A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 7 de octubre de 2015

Lo más difícil del mundo...decirte hasta luego











¿Cuántos caminos hemos recorrido?... Montones!!!!... ¿Pruebas?...¡¡¡Todas más una!!!!.

Pero nada nos prepara para lo que ha de venir... El miedo a veces, se hace presente y se agazapa en las esquinas, como queriendo dejar de ver, sin embargo, entre las rendijas de sus dedos, mira con temor hacia la sala, hacia la habitación, sabiendo que por más que se esconda, el destino siempre se hace presente, y lo que ha de ser será...

Señor...si pudieras apartar de mi esta angustia, esta tristeza que se va apoderando de mi alma, este desazón de mi espíritu, que aunque consciente, no quiere ver ni escuchar...Sin embargo, mi mente lúcida me dice que la vida es así, que a todos en algún momento nos toca esa hora particular en la que debemos hacer acopio de voluntad y dejarnos llevar, por aquello que sabemos irremediable...

No me preocupa tanto el qué va a pasar después, sino el momento preciso, ese en el que quizás sea necesaria, más que nunca la fuerza y la entereza que he demostrado, y ¿si le fallo cuando más me necesita?. ¿Podré vivir con mi conciencia, si llego a fallarle cuando más entereza debo tener?. 

Estos días he hecho cosas que nunca hago: Pedir a mis amigas que recen por nosotros, no por falta de Fe, sino porque necesito aglutinar el mayor número posible de oraciones para que su tránsito sea leve, para que descanse de tantos dolores, tanto sufrir y para que no tenga miedo. Un miedo que yo también tengo,  estos días estoy teniendo pesadillas, unas peores que otras, reflejos quizás de mis pensamientos caóticos...

Hemos conversado mucho, siempre lo hacemos, pero él no se atreve a formular en voz alta, la pregunta que lo inquieta, y reza para sí, en ese espacio interior al que nunca me dejó entrar, nunca quiso compartir algunas franjas de su vida conmigo, eran sólo para él, sus amigos eran eso, sus amigos, nunca fomentó el que las esposas se hicieran amigas, no, ese era su mundo, y se reunía sólo con ellos. Incluso ahora, cuando algunos han venido a visitarlo, él se iba con ellos, paseaba, se iban de jarana, y yo los dejaba, sabía que él necesitaba sentir de nuevo aquella brisa de la juventud, aquellos amigos de toda la vida, sus recuerdos, sus momentos compartidos, de ellos y de nadie más.

El velero de cristal ha aparecido en el horizonte, y trae consigo a la Peregrina que acompaña a los que tienen que partir, ya se dibuja su silueta y se acerca cada vez más a esta cala de la playa, casi apartada de nuestra vida... tengo miedo, tengo angustia, no se cómo podré decir hasta luego, a toda una vida, 43 años, muchos años... juventud, inocencia, entrega, compañía, amistad, amor, familia, todo... Señor, dame entereza, dame fuerzas, dame humildad, dame razón para compartir y amor hasta el final...

Y de repente,  cuando menos lo esperaba, en un descuido de mi vigilancia hacia el horizonte, el Velero de Cristal llegó a nuestra caleta y lanzó sus amarras y su ancla en el fondo de mi alma...

La Dama del Alba, venía hermosa, reluciente, con aroma de rosas y de maderas exóticas; a buscar a mi amado, yo consciente de que ya había llegado su hora, me sometí a su voluntad, y lo acompañé hasta el último suspiro, abrazada a mi esposo, que se despedía a su manera, a mi hija y mi yerno, fundidos en ese abrazo de dolor por la ausencia que sabemos, será de ahora en adelante nuestra compañera.

Me deja llena de hermosos recuerdos, de una vida entera, la mía, entregada a él, con amor, con cariño, con mimo, ha sido un hombre feliz, el mejor amigo que pueda tener alguna vez en mi vida, mi compañero de vida, esposo, padre y abuelo, un hombre bueno, noble y sincero, mi fan número uno, y el que más apoyaba todos mis proyectos y sueños...

Ahora cielo mío, empiezo una andadura que no se a donde me ha de llevar, por lo pronto estás en casa, esperando el último viaje a tu morada definitiva, donde, junto a tu hermano, podrás disfrutar de uno de tus más hermosos recuerdos de niño, donde jugarás con las gaviotas, verás a los delfines, y ahuyentarás a los que quieran perturbar la paz  de ese lugar mágico y especial.

Mi dulce amor, descansa en paz, yo le contaré a tus nietos, todo lo que los querías, lo enamorado que estabas de ellos, lo que amabas a tu hija, el cariño y afecto que sentías por ese hijo político, nuestro yerno, al que contamos como hijo, y ante el cual estamos infinitamente agradecidos por su generosidad, por su apoyo y su valentía para ayudarnos a afrontar esta enfermedad que pudo más, que nosotros mismos.

Descansa en Paz, cielo mío, ahora estás junto a tus padres y hermano, nosotros poco a poco iremos llegando para hacerles compañía. Que Dios te tenga en su Gloria, y tu alma viva en regocijo ante Dios nuestro Señor.

Con infinito amor

Tu esposa. 


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