A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 18 de septiembre de 2016

Los cambios suceden todos los días... No te resistas!









Desde que nuestro planeta azul, tuvo una atmósfera adecuada para la aparición de la vida, se han ido sucediendo cambios: unos graduales, otros vertiginosos, y hasta aparentemente catastróficos. Sin embargo, la vida en el planeta se fue adaptando a los cambios y aquellos que no pudieron, simplemente desaparecieron.

Nosotros como seres humanos pensantes y racionales, también nos vemos afectados por los cambios en nuestro entorno: social, laboral, económico, emocional... y pare de contar. Pero, a diferencia de las demás especies que pueblan el planeta, sólo podemos hacer dos cosas: adaptarnos a los cambios o sucumbir a la vorágine de los acontecimientos que se suceden, a veces con tanta prisa, que no nos deja chance de adaptarnos o de buscar ¨soluciones a los cambios¨.

Hay un libro interesante: ¨El Monje que vendió su Ferrari¨ Editorial Plaza Janes 1998 y la secuela ¨Las 8 Claves del Liderazgo del Monje que Vendió su Ferrari¨Editorial Plaza Janes 2002, que quizás ustedes, por sus títulos puedan llegar a creer que están dedicados al mundo empresarial, y no es así, de todos los libros que puedan llegar a nuestras manos, siempre podremos sacar pensamientos, ideas y hasta ejemplos constructivos que nos lleven a mejorar, no sólo como personas, sino como individuos que forman parte de un enorme engranaje que es la vida. 

Todos y cada uno de nosotros aportamos, sin darnos cuenta, mucho más que un simple grano de arena, a la global imagen de nuestro entorno, empleo, familia, asociación y/o humanidad. Pues nunca, aunque lo intentemos, dejaremos de ser parte del todo que es la vida. La diferencia estará en ¨cómo marcaremos la diferencia¨.

En éste último libro, que hoy utilizaré para abordar el tema de los cambios en nuestro entorno o nuestra vida, he encontrado párrafos muy interesantes, que quiero compartir con ustedes:

...LaoTsé decía: ¨La suavidad triunfa sobre la dureza. Todo aquello que es más maleable siempre es superior a lo que no lo es. Este es el principio para controlar los acontecimientos dejándose arrastrar por ellos, del dominio mediante la adaptación¨...

Si observamos el comportamiento de un litro de agua, podremos entender a dónde los quiero llevar a pensar, jajajaj, a lo mejor soy una ilusa, pero no pierdo nada intentándolo, no creen?, jajajaja.

Si tomamos un litro de agua, que por supuesto lo tenemos en una jarra, veremos que el agua toma la forma de la jarra, en todas y cada una de las superficies que aceptan ese volumen de líquido. Pero si ahora lo traspasamos a otro recipiente, el agua nuevamente, sin dejar de ser un litro de agua, tomará nuevamente la forma de este nuevo recipiente. Esto es una capacidad del agua de ser adaptable. Ahora, si a ese litro de agua lo sometemos a una atmósfera fría, lo suficiente como para que se convierta en hielo, se hará sólida, tendrá la forma del recipiente, la llamaremos hielo, pero seguirá siendo agua, sólo que ahora, los puentes de hidrógeno que conforman la unión de sus miles de moléculas han acortado tanto su distancia que se han convertido en hielo, que es lo que observamos a simple vista. Pero aún la podemos someter a más cambios, llevarla al otro extremo, aplicarle calor hasta que sobrepase los 100ºC de temperatura, a nivel del mar, y entonces ese litro de agua, se convertirá en vapor de agua. 

¿Qué ha hecho el agua todo el tiempo? Resistirse? No!!!!. Se ha adaptado al medio, a las condiciones del medio: acortando o expandiendo la distancia entre sus moléculas, pero sigue siendo agua, sólo que en diferentes estados.

Así debería ser nuestra actitud ante los cambios, pero el problema estriba en cómo vemos esos cambios:

a) Podemos verlos como una amenaza: y actuamos en consecuencia, nos negamos al cambio, tratamos de sabotearlo, e incluso, en algunos casos, se llega a convencer de que está en la razón y trata de convencer a los otros para que también se opongan. Resultado: se atrasan todos, no aprenden las cosas nuevas que traen esos cambios y que siempre traen consigo, interesantes formas de ver un mismo problema y ver las infinitas posibilidades de solución que tiene.
b) Nos dejamos llevar por los acontecimientos: Aunque crean que esta actitud es la correcta, no nos estamos involucrando, tampoco estamos entorpeciendo, pero en realidad dejamos de ser parte de la situación, y con ello perdemos la gran oportunidad de nuestras vidas: Crecer!!!. Porque todo cambio trae consigo nuevas enseñanzas, y nuestra actitud pasiva impide que formemos parte de ese gran momento.
c) Nos avocamos a participar en los cambios: No sólo es la manera en que la naturaleza enfrenta el traspase por ejemplo, de una estación a otra, como el otoño que sigue al verano, y el invierno al otoño y la primavera al invierno. Todas las estaciones del año, se acoplan de manera perfecta y maravillosa, siguiendo un patrón fijado no sólo por la traslación del planeta a través de la órbita solar, sino que acepta y participa en todos y cada uno de los cambios que se producen. El gusano u oruga jamás se opone a ser capullo y mucho menos el capullo se opone a transformarse en la hermosa mariposa que después emergerá de él. Es el ciclo de la vida. Y los cambios sociales, empresariales, humanos y familiares, por aparentemente dolorosos que sean, conllevan grandes oportunidades para adaptarse a ese nuevo hábitat, a esa nueva formación u organización y a los retos, por demás interesantes que se presentan.

¿Dónde radica el problema?... 

En todos y cada uno de nosotros. Cuando decidimos oponernos al cambio, porque afecta la zona de confort que conocemos, estamos siendo vencidos por el Ego, ese enemigo del que hemos hablado muchas veces en este blog.

Si, en cambio, decidimos adaptarnos y fluir como el agua, nos adaptaremos fácilmente a los cambios, incorporaremos ideas que antes no se les habría ocurrido ofrecer, por temor al ridículo (ego), y todos saldrán beneficiados.

Los cambios, aunque no lo crean, tarde o temprano tocan a su puerta, porque es parte de la sinergia misma del planeta, y nosotros vivimos en él, no somos ajenos a su influjo, por ello, aunque se aferren a lo conocido, tarde o temprano aparecerá ¨el progreso¨y estará en vuestras manos y mentes el tomar la decisión adecuada: a) resistirse y quizás hasta perder todo lo conseguido, o b) fluir como el agua, amoldarse y aprender nuevas cosas y abrir así las puertas a las infinitas posibilidades que nos da una nueva idea, una nueva manera de ver las cosas o un cambio, que aunque repentino, significará a la larga lo mejor que les pudo pasar. 

Así es, y seguirá siendo, mientras exista este planeta y esté habitado por seres vivos, independientemente del género, especie o reino al que pertenezca, porque hasta los minerales pueden sufrir transformaciones, si se les aplica presión, altas temperaturas o si se les bombardean protones o electrones.

Nada es inmutable, mucho menos nosotros. Por ello, hoy les invito a no perder la oportunidad de conocerse y conocer todo lo positivo que traen consigo los cambios, no hay que tener miedo, en el peor de los casos lo que puede ocurrir es que ese no fuera el cambio que necesitábamos, y eso sólo significa que hemos aprendido algo más: Cómo no hacer tal o cual cosa...

Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros y nos dé sabiduría para aceptar y aprender todo lo bueno que nos trae cada reto.

Mireya Pérez




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