A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

jueves, 23 de abril de 2020

Mis mejores amigos... Los libros... Los amo!!!!!


A través de los años en que he estado escribiendo este blog, más de una vez les habré comentado o narrado, sobre el papel tan importante que han representado y representan para mi,  aún hoy en día, los libros...

Posiblemente les haya narrado cómo descubrí mi voz dentro de mi cerebro al leer, lo que es un vicio de lectura, lo sé... Pero nadie es perfecto y yo soy imperfecta y humana, jajajajaj.

Yo estudié en un colegio de monjas desde los cuatro años, y teníamos todos los días, un momento de lectura con la madre Margarita, que era la directora del colegio, pero que le encantaba acercarse a nuestra aula y dedicarnos una hora de su tiempo, a nosotras las más pequeñas de todas... Ella con su paciencia y su dulce sonrisa, nos ponía una a una a leer el libro que nos habían asignado para aprender a leer, y ya cuando pasamos al año siguiente, a las que leíamos con más fluidez nos asignó libros de cuentos más grandes, que yo devoraba en casa como si la vida se fuera a agotar mañana, sin saberlo estaba creando en mi interior a la Josephine de mi generación, o como a mi me gusta decir, al ratón de biblioteca en que me convertí, jajajajaj.

Un buen día, la madre Margarita nos trajo un libro nuevo La Historia Sagrada...
Y yo, que ya apuntaba maneras para ser devoradora de cuentos, lo agarré con tanto amor, que lo leí muy rápidamente, pues en casa, no podía dejarlo, tenía tantas historias fascinantes, a mí en lo particular se me quedaron grabados tres de las historias más famosas, que luego al estudiar la Biblia descubriría que formaban parte del Génesis. José y sus hermanos, Esther y su esposo Aaron y por supuesto Mi hijo Pródigo...

Ese libro lo atesoré por toda mi vida, y ahora que estoy abriendo algunas cajas de mi traslado a esta tierra de mis padres, espero que no se haya perdido... 

Pero vamos al grano, jajajaja, ya me conocen, me pongo a dejarme influenciar por mis recuerdo, y los dejo sin entender nada, jajajajaj.

Un día, ya estando en primer grado, y leyendo por tercera vez este libro maravilloso, pero ya con otra de las madres del colegio, la madre María Cinta, descubrí que al leer en silencio, para mí, se escuchaba una voz o a mi me lo parecía, y no era otra mas que la mía, no como la escucha alguien que intercambia una conversación conmigo, no, mi voz obviamente suena diferente para mi internamente. Pues mi cráneo, como el de todos los seres humanos, es una caja de resonancia, y esa voz, sólo la conozco yo y por supuesto, sólo yo la puedo identificar del resto... jajajaja. Y ahí me atrapó el vicio, jajajajaja. De ahí en adelante me ha sido imposible leer en silencio, sin que mi voz interior haga de las suyas y le de la entonación a cada palabra, haga las voces de los personajes, y si a eso se le añade esa mente imaginativa que tengo, que me hace viajar a través del espacio y " ver" con los ojos de la imaginación, esos espacios o paisajes que describe el autor en sus obras, lo que me ha llevado siempre a aprender más, a buscar en los atlas o en otros libros si existe ese sitio, si los personajes históricos existieron o no y qué sucedió en esa etapa en realidad.... 

Sin saberlo, se iba formando en mí al investigador que soy, a la persona que ama aprender, que vive cada experiencia como un niño en una pastelería, jajajajaj.

Ya a los 9 años había leído unos cuantos libros, y mi padre que era tan buen lector como yo, me inscribió en una biblioteca pública, de manera que los sábados, íbamos a buscar nuevos libros de lecturas para mí y a devolver aquellos que yo había leído. Tiempo después, cuando conocí a una de mis amigas de la infancia, Mary, descubriría un día que su padre tenía en la casa un estudio lleno de libros y de repente me quedé extasiada mirando hacia adentro, sin atreverme a traspasar el umbral, pero fascinada con lo que veían mis ojos, cientos de libros, yo los acariciaba con la mirada y mi amiga se impacientó y me dijo:

- Vienes a jugar conmigo o a ver los libros de mi padre? -

Don Angel, que era un ser maravilloso, y venía detrás de nosotros, me preguntó si me gustaba leer y le dije que sí, así que buscó en su biblioteca y me prestó las Fabulas de Esopo... Por supuesto, el señor Angel pasó a ser alguien muy querido para mí, aún hoy, que hace tantos años que nos dejó. Dios lo tenga en su Gloria...

Estando en ese tercer grado del colegio, un buen día, una compañera nos trajo una revista de libros, una asociación que se llamaba Circulo Venezolano de Lectores y ahí me terminé de embarcar en la lectura.... Pues descubrí que podía encargar los libros que me gustaran y me los traían cada tres meses, hice rápidamente las cuentas en un papel, para saber cuánto podía ahorrar del dinero de la merienda, para yo poder comprar ese primer libro: 4 Bs. de la época, que equivalían a 1,50$. Yo debía ahorrar 0,25 céntimos cada día, y al final de los tres meses cuando llegara mi libro, ya tendría en mi alcancía el dinero para comprarlo, así lo hice y ese libro Sonata a Krauser, fue el primero de los cientos que he comprado a lo largo de mi existencia, incluso aquí en España, he conseguido algunos a través del Círculo de Lectores de España...

Hoy ya no hace falta tener libros de papel, aunque a mi me encanta, porque al leer se crea un espacio especial entre mi libro y yo, y ese olor a páginas que tiene no puede ser sustituido por nada...A los largo de estos casi 60 años como lector ávido, he descubierto autores maravillosos, en casi todos los estilos que os podáis imaginar, me he hecho seguidora fiel de algunos de ellos, y aún hoy que algunos han fallecido, cada vez que llego a una ciudad, busco alguna biblioteca de segunda mano a ver si por casualidad puedo completar toda su bibliografía... Por si tienen curiosidad o alguna vez han leído alguno de ellos, espero que lo hayan disfrutado como yo:

Morris West. Taylor Caldwell, Kent Foller, Og Mandino, Deepak Chopra, Wayne Dyer, Agatha Cristie, J.J. Benitez, Jacqueline Susan, Jorge Bucay, Paulo Coehlo, y cientos más...

Ellos están en los anaqueles de mi biblioteca personal, y son mis compañeros de viaje. De este viaje de mi vida, que ha sido y es tan importante para mí, pues me ha permitido conocer, aprender, soñar, reír y hasta derramar alguna lágrima de sentimiento... Con ellos he crecido y aprendido, he descubierto al ser humano que soy, me han fortalecido y han brindado luz y compañía en la horas bajas de mi vida.

Hoy quiero darle las gracias a los cientos de miles de autores en el mundo, tanto hombres como mujeres que han plasmado en sus obras tanto esfuerzo, dignidad, interés y dedicación. Gracias desde el fondo de mi corazón.


Dios nos bendiga amigos.


Mireya Pérez



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