A veces, cuando hemos estado caminando sin cesar, sin respiros, como si huyéramos de todos o de nosotros mismos, no nos damos cuenta de lo cansados o agotados que estamos hasta que alguien que nos quiere nos dice:
_ Hace cuánto que no duermes bien?_ que no descansas?...
Entonces, de repente, te das cuenta que llevas tanto tiempo andando y andando, que ni siquieras te has dado permiso para hacer un alto en el camino y respirar, tan sólo eso: respirar...
Por supuesto, tampoco he podido escribir. Algo que amo, que me llena, que sale de mis dedos y mi mente, como una parte de mi misma, entera y diáfana. Pero estos días no podía, algo en mi, se resistía.
No puedo decir que me faltara inspiración, no, al contrario, tengo tantas cosas que contar... pero mi alma, quizás por ser tan luchadora, me ha pedido que hiciera ese alto en el camino y me limitara a respirar y gracias a esa acción, me he dado cuenta de que, a lo largo de estos cuatro años de vigencia de este blog, he escrito 670 artículos, cuentos, poemas, conversaciones íntimas o monólogos, jajaja, entre ustedes y yo. ¡ Qué impresionada me quedé!...
Gracias amigos lectores, porque han sido, sin saberlo, unos grandes pilares de apoyo, para esta humanidad mía, frágil y fuerte al mismo tiempo, serena y en paz, como lo está mi alma, tranquila y a veces bulliciosa, como un par de campanillas, pero así soy, jajajaja.
Le he dado vueltas a tantas ideas, a tantas imágenes, a tantos recuerdos, a cosas que he resuelto en el camino, a otras que están pendientes o que esperan su momento, el justo, el que les corresponde; que ese tumulto de acciones e inacciones, de repente, me pasaron factura y necesité de un tiempo de silencio autoimpuesto.
Ahora, en este remanso de paz que es mi hogar, en el que me siento bien emocional y físicamente, puedo respirar y observar el paisaje que me rodea y el imaginario que me llena... No está mal hacer un alto, hace falta, mis anhelos son sólo míos, mis carreras o apuros, no se van a resolver ya, pero están en camino de solución y es bueno. No compito con nadie, ya no, en esta etapa de mi existencia la vida me pide, y yo lo necesito, simplemente que viva, que me dé permisos, a los que me he negado siempre, no porque fueran malos, sino porque el deber de madre y esposa o hija, así me lo exigían. Pero ahora, con todos los mandados hechos, con los pañales repartidos y con el camino recorrido en gran parte, ahora sólo queda cumplir con la persona que siempre me va a acompañar: Yo misma, jajajajaj.
Como dice uno de mis compis, gracias a mi madurez emocional, que no vejez, jajajaj, aunque tengo 62 abriles a cuestas, puedo y debo hacer las cosas que me gustan, aquellas que me hacen feliz y compartir esa música que llevo por dentro, quizás algunos no la entiendan, yo confieso que algunas piezas me son desconocidas, jajajaj, pero están ahí, se han compuesto sólas o con ayudas, pero tienen un sonido claro, cristalino, casi prístino y me gustan, jajajaj
Por ello, hoy, con la sabiduría del que ha vivido, del que ha aprendido y sigue aprendiendo, yo les invito a parar unos segundo y respirar, sólo eso, respirar...
Cuando lo hagan, notarán la diferencia y no sólo se darán cuenta del aquí y del ahora, sino de lo hermoso que es vivir, sólo eso: Vivir!.
Dios nos bendiga amigos lectores y gracias por ayudarme a crecer como ser humano y como persona que comunica. Gracias!!!
Mireya Pérez
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