A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 4 de julio de 2017

A través de mis ojos...Una mirada a la Vida...



Mañana llego a una nueva etapa de mi vida, un año más, diferente, con cambios en muchos sentidos, con experiencias que han marcado el camino recorrido, con alegrías, y más de una lágrima, porque en el camino también perdemos o derramamos algunas lágrimas: a veces de alegría, de tanto reír; otras de desengaño, emocional, la mayoría de las veces; otras, por supuesto, por las ausencias marcadas, que se van presentando en estas tardes del verano de mi existencia....

Pero creo que si no lo hubiera transitado, esta venezolana, Caraqueña e isleña asimilada, jamás hubiera llegado a ser, la persona que es: con sus luces y sus sombras, con cicatrices en el cuerpo, leves, apenas perceptibles y en el alma, que se han ido diluyendo, hasta casi parecer que no ha pasado nada. Pero el resultado es esta persona, esta mujer que amanecerá mañana con un año más de existencia, amando y respetando, cada una de las experiencias, sombras y cicatrices, porque forman parte de su historia personal, de aquello que la ha cincelado, como a mármol de Carrara, pero cuya escultura todavía no está completa.

Reconozco que para el lector debo ser alguien ¨extraño¨, puede ser..., soy poco afecta a sacarme fotografías, prefiero sacarle a los demás o a los paisajes. Adoro ver el mar, pero también las montañas, me desvivo por los niños, amo a mis hijos, y a los que mi corazón ha ido adoptando con el paso del tiempo... Yo, cual árbol de fuego, extiendo mis brazos para abrazar a todos aquellos que me dejan hacerlo, y les brindo calor y empuje emocional, si así lo aceptan. siempre creí que tendría tres o cuatro hijos, pero la vida me dio dos, sin embargo, tengo varios putativos, y hasta sobrinos nietos putativos también, de los cuales estoy tan orgullosa como sus abuelas, mis amigas.

Siento como mías o  propias, las alegrías de aquellos a quienes tengo afecto o amo, mis amigas lo saben, y algunos que me van descubriendo, también. Tengo defectos, unos cuantos, el peor y/o mejor de todos: es ser crédula y confiar en la gente, aunque algunos me hayan engañado, en realidad si lo hicieron lo siento más por ellos, que por mi, porque yo siempre estoy aquí, y si lo necesitan, podrán confiar y esperar que yo los reciba, como si nada. No porque no sienta nada, al contrario, porque al haber vivido tanto y visto tanto, sé que el milagro más hermoso y el regalo más hermoso que podemos y debemos dar es el Perdón, y al perdonar, somos libres, como el viento, como aves al vuelo, como las águilas a cuyo mundo pertenezco, por evolución emocional: el de la casta paloma, al águila, ave imponente que surca los cielos con confianza absoluta, aunque todavía no haya llegado a ese nivel de perfección, pero hacia allá va el tema, jajajajaj.

Mi ojos al ser claros, pasan y traslucen los niveles emocionales que me inundan, y cambian de grises, azules a verdes profundos... Efecto de la mutación, jajajaj.
Pero no estoy pendiente de ello, al contrario, cuando más afectada estoy, me escondo tras las gafas de sol, que en esta tierra, es un accesorio indispensable, pues si no el resol, me habría cegado más de una vez. Pero he descubierto que son de un eficaz maravilloso, así la gente no se da cuenta, salvo que mi rostro esté rojo como la grana, otro de mis detalles... jajajaj. En fin, que aquí estoy yo, en esta noche en que me despido de los 61 para dar pie a los 62, no suenan mal, el equipaje funciona, la mente está activa y serena y sobre todo, hay Fe y esperanzas en el mañana, quiero seguir haciendo lo mejor que pueda hacer, llegar al mayor número de personas posibles, con el mensaje que me ha sido entregado: Amar a manos llenas, y dar sin medidas. Ser generosos con los demás, con todos, sin pensar en la reciprocidad, debería ser la condición sine qua non del ser humano.

Muchas de las personas que conozco son así, aunque jamás lo reconocerían, y yo soy una persona privilegiada por tenerlas en mi entorno próximo. Para mi son espejos en los que verme y buscar ser el adecuado reflejo de su enseñanza. A través de nuestra vida somos Alumnos- Maestros, y nos movemos entre esos dos mundos al unísono, o en las diferentes facetas de la vida, porque a veces ellas tienen mucha experiencia, y me la transmiten a mí, otras soy yo la que ha descubierto algo y quiero compartirlo, jamás me he podido quedar con algún secreto que no quisiera compartir, salvo cuando se trata de algo personal, e íntimo, entonces me convierto en reserva fiel de sus confidencias, nada saldrá jamás de mis labios. Es para mi una gran responsabilidad y como tal la asumo.

Sin embargo, mi vida es un libro abierto, no escondo nada, puedes abrir las tapas y leer entre líneas o sumergirte y descubrir, yo no tengo ni miedo, ni vergüenza, pues mi vida ha sido y es lo que es, nada más. De todo lo vivido, ha surgido y prevalece el ser humano que soy, nada más.

Mañana, cuando amanezca miraré al sol entrar por mi ventana y daré gracias a Dios, como cada día por este nuevo amanecer y por esta nueva vida que se presenta, tendré por delante más de 20 horas de vigilia para descubrir, compartir y reír y hacer reír, uno de mis logros más humanos, y si puedo me comeré un dulce y  me tomaré una copa de vino a mi salud, a por estos 62 años que empiezan mañana, ¿ No está mal?... Nada mal...

Queridos amigos lectores, gracias mil por acompañarme desde octubre del 2013, gracias por leer mis post, por compartirlos con sus conocidos, a ustedes les debo que ya hayamos traspasado el umbral del 80.000 páginas leídas. Sin ustedes hubiera sido imposible.

Gracias de todo corazón.

Dios nos bendiga a todos y por primera vez, pediré a Dios que me dé un día maravilloso, para recordar y agradecer.

Mireya Pérez

No hay comentarios:

Publicar un comentario