A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 22 de marzo de 2017

Soledad... No te tengo miedo...



Cuando una persona como yo, de repente se queda ¨sola¨en su espacio, en su casa, sin pareja ni hijos, puede que muchos se cuestionen o le cuestionen si se siente sola...

En estos días, una persona me hizo esa pregunta y mi respuesta es:

_ No hay sentimiento de soledad _

_ Al contrario, tengo mucha Paz...

Puede que a la gente le parezca extraño, o si se ¨ponen en los zapatos del otro¨, piensen que ellos no podrían, y puede que sea cierto, pero también lo es, que cada persona es un ¨mundo¨propio y diferente al de los demás. He ahí el significado de diversidad, que tanto escuchamos o leemos en diferentes fuentes o escritos.

Para mi no existe la soledad, en el sentido de la ausencia, no, durante años he ido forjando mi mundo, donde mis libros y yo, hemos conformado un universo mágico, lleno de muchas cosas, de alicientes personales, de ideas, de creaciones o de metas por realizar. Un mundo, en el cual la Oración, forma parte del día a día, donde el haber hecho las cosas desde el amor y la comprensión, te llenan emocional y espiritualmente. Una vida que no está enfocada en lo externo, sino en el interior, en esa alma que me habita, y de la cual mi cuerpo es el receptáculo.

El tiempo pasa inexorablemente, y en lo personal, lo veo correr con una prisa inusitada, para mí no ha terminado el domingo, cuando de repente, como hoy, me dí cuenta que ya estamos a día miércoles...

Lo que sí tengo muy presente son los seres que amo, los que están cerca, los que están lejos, incluso, los que ya no están físicamente en este plano de luz que llamamos Vida. Mi amor de madre, esposa, hija, amiga y hermana, siempre les acompaña, en silencio, con la tranquilidad y la Paz que me inunda, que me llena. Por ello, no hay en mí sentimiento alguno de soledad, al contrario, si fuera posible ver mi alma, se darían cuenta que ella se encuentra en un estado de alegría y de serenidad, quizás propia de las personas, que como yo, han transitado gran parte de su vida, pero sin ser ajena al dolor, del cual conoce casi todas su facetas. 

Pero no me centro, en ello, que sería quizás lo más fácil. Al contrario, trato siempre de compartir esa música que llevo dentro, la alegría del vivir, en Paz, con amor a los míos, a los de la gente que conozco, dándole valor positivo a cada experiencia, incluso aquellas en las que las respuestas puedan parecer altisonantes, pero comprendiendo, que no soy yo, que es algo externo, y aceptando que a veces la gente sólo sabe responder tratando de herir, pero sabiendo que : ¨sólo hiere el que puede, no el que quiere¨...

Cuando entiendes y comprendes las muchas facetas que tiene una ¨misma verdad¨, ya no te sientes parte del problema, quizás incluso, puedas aportar una solución. Pero dejas fluir, danzas a pasos cortos, caminas casi sin darte cuenta, sin ruido, suavemente, y vas dejando el halo de ¨tu perfume de mujer serena¨, donde quiera que vas, sin proponértelo, sin fijarte, sólo siendo tú, de una forma simple y tranquila.

No tienes necesidad de demostrar ¨algo¨, ya no compites con nada ni contra nadie, ese momento de tu vida, pasó hace eones de tiempo, y te sientes tan bien en tu piel, que no necesitas ser otro u otra, no, tu piel te viene bien, te queda perfecta...

Viviendo inmersa en esa especie de Paz emocional y personal, sabes que tu tiempo te pertenece, lo compartes, si así lo decides, o simplemente lo disfrutas a tu manera. Has llegado a una edad, en la que eres dueña de tus actos, de tus decisiones, de tus aciertos y de tus errores, porque ellos han conformado el ser que eres hoy. Aprecias y amas al ser humano que se asoma al espejo de tu habitación, meces tus cabellos y sonríes a la imagen, pues tienen todo un nuevo día para hacer las cosas que quieres, para revisar la agenda que siempre llevas y hacer las anotaciones importantes, de las cosas realizadas y de las que están programadas en los próximas días.

Estás ocupada, aunque la gente, desde el exterior, se pregunte en qué ¨gastas el tiempo¨. Eso amigos, solo te compete a tí, y quizás a tus hijos o a alguna de tus amistades más queridas, al resto, sólo le resta saber que estás como yo: sana, tranquila, en paz emocional y físicamente y con muchos sueños y metas por alcanzar.

Dios nos bendiga cada día de nuestra vida y demos gracias por todo lo bueno que nos acompaña en esta etapa del camino que llamamos Vida.



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