A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 24 de septiembre de 2016

Marcar la diferencia... a nuestro modo, a nuestro tiempo...






Cuando era niña, las madres que nos educaron en el colegio, fueron dejando, a lo largo de los años, perlas de sabiduría, que sin darnos cuenta, forman parte de nuestra forma de ser, actitud ante la vida e incluso parte de nuestro sello personal. Cada una de nosotras, somos un reflejo fiel de esas enseñanzas, así como las que nuestros padres, entorno y circunstancias grabaron en nuestra alma, en lo más íntimo de nuestro ser. Todo eso nos has hecho ser quienes somos, ni más ni menos. Yo estoy agradecida enormemente por ello. Y sé que la mayoría de ustedes también.

Habrá personas en nuestro entorno más cercano: compañeros de estudio, de trabajo, de vida, familiar, etc., que posiblemente más de una vez hayan tratado de mofarse o de robarnos esos momentos mágicos de recuerdos y ensoñaciones, basándose en sus propias experiencias vitales, o en su falta de FE, creencias o lo peor de todo, en su falta aparente: de humanidad, empatía o de creer en los demás. A esas personas debemos tenerle mas bien lástima, porque se han perdido de algo maravilloso. No todo en la vida es Poder, Ambición, Posición Económica o Política, etc. Gracias a Dios, en la vida hay mucha más riqueza emocional, espiritual y vivencial, de lo que creemos o podremos alguna vez vislumbrar en toda su inmensa riqueza, y eso amigos, es hermoso y vale la pena admirarlo y compartirlo.

Las personas materialistas, basan sus conceptos en el ¨Cuánto tienes... Cuánto vales¨... olvidando que todos, absolutamente todos: nacemos sin nada y nos vamos sin nada, todo lo que aparentemente poseemos, se queda aquí. Ni el ser humano más rico del mundo, podrá llevar consigo mas que una mortaja y a veces ni eso. Entonces, ¿por qué valorar a los demás por el éxito o no, que aparentemente posean, basándose sólo en un lado o arista del prima global que es un ser humano?.

Revisando en la librería de nuestra ONG encontré tres libros, que por supuesto he pedido prestados, posiblemente estarán conmigo unos tres o cuatro meses, hasta que haya podido absorber todo el flujo de conocimientos que encierran y que a mi modesta forma de pensar y ser, me ayudará y muy posiblemente nos ayudará a este hermoso grupo de lectores que me acompañan desde hace casi tres años... 

La vida se va amigos y amigas, y es tan importante aprender y compartir lo aprendido, no debemos irnos sin haber compartido esa música que llevamos dentro (cita del Dr. Wayne Dyer en múltiples de sus conferencias en Youtube).

El libro del cual extraeré un párrafo es : Usted puede marcar la diferencia de Gerald P. Jampolsky Editorial ¨Los libros del comienzo¨Santa Engracia 1998, Madrid.

Fiel a mi costumbre, he abierto el libro al azar, y esto es lo que ha asomado a mi conocimiento el día de Hoy:

...¨Mi filosofía es... que tengo mi pequeña contribución que hacer... y tal vez eso hará que el mundo sea un mejor lugar donde vivir, respirar y amar....Creo que hay que practicar, mejorar, hacer cosas y no sólo predicar...¨

No debemos tratar de cambiar a las personas, haciendo que cambien a la fuerza, sin embargo, se puede marcar la diferencia, cuando vivimos según nuestros preceptos, creencias y experiencias de vida. 

La Humildad, ese don maravilloso que nos dejó como lección de vida San Francisco de Asís, puede hacer mucho más que una conferencia erudita y pomposa de un conferenciante, que a veces no cree ni siquiera en lo que predica. Pero cuando estamos ante una persona inteligente y sencilla, enseguida nos quedamos prendados de sus palabras y las absorbemos como propias, porque en nuestro fuero interno, reconocemos que esa persona en particular, nos está enseñando mucho más que un erudito con cientos de títulos, honores y parafernalias similares. 

Ojo, no me burlo de la sapiencia y profesionalidad de nadie, yo misma tengo varios títulos académicos, pero he aprendido que eso sólo me ha dado la capacidad de acceder a una información, analizarla, sintetizarla y proyectarla y es ahí donde radica el verdadero valor de la educación tan arduamente conseguida, porque he dedicado más de 50 años a conseguirla y seguiré estudiando y aprendiendo, mientras mi cerebro y mis condiciones físicas me lo permitan, porque para mí, aprender es un don de la vida que aprecio sobremanera, sobre todo cuando puedo aprender incluso observando el vuelo de un ave, el comportamiento de un enjambre de abejas, el curso de un río, las nubes, y un largo etcétera hasta llegar al conocimiento que me brindan todas y cada una de las personas con las cuales trato y a las cuales les doy infinitas gracias desde mi corazón humano, porque ellos enriquecen cada día mi vida y mis experiencias.

...Los mejores Maestros de vida, son aquellos que siempre se consideran alumnos, siempre están aprendiendo algo de las personas que les rodean o a las cuales contactan en el transcurso de un día, una hora o simplemente con el cruce de una mirada¨...

Lo más importante es marcar la diferencia, desde la Humildad, viviendo en el amor, el respeto, cariño y sobre todo, carente de juicios hacia los demás...

...A veces cuando estamos tratando de ayudar a alguien se nos olvida que el amor es la fuerza sanadora más importante del mundo. Una persona amada, tiene confianza en sí misma, refleja alegría en su mirada y es atenta y cercana, da lo que ha recibido, sin darse cuenta, de forma natural y eso es lo realmente importante en un ser humano...

San Francisco de Asís decía:

Señor hazme un instrumento de tu Paz

Donde haya odio siembre yo tu Amor
Donde haya injuria siembre tu Perdón
Donde haya duda siembre yo tu Fe
Donde haya oscuridad déjame Señor tu Luz

Concédeme Señor que no busque 
Ser consolado como Consolar
Ser comprendido como Comprender
Ser amado como Amar

Hazme un instrumento de tu Paz.

El Próximo 4 de Octubre celebramos el nacimiento de este Santo que nació en 1182. Sus enseñanzas siguen siendo hoy tan vigentes como hace más de 830 años.

Por mi parte hoy, sólo darles las gracias por leer mis escritos, por compartirlos y por los comentarios que a veces me dejáis, gracias infinitas.

Que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros

Mireya Pérez


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