A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 15 de febrero de 2014

El miedo... ese enemigo que nos atenaza el alma.














A lo largo de nuestra existencia habremos sentido la sensación de miedo en la garganta, bien sea ante situaciones personales o ante sucesos externos que nos paralizan. De niñas le teníamos miedo quizás a la oscuridad, a los truenos, a un maestro que nos infundía temor, etc. Pero a medida que nos hacíamos adultos el miedo cambiaba su piel y su aspecto y quizás teníamos miedo a cosas más profundas, que nos trababan, que no nos permitían respirar, que parecía un nudo en la garganta que iba apretando cada vez más, pero que sin embargo,cuando lo afrontavamos con entereza y decisión nos dábamos cuenta que la situación no era tan grave como pensábamos y a veces nos habremos reído de nosotros mismos.

En distintos momentos de mi vida he sentido miedo, cuando he tenido una pesadilla y me he despertado asustada, como si hubiera corrido un largo tramo del camino casi sin respirar, por unos breves segundos tengo miedo de volver a dormir o cerrar los ojos, pero una oración en mi mente y la tranquilidad vuelve a mi corazón y con él de nuevo el sueño reparador. Al día siguiente estoy nueva y con ganas de comerme el mundo. 

Sin embargo, a veces el miedo no está en los sueños, el miedo a veces se presenta en la oportunidad de cambiar la vida, de volver a empezar o en el derecho que tenemos todos los seres vivos de ser feliz, parece absurdo, pero a veces a pesar de que sabemos que esa toma de conciencia nos traerá felicidad, le tenemos miedo, por la sencilla razón de que a la situación que vivimos cada día ya la conocemos, pero a esa felicidad, a ese sueño que asoma a través de la ventana y que no esperabas, te da miedo, y entonces esgrimes una serie de argumentos para demostrarle que no eres digna de ser feliz, porque aunque parece absurdo, te has acostumbrado a dejar atrás tus sentimientos, crees que tu vida debe ser destinada al otro, a la felicidad de otros, y te olvidas de ti misma, de tus sueños, de tus ganas de vivir, de la niña que tuvo un sueño en la piel, y que tuvo que renunciar a ese sueño, para hacer feliz a otros.

Ayer buscando un tema sobre el cual dialogar con ustedes, me encontré por casualidad o no, una película, muy aleccionadora, porque la protagonista, como yo, ha superado una dura prueba en la vida, y tengo amigas, que también han sufrido la misma enfermedad.

Se, por propia  experiencia, el miedo que da verse por primera vez al espejo, sin embargo, es un paso que hay que dar, aunque nadie más te vuelva a ver así, en esa forma tan íntima, pero yo tuve suerte, mi médico pensó en mí, en las cosas que le conté, en mi angustia de sentirme mutilada, y trabajó en mi cuerpo de forma maravillosa, puedo verme en el espejo sin sentir dolor por mí, ni sentir que soy menos mujer que otras, aunque yo por cultura y forma de ser, no me atrevería a hacer algunas cosas, podría si quisiera hacerlas y nadie se sobrecogería de pena o de asco, en realidad eso no es importante, lo realmente interesante es que todos tenemos derecho a ser feliz, a empezar de nuevo, a cerrar un ciclo de nuestras vidas y comenzar otro nuevo, a mostrar a los demás que todavía hay mucha mujer por delante, con luces y sombras, claro, hemos vivido y quien no tiene sus sombras, sus secretos, sus tristezas, pero también hay sueños, hay alegría de vivir, y esperanzas, que no nos quiten nuestros sueños, hay tanta riqueza interior que podemos compartir, que no debemos pensar ni siquiera que alguien nos lo puede arrebatar, la vida es corta y hay que mirar al frente con determinación, sin miedo,y si nos tienden la mano, y confiamos en la mirada del que nos la tiende, agárrense firmemente y den ese primer paso, el que más cuesta, pero espero que al final, les pase como a la protagonista de esta película, que la mano extendida tiene toda la sabiduría y el amor suficiente para que el miedo se disipe y aparezca el sol, resplandeciente indicándonos el comienzo de una nueva vida.

Yo confío en que el día de mañana, surja esa mano amiga que me diga sin decirlo,- no temas, aquí estoy a tu lado, déjame compartir contigo el hoy y el mañana, no importa cuánto tiempo dure- como en la película que les pongo a continuación. Los Maestros de la vida se presentan de diferentes formas o expresiones, el mío llegó a ver a través de esta película, espero que la disfruten.

Que Dios los Bendiga!

Mireya





No hay comentarios:

Publicar un comentario