A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Estar en sintonía con la vida y con lo que nos rodea...



Llevo días leyendo a ratos, pues no siempre tengo la calma para leer que necesito, un libro maravilloso El Poder de la Intención del Dr. Wayne Dyer, Editorial Pinguin Random House, 2005 Barcelona España. 

Dentro de sus páginas he encontrado como siempre, nuevas fuentes de inspiración, me he encontrado con frases que me han llegado al alma y con sorpresas maravillosas como el hecho de que él y yo a más de 10.000 Km de distancia, hayamos leído a una de mis autoras predilectas Taylor Caldwell, sobre todo uno de sus libros, El Gran León de Dios, Editorial Grijalbo 1980. De repente, al leer cómo hacía referencia a ella, en sus páginas, me sentí todavía más unida a este maravilloso ser humano que es y que fue el Dr. Wayne Dyer. El sin saberlo ha ayudado a cientos de miles de seres humanos a lo largo y ancho del planeta, pues sus libros han sido traducidos a muchos idiomas. Uno de esos seres humanos a quien ayudó, sin saberlo, fue a mi, y lo sigue haciendo, y por ello siempre le estaré eternamente agradecida.

El nos habla de la importancia que tiene el dar ejemplo, no porque así nos lo hayamos propuesto, sino porque al vibrar en armonía con la vida y fluyendo sin oponernos, transmitimos a los que nos rodean sentimientos de paz, de sintonía, de tranquilidad y de amor. ¿No es entonces el mejor modo de influir en los demás?... 

A mí me parece la mejor manera que tenemos para actuar, no porque sea algo ficticio o impuesto, sino porque al vivir en nuestra paz, en nuestro amor, en nuestra gratitud a Dios y a la vida, por todo lo que nos rodea incluso cuando hemos sentido dolor, damos testimonio de aquello en lo que vivimos y la gente puede asomarse a ese reflejo y notar y apreciar aquello que emanamos de forma natural.

El Dr. Dyer dice en una parte de este libro que:

...¨Cuando te sientes conectado y en armonía con la intención notas una gran diferencia ante la forma que reaccionan las personas hacia ti. Llegarás incluso a ser un polo de atracción hacia los demás y contribuirás, sin proponértelo a anular las bajas energías de los demás, convirtiéndote en alguien que emana confianza, paz, armonía, amor, empatía, belleza y abundancia en la vida.

Cuando estás sintonizado con el amor, con la gratitud, con la armonía... llegas a influir en los demás en distintos aspectos, tales como:

  • Tu presencia produce calma y tranquilidad, la gente suele sentirse menos amenazada, más a gusto y más en calma, cuando estás con ellos.
  • Tu presencia da energía a los demás, cuando estás en sintonía con tu paz interior, emanas sin querer una energía tan maravillosa que la gente a tu alrededor puede llegar incluso a sentirse con energías renovadas, no porque te estén robando energía, no, sino porque transmites tantas cosas buenas, solo con tu actitud, que los demás se siente impulsados, inconscientemente a emularte y conectarse con la Fuente Divina que cada uno llevamos dentro.
  • Tu presencia permite a los demás sentirse mejor con ellos mismos. Cuando sientes energía compasiva, cuando sientes empatía hacia los demás, la gente siente que los comprendes, que te preocupas, que te interesas por ellos como individuos. Conectas fácilmente con los demás y ejerces una influencia positiva en tu entorno, pues te mantienes conectado a la Fuente Divina que habita en cada ser.
  • Tu presencia permite a los demás sentirse unidos. El efecto de estar en presencia de personas que expresan altas frecuencias consiste en sentirse unidos y conectados con toda la naturaleza, con la humanidad, con la intención. Estar conectados con Dios.
  • Tu presencia transmite la sensación de un propósito. Sin querer influir en los demás, tu presencia y tu conducta enmarcada en un propósito de amor, de empatía, de conexión con los demás, de ayuda, de generosidad sin interés alguno, irradia de tal manera que se convierte en un catalizador para que los demás sientan que tienen un propósito en la vida.
  • Tu presencia permite a los demás confiar en las auténticas conexiones personales. Al transmitir los rasgos de la intención en los demás, permites la presencia de la confianza, verás cómo las personas tendrán tendencias a confiar en ti, incluso a confiarte sus pensamientos más profundos, sus historias personales...Y quizás ayudar a esa personas, con el simple  acto de escuchar...
  • Tu presencia alinea a los demás con la belleza. Cuando estás conectado a la Fuente Divina, al poder de la intención, ves belleza en todas partes, porque irradias la cualidad de la belleza. Tu percepción del mundo cambia drásticamente. Ves así la belleza en todo, en los jóvenes, los viejos, ricos y pobres. Las personas se sienten más atractivas y mejor consigo mismas, pues cuando la gente se siente bella, aprecian a los demás, ayudan a los demás y se sienten más felices, de esta manera su autoestima se eleva.
  • Tu presencia transmite salud en vez de enfermedad. Cuando estás conectado a la Fuente Divina, te mantienes centrado en lo que intentas poner de manifiesto en tu vida, evitando dedicar energía a lo que no deseas. Tu energía está centrada en crear amor, en armonizar con el medio ambiente y en transmitir energía positiva y alegría a los que te rodean. Es una energía que literalmente surge de ti.
Para poner en práctica todo lo que el Dr. Dyer me ha enseñado a lo largo de estos años, yo decidí hace mucho tiempo, dejar de leer cosas que me bajaran el nivel de energía, todo aquello que me hiciera sentir triste o deprimida. No es que me conduzca o haga como el avestruz que esconde la cabeza en la arena, cuando su cuerpo voluminoso está a la intemperie, no, sólo que al no poder influir para cambiar lo que sucede, en vez de conectarme al dolor y al sufrimiento, elevo una oración a Dios para ayudar, pero no observo las imágenes que se que me dolerían, no sólo por los recuerdos, sino por el sentimiento de impotencia...

Cuando todo el mundo alrededor tiene gripe, yo me digo a mi misma que a mi no me va a dar, pues al estar sola, no tendría quién me cuidara, así que no me enfermo, literalmente no me doy permiso para enfermarme... Son pequeñas cosas, pero nos ayudan a fortalecernos mentalmente, o por lo menos a mi me han servido, y estoy eternamente agradecida por todo lo que he aprendido gracias a Maestros tan especiales como el Dr. Wayne Dyer (qepd).


Si pudiera hacer realidad un sueño, sería que todos y cada uno de ustedes, que me leen y me siguen, encontraran ese guía espiritual, emocional, incluso el apoyo que brinda la Fe en Dios; la razón y el motivo para ser felices, sanos y capaces de sentir empatía con los demás. Saber que no están aislados, que todos estamos unidos por un cordón invisible, que une nuestras almas, y que nos hace acercarnos, conocernos, amarnos, respetarnos y valorarnos. 

Todos somos hijos de Dios, y no estamos desamparados, más de una vez se habrán dado cuenta de que en un momento de dolor supremo, cuando creían que no podrían más, aparecía en sus vidas la persona, o personas, mensajes, escritos, etc., que les daba el consuelo que necesitaban y el apoyo para seguir adelante. Así ha sido y siempre será, pues Dios no abandona a sus criaturas y cuando estamos preparados, aparece la ayuda que necesitamos, aunque no tenga la forma ni el color que esperábamos...

Dios los bendiga a todos y cada uno de vosotros y a mi también. 

Gracias Padre por todas las cosas buenas que han ocurrido este año, pero sobre todo gracias por el apoyo constante en estos días tan especiales de nuestra vida.

Mireya Pérez



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