A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

lunes, 3 de julio de 2017

La fuerza para vivir el día a día está en la Fe...









Hoy, en este mundo actual, encontramos personas que cada vez más, dicen desconocer la existencia de Dios, que incluso se mofan de aquellos, que aún en la pobreza, siguen confiando en Dios, o aquellos que, en la soledad más dura, siguen creyendo y encontrando en Dios o en la oración, el consuelo y la esperanza del día a día, del paso a paso, que la vida les va marcando. 

El mundo en que vivimos quizás sea materialista, sin embargo, en el mundo espiritual, nos damos cuenta, que en realidad necesitamos de muy poco, que así como las aves y las plantas no se ¨preocupan¨de si va a llover, o si van a aparecer las flores para libar su néctar; ni el pájaro está pendiente de si habrán suficientes granos y semillas, para su alimentación, porque simplemente ¨confía¨ en que todo está ahí para proveerle. Nosotros deberíamos también confiar y saber que el Tiempo de Dios es perfecto, que aquello que requerimos aparece en el momento perfecto y maravilloso en el que lo necesitamos, y que todas nuestras necesidades básicas estarán cubiertas...

Sólo cuando dejamos de tener Fe, nos ¨damos cuenta¨de las carencias, y el tirano ego, nos hace sentir diferentes y escasos.

Cuando yo era niña, mis padres eran unos simples trabajadores, mi madre era modista y cosía en casa, día y noche pegada a su máquina de coser, pero yo nunca me sentí ¨pobre¨, por el simple hecho de que, sin tener lujos, nunca faltó en nuestra mesa, un plato de sopa, un plato fuerte y una fruta de postre. No tomábamos refrescos, sólo los domingos, pero jamás sentí que mi hogar, ni mis padres fueran otra cosa más que unas personas amorosas que amaban a sus hijos, que nos cuidaban, que nos daban amor, y valores con los cuales sedimentar nuestro crecimiento... hizo falta que una persona conocida, casi a mis sesenta años, me lo hiciera ver:

- ¿En serio no te habías dado cuenta de que eras una niña pobre?-

Entonces caí en cuenta, por qué esa misma persona , a veces, me daba de lado, porque yo no era lo suficientemente interesante, para mostrar en su mundo...

Mi vida, como la mayoría de ustedes habrá comprobado en su propia piel, ha girado cientos de veces, y ha oscilado entre un mundo y el otro, sin pensar siquiera en lo que me diferencia, sólo pensando en lo que puedo sumar, en lo que puedo aprender, en aquello  que puedo enseñar y sobre todo en la huella indeleble, que mi responsabilidad como adulto humano y responsable, puede dejar en los otros, aún, cuando no sea consciente de ello. Para mi es algo de suma importancia, porque nuestro ejemplo de vida, es algo que legamos a las futuras generaciones, y no quiero arrastrar sobre mis hombros más cargas de las que ya me han sido asignadas.

Por ello, mi mayor empeño está en dejar a los demás, mi testimonio de Fe, a pesar de las vicisitudes de la vida, de lo difícil que pueda ser alguna cumbre conquistada o por conquistar. Porque la Fe, se convirtió en un momento dado, en el impulsor de mis pies, de mis rodillas o de mis manos, cuando ya mi humanidad no respondía. Si yo lo he logrado, a pesar de todo, cualquiera puede hacerlo, mucho mejor que yo, de eso no me queda ninguna duda.

No puedo engañarlos, no está en mi carácter hacerlo, la vida tiene ´altibajos´, cumbres y valle profundos, a veces incluso hay ciénagas llenas de barro, que nos hacen resbalar... Pero hay praderas maravillosas y manantiales de agua dulce, donde saciar nuestra sed, mirar al horizonte y empezar de nuevo,

Ahí reside el éxito de muchos de los que conocemos, de aquellos que admiramos, pero de los cuales desconocemos la verdad de su camino. Si ellos hablaran, seguramente reconocerían que no fue fácil y mucho menos gratis, pero que la Fe, la Confianza y la fuerza de voluntad los llevó a intentarlo más de una vez, sin importar las veces que cayeron y pensaron en desistir. Pero lo lograron...

Algunos de ustedes conocerán la cadena de comida rápida KFC, los pollos fritos de Kentucky Chicken, del Coronel Sanders, pues él emprendió su negocio, cuando tenía más de 67 años y se hizo famoso por la forma en que preparaba el pollo frito, con una receta de su invención, corrían los años 50, transformando su restaurante en una franquicia que hoy tiene miles de franquicias por todo el mundo, manteniendo como logo, su imagen, a pesar de que en 1980 la vendió a unos inversores.

Por ello, hoy, yo misma me aplico este ejemplo, para que, a punto de llegar a mis 62 años, entienda, acepte y emprenda, una nueva etapa de mi vida. Lo hago con optimismo, con entrega y espero que con sabiduría, jajajaj. Es quizás lo más importante.

Como siempre les digo, si yo lo estoy realizando, todos lo pueden hacer. Sólo hace falta analizar nuestras fortalezas y debilidades y una vez analizadas, creer en nosotros mismos, intentarlo no es ganar a la primera, pero si no lo hacemos, nos quedaremos viendo la estela del barco de la vida que se aleja, sin que nos hayamos atrevido a levantar anclas y seguir tras nuestro destino o elaborar una ruta nueva, la nuestra.

Dios nos bendiga a todos, donde quiera que estén, que nunca deje de brillar en nuestras almas, la luz de la Fe. Ella en realidad es capaz de ¨mover montañas¨....


Mireya Pérez.



No hay comentarios:

Publicar un comentario