A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 21 de febrero de 2017

Haz el bien... y no mires a quien...











Quizás en estos tiempos en los cuales, estamos enfrentando una de las crisis migratorias más difíciles de la humanidad, creamos que no podemos dar abrigo o ayudar a alguien... pero sí lo podemos hacer, empezando por dar abrigo y un lugar cálido y alegre donde llegar, para el amigo o amiga que viaja y necesita estar un tiempo en nuestra casa, bien sea para recuperarse de un momento difícil, como me sucedió a mí, hace algo más de año y medio,... el tiempo se va volando... O simplemente porque desea venir y disfrutar del paisaje, de la compañía, de la amistad, o cualquier otra cosa.

Mi maestra en el arte de recibir al viajero, fué mi suegra, qepd, su casa siempre fue el lugar de llegada de todos los que viajaban a la gran ciudad, no importaba si venían por unos días, o si se quedaban meses. A ella no le importaba, su lema era algo así como:

¨No tengo lujos, pero un plato de comida caliente y un lugar donde reposar, nunca les va a faltar.¨ ...  

Así lo hizo, y quizás motivado a todo lo que dió a manos llenas, en el momento de su enfermedad, tuvimos muchas manos y brazos para ayudarla y sostenerla en esos momentos difíciles, fué su manera de hacer, del amor a Dios, su instrumento de ayuda, no sólo eso. Tenía una Boutique en un Centro Comercial de la ciudad, y cada vez que podía, ayudaba a unas mujeres que vivían en la calle. Las llevaba para que se ducharan, les daba ropa nueva, estaba atenta de que siempre comieran algo, así tuviera que comprarlo en la Fuente de Soda de la esquina. Pero nunca dejó de tender su mano para ayudar al que tocaba o se acercaba a ella.

Hoy quizás nos parezca raro, pero aunque no podamos hacer todo lo que ella hizo, bien porque no estamos preparados, o porque nuestra condición no nos lo permite, sí existen otras formas en las que podemos ayudar, y es algo sencillo en realidad. Se trata nada más y nada menos que, de compartir parte de nuestro tiempo, realizando Voluntariado, a través de este simple hecho, podemos ayudar y compartir parte de nosotros mismos, de una forma que al principio, quizás tengamos dudas, pero en la medida que pase el tiempo, ese compartir algo de nosotros mismos, en el Universo u ONG que hayamos buscado, será ¨un antes y un después¨ en nuestras vidas.

Si te gusta leer, y eres capaz de hacerlo a otras personas, podrías ofrecerte para contar cuentos a niños hospitalizados, esos quince o veinte minutos en los cuales compartes algo que te gusta, con personas que necesitan alivio emocional, es una tarea hermosa y llena de energía maravillosa.

Si puedes visitar un ancianato y llevar un rato de alegría a esas personas que lo dieron todo, y que muy posiblemente, hoy en día no tengan a nadie, porque todos sus familiares más cercanos ya no están, estarás cumpliendo con una hermosa labor, ¨consolar¨y dar amor, a quien tanto lo necesita.

Existen muchas formas y maneras de contribuir con los demás, creo sin temor a engañarme, que para cada uno de nosotros, existe una forma diferente de ¨colaborar¨y aportar parte de nosotros mismos, sin que eso signifique un sacrificio muy grande. Las ONG no sólo necesitan insumos y donaciones, también necesitan gente que ayude, que colabore con un par de horas a la semana o al mes. No es mucho en realidad, pero significa un todo para ellos.

Para las personas generosas, por naturaleza, no les es ningún sacrificio el dar, apoyar o colaborar con la gente, con las instituciones, o con todos aquellos que les necesitan. No sienten que sea una obligación, lo sienten como algo que hay que hacer, a lo que no se pueden negar. Siempre están dispuestos a ayudar, sin esperar nada a cambio, incluso cuando les ha llegado alguna carta de agradecimiento, se han sentido como fuera de sitio, porque no buscan recompensa alguna, son felices dando, compartiendo parte de lo que son, de lo que han aprendido.

No son personas especiales, son seres humanos normales y corrientes, pero agradecidos con la vida, por infinitas pequeñas cosas, y esa es su forma de agradecer a la Vida, a Dios, por lo que han recibido.

Para todos nosotros Hoy, la consigna es: dar un poco de nosotros mismos, compartir parte de esa vida que tenemos y en aquellos sitios donde nuestra ayuda desinteresada es necesaria.

Demos gracias a Dios por todo lo que nos ha dado, que es mucho, y compartamos parte de esa ¨música especial¨que llevamos dentro.


Gracias mil...


Mireya Pérez


No hay comentarios:

Publicar un comentario