A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 7 de marzo de 2018

El sentido de las palabras... etimológico o no... depende de quién...









Muchas veces cuando hablo o escribo algún comentario, e incluso cuando escribo algún saludo de cumpleaños, incluyo la palabra ¨mágico¨en mi escrito. No porque signifique que alguien agarre una varita mágica y tras un ¨sim salasim¨, o con un conjuro, se logre algo específico, sino porque la magia para mí significa ese mundo de ilusiones, sueños y oportunidades que todos tenemos, y que yo deseo para gente a la que quiero, a la que recuerdo con cariño, o porque, cada uno de ellos, como yo misma, somos unos luchadores victoriosos de la vida...

Lastimosamente, algunas personas no lo entienden, y veo con sorpresa que me indican que esa magia se debe su propia creación, como si yo no lo supiera... Yo soy un ejemplo de esa magia creadora, de esa creatividad en positivo, de ese amor en las cosas que se hacen, desde la ilusión, desde la entrega profesional, desde la madurez emocional que me habita.

Por eso, con mucho dolor reconozco que, en algunos casos, mi mensaje no ha llegado, con la intención y el cariño con el que fue emitido...

¿De quién es la culpa?... No hay culpables, eso no cabe para nada, quizás estribe en que al leer algo, no es el momento adecuado, no estamos en disposición e incluso, más de uno haya interpretado de otra forma, un comentario sano, nacido desde el afecto que se siente por alguien que forma parte de tu historia personal...

Yo no voy a cambiar en ese sentido, las personas que tienen mi afecto, se lo han ganado a pulso y les pertenece, tanto en las horas bajas como en las horas más brillantes, sin importar si se dan cuenta o no... Yo, que soy el emisor de ese afecto, de ese compañerismo, de ese entender que la amistad es un regalo preciado, que se cuida y se atiende con mimo y atención exquisita, soy incapaz de arrebatarles lo que de corazón les he entregado, siempre voy a estar ahí, si me necesitan o no, en la distancia, pero con mi amor, mi aprecio, mi buena voluntad de ayudar, de escuchar, de leer o de compartir si está en la medida de mis posibilidades, jamás los voy a dejar en la estacada, no va conmigo esa actitud.

Sin embargo, sí he aprendido a marcar distancias, a caminar hasta la atalaya de mi alma, y desde allí, como si de una visión panorámica se tratase, ver las distintas escenas que muestra mi existir, la de la gente que quiero y respeto, la de aquellos que ya no están; los que se alejaron o marcaron distancia, por propia elección o porque las circunstancias así se lo indicaron; los que sin querer marcaron a rojo vivo su lección para mí... No todo ha sido rosa, he tenido grises y espinas en mi vida. Pero yo decidí apartar eso de mi existencia y no dejarme vencer por el lado negativo, no, yo soy positiva, vehemente incluso, luchadora y tenaz, creo en mí, sé de qué material estoy hecha y lo que puedo lograr, sin ser para nada una mujer agresiva, eso jamás!.

Les prometo que no voy a cambiar, que seguiré siendo fiel a mi esencia, al ser humano que conocen, o al que están descubriendo. Un comentario, no me construye o destruye, quizás el mensaje no llegue en el sentido en que fue escrito, pero eso depende del intérprete y de su poder para descifrar el mensaje en su justa medida.

No teman nunca emitir una opinión, enviar un mensaje o hablar con propiedad de algo, si lo hacen desde el adulto serio y comprometido, veraz y auténtico. Muy pocos serán ajenos al mismo. Pero si, por esas cosas de la vida, no llega, no es un error de ustedes, a veces, aunque nos cueste entenderlo, el ¨alumno no está preparado para el maestro¨, o simplemente no es el momento adecuado. Quizás para otra oportunidad, sólo haya que decir:

_ Feliz cumpleaños pana, que lo pases bien!!!!_

Aunque reconozco que esa frase no es para nada mía, jajajaja.


Dios nos bendiga amigos lectores, gracias por seguir buscando mis escritos, aunque lleve un tiempo en un silencio auto impuesto, para aprender y entender...


Mireya Pérez




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