Cuando veo mi imagen en el espejo, veo lo que quizás todos y cada uno de nosotros ve: un ser humano de ¨cierta edad¨, la mirada, la forma del rostro, las arrugas o no, las canas, las bolsas de los ojos, cuando no dormimos bien, y un largo etc....
Pero escuchando a Jorge Bucay en la entrevista que ya les mencioné en el artículo anterior, re descubrí, que al ser un individuo asimétrico, como en realidad lo somos, podemos ver todas las partes de nuestro yo menos una: nuestro rostro. Y sólo podemos verlo si nos asomamos a un espejo de agua, o de cristal o a un metal tan pulido que parezca un espejo. Pero sin ese elemento, jamás sabríamos cómo es nuestro rostro, la forma que tiene, el color de los ojos, si tenemos boca grande o pequeña, si tenemos labios carnosos o si por el contrario son finos...
Entonces, qué nos puede decir cómo es nuestro rostro, pues es un quién mas bien, y ese quien abarca un sin fin de posibilidades... Aquí entra en juego algo adicional, que cada quien mira y refleja lo que quiere reflejar o decir. Si a la persona que nos acompaña no le interesa que te des cuenta de lo bueno y especial que eres, jamás te dirá que eres especial, no porque no lo seas, sino porque tendrá miedo de que te aparten de su lado. Otros, por el contrario, querrán eliminar todo vestigio de belleza, creyendo que al enumerar tus defectos, puedan esconder su verdadera fealdad, la de su alma.(Blanca Nieves y la Madrastra con su espejo).
Si tenemos a nuestro alrededor personas empáticas, armoniosas, seguras de si mismas, ellas o ellos serán capaces de darte el feedback, de cómo eres en realidad, o cómo te ven ellos. Muy posiblemente te asombres de sus respuestas, porque a veces, por diferentes razones, tenemos una imagen distorsionada de lo que en realidad somos, y estas personas serán de mucha ayuda, para alcanzar el equilibrio emocional, la seguridad en tí mismo, e incluso algo del amor propio maltratado por X o Z personas del entorno.
Puede ser que en algunos momentos de nuestra vida, aparezcan personajes que serán parte de la imagen que tenemos de nosotros mismos, o de algo que debemos trabajar, modelar, perfeccionar e incluso, aunque suene cruel o engreído, evitar. Cuando algo que vemos en alguien nos choca o nos perturba, no es porque seamos perfectos e inmutables, no, quizás se trate de algo que debemos aprender, de algo que debemos evitar o de alguien a quien necesitamos ayudar, aunque la persona no quiera... El ejemplo de vida, es aquí un instrumento valiosísimo para ayudar a los demás, de una forma pasiva, sin inmiscuirnos, pero seremos algo que les llamará la atención, y con el tiempo, podrán llegar a pensar que la aparición de tal o cual persona fue un cambio en su vida, para el positivo. Muchas veces habrán hecho esto de forma inconsciente, y es todavía más enriquecedor, porque en esos momentos nuestro Ego, no nos dice:
- Mira qué bien lo estoy haciendo... no, el ni se ha dado cuenta y es de vital importancia...
En nuestras relaciones personales, interpersonales y diría que más allá; jamás deberíamos permitir que el Ego hiciera su aparición, y mucho menos, tomara ventaja, porque es muy persistente y a veces muy fuerte, jajajaj, pero nosotros somos mucho más fuertes que él, jajaja.
Una forma de mantener al ego en lo más profundo y dominado es con la oración, de cualquier forma que la hagamos, así sea un: Señor ayúdame! o Gracias Señor!!!.
Otra manera que, incluso está siendo adoptada hoy en día por la Psicología, es la Meditación, y si logramos hacerla de forma diaria, hasta que se transforme en una actividad cotidiana, nos sentiremos mucho mejor, llegarán ideas interesantes, podremos mantenernos centrados en nuestros propósitos y podremos conectar mejor con nuestro yo, con nuestra alma.
Existen miles de formas de meditar, yo les aconsejo buscar en la red, hay cientos de miles, y cuando empiecen a practicarla encontrarán la que más se adecúa a vuestra forma de ser, idiosincracia, expectativas, etc.
Cuando meditamos no nos importa cómo somos, sabemos quienes somos y qué podemos aportar, el cómo, viene por si solo, con el tiempo, sin apuros. El Dr. Wayne Dyer, llegó a explicar que a veces meditaba por dos minutos, el tiempo en que un semáforo se pone en rojo y luego en verde, y para él era maravilloso.
Para finalizar amigos y amigas, quizás no sea tan importante cómo nos vemos o cómo nos ven, lo más importante es cómo nos sentimos con nosotros mismos, y si sentimos que estamos haciendo algo por nuestro entorno, por la gente que amamos o apreciamos, por nuestros compañeros en la vida, en el trabajo, en el equipo de cualquier disciplina, e incluso en aquel que cruza nuestra mirada en una calle cualquiera del planeta. Si somos capaces de sonreír con la mirada y transmitir un mensaje de amor, de alegría, de esperanza. Estaremos haciendo un gran trabajo por la humanidad.
Que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros.
Mireya Pérez
- Mira qué bien lo estoy haciendo... no, el ni se ha dado cuenta y es de vital importancia...
En nuestras relaciones personales, interpersonales y diría que más allá; jamás deberíamos permitir que el Ego hiciera su aparición, y mucho menos, tomara ventaja, porque es muy persistente y a veces muy fuerte, jajajaj, pero nosotros somos mucho más fuertes que él, jajaja.
Una forma de mantener al ego en lo más profundo y dominado es con la oración, de cualquier forma que la hagamos, así sea un: Señor ayúdame! o Gracias Señor!!!.
Otra manera que, incluso está siendo adoptada hoy en día por la Psicología, es la Meditación, y si logramos hacerla de forma diaria, hasta que se transforme en una actividad cotidiana, nos sentiremos mucho mejor, llegarán ideas interesantes, podremos mantenernos centrados en nuestros propósitos y podremos conectar mejor con nuestro yo, con nuestra alma.
Existen miles de formas de meditar, yo les aconsejo buscar en la red, hay cientos de miles, y cuando empiecen a practicarla encontrarán la que más se adecúa a vuestra forma de ser, idiosincracia, expectativas, etc.
Cuando meditamos no nos importa cómo somos, sabemos quienes somos y qué podemos aportar, el cómo, viene por si solo, con el tiempo, sin apuros. El Dr. Wayne Dyer, llegó a explicar que a veces meditaba por dos minutos, el tiempo en que un semáforo se pone en rojo y luego en verde, y para él era maravilloso.
Para finalizar amigos y amigas, quizás no sea tan importante cómo nos vemos o cómo nos ven, lo más importante es cómo nos sentimos con nosotros mismos, y si sentimos que estamos haciendo algo por nuestro entorno, por la gente que amamos o apreciamos, por nuestros compañeros en la vida, en el trabajo, en el equipo de cualquier disciplina, e incluso en aquel que cruza nuestra mirada en una calle cualquiera del planeta. Si somos capaces de sonreír con la mirada y transmitir un mensaje de amor, de alegría, de esperanza. Estaremos haciendo un gran trabajo por la humanidad.
Que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros.
Mireya Pérez
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