A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 31 de enero de 2016

Cuestión de Energías....











Una de mis grandes amigas de la vida, que partió hace algunos años, me dijo una vez, que yo era ¨una mujer que transmitía buena vibra!!!..¨ jajajaja... reconozco que me sonreí, para mis adentros, porque siempre pensé que el amor de las personas que me quieren les hacen ver cosas que yo no percibo.

Cosa natural, pues generalmente nosotros somos nuestro más duro crítico, o como dice alguien, nuestro nivel de auto exigencia es altísimo...Tanto, que no nos permite ver lo que otros perciben.

Pero hoy voy a hablar de las energías, las que tenemos todos, unos días más que otros, posiblemente, pero que están y son parte de cada ser humano, planta o animal, incluso de lo inanimado. Pues todos somos energía, simplemente con formas y expresiones diferentes.

En Bioquímica se habla de las 42 moléculas de ATP que tenemos de reserva en nuestras células, de las cuales sólo utilizamos apenas 4 moléculas para realizar el fenómeno de Respiración-Oxidación, de todas y cada una de las moléculas, cadenas de Proteínas, Carbohidratos y ácidos grasos, que transformamos y convertimos, después de complejos procedimientos bioquímicos y  químicos en moléculas de agua, CO2 y Energía...

Sin embargo, hay mucho más que esa transformación química. Existe un axioma en Ciencias que dice: ¨La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma¨. Y siendo que es una verdad absoluta, la energía que somos y poseemos, no puede destruirse, pero si transformarse y yo añadiría: cederse...

¿Por qué cedemos energía? y ¿Cuándo lo hacemos?...

Cuando prestamos atención a lo que nos dicen los demás, dándonos consejos, bien intencionados o no, cedemos nuestra energía, quizás hayan notado que luego de estar un tiempo con alguna persona, se sienten cansados, como sin fuerzas, agotados física y moralmente. Muchas veces la persona en cuestión, desconoce que tiene ese efecto en nosotros, otras en cambio, saben que su opinión puede desbaratarnos o influirnos a tal punto, que sienten satisfacción al hacerlo. ¿Son personas malas?. No, sólo que se han acostumbrado a mandar, tanto y tanto, que no establecen límites, y tienden a criticar e incluso a intervenir en algo que estés haciendo, simplemente porque creen que son los dueños de la razón.

Estas personas te roban energía, muy posiblemente al final del día, después de haber compartido con esa persona diez o doce horas, te sientes exhausto, como si hubieras corrido un maratón de 42 Km y encima llegaste de último a la meta, total y absolutamente cansado, y ni el mejor de los energizantes que pueda haber en el mercado, podrán reponer la bomba de Sodio- Potasio de tu alma, que está absolutamente decaída...

¿Es acaso nuestra culpa? o ¿la de ellos?. No, podría decirles que en el 99,9% de los casos, estos ladrones de energía lo hicieron con la mejor de las intenciones... Pero hay intenciones que matan...

¿Qué podemos hacer?...

A veces, con hablar y comentar entre ambos lo que sucede y cómo se sienten al respecto, es suficiente. Sin embargo hay personas que jamás reconocerán sus acciones, y se sentirán sumamente ofendidos u ofendidas, y no se extrañen de que griten vituperen y si pueden, hasta hagan una rabieta, sintiendo que los han ofendido, cuando ellos son ¨puro dechado de bondad...¨Esto es producto de su Ego, del cual hemos hablado en otras oportunidades.

Mi humilde consejo es poner distancia, mental y física. El Dr. Wayne Dyer en su libro La Fuerza del Creer, nos dice que, ...¨cuando estemos ante una situación que no podemos arreglar, o no sabemos qué hacer, hagamos un ejercicio mental, como si pudiéramos dar dos pasos atrás, y ver nuestro cuerpo y la escena que se está realizando¨... Cuando vemos la situación con una perspectiva diferente, seguramente les vendrá la iluminación para actuar en consecuencia, aunque esa actuación signifique establecer distancias, o poner distancias. A veces, sin darnos cuenta, hemos permitido durante mucho tiempo que una relación en donde debe haber afecto y respeto mutuo, se convierta en una de dominio y sumisión. No tiene que ser entre parejas, puede ocurrir entre padres e hijos, amigos, hermanos, jefe-subordinado, y cientos de miles mas...

Cuando entre dos seres humanos mayores de edad, formados, preparados y de igual nivel sociocultural, se presentan estos problemas, se debe decidir si enfrentarlos al mismo nivel, es decir insultando a ver quién lo hace mejor... o dar un paso atrás y cortar de plano con la situación, estableciendo un ¨hasta aquí¨, pero sin caer en ataques peyorativos, que sólo nos dañarían más a nosotros que a la otra persona.

Tengo una anecdota de trabajo:

...Un buen día en la compañía se estaban estableciendo los objetivos de cumplimiento para cada intermediario, según su cartera, su nivel de compromiso con la empresa, sus ganas de trabajar con la empresa, etc... y para ello, existen los planes de incentivos... Pero adicionalmente, algunas compañías establecen unos incentivos particulares, según el tipo de cartera y el crecimiento que ese intermediario haya podido tener en el último semestre, por ejemplo. Pues bien, yo me había reunido con cada uno de los intermediarios que pertenecían al grupo de Los Magníficos, como yo los había bautizado, eran cincuenta intermediarios, y les había establecido ese porcentaje adicional por Ramo y por cartera de seguros. El caballero que suscitó este ¨intercambio de energía¨entre mi jefe y yo, no estuvo de acuerdo con el porcentaje asignado, creo que era un 3% adicional. Cuando este caballero fue a la cede Central de mi Compañía y habló con mi jefe, el Vicepresidente de Producción, entró en cólera y me llamó por el teléfono interno de la empresa y sin preámbulos me dijo:

_ Mireya, explíqueme quien de los dos está loco?...

Y yo le contesté:

_ Como usted es el jefe, la loca debo ser yo...- Explíqueme por favor, qué hice mal?.

Les diré que esa contestación le hizo saltar una risa enorme, y ya con los ánimos totalmente cambiados, pudimos conversar sobre lo ocurrido, y aceptar que mi decisión había sido acertada.

Si yo hubiera estado montada en mi Ego, de Gente de Sucursal, no habría podido desarmar al Vicepresidente de la Empresa, que dicho sea de paso, ha sido uno de los mejores jefes que he tenido en mi vida. Pero yo asumí desde el principio, que si había algún error, debía haberlo cometido yo...

Otras veces, sin embargo, podemos sentir un intercambio de energía positiva, que también las hay, pues se dan generalmente en personas que están bien consigo mismas, su nivel de autoestima es positivo y no necesitan ejercer ningún tipo de crítica o de valor contra otros, simplemente porque la persona no se siente en ningún aspecto, en competencia con nadie. Cuando estamos en presencia de estas personas, no es de extrañar que tengamos más ganas de hacer cosas, se nos ocurran grandes ideas, o fluyan las conversaciones una tras otra, sin darnos cuenta. Estas personas son maravillosas, y a ellas o ellos hay que darles las gracias, aunque sea mentalmente, pues nos permiten ser nosotros mismos, ni más ni menos.

La vida, en su devenir nos presentará ambas caras de la moneda, tanto personas positivas y estimulantes, como personas con baja energía y hasta depredadoras, sólo hay que observar y hablar. 

Dentro de las personas con baja energía se esconden personas buenas, de verdad, sólo que no conocen el otro polo, el positivo, y podemos con amor y paciencia infinita ayudarlos. A veces basta con hacerles soltar una risa, y descubrirán que el rostro de esa persona se ilumina, aunque sea por corto tiempo, pero ya es algo. No hace falta tener alma de payaso, sólo un poco de conciencia y caridad humana, si nos proponemos, podemos hacer la diferencia, sin que por ello, perdamos nuestra energía vital. El amor, la caridad, la Fe, son grandes aliados cuando de ayudar a los demás se trata.

En nosotros está el actuar de una forma o de otra, pero escojamos siempre el camino del amor, el dar a manos llenas, recompensa el alma, y es tanto lo que podemos hacer!!!!.

Pensemos siempre en positivo, y cuando algo o alguien nos trate de influir en el ánimo y quizás hacernos aterrizar de nuestro mundo, respiren y espiren tres o cuatro veces, y entonces, desde la paz emocional que los habita, escuchen y hablen, con el corazón en la mano, pero siempre desde el amor y el perdón. No hay que ser una monja ni un sacerdote, todos podemos hablar desde el corazón, con humildad y con afecto a los seres humanos, simplemente porque así nos gustaría que nos trataran siempre. 

Dios nos bendiga cada día de nuestras vidas.

Mireya Pérez


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