A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 13 de noviembre de 2016

El sentido de la Responsabilidad...







A medida que van pasando los años y el niño que fuimos va creciendo, también crecen o evolucionan con nosotros los Valores que nos harán un ser humano distinto y peculiar. De esa lista de Valores destaco hoy, el sentido de la Responsabilidad.

Cuando una persona es responsable, no es que se sienta culpable ni mucho menos de las acciones, palabras, hechos o resultados, aunque estos sean negativos... La persona responsable asume su ¨barranco¨, y dice aquí estoy. Nunca se esconderá detrás de otros, ni señalará con el dedo o con palabras al que está ausente, o al que considera más débil... jamás se le pasará por la cabeza hacer una acción así, por el simple hecho de que, quizás, pueda engañar a otros, pero al que nunca podrá engañar es a sí mismo, Consciente como lo es, de que ese Yo que lo habita no le dejará en Paz hasta que reconozca sus errores o dé la cara por su equipo, por la gente que está bajo su supervisión, pues ello significa que no estuvo atento a los hechos que se sucedían.

La Responsabilidad compartida entra en acción, cuando todo el equipo en conjunto reconoce los errores o equivocaciones y buscan en el consenso , las mejores soluciones a la situación o problema presentado. Saben que errar es de humanos, pero con el concierto del equipo se puede virar al lado positivo o ganador, las situaciones que parecían adversas. Al no haber un ¨culpable determinado¨, conociendo que de la experiencia se obtienen grandes resultados, actúan en consecuencia y logran obtener resultados fantásticos.

Ninguno de nosotros nace aprendido, hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida, a base de errores y aciertos, la experiencia de vida de cada uno, aporta al conjunto la sapiencia necesaria para asumir riesgos y aceptar las consecuencias, como parte de ese aprendizaje vital. 

Saben que para todo hay una respuesta, la buscan y tratan de mejorarla, dan la cara en grupo o por el grupo. Estableciendo así un marco de referencia para otros, dejando el ejemplo ante los demás, creando un modelo a imitar, sin apenas darse cuenta de haberlo hecho, a menudo sin conciencia plena de ello.

Ser Responsable implica un panorama inmenso, pues no se trata de ¨ culpables¨, se trata de adultos que asumen el manejo del barco de la vida, y reconocen, tanto los aciertos como los errores, aprendiendo de estos últimos. Sin darse cuenta, están dando un plus a su desempeño, ya que ese valor agregado genera confianza, entusiasmo en el entorno y tranquilidad, pues ante los ¨posibles desastres¨, el adulto responsable, mira la escena, la analiza en fracciones de segundos y es capaz de encontrar las vías posibles de solución, sin que por ello se altere o dispare improperios a diestras y siniestra.

¿Es que acaso la persona se convierte en un ser insensible?. No, al contrario, por ser sensibles son a la vez asertivos y empáticos, tienen facilidad para ponerse en el lugar del otro, buscando las posibles aristas, por donde se está perdiendo el flujo de conexión entre todos. Por supuesto no le temen a los retos, y donde otros ven el final, ellos ven un comienzo. Saben que la vida tiene altibajos, quizás ha transitado más de un camino  con curvas y ascensos casi imposibles, pero al haber salido de ellos, los reconoce y enfrenta con entereza, con ánimo y con el sentido responsable que le permite dar la cara y asumir la vida como se presenta, sin tratar de escabullirse, ni de culpar a la vida o al destino. Al contrario, asume el revés como una oportunidad para crecer como persona, para aprender cosas nuevas, para mejorar, o simplemente para comprender que la Vida es así y hay que bailar al ¨son que toca¨.

Ignoro cuál es el ritmo al que debemos bailar, depende de cada uno, pero si tuviera que bailar ¨un tango¨, trataría de buscar al mejor bailarín en ese tipo de baile, pues podrá llevarme a través del ¨parquet de la vida¨, como si bailara en las nubes, sin tropiezos y con una sonrisa de oreja a oreja, jajaja.

Significa que, ante los retos de la vida, no me amilano, si la situación parece adversa, lucharé con las herramientas que tengo o he adquirido en la vida: la experiencia de vida que tengo, para salir airosa. Me estableceré metas a corto, mediano y largo plazo, buscaré el apoyo que necesite, así sea el apoyo moral, para mí muy importante, pues mis amigas y mi familia son un  gran soporte para mi vida. Si tengo momentos de dudas, lo que es lógico, consultaré con la almohada, con Dios, conmigo misma, las posibles soluciones, pero jamás , por muy duro que sea el momento o el problema, jamás me esconderé o trataré de escabullirme, no, daré siempre la cara, como lo he hecho siempre. Miraré a los ojos y diré Presente!. Ahí reside parte del ser que soy, del adulto que soy. Administro mi sentido de la Responsabilidad, a veces con el 100% de los aciertos, en otros no, pero no me permito jamás, esconderme en la depresión o la tristeza, no, prefiero dar la cara, perder para ganar, aprender de cada situación adversa, aunque sea para no volver a caer con una piedra similar. 

Sólo le pido a Dios que ilumine nuestro camino, cada día, así como el Sol  se cuela entre las sombras y lo ilumina todo. Que podamos hacer frente a las cosas buenas, con Humildad, y a los reveses con Entereza. Pues de cada taza nos toca algún tipo de contenido, no temamos a lo desconocido, a veces nos trae grandes sorpresas positivas.

Dios nos bendiga.

Mireya Pérez


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