Escribir es algo maravilloso, si, como yo, encuentras solaz en compartir aquello que anida en tu alma, esa pléyade de sentimientos que te inundan, y que no tienen nada que ver con cosas de la edad, la soledad o el miedo. En realidad no siento ninguno de ellos, me siento tan bien en mi piel, a mi edad, en mis circunstancias emocionales, que quizás ahí radique el problema.
Pero escribir y hacerlo dirigido a alguien a quien amamos o recordamos con profundo afecto, es algo que no tiene palabras para ser descrito, por eso Hoy, le escribo a alguien especial, a un ser humano, cuya existencia ha sido y es algo muy especial para mí, a pesar de la distancia, las circunstancias y nuestro propio destino.
Unos versos para tí
¿ Dónde estás amigo mío?...
¿ Dónde, que no sé de ti?...
Las palomas mensajeras,
en silencio permanecen,
y no atisbo ni siquiera,
a mirar entre el celaje:
tus pasos, tus manos,
tu espalda erguida al caminar,
tras la fuente aquella
que vislumbro a lo lejos
desde la atalaya de mis sentimientos
Si supieras lo que significa
el sólo saber que existes,
el sólo saber de tí,
aún cuando nuestros caminos,
quizás nunca se vuelvan a cruzar...
Era niña cuando
por primera vez te ví.
Tu sonrisa me deslumbró
y desarmó mis muros,
aún aquellos que ni siquiera
había construído...
Nuestros caminos tomaron rutas diferentes,
nuestras vidas dieron vueltas y vueltas...
Unas veces desde lejos,
otras, en la misma habitación...
Pero no me reconociste...
estabas inmerso en tus propios pensamientos,
mo me viste, no me miraste,
no sabías que era yo,
la joven mujer del ascensor,
y yo sonreí por dentro...
Algo despistado amigo mío...
o quizás, estabas metido en tu mundo,
un mundo del que yo no formaba parte,
del que era sólo una mera espectadora,
como si de un músico célebre se tratara,
pero eras mi músico,
mi otro yo, una parte de mí,
que siempre te ha acompañado,
en el silencio de las personas que aman,
sin haber sido descubiertas...
Ahora, no sé dónde estas...
¿Qué piensas?
¿Qué sueñas?
¿Qué te preocupa?
¿Quién comparte tu andar?
¿Eres feliz?
Espero que sí y mucho...
Yo lo he sido,
te puedo contar muchas cosas,
cosas que sólo a alguien especial
se pueden contar...
Te diría que tuve un sueño en mi piel
que acuné en mis brazos dos luceros
que he llorado, sí...
pero también he reído mucho,
que escribo, que sueño,
que pienso, que siento...
Pero eso tú lo sabes,
pues aún en la distancia,
tú estás ahí,
para dar aliento,
para ser amigo incondicional,
para ser lo que nadie podrá ser jamás.
Un te quiero, sin palabras...
un amor, sin reparos...
sólo tú y yo,
dos almas en una,
separadas sólo por el espacio infinito,
pero unidas siempre,
desde el principio,
de esta Humanidad...
Mireya Pérez
Dios nos bendiga éste y todos los días. Gracias infinitas por leer mis artículos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBello, hermoso poema. Me deleito leyendo tus escritos.
ResponderEliminarGracias amiga. Eres un Sol. Dios te bendiga.
Eliminar