A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

lunes, 24 de abril de 2017

Al encuentro de los sueños...


Aunque muchas personas crean que, otros seres humanos ya han ¨copado su cuota de sueños¨..., están equivocados, pues, si una persona es capaz de soñar, de tener iniciativas y expectativas, siempre podrá construir sus sueños, independientemente de la edad cronológica, razón social o credo. Nada ni nadie puede limitar la capacidad creativa,ni los sueños de otro ser humano o el de  un colectivo. Nada...

La gran diferencia estriba en cómo construye esos sueños o sobre qué bases lo hace. Si la persona se limita a divagar en forma genérica, tendrá sueños, claro, pero quizás no sean realizables u objetivos, pues no están edificados en base a las posibilidades o a los recursos a utilizar, así sean propios o inmateriales, como los mentales y/o emocionales...

Otra cosa es, cuando la persona examina concienzudamente en qué momento se encuentra, con qué cuenta: conocimientos, disposición, tiempo, herramientas, asociación o no, etc. Y en base a todos los datos se programa y diseña un plan de acción, que muy posiblemente vaya cambiando, en la medida que la puesta en marcha, así lo requiera. Pues es algo dinámico y flexible.

He descubierto a lo largo de mi vida, personas que en sus años productivos, trabajaron para otros, dedicaron sus esfuerzos a crear una familia, a trabajar y estudiar, crecer como unidad familiar y lograr que los hijos cumplieran su metas y se desarrollaran como individuos, pero una vez terminada esta etapa, se miran al espejo y se dicen a sí mismos:

_ Bien hecho!- Ahora, nos toca a nosotros..._

¿ Por qué?. Sencillamente porque ahora pueden, sin presiones de ningún tipo, desarrollar ideas, acariciadas por mucho tiempo y realizar los proyectos que sólo estaban aparcados hasta tener disposición de ¨tiempo¨...

Cuando ya los hijos han crecido, o se ha terminado una etapa constructiva, los adultos miran atrás el camino recorrido y observan que no estuvo nada mal, aunque posiblemente, de haber tenido más experiencia, o de haber conocido algunas cosas, lo habrían hecho mejor, pero están por lo general, satisfechos con lo realizado. 

Por tanto, ahora toca emprender una nueva etapa, la del adulto contemporáneo, mayor de 50 años o de 60 años... Que es un ser humano joven, con ideas claras y que siente que todavía hay mucho que puede hacer, compartir o enseñar.

En esta etapa estamos muchos de mis amigos y compañeros de Universidad, trabajo o de la vida. O por lo menos Yo lo estoy... jajajaja.

Les aseguro que dejaremos a más de uno extrañados o atónitos al ver que somos capaces de tomar nuevas oportunidades para estudiar, para especializarnos e incluso para probar cosas nuevas, que diez o veinte años atrás ni se nos habrían pasado por la mente. De hecho, tengo una anécdota para contarles...

En 1999, apliqué para un puesto Gerencial en una de las cinco primeras compañías de Seguros del mercado asegurador venezolano, y cuando pasé la criba de la segunda entrevista, con el Vicepresidente Ejecutivo, me dijeron que esperara en la salita, que me llamarían para una tercera entrevista, esa misma mañana. Me senté tranquila, tomé una revista de la mesa anexa al salón y en calma esperé a que me llamaran.

Cuando así lo hicieron, me entrevistó el Presidente de la compañía, un hombre muy jovial, Ucabista como yo, pero muy observador y ágil mentalmente, a pesar de que en esos momentos rondaría los 60 años, jajajaj, los mismo que yo hoy día, jajajaj.

Después de revisar mi expediente, me miró y me preguntó:

_ ¿ Qué piensa hacer usted dentro de diez años?...

_ Bien, espero seguir activa y trabajando_ contesté_  Para  ese momento tendré 54 años y quizás algunos nietos, a los cuales querré consentir, cuidar y atender..._

Seguimos conversando y supe, sin que me lo dijeran, que había logrado el puesto, como así ocurrió. Trabajé con ellos ocho años, y fueron para mi de gran crecimiento personal y humano.

Obviamente pasé de los 54 años, y he llegado hasta aquí...En lo único que me equivoqué, fue en la edad que tendría nietos, pues no estaba en mis manos la decisión, jajajaj y en que estaría en mi ciudad natal. Lo demás si lo cumplí...

Sin embargo, hoy con mis 61 años entre pecho y espalda, puedo decirles, que cada día reviso mis planes o sueños, elaboro las estrategias, escribo y me impongo planes de acción, para lograr los objetivos que me he fijado. Siguiendo como norte, el hacer siempre lo mejor que esté en mis manos.

Quizás para un observador extraño sean sueños de iluso, no me importa, no le rindo cuentas a nadie más que a Dios y defiendo mi derecho a ser Yo, con mis equivocaciones y mis aciertos, con mis circunstancias y confiando cada día más en que hay un propósito para mí y camino en ese sentido, lo demás está en manos de Dios, las mejores manos, por cierto.

Por tanto amigos y amigas, no importa en qué etapa de la vida estamos, ni nuestras circunstancias, cada uno de nosotros puede hacer algo positivo con las herramientas y los recursos: emocionales y físicos que posee. 

Lo realmente importante es no dejarse abatir por las ¨aves agoreras¨que de vez en cuando aparecen y nos quieren decir que no podemos, cuando nosotros conocemos nuestra capacidad para hacer y cumplir con las expectativas propias y ajenas. No necesitamos más. Sólo confiar en nosotros mismos y permitirnos a nosotros mismos ¨Soñar¨...

Hoy los invito a creer en ustedes, en sus posibilidades y en ir tras vuestros sueños, nuestros sueños....

Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros.

Mireya Pérez




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