Cada vez que descubro que alguien conocido ha entrado en Depresión, me entra una congoja enorme!... Porque nadie en este mundo se escapa de sentir en algún momento de su vida: Impotencia, tristeza, nostalgia, temor, angustia, paralización momentánea de la mente, ansiedad, etc...
No soy psicólogo, lo he dicho muchas veces, pero como soy un ser humano que ha andado muchos caminos, que ha visto y experimentado muchas cosas, puedo decir que, algunas situaciones no me son desconocidas. Lo más difícil es, sin lugar a dudas, el lograr salir airoso de esos momentos o estados emocionales, pero una vez que se superan, la persona se da cuenta de que, lejos de haber perdido tiempo, ha ganado en sabiduría y dependiendo del médico o psicólogo que los atienda, habrán recabado muchas herramientas que les permitirán detectar aquellas situaciones o cosas que podrían convertirse en detonante para llegar a los extremos que una vez le hundieron en el pozo más amargo de su vida: LA DEPRESIÓN...
Hay personas que juegan con los sentimientos ajenos, pensando que son inmunes al resultado de sus fechorías, otras, en cambio, lo hacen, sin literalmente hablando, darse cuenta... Pero el actuar a propósito para hacer daño o mella en el otro, es mezquino, inhumano y sórdido...
Sé que hay motivos, en la mayoría de los casos, para llegar a esos extremos tan dolorosos, pero también sé que, si contamos con el apoyo de la gente que nos quiere de verdad, es más fácil salir y recuperarse... Porque donde hay amor familiar, hay comprensión, hay entrega y muy posiblemente, la persona no se verá luchando sola, sino que toda esa gente hará una piña emocional a su lado para rescatarle y darle soporte emocional en esa etapa tan difícil, pero superable con el tiempo y con la paciencia y el amor de los suyos.
He visto a gente coquetear con la tristeza en un afán errado de llamar la atención de los suyos, y la mente, que es tan poderosa, a veces, les ha dado "una taza de chocolate" de eso que buscaban... Qué error tan grande!...
Las imágenes, los rostros, incluso los dibujos de un niño o de un adulto, nos dicen mucho más sobre su estado anímico, que cualquier otra cosa que pudieran expresar.
Antes, confieso, no me fijaba, me parecían cosas interesantes, pero no me involucraba en ellas, como si viera llover, no tenía conciencia del drama tan profundo que les hizo plasmar en tres líneas, el dolor amargo de la tristeza de aquel, que se ha expresado con lo único que tenía para hacerlo: un dibujo, una canción, un escrito o unos versos... Tenemos de sobra ejemplos en la historia universal, de casos como estos, pero los seres humanos normales y cotidianos también lo padecen, y nos necesitan, aunque a veces no sepan cómo decirlo o si quiera lo hayan descubierto.
Qué podemos hacer?... Lo primero, sería tratar de ser más empáticos con los nuestros, observar las llamadas de atención que nos hacen y que no son intentos de manipular, porque a veces, creyendo que nos están manipulando, dejamos pasar situaciones que nos habrían permitido dar una apoyo o una ayuda más efectiva, claro que si en el pasado esa persona hizo uso de la manipulación para tratar de controlar o llamar la atención, les pase como el cuento de Pedrito y el Lobo, que en el momento en que el lobo sí apareció, nadie le hizo caso y fue devorado...
Si tenemos un médico amigo o conocido, podemos solicitar ayuda y orientación para poder brindarle a la persona, la ayuda más apropiada posible, dependerá de muchos factores, pero mientras más pronto busquemos el especialista adecuado, más pronto podremos ayudar y lograr que esa ayuda sea la adecuada en tiempo y en sustancia...
Todo lo que podamos hacer, desde el amor y el respeto, marcará una diferencia entre el hoy y el mañana. No es una tarea fácil, al contrario, van a necesitar de todas sus fuerzas emocionales y físicas, pero cuando se lucha por alguien que amamos, es más fácil o por lo menos, sentimos que valió la pena...
No dejemos pasar, por no fijarnos, una llamada de atención, no nos hagamos los locos ante algo que se está expresando y que al principio se puede arreglar de forma simple, con un abrazo, con una sonrisa... Después, cuando la situación sea más grave, vendrán los sentimientos de culpa... No esperemos, brindemos ese apoyo, tendamos el puente que haga falta para ayudar, no se olviden que esa persona es importante en sus vidas, y no podeis dejarle en su problema...
Un abrazo de corazón a corazón para todos amigos lectores y que Dios siga iluminando nuestro camino.
Mireya Perez.
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