trasladarme a otro sitio, cosa que hago al inventar una excusa o tratar de cambiar de tema. No veo razón alguna para estropear una conversación, incluso cuando opinamos diferente, con la utilización de epítetos o gritos salidos de tono y de contexto.

Recuerdo, allá por los años 89 o 90, que decidí no volver a ver ninguna novela de TV, pues al rato, ya sabía cuál iba a ser la respuesta de los personajes, al planteamiento del día, lo que le quitaba emoción, además el argumento, era para mí muy trillado: ¨la cenicienta o el ceniciento¨..., cuando hay cientos de temas que se pueden abordar, sin introducir esa muletilla del clásico ¨triángulo amoroso¨. Donde por demás, las esposas siempre éramos las malas, y la jovencita o secretaria, eran las buenas...

Cuando trabajamos de forma consciente sobre nuestras emociones, podemos hacer una lista de las cosas que no podemos dominar, y una vez que hemos hecho la lista, revisarla y ver qué podemos hacer para corregir esa situación y cómo controlar nuestra emoción.

Yo, por ejemplo, tengo que controlar la ansiedad, no de poseer cosas, ni mucho menos, sino de hablar... 

Me pasa, porque paso muchos momentos a solas, y ahora más, sin embargo, eso no es excusa, y estoy trabajando sobre ello, debo aquietar me, respirar profundo y escuchar con atención... Ese es en estos momentos, mi trabajo personal. 

Como yo, ustedes tendrán emociones sobre las cuales trabajar, y pueden hacerlo, bien a solas, o con la ayuda de los libros, que en mi caso han abierto las compuertas a mi vida interior, que era sólo mía, pero que sin embargo, hoy comparto y entrego a manos llenas, porque los conocimientos que he adquirido, no sólo me sirven a mi, sino que pueden ayudar a otros, y puesto que uno de los caminos que escogí conscientemente fue el de ayudar y dar, sería mezquino de mi parte no compartir algo, que me ha servido para continuar, sin desmoronarme, y así poder ayudar a otros a seguir su camino, independientemente de lo duro o intrincado que se presente. Por ello, soy una mujer resilente.

Busquen autores como Dr. Wayne Dyer (La Fuerza del Creer, El Camino de la Felicidad, El Cielo es el límite, Ahora puedo verlo Claramente,  sus vídeos y película en Youtube, etc.); Paulo  Coelho ( El alquimista, El Sendero del Mago, e incluso su biografía El Mago); Depra Chopra ( Siete Leyes Espirituales, El Retorno de Merlín, Conocer a Dios, La Paz es el Camino y muchos libros más); Dr, Jorge Bucay ( El Camino de Las Lágrimas, El Camino de la Felicidad, Cuenta Conmigo, Cuentos para Pensar, y muchos más, además de los micros y vídeos que pueden ubicar en Youtube); Og Mandino (El Ángel Número Doce, El Don del Orador, La Elección, Misión Éxito, entre otros)....

Hay muchísimos más, pero he colocado la lista de mis maestros de cabecera, y sobre todo, no olviden nunca el poder de la oración. Independientemente de la religión que profesemos, la oración, el comunicarnos con Dios, nos trae, en momentos de desasosiego, una gran paz, y por ello, nunca dejo de dar gracias a Dios, por su infinita sabiduría y por la paz que me conforta, en los momentos duros de este camino de mi vida.

No es fácil controlar nuestras emociones, si incluso, hemos llegado a una edad, en la que pensamos que ya nada podemos hacer, no, siempre estamos a tiempo de aprender y de trabajar en aquello que nos va a dar una satisfacción personal, como pasar por encima de las cosas o momentos que nos limitaban. Se los digo con conocimiento de causa. Saber que aún en los peores momentos, cuando creemos que nos vamos a desmoronar, podemos sobre ponernos, respirar profundo y ayudar a otros, es reconfortante, desde el alma que nos habita, o por lo menos, mi alma agradece el trabajo que he estado haciendo desde hace mucho tiempo atrás, y que continuaré haciendo, porque todavía hay rasgos de mi que quiero trabajar para el positivo, y es emocionante y edificante, no sólo para mi, sino para mi entorno más cercano...

Si yo lo estoy haciendo, ustedes también pueden hacerlo, los animo y las animo a intentarlo, comiencen con cosas simples, fáciles de realizar, y poco a poco, con el tiempo, vayan trabajando en las que parecen más difíciles, y cuando logren uno de sus cometidos, dense un regalo, así sea pasear una tarde por una playa, o comerse un cucurucho de helado... Lo importante es darle gracias a ese cuerpo que nos habita por permitirnos vivir y crecer como personas y como almas que habitamos en esa superficie maravillosa que es nuestro cuerpo, sin importar si es delgado, gordo, hermoso o no, es el que tenemos y hay que cuidarlo y mimarlo, al fin y al cabo nos va a acompañar el tiempo que estemos en este plano de vida, que llamamos Planeta Tierra.

Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros, Paz y Bien.

Mireya Pérez




2 comentarios:

  1. Muy cierto lo premio, no debe ser algo grande, pero si algo que nos conecte a seguir, un abrazo grande :)

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  2. Gracias Regina, un abrazo de oso, como los que daba mi esposo a sus amigos, que Dios te bendiga.

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