A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 17 de septiembre de 2016

Los ángeles del camino...personas maravillosas que nos rodean...






En  días pasados compartí con ustedes un extracto del libro El Ángel de Víctor Sueiro. Pero hoy no voy a hablar del libro, sino de los pequeños grandes milagros que ocurren en nuestro día a día, gracias a la acción de personas hermosas, generosas y cercanas, que se convierten, sin saberlo, en verdaderos ángeles del camino.

Trabajo en una ONG, donde todos los días nos enfrentamos a retos y situaciones que debemos abordar con respuestas acertadas, movimientos en mejora de nuestro colectivo de personas afectadas con cáncer, y miles de pequeños detalles que conforman nuestro día. 

Pero lo más hermoso de nuestro trabajo, aparte de la misión de ayuda emocional, psicológica, tratamientos, fisioterapia, acompañamiento, educación para detección precoz y visitas hospitalarias; recae en la calidad humana y profesional de todos y cada uno de los que con amor y devoción trabajamos ahí. 

Gracias, a todos estos seres humanos, que como un todo, trabajamos y añadimos nuestro grano de arena, para poder llevar el mensaje de esperanza y el sí se puede vencer a ese intruso que ha aparecido en nuestras vidas, pero al cual podemos hacer frente y ganar.

Para recaudar fondos hacemos una serie de eventos sociales que abarcan un abanico de actividades, que gracias a Dios, crecen cada mes, lo que significa que estamos llegando a más gente y podemos brindar nuestro apoyo a un mayor número de mujeres y hombres que padecen o han padecido la enfermedad.

Esto significa poner en conjunto a todos y cada uno de nosotros, incluyendo voluntariado y junta directiva, a trabajar, incluso horas extras, sábados y domingos, para poder cumplir con los compromisos o los lugares y/o eventos a donde nos invitan para recaudar fondos.

En este maremágnum de actividad, al ser una actividad humana, donde participan muchas personas, se producen, claro está, anécdotas graciosas y maravillosas, como la que les voy a contar:

Por razones de tiempo y de distancia, esta semana debíamos ir a buscar los bonos regalos que nos habían hecho un grupo interesante de empresas de la isla, pero a las cuales debíamos trasladarnos, casi agotados los tiempos, pues ayer era viernes y todo debía estar listo, para que los diferentes grupos de la organización pudieran estar presente en cuatro puntos distintos, tres de ellos el mismo día, hoy precisamente, y con los regalos para entregar en alguno de ellos:una subasta benéfica. 

Por la premura de la situación, pedimos a dos compañeras que iban a trabajar esos días en el Sur de la isla, que nos hicieran el favor de ir a cada establecimiento a buscar el ¨preciado regalo¨. Cuando les dimos la lista de los sitios, ellas que conocen muy bien la zona, pues van todas las semana a dar servicio a las personas afectadas, nos comentaron que lo malo era el conseguir aparcamiento, pues a menos que vayas a un hotel determinado que tienen sus propias áreas de aparcamiento, el resto se complicaba al buscar donde aparcar, caminar al sitio y regresar a cumplir la ruta que le habíamos dado.

Pero ellas no contaban con los ángeles del camino, los de verdad, aquellos a los cuales yo les pido todos los días que me ayuden de una u otra manera...

La sorpresa de mi compañera era tal, que cuando llegó a nuestra oficina me dijo:

_ Te acuerdas que te comenté que lo malo era aparcar?. Pues, no lo vas a creer, cada vez que llegaba a un sitio, estaba en frente el puesto perfecto y maravilloso para mi coche, y fue así en los tres sitios, no lo puedo creer!_ 

Yo me sonreía a la vez que la escuchaba y continuó..

_ Amiga esos debieron ser tus angelitos que me ayudaron, no lo puedo creer. ¨Flipo en colores¨ qué pasada!!!!.

La abracé para darle las gracias y le conté la costumbre que tengo de pedir a los ángeles del camino que me acompañen, que pueda encontrar el lugar perfecto donde aparcar, que incluso, a veces, amanse a tal o cual persona, no por mí, sino por la salud de la persona, e incluso les pido a los ángeles que me lleven con bien a donde voy y que también me vaya bien en mi regreso.

Quizás para los que no tengan Fe, sea una redomada tontería, o efecto de la casualidad, pero como yo tengo Fe, y a pesar de que no todas la veces ocurren las cosas como me gustarían, también estoy consciente de que mi forma de creer, mi forma de esperar y confiar, es algo que me pertenece a mi, y que no hace daño alguno a nadie.

Así que ayer fue un día precioso, de muchos nervios, pero también de unidad, de fuerza y cooperación de equipo, también fue un día de abrazos, para mi, que por razones personales, estaba baja de ánimo, con las lágrimas a vuelta de un pestañeo, pero ahí también hay ángeles de carne y hueso, que son mis compañeros y compañeras, algunos con un don especial para decirte, apenas con una palabra o un gesto, que todo va a salir bien... Y salió.

Por ello, hoy todos ustedes son los protagonistas, sin saberlo, de este Post de Hoy. Dios los bendiga.

Cuando se tiene la suerte de trabajar con gente humana, cercana, noble y generosa, es una pasada, como dicen aquí, las horas se te van sin que te des cuenta, y nunca estás pendiente del reloj para ver cuando cerramos el ordenador y nos vamos, no, muchas veces salimos una hora o más tarde de la oficina y nos nos damos cuenta, hasta que vamos a despedirnos de los que todavía tienen que quedarse un rato más. No hay malos rollos, ni complicaciones, y si en algún momento no entendemos lo que querían decir, se aclara y seguimos. Eso es armonía en el empleo, armonía en el chat y paz en el equipo. No se puede pedir más o sí, jajajaj, pero eso es secreto sumarial, jajajaj.

Feliz fin de semana para todos, que Dios nos bendiga y nos de oportunidad de seguir compartiendo y creciendo juntos, en armonía, amistad y colaboración.

Mireya Pérez


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