A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 23 de diciembre de 2017

Sólo falta un día para Navidad!!!!...



La Navidad, dependiendo de nuestros orígenes, costumbres, lugares donde vivimos o hemos crecido, se vive de formas muy diversas y siempre son recuerdos importantes de nuestra vida, independientemente del nivel socio cultural o económico de quien las recuerda o vive y comparte.

Eso es lo grandioso de estas fechas, no sólo porque, como cristianos renovamos el mensaje de que el Niño Dios ha nacido, sino por ese conjunto de emociones y sentimientos que genera y que compartimos con cientos de miles de personas a lo largo y ancho de este planeta azul, llamado Tierra.

Nadie se hace ajeno a lo que conlleva, así sea el hacernos conscientes de que un año más, la vida sigue su curso y seguimos aquí para aprender, compartir y enseñar, o porque sí somos muy afortunados, tenemos gente a nuestro alrededor que lo significan todo para nuestras vidas: la familia, los hijos, la pareja, los amigos y por qué no, también todo lo que nos rodea, ese lugar que nos acoge y al que llamamos hogar o país, bien sea donde nacimos y nos hemos criado, o aquel que nos ha acogido en esta diáspora a la que nos hemos visto empujados, por muy diversas razones.

Navidad es tiempo de Paz, de Amor, de reconciliación, así sea con nosotros mismos, porque a veces nos hemos auto exigido más de la cuenta, y la vida nos lo muestra de muy diversas formas, como sólo ella sabe hacerlo, jajajaja.

Suelo hacer por estas fechas una reflexión sobre el año que termina, pero de alguna manera lo he hecho en otros escritos de estos días. Por eso, hoy quiero hablar de lo maravilloso que es Vivir, de lo agradecidos que debemos estar por todos esos pequeños grandes milagros que hay en nuestras vidas, por la gente que ha llegado para quedarse como amigos, nietos, hijos putativos, por los que siempre han estado ahí y a los que queremos profundamente, por los que han partido cumpliendo así su propia ley de vida, y a los cuales debemos agradecer por haber compartido con nosotros parte de su espacio vital y habernos aportado tantas lecciones importantes, aunque en el momento no las hayamos sabido apreciar... Somos humanos y fallamos, no se preocupen, ellos nos han perdonado, nos toca a nosotros perdonarnos a nosotros mismos, que quizás es el ejercicio más difícil, por aquello de la autoexigencia jajajaja.

Hoy en esta mañana soleada, aunque fría de la zona donde vivo, miro a mi alrededor y escucho a los chicos que en el campo de fútbol juegan su partido de Navidad, a los padres que han apartado el ajetreado momento de arreglar la casa para la llegada de la familia y acompañar a sus hijos a este partido. A Princesa, compañera fiel, que a regañadientes está acostada en su almohadón al lado de mi escritorio, aunque preferiría, cómo no, estar en su almohada preferida: mis piernas, jajaja, pues está pendiente de cada movimiento que indique qué voy a hacer y cómo ella puede influir, de alguna manera en la toma de decisiones, aunque no lo crean, ella también tiene opiniones propias, no vayan a pensar que no, jajajajaj.

Cómo puedo pensar ni por un momento que estoy sola?... Quizás en mi casa no haya más habitantes, por sólo 30 horas, jajaja, porque después tendré a una de mis amigas más queridas de visita por unos días y llenará con su optimismo y su carisma, cada rincón de este casa, que se los digo yo, ya de hecho sin llegar, ha hecho algunos cambios en las actividades, jajajaj. Bendita sea mi July...

También hay otras personas, que están aportando su granito de arena o terrones de azúcar para que estas fechas sean diferentes, y hasta nos han invitado a un concierto de Navidad y vamos a ir!!!!. ( aplausos) jajajajaj

La vida pasa amigos lectores, pero la diferencia estriba en cómo nos enfrentamos o aceptamos cada momento de este camino que yo llamo Vida. Quienes me conocen saben que soy una mujer positiva, discreta, aunque grande en envergadura, jajajaja, pero sobre todo, trato de ser cercana y afectiva con la gente, incluso con los extraños, siempre tengo una sonrisa a flor de labios y una palabra de aliento, porque yo sé lo difícil que pueden ser las circunstancias que se pueden vivir en un momento dado, pero también sé lo importante que es tener cerca a personas que tengan la capacidad de dar a manos llenas y encima acariciar con el alma, para llenar de luz y calor los espacios que parecen vacíos o fríos.

Hoy amigos, desde el alma que me habita y que está infinitamente agradecida por todas las cosas buenas, la gente generosa que me acompaña, la gente humana y cercana que forman parte de mi entorno, y de aquellos que aún en la distancia, están en mi corazón. Quiero desearles a todos y cada uno de ustedes unas muy Felices Fiestas, llenas de amor, de afectos, sonrisas, música en el alma, recuerdos maravillosos y muchas esperanzas y alegrías para el año que está por llegar.

Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros, a nuestra familia y amigos, a los conocidos que se harán amigos y a los que vendrán en positivo.

Mi abrazo para todos de corazón a corazón.

Mireya Pérez


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