¿Alguna vez han mirado hacia atrás, en su memoria y recordado los momentos pasados, sin sentir nostalgia? O quizás, se han alegrado de haber superado tal o cual etapa...
Si lo han hecho, y muy posiblemente más de una vez, se habrán dado cuenta de lo inútil que fué preocuparse tanto, al final, las cosas se resolvieron, de la mejor manera posible, aunque en el momento, enfrentados a su dilema, no lo vieron así.
No somos sabios porque sepamos mucho, nos hacemos sabios, con el tiempo, porque nos vamos superando a nosotros mismos, y lo vamos a haciendo en pequeños pasos, pero decididos a salir adelante.
Esto no quiere decir que no hayan tenido miedo, no, lo sé muy bien, a veces, incluso, habrán tenido tanto miedo a cometer un error o a equivocarse, que se habrán sentido desbordados, mucho más allá de sus propias fuerzas, pero aun así, lo lograron, sobrellevaron esa etapa, y ahora, con el cristal del tiempo, ven que no fue tan dramática como pensaban. Podría decirles que incluso, cuando esa experiencia les llevó a la despedida final de alguien importante en sus vidas, el consuelo, como todo en esta vida, fue llegando poco a poco y hoy, pueden recordar sin temor a desmoronarse y agradecer al universo porque todo al final resultó de la mejor manera posible...
La vida de cada uno de nosotros está construída sobre peldaños mucho más fuertes de lo que en realidad pensamos. Todos, sin temor a engañarnos, hemos ido creciendo, en la medida que hemos adquirido experiencia, conocimientos e incluso, a través del dolor, que también cincela nuestra alma y espíritu.
Puede que se hayan cuestionado un ¿ Por qué a mi?... Les digo que todos lo hemos hecho más de una vez, aunque la respuesta no llega de forma automática, quizás se encuentre en algunos de los pasos que siguieron realizando, a medida que su camino vital, se fue definiendo.
Cada experiencia, aún las más dolorosas, nos hacen obtener, las herramientas que necesitamos para la etapa que seguirá, para la que desconocemos, pero que en el momento que ocurra, sin saber cómo, descubriremos, y la razón dirá:
_ Ahora entiendo el por qué..._
¿ Dónde reside lo realmente importante?...
No hay una respuesta concreta, es diferente para cada persona, depende mucho de su carácter, del momento o edad cronológica de la persona, de su visión de la vida y de su educación o formación vital. Si pusiéramos a varias personas de una misma edad, pero diferentes condiciones socioeconómicas y culturales, tendríamos un abanico de respuestas diferentes, ante un mismo estímulo o situación. Todas las respuestas serían correctas, según las creencias o filosofía de vida de cada uno de estos sujetos. Simplemente porque cada persona actúa según su libre albedrío, su experiencia y sus metas.
Por ello hoy, los invito a reflexionar sobre los pasos que los han traído hasta este momento, en el que yo escribo, y ustedes, muy amablemente, leen este artículo. Hemos llegado a conectarnos, a través de un medio, como son las redes, porque estamos preparados para dar el siguiente paso en nuestras vidas, independientemente del paso o tipo de reacción que buscamos alcanzar.
El mío, de transmitir parte de esa ¨música que llevo por dentro¨, de lo que he aprendido. Ustedes, porque quizás es el momento de analizar dónde están y qué quieren lograr a corto, mediano y largo plazo. Todos estamos interconectados, aunque estemos a miles de kilómetros de distancia, y aunque nunca lleguemos a vernos ¨person to person¨, jajajaja
Mi camino y mi alma, me ha hecho escribirles desde este espacio de consciencia emocional y consciente. Soy una mujer que ama conectar con la gente, comunicar y aprender, es una ¨gracia Divina¨, por la cual estoy muy agradecida a mi Creador. Y a ustedes, por leer mis artículos, y si fuera posible, también sus comentarios, porque así no sería un diálogo de una sóla vía, podría convertirse también ¿ por qué no?, en un diálogo a dos o más bandas.
Dios nos bendiga en este hermoso día, donde yo estoy tecleando y quizás algunos están esperando alguna historia más de esta bitácora que llamo Manantiales de Armonías.
Muchas gracias.
Mireya Pérez.
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