A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 16 de julio de 2016

Una carta para tí... Donde quiera que estés...



No sé si en el lugar donde estás se celebra el cumpleaños de las almas, o de las personas que han pasado el plano que llamamos Tierra. Pero aquí en este planeta, en este mes, hubieras cumplido 34 años.

Si nuestra historia hubiera sido diferente quizás hoy estaríamos cerca y no a miles de años luz uno del otro...

A pesar de nuestra historia tan particular, mi amor de madre está siempre donde estés tú, y si fuera posible verte de nuevo, te abrazaría tan fuerte, que los pedazos de mi alma, se recompondrían, se juntarían de nuevo y sería inmensamente feliz.

Hijo mío querido. Feliz Cumpleaños!!!. No te gustaba que te cantaran el cumpleaños feliz, siempre me extrañó!...

Hoy y cada día de mi vida, te envío hijo mío, todo el amor que sólo te pertenece a tí: pues las madres queremos a nuestros hijos, pero a cada uno de forma diferente, ni más ni menos, sólo en forma diferente. Cada hijo te llena el alma por cosas diferentes, y a todos los amamos más que a nuestra propia vida.

Amo tu sonrisa, tu ánimo bromista, tan parecido al mío, el corazón generoso que tenías, quizás demasiado, pero eras muy sensible; junto a tu hermana rescataban animales y los llevaban a casa para sanarlos y nosotros éramos felices de verlos tan humanos y cercanos.

No quiero hoy recordar los momentos amargos y tristes. Hoy sólo quiero recordar a ese ¨chef¨niño, que preparaba desayunos especiales para su madre, con sólo 5, 6 o 7 años. Incluso bajabas al jardín y buscabas alguna flor para ponerla en la bandeja que me llevabas en esas mañanas de domingo tan especiales y únicas. Soñabas con ser chef, y estudiaste para ello.

Espero que nos hayas perdonado, como nosotros lo hicimos y lo hemos hecho, desde el amor, la aceptación y la resignación, pero nunca el olvido, una madre no puede olvidar a un hijo, es parte de su carne y de su sangre y siempre en mis oraciones te recuerdo.

La humildad de pedir perdón y reconocer nuestros errores, aunque a veces creamos que llegan tarde, es un gran paso hacia nuestra evolución espiritual. Anhelo que tu alma haya evolucionado y la próxima vez que nos veamos pueda no sólo reconocerte, sino también acompañarte por siempre jamás.

En estos días no hago más que recordar un estribillo de una canción que hizo José Luis Perales para Isabel Pantoja, cuando reapareció después de un año de luto por su esposo Paquirri, que comienza así:

...Pensando en tí
perdida en mi universo
y en mi soledad
te busco en mis recuerdos 
y tu te vas
dejándome perdida
en esta inmensidad... José Luis Perales


Pensando en tí

Pensando en tí
los días se suceden 
y tu no estás
me miro en el espejo
y sólo veo a la madre 
que te añora
a la madre resignada
a esta soledad

Pensando en tí 
en tus recuerdos
en aquellos ojos verde canela
en tu risa,
en tu mirada...

Pensando en tí
esta mañana 
que parece gris y nublada
como mis ojos,
ya secos de llorar...

Querido hijo,
nunca podré decirte Adiós
ni cuánto te amo
Sólo puedo decirte
hasta Luego
hasta que volvamos
a encontrarnos
hata pronto!!!.

Mireya Pérez

Que Dios nos bendiga, pero sobre todo a nuestros hijos y a nuestros nietos, la luz de nuestros ojos y la alegría del mañana.

MIreya Pérez


2 comentarios:

  1. Mi querida Mireya... Te metiste con mi canción... Y sonreía. Es tu canción. Y pensaba en el autor. Y es suya... Y si tu niño, si, si... Tú niño, la escuchara, sería suya. Pero ahora te dejo el resto de la canción. Que es pura esperanza y puro amor...
    "Estás aquí,te siento en cada espacio de mi soledad, te miro y te sonríes... Y después te vas y cruzas la distancia y yo me quedo aquí pensando en ti... Cuantas veces en sueños me he escapado contigo. Cuantas veces mis labios han gritado té quiero... Cuanto tiempo esperando desde que tú te has ido. Cuantas noches vagando como un niño perdido...
    es maravilloso. Cada frase es amor. Es declaración de amor... Es tu declaración de amor, y la suya y la de ellos y las mías. Bello.

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