A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 11 de noviembre de 2016

Les invito a Abrazar la Vida...







Ayer, mientras esperaba la hora para entrar en la sala de Fisioterapia del Hospital San Juan de Dios en Tenerife, tuve la oportunidad de compartir unos breves minutos con una joven mujer, 31 años para ser exactos. Cito este breve encuentro porque me llevó a pensar en los cientos de problemas que las personas enfrentamos y la forma en que los abordamos.

La escuché quejarse por el tiempo que estaba tardando el médico en atenderla, luego resoplaba y volvía a mirar su reloj. Yo llevaba un tiempo leyendo mi libro, al que le faltaban ya apenas tres páginas para terminar de leerlo, y lo cerré, la miré y como siempre hago con la gente, le pregunté qué le pasaba.

_ Algo fastidioso- me contestó.

_ ¿Tuviste un accidente de coche?- pues todos los que vamos a esa hora, somos pacientes a raíz de un accidente de tránsito.

Me dijo que sí, que había sido algo sin importancia, pero que le había afectado las cervicales, y ahora tenía que tragarse esta situación...

Mi cabeza, que siempre le da mil vueltas a todo, pensó que quizás, al ser tan joven, este incidente le había trastocado su vida, que algo le había hecho tornar en amargura, su momento actual. Mas de repente, dos niños preciosos vinieron hasta su regazo a abrazarla con ternura e ingenuidad, como sólo lo hacen los hijos, y ella reaccionó al momento.

Yo le había estado hablando sobre la gratitud de estar vivos, de la oportunidad de vivir de nuevo, aún a pesar del incidente y de ver lo agradecidos que debemos estar por estar ahí en ese momento, ella seguramente pensaría que yo era una ¨vieja loca¨. En eso llegó el médico y entró a la consulta, yo me fuí a mi terapia, a la que estoy profundamente agradecida, pues con el tiempo, y los ejercicios, sé que mis dolores cesarán y yo podré hacer las cosas que siempre hago, pero quizás sin dolor, aunque lo he aceptado como parte de este pequeño y efímero trayecto en el camino de mi vida.

Este pequeño episodio me ha hecho entender lo importante que es ¨agradecer a la vida¨, ¨abrazar a la vida¨, por lo bueno, por lo realmente importante que hay en nuestras vidas. 

Yo soy una mujer realmente afortunada, aún a pesar de las cosas que están sucediendo en mi vida y entorno, porque todo, me está enseñando una nueva lección, sé que a raíz de ese día, yo cambié y lo hice hacia el lado más positivo posible, porque estoy Viva!!!!.

Entiendo que todo tiene una razón y un por qué, ya que esta etapa me está haciendo madurar y desprenderme de algunos de mis apegos, y lo he emprendido con aceptación y alegría. Si soy sincera, me siento más liviana, porque empiezo a desprenderme de cosas, pensamientos, artículos, que quizás eran un lastre en mi evolución emocional y personal.

Después de este incidente, me doy cuenta de los apegos tontos que tenía, y una vez tomada la decisión de aligerar mi equipaje, me siento mucho mejor.

He abrazado la Vida, mi Vida y la acepto tal como se presenta. Las cosas suceden o tienen un propósito que desconocemos, pero todo nos deja un aprendizaje que, a veces podemos usar inmediatamente, otras en cambio, se almacenan en nuestra memoria esperando el momento preciso para hacer su aparición. A través de este nuevo tiempo, estoy conociendo a gente diversa, a jóvenes y no tan jóvenes, y puedo, a mi manera, compartir parte de esa música que llevo dentro, y que anhelo compartir.

Vivir es un regalo, una oportunidad, un motivo para hacer y crear, para construir y edificar, para enseñar y aprender, para compartir y disfrutar, todas y cada una de las pequeñas grandes cosas que nos suceden, pues en el momento en que nos toque partir, nada de lo que nos rodea o que creemos que nos identifica, nos acompaña. No, en el momento de la salida, sólo nos acompañan los recuerdos, las sonrisas, las lágrimas y el amor que pudimos compartir o dar a los que nos rodean, a los que comparten unos segundos en el ascensor o en el cruce leve de miradas en un sitio cualquiera, en un día cualquiera.

Vivo, pienso, amo y siento una inmensa gratitud porque estoy aquí abrazando mi vida, la vida que se me ha dado, para compartir y aprender, para entregar y recibir, para ayudar y ser ayudada. Gracias, de corazón a corazón, a todas y todos.

Dios nos bendiga y nos siga permitiendo vivir y aprender a vivir esta hermosa vida que tenemos, a pesar de las espinas, los escollos o los problemas, todo forma parte del aprendizaje e incógnitas que significan Vivir, tener esta experiencia humana.

Mireya Pérez



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