A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 3 de mayo de 2016

Escuchar tus palabras a través del viento y del tiempo...









Mi querido y gran amor...

Esta semana, una nueva fecha, un nuevo mes que me demuestra a ciencia cierta que la vida continúa su transitar, sin que apenas nos demos cuenta... Sólo el hecho de ver tu habitación cerrada, sin poder atreverme a concluir las reformas iniciadas, como si con eso pudiera evitar los resultados obtenidos... Tantos planes, tantos sueños, tantas alegrías y llantos compartidos, pues en el amor y el compañerismo se junta todo: abrazos, besos, miradas, complicidades compartidas, de una pareja que vivió 43 años enamorados el uno del otro, incluso diría yo, que de los defectos, pues al aceptar nuestras imperfecciones llegamos a amarnos incluso por eso.

Me malcriaste y te malcrié a la enésima potencia, pero no me arrepiento de nada, fue así como entendía que debía ser. Nunca estuve consciente del ejemplo que nuestras acciones daban a los demás, pero gracias a Dios no ha sido un mal ejemplo de vida, ni de forma de afrontar las vicisitudes de la vida.

Ahora hay una palabra en boga: la Resiliencia, es decir, la capacidad de enfrentar los problemas y sobre llevarlos, superándolos... Eso me ha hecho más fuerte, quizás demasiado o no. Utilizo una metáfora para explicar cómo de la casta paloma que conociste, me transformé en el águila que soy hoy. La mujer fuerte, serena, a veces casi imperturbable...Pero si miraran mis pupilas verían claramente cómo estas se achican o expanden, cambian su densidad, y mis mejillas adquieren un rojo granate subido y traicionero... Mis ojos claros que siempre han sido el reflejo de mi alma, esa alma que te extraña y que se siente a ratos sola, aunque la soledad como tal no existe, pues hay cientos de miles de recuerdos compartidos para esta y otras vidas, y porque la Fe también forma parte del equipaje de mi vida, y nunca me abandona.

El horizonte se perfila ante mis ojos, con nuevos retos a superar, nuevos sueños por llevar a cabo, risas por compartir, besos y abrazos que dar y recibir. La niña, los nietos, esos locos bajitos que son la luz de mi vida y la esperanza del mañana. Tu ¨bomboncito¨como la llamabas, está creciendo a pasos agigantados, ya casi le llega al hombro a la madre, jajaja, creo que va a ser una joven muy alta y sus ojos verdes dorados, tan bella, tan noble, tan madura y sólo va a cumplir seis años!!!. Y el munchi... jajajaj tan pícaro con esa cara tan parecida a su madre, a ustedes... Tan cariñoso, tan dulce... Dios los bendiga.

Lo hicimos bien, y aunque no fue perfecto, lo procuramos, saben que los amamos, que han sido amados desde antes de nacer incluso, que siempre podrán contar con nosotros, dondequiera que estemos, física o espiritualmente, ella está orgullosa de tí, de mi, gracias amor por la parte que te toca, que es mucha.

No te digo adios, solo hasta luego, pues es difícil que ésta sea la última carta que te escriba, creo que siempre lo haré, aún cuando a veces sólo sea un dictado de mi alma, que no deja huellas en el espacio físico, pero que te llegan allí donde estés.

Te amo!!!


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