A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 1 de noviembre de 2017

El Amor no se acaba... no se muda... sólo crece a raudales... si lo cuidas..









Los seres humanos somos muy complejos, diría incluso que, a veces somos difíciles de diagnosticar, explorar o conocer, a pesar de que estemos con un mismo grupo de personas por años y años: nuestra familia, amigos, compañeros y conocidos pueden llegar incluso a pensar, que jamás nos conocerán del todo y es cierto hasta cierta medida, porque cambiamos o evolucionamos con los años, con las experiencias; porque vamos recorriendo nuestro camino y a veces, nuestro entorno no lo hace al mismo ritmo, ni en la misma dirección. Ni siquiera nuestra pareja o hijos... Mucho menos todos los demás...

Entonces ¿Qué sucede con nosotros? ¿ Hemos dejado de amar a las personas de toda nuestra vida?... 

No, sólo que ahora, en esta etapa de nuestra existencia, en nuestra madurez emocional, que nos inunda y nos habita, vemos las cosas desde otro nivel, quizás más humano, pero menos afectado por las emociones, porque simplemente hemos llegado a la etapa de la ¨aceptación del otro¨, tal cual es, sin interferir en su propio proceso de aprendizaje, ni en sus razones o no para comportarse de una forma u otra. 

Hemos llegado, aunque no seamos 100% conscientes de ello, a la etapa en que ¨aceptamos a cada persona así como se nos presenta¨, no queremos que sea diferente, simplemente que sea, quien quiera ser...

Una de las pruebas más claras que tenemos es cuando alguien contacta con nosotros, de buenas a primeras, a través de las redes, y conversamos o intercambiamos opiniones, hasta que en algún punto de la conversación, se pierde el ritmo, se enfría y de repente, nuevamente reina el silencio... Hay personas que muy educadamente se despiden, pero hay cientos de ellas, que te dejan en el limbo y a veces no entendemos qué paso... No hagan caso, las personas son como son, y hay que aceptarlas tal cual. No hay razón alguna detrás, ni simbología distinta a la que se produjo en esos breves instantes de conversación. Ocurrió, fue fantástico saber de esa persona y ya pasó. No hay otra lectura, no la busquen, no existe...

¿Por qué de repente tal persona hizo un alto en su camino y contactó con ustedes?... Pueden haber miles de razones y a lo mejor ninguna de las que podrían elucubrar. En esos momentos, simplemente deben agradecer que se hayan acordado de ustedes y charlar como si se hubieran visto ayer y no eones de años o tiempo atrás, jajajajaj.

Los seres humanos solemos guardar afecto hacia la gente que conocimos en el pasado, bien porque tuvieron un significado importante en nuestras vidas, bien porque están asociados a etapas que significaron mucho para nosotros. Por eso, cuando volvemos a tener noticias de un compañero del colegio, de un maestro o profesor, e incluso de alguien que, en un momento dado significó mucho más, los recordamos con afecto y nos interesamos, de verdad, por su vida y por su bienestar.

Quizás los otros no lo vean así, y no debe preocuparnos, para eso existe el libre albedrío y nosotros escogemos qué hacer o pensar con nuestras vidas y nuestros sentimientos, siempre que estos no perturben o dañen a los otros.

En el encabezado de este Post de Hoy, pongo a propósito la frase: ...no se muda...sólo crece a raudales... si se cuida...

¿Por qué?. Simplemente porque a veces, sin darnos cuenta, una vez alcanzado el objeto del amor, o el afecto que perseguimos o la amistad que soñábamos, dejamos de cuidarlo, de cultivarlo con el amor que necesita y damos todo por hecho. No quiere decir que debo atosigar a la persona, llamarla todos los días o preguntarle cada día qué hace o deja de hacer, no, eso rayaría en el acoso, pero según el ritmo que hayan establecido en su amistad o compromiso emocional, de amistad o familiar, sí es importante que demostremos lo que esa persona nos importa, que queremos lo mejor para ellos, para su entorno y que, si así ocurre, le admiramos y le queremos, como persona importante en nuestras vidas, o como persona amiga. Simplemente porque un buen amigo, a veces, es tan importante o más que un familiar consanguíneo. Ellos o nosotros los escogimos, no llegaron por casualidad, y tampoco se mantienen por casualidad, aunque no se hayan dado cuenta.

Tengo grandes amigas en mi vida, pero una de ellas, es como mi hermana del alma, y si no hemos hablado en unos días, me pone un mensaje en whatsapp diciendo algo así como:

_ ¿Desde cuando te mandas sola? - jajajaj

o también:

_ Chama, que ya no me acuerdo como suena tu voz..._ jajajajaj 

Por supuesto que me hace esbozar una sonrisa, y enseguida la llamo y conversamos, porque ella está en el Continente y yo en una de las islas, así que pasan varios meses hasta que nos vemos: hasta que yo pueda volar y llegar a su casa, o porque ella venga a la mía y se quede unos días. Tenemos más de treinta años de amistad, se podría decir que he crecido emocionalmente con ella, con sus consejos y con su apoyo, pero también es y ha sido un hombro sobre el cual apoyarme en los momentos duros y para llorar o reír en las noches largas...

Otra de mis amigas, lo es desde la infancia, con ella la relación es distinta, porque nos unen recuerdos de la adolescencia y la etapa de adultos, a ella le debo la compañía y el afecto en cada etapa dulce y menos dulce de mi vida y el afecto de sus hijos. Son caras diferentes de mi amor hacia ellas, ganado a pulso, y guardado por mí, como el tesoro que es: un amor más allá de la amistad, son la familia que escogí y a la que cuido con esmero.

Así soy, con cada una de mis amigas, y a mis amigos, que reconozco son muy pocos, porque el lado masculino de la amistad en mi mundo, siempre estuvo muy alejado, también los quiero y cuido, pero desde el respeto a sus respectivas parejas, para evitar problemas o malos entendidos, obviamente...

Por ello Hoy, les invito a cuidar los afectos, no por obligación, sino porque nos nace desde lo más profundo del corazón. En este apartado, obviamente debe incluirse el amor afectivo, hacia ese compañero o compañera especial que han escogido. Pero si estuvieran sin pareja, no pierdan la oportunidad de cuidar la amistad. A veces, son más duraderos que los sentimientos amorosos de pareja, o porque, como yo, a pesar de la soledad aparente de la viudez, la amistad de mis seres queridos y el afecto y comprensión, han sido y son un valuarte de mi vida y los cuido, atiendo y protejo todo lo que humanamente puedo, soy afortunada pues también recibo un amor recíproco de su parte. Y es maravilloso!!!

Valorar la amistad, el amor y la comprensión de aquellos que hemos escogido y que a su vez nos han escogido, es el gran mensaje para todos hoy. 

No descuiden ese jardín armonioso que es la amistad, el afecto, la comprensión y la unidad. Si se cuidan entre ustedes, los acompañarán todos los días de su vida. A mí me acompañan y yo les acompaño.

Dios nos bendiga amigos lectores y miles de gracias por seguir mis escritos.

Mireya Pérez







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