A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 23 de julio de 2017

Elaborar el duelo desde el Amor y el Agradecimiento....



Hace cinco años, cuando atravesaba uno de los procesos más difíciles de la enfermedad de mi esposo (estaba en coma), al salir de la cafetería del hospital, miré sin mirar... y de repente, ante mí, estaba una tienda, mezcla de librería, regalos y chucherías, todo en uno, y por curiosidad entré, y ante mí, en el ¨lugar mágico y perfecto¨ estaba el libro que me ayudaría a cruzar esa abismo que se llama Duelo... El libro? El Camino de las Lágrimas de Jorge Bucay, no lo pensé, lo compré, pues una amiga querida me lo había recomendado, y como siempre estoy despierta a escuchar sus buenos consejos, y la vida se encarga de ponerme los instrumentos que necesito para seguir avanzando, pues no lo pensé, lo compré, y desde ese día, estoy todavía más agradecida a ese ángel, que me acompaña desde hace más de 30 años, y espero que lo siga haciendo hasta el final de mis días. Gracias amiga querida, Dios te bendiga siempre. Te quiero más de lo que puedo expresar con palabras.

Confieso que he elaborado mis duelos, desde diferentes puntos de vista, pues no sólo se elaboran por la ausencia o pérdida de un ser querido, sino también, cuando dejamos una casa, nuestra ciudad o país de origen, cuando nos separamos de alguien que significó mucho en nuestras vidas, e incluso, cuando la gente se divorcia... En todas las fases de nuestra vida en que debemos cerrar una puerta, e incluso clausurarla para toda la vida, debemos elaborar el duelo, transitando todas y cada una de las fases que lo componen, a veces saltando un paso, pero luego volviendo hacia atrás y transitado de nuevo el camino que no habíamos tocado, y retomar nuestros pasos por una nueva senda, de la cual desconocemos todo, pero que esperamos , dentro de nuestro corazón, que sea mucho más amable y benigna con nosotras...

Desde que comencé a estudiar diferentes aspectos, teorías y filosofías de vida, autores y personajes que me han servido de maestros, sin ellos saberlo, de guías, porque les he pedido información e incluso, consuelo en las horas bajas, información o citas para acudir a charlas, conferencias, libros o audios que me han ayudado a crecer, a conectar y a entender que todo, absolutamente todo, tiene un por qué y una razón... Comprendí que, y así me lo hicieron ver, en la medida en que estaba preparada para emprender el siguiente eslabón de mi cadena vital, aparecían en mi horizonte, en mi línea visual o en mi audio, aquellos personajes, libros, títulos, vídeos o noticias que necesitaba para emprender la nueva etapa de mi camino, y ayer sucedió de nuevo, con un programa transmitido en Youtube, era sobre una venezolana, que como muchos ha emigrado al exterior, y después de muchos procesos, encontró su camino y su misión vital, ahora es coaching emocional especializada en procesos de duelo, específicamente en divorcios y separaciones, no sólo de parejas, sino también al emigrar, cambiar de residencia, empleo, etc. Se llama Laura Aiello, y fue muy interesante, les anexo el link de la entrevista, por si tienen curiosidad de verlo, a mi me resultó interesante, espero que a ustedes también.


https://www.youtube.com/watch?v=5XtBdR3VmAQ


Una de las cosas que aprendí fue, sobre la elaboración de ¨Cartas de Agradecimiento y Perdón¨... referida a las personas que se han ido o que han salido de nuestras vidas, y a las cuales, seguimos aferrados emocionalmente, sin haber cerrado el capítulo que termina este pequeño ¨libro vital¨compartido.

Me recordó un ejercicio que realicé con mi amiga y confidente emocional, sobre el adiós a mi madre, que hice hace casi un año, confieso que después de hacerlo, me sentí totalmente en paz, no sólo porque me desahogué y le confesé en palabras, a ella, a mi madre, lo que en su momento, por miedo, por angustia o simplemente por desconocimiento o baja estima no pude expresar, pero también desde el agradecimiento por todo lo que había sido para mi ser su hija, por lo que me enseñó, por lo que me hizo madurar, por su amor y por su comprensión... Esa carta fue muy importante, y no supe cuánto, hasta que escuché a Laura ayer. Por eso, hoy les invito a hacer este pequeño ejercicio.

Sé, por propia experiencia, que tenemos cosas o palabras incluso, que no hemos pronunciado jamás, y que muy posiblemente jamás las digamos, pero si agarramos una hoja o folio de papel, un cuaderno olvidado o nuestro diario, y comenzamos a escribir a esa persona, hablándole de nuestros sentimientos, no importa que reconozcamos que hemos sentido rabia o frustración y hasta dolor, y lo confesamos, en el silencio de este espacio... 

Sentirán de repente, como si alguien escribiera por ustedes, puede que llenen un montón de páginas; se sorprenderán a ustedes mismos leyendo de nuevo lo que han escrito, porque, por primera vez se habrán dado permiso para decir lo que sienten, cómo esa relación influyó en sus vidas, y quizás hasta cómo por ellos, su vida dio un giro inexplicable...

Pero esta carta no significa sólo el decir todo lo que teníamos guardado por años, también se basa en pedir Perdón a esa persona, en perdonarse a ustedes mismos por no saber poner límites, porque eso seguramente ocurrió; sino también para Agradecer a esa persona, porque fueron los maestros que necesitaban para crecer y para evolucionar como seres espirituales. Aunque no lo crean!!!.

¿Somos masoquistas acaso?... No, sólo que a veces para crecer y para evolucionar, la vida nos pone en las circunstancias que necesitamos para, desde la humildad y el agradecimiento, entender el por qué, y una vez que hemos ¨aprendido¨y ¨agradecido¨, seguir nuestro camino.

Ahora yo, en mi soledad aparente, voy a elaborar la carta a mi esposo, no lo había hecho, pero estoy preparada y lista para escribir, agradecer y cerrar ese capítulo de mi vida, que ha sido muy largo, casi 45 años, pero nunca es tarde...

Laura y Belén nos dicen en el vídeo, que podemos guardar esa carta y volverla a leer en otro momento y destruirla. Cada quien debe hacer aquello con lo que se sienta cómoda. Por mi parte, la elaboraré, pero no la compartiré con ustedes, porque es quizás la parte más intima de mi ser, y aunque suelo ser abierta y espontánea, hay páginas de mi libro vital, que sólo yo puedo y debo abrir o cerrar.

Dios los bendiga amigos lectores, y bendiga también a esas dos mujeres: Laura y Belén, que sin saberlo, han sido maestras de vida por unos minutos, para mí. 

Mireya Pérez


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