La vida tiene sorpresas inesperadas a cada vuelta de la esquina o simplemente al abrir y cerrar los ojos... Todo cambia tan rápidamente que si no tratas de parar el tiovivo de la misma, pareciera que te lleva en volandas. Pues esas 24 horas del día traen cambios perceptibles e imperceptibles... Lecciones humanas que van dejando su huella indeleble en nuestra mente, cuerpo e incluso alma.
¿Cómo la vida te presenta sus enseñanzas? A veces lo hace con lecciones escritas: libros, textos, periódicos, correos, etc.; otras, aparecen de repente situaciones que aparentemente no tienen explicación o simplemente son sorpresas que nos sacuden... Pero incluso, en los casos mas insospechados, aparecen de repente en nuestro universo cercano, las personas que nos darán lecciones valiosísimas para crecer como individuos y como seres humanos con un alma que nos habita.
Todo esto me ha sucedido montones de veces en mi vida, pero sobre todo, en mi último viaje a Barcelona, España, donde firmaría por primera vez mis libros en el marco del Día de San Jordi o Día del Libro.
Cuando has tenido un sueño por mucho tiempo, cuando has luchado, hecho sacrificios, te has esforzado y buscado las soluciones a tus propuestas, sabes de antemano que habrá que sortear escollos, imprevistos, tramos que no parecen sencillos, etc., pero al tener ese sueño como meta, haces todo lo posible por ir solucionando cada problema a la vez. Luego, cuando por fín llegas a esa meta imaginaria o no, te encuentras con algunas personas, que como tu, también han seguido tras sus sueños, y al compartir vuestras experiencias te das cuentas que incluso, para algunos, las pruebas a su tenacidad han sido más escabrosas de lo que pensabas podía suceder...
Entonces te das cuenta de que eres ¨un ser privilegiado¨, no porque seas mejor, ni mucho menos, sino porque la vida te ha guiado paso a paso, y tu andar ha sido más directo, como sincronizado, pero sobre todo, porque en tu camino han ido apareciendo las personas, maestros y amigos que han hecho de tu camino algo mucho más alegre, satisfactorio y verdaderamente humano.
Aunque mis libros tienen ya tiempo de haber sido escritos, el tiempo, que para mi es perfecto, pues es el tiempo de Dios, se ha dado en cada etapa, como debía ser, apareciendo en cada situación el ángel o persona que podía ayudarme, colaborar o hacer la crítica constructiva que necesitaba para llevar adelante mis proyectos, y éstos se han realizado en el momento que era adecuado, ni un minuto antes, ni un minuto después.
Crear, diseñar, pintar, escribir, etc., independientemente de la actividad que realicen, conlleva tiempo y esfuerzo, dedicación y creer en nosotros mismos, sin ello sería imposible, aunque a veces tenemos la suerte de contar con personas que confían más en nosotros que nosotros mismos. Cuando tienes ese soporte en tu vida, es algo maravilloso, pues sabes inconscientemente que ellos te apoyarán, incluso, en las horas bajas.
En este día memorable: 23 de abril de 2016, yo he dado un salto exponencial hacia mi futuro, he dejado de ser anónima, para emprender el camino de los que tienen un sueño y luchan por conseguirlo... No soy ilusa, este es sólo el primer gran paso, pero es una oportunidad que no tienen todos los que escriben, hay cientos de miles de personas que lo hacen, pero esta oportunidad me ha abierto la mente, me ha hecho entender y aceptar mi papel indiscutible, mi responsabilidad para con lo que he creado, sobre todo para con el mensaje que quiero y debo llevar y transmitir y no es más que:
Sí se puede
Queda mucho camino que transitar, estoy consciente de ello, pero tengo una familia que me apoya, que me aupa, amigas y amigos que creen en mí, gente que sin conocerme lee lo que escribo en este blog, por tanto, tengo y asumo con humildad y honestidad el rol que me he propuesto llevar adelante, el ser escritor o escritora, transmitir y compartir ¨la música que llevo por dentro¨y quizás volver a bailar, jajajaj, hace más de 20 años que dejé de hacerlo, pero debo rescatar esa parte de mi vida, en la que usaba mi voz para cantar, conversar, hablar y soñar; mis pies, para trazar no solo pasos de baile, sino el andar seguro y típico de la mujer caraqueña, con andar cadencioso, jajaja.
Sí puedo y lo estoy haciendo, seguiré llevando mis libros, mis escritos, mi experiencia humana y cercana, a todo aquel que se cruce en mi camino, o que la vida haga que nuestros destinos se paren en algún punto, pues sé que nada ocurre por casualidad, he constatado que cada persona a la que he llegado o que ha llegado a mi vida en un momento dado, tenía un propósito, el de aprender y enseñar, el de compartir y sentir, el de amar y ser amado, el de construir una amistad temporal o duradera, cada una de las personas que ha habido o que hay en mi vida, tienen una razón de ser, y yo estoy abierta al aprendizaje que conlleva ese encuentro aparentemente fortuito.
Gracias a Todas y Todos....
Que Dios nos bendiga cada día de nuestra vida.
Mireya Pérez
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