A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Cinco generaciones de mujeres ...y una canción...




Alguna vez se han puesto a pensar en la importancia que tiene la música en nuestras vidas...? Yo sí!!!!, pues un día hace muchos años atrás, quizás más de 30 años, conversando con compañeros del trabajo nos dimos cuenta de las canciones que recordábamos y de las que nos habían marcado de jóvenes y de niños, y me hizo reír, pues por las canciones podíamos incluso, conocer la edad de nuestros compañeros, aunque ellos lo negaran, de ahí la célebre frase venezolana de ¨se te cayó la cédula¨ (documento de identidad venezolano donde consta la fecha y lugar de nacimiento).

Así que, basada en esta premisa, siempre que escucho una canción de las que me gustan de toda la vida, los boleros, el tango, etc., aunque son mucho más viejos que yo, me siento identificada con ellos, gracias quizás a los Matinés de los Sábados por Televisa y luego Venevisión, donde pasaban una y otra vez películas mejicanas con Libertad Lamarque, Jorge Negrete, Pedro Infante, María Felix, españolas como Marisol, Rocío Durcal, Lola Flores, y tantos otros, que forman parte de ese baúl de los recuerdos de mi vida...

De ese baúl de canciones inolvidables hay una que me llegó al corazón desde mi alma de niña de 9 años, cuando escuché por primera vez esta canción: Muñequita Linda... y luego cuando fui madre por primera vez, se convirtió de ahí en adelante en la canción de cuna de mi hija, una canción tan especial para ella, que hoy que es madre, se la canta a su hija cambiándole algunas palabras de la canción, con la licencia poética de una madre, de forma que es un lazo inamovible e indisoluble entre ella y su hija, mi nieta... 

Como madre, al escucharla cantar esa canción que tantas veces, incluso siendo una mujer hecha y derecha, alguna vez me ha pedido que se la cante bajito, solo para ella; me siento henchida de emoción, y mi corazón se llena de alegría y de trinos de pájaros hermosos y cantarinos que revolotean por mi jardín del alma alborozada, pues sé que cuando ya no esté, esa canción tan antigua será siempre un lazo de unión entre mi alma y la suya, y ahora también en la de mi nieta.

Hoy además hemos descubierto que esa misma canción se la cantaban a mi consuegra: su madre y su abuela... Por ello, hoy una vez más le agradezco desde el corazón a esa compositora ilustre: María Grever, quien compuso esta canción para una de sus hijas, hace ya casi un siglo.

Una canción, que traspasó las fronteras y las distancias, y sin quererlo ni proponerselo unió para siempre a cinco generaciones de mujeres diferentes, bajo el mismo signo del Amor Maternal.

Dios la tenga siempre en su Gloria. Sra. María Grever.

Que Dios nos bendiga a todos y nos brinde siempre la oportunidad de disfrutar de las pequeñas grandes cosas de la vida, como la música, la poesía, el arte y la Luz.

Mireya Pérez


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